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CAP 22: "Una Nota Desagradable"

—¡TAEHYUNG!— gritó, llamando la atención de los estudiantes que pasaban por allí.

Tenía sus manos hechas puños mientras se acercaba a paso rápido hacia su hermano, tenía el entrecejo fruncido y podía jurar que su rostro estaba rojo por la ira contenida. Pudo ver cómo Hoseok colocaba a Taehyung detrás de él y éste último se escondía.

—Hoseok, permíteme a Taehyung un momento— pidió, tratando de sonar lo más cortés posible.

—¿Para qué lo necesitas, Seokjin?

—¡No es de tu incumbencia, necesito hablar con Taehyung ahora!— no pudo resistirse más ¿Por qué lo hacía tan difícil?

—Oye, cálmate. Parece como si quisieras asesinarlo— el pelirrojo frunció el entrecejo ante la actitud de su cuñado. No estaba seguro de si dejarlo solo con él, sería una buena idea. Por la cara que traía Seokjin, parecía capaz de matar y comer del muerto.

—No lo voy a asesinar, sólo necesito hablar con Taehyung de un asunto muy importante— había disminuido considerablemente el volumen de su voz, sentía un nudo formarse en su garganta y para completar, unas lágrimas traicioneras amenazaban con asomarse.

Al ver esto, tanto Taehyung como Hoseok se preocuparon —Seokjin ¿Estás bien?— preguntó éste último, recibiendo únicamente un asentimiento de cabeza como respuesta.

—Está bien, Hoseokie— intervino el castaño menor —Déjame hablar con mi hermano.

Dando su suspiro, terminó accediendo y dejando que Taehyung se fuera con su hermano. Por petición de Seokjin, ambos se alejaron hasta un lugar lo suficientemente apartado para poder hablar con más privacidad.

—¿De qué quería hablarme, hyung?

El castaño mayor dio un largo suspiro antes de preguntar —¿En qué estás metido, Tae?

—¿Ah?— al parecer, la pregunta lo desconcertó pues sus expresiones indicaban que no entendía nada.

—Tú tienes algo para mí— aclaró —Una nota— al decir esto, pudo ver claramente cómo el cuerpo del pequeño se tensaba —Quiero que me la entregues— pidió de la forma más amable que pudo.

—No la tengo conmigo, está en el departamento.

—Entonces cuando salgamos, iremos directo allá y me la entregarás ¿Entendido?

—Sí, hyung— agachó su cabeza.

—¿Por qué me la ocultaste?— preguntó más calmado.

—Tenía miedo, no sabía quien era el tipo que me la entregó y no sabía si era correcto dársela a usted o no— Seokjin notó cómo los ojitos de su dongsaeng se llenaban de lágrimas y se sintió pésimo por haberlo hecho llorar.

—Ya pequeño, no llores— lo consoló, atrayéndolo en un abrazo —Hiciste mal en ocultármelo, pero ya pasó. Sólo no vuelvas a ocultarme cosas ¿De acuerdo?

Claro, como si tú no ocultaras cosas ¿Verdad, Seokjin?

—Está bien, hyung... ¿Puedo preguntarle algo?— recibió una afirmativa —¿Quién era ese tipo y por qué usted tiene algo que ver con él?

Seokjin lo sabía. No podía simplemente esperar a que su hermanito hiciera oídos sordos a su situación, algún día lo descubriría... Pero no hoy.
Aclaró su garganta antes de hablar —Tae, yo... No te puedo decir todo, pero lo que sí puedes saber es que me están amenazando. Ese tipo casi me hace algo esta mañana por no haber leído la nota que te dio.

—¡De verdad lo siento, hyung! Yo no sabía. Si hubiera sabido que le traería problemas, le hubiera entregado la nota apenas me la dio a mí— bajó su cabeza totalmente arrepentido.

—Como tú mismo dijiste, no sabías. No te preocupes— tranquilizó con una sonrisa triste.

Pero justo cuando creyó que la conversación había terminado, Taehyung formuló la pregunta que menos quería escuchar.

—¿Puedo ayudarlo en algo, hyung?

Negó rápidamente, no se perdonaría nunca si pusiera la vida de su pequeño hermanito en riesgo, era mejor mantenerlo al margen de todo —No, no te preocupes, yo mismo me encargaré de arreglar todo este asunto.

—Pero ¿Y si llama a la policía?— propuso sin saber lo que aquello significaba.

—No Tae. Si de verdad confías en mí, te pido que te mantengas alejado de todo. Por mi bien y el de todos los que estamos metidos en esto, ni se te ocurra llamar a la policía.

—¿Todos los que están metidos en esto?

Se dio un facepalm, lo mejor era mantener la boca cerrada para no hablar más de la cuenta. Para su buena suerte, el timbre que indicaba el inicio de clases resonó por el pasillo.

—Debes irte a clases.

—Pero, usted no me ha dicho...

—He dicho que debes irte a clases— le habló con más dureza para que entendiera que no quería seguir hablando del tema.

Mientras regresaban, Seokjin le pidió a Taehyung que, si Hoseok llegaba a preguntarle algo sobre lo que hablaron, se lo dijera en privado y le hiciera prometer que no se lo diría a nadie. Al llegar al salón del menor, vieron que el pelirrojo ya los estaba esperando en la puerta.

—¿Terminaron de hablar?— preguntó algo preocupado al notar los ojos rojitos e hinchados de su novio. El castaño mayor asintió y le pidió con voz queda que cuidara de su hermano. Hoseok se extrañó por esto, pero de igual forma asintió.

—Debo irme. Adiós chicos— y sin más, se dirigió a su propio salón para presentar su dichoso examen de química, por el cual se había trasnochado estudiando. Algo inútil, pues ahora estaba seguro de que no se podría concentrar.

Después de que acabaran las clases y estar seguro de que posiblemente perdería química este semestre, se fue en busca de Taehyung.

Caminaba despreocupadamente por los pasillos, pero justo cuando estaba a algunos metros de llegar a su destino, alguien lo tomó por el brazo y lo metió al baño sin que nadie se diera cuenta.

—Por fav...— aquel tipo le tapó la boca para que no hiciera ruido. Debido a que la luz del baño estaba apagada y éste no tenía ventanas que dejaran ingresar la luz natural, no podía ver exactamente quién era, pero no parecía ser Jackson.

—Shh— susurró muy cerca de su oído, haciéndolo estremecer.

Seokjin sintió cómo lentamente apartaba la mano de su boca para colocarle seguro a la puerta y encender la luz artificial. Sólo hasta ese entonces, pudo verle la cara.

—¿Pero qué demonios estás haciendo aquí, Jungkook?— preguntó bastante enojado. El menor le había dado el susto de su vida.

—En primera, baja la voz, nos pueden escuchar; en segunda, estoy aquí porque ya sé dónde vive mi primo, aquí está la dirección— le ofreció un pequeño trozo de papel, en el cual estaba escrita una dirección que Seokjin no tenía idea de dónde diablos quedaba.

Al ver su confusión, Jungkook decidió aclararle —Queda a media hora de mi casa hacia el norte.

Seokjin pareció meditarlo por unos segundos para después dar un asentimiento —¿Puedo saber cómo obtuviste esta información?

—Bueno...

Flashback

A ver si te entendí... ¿Me estás diciendo que quieres visitar a tu tía, Kookie?— preguntó la mujer totalmente sorprendida. El susodicho sólo se limitó a asentir —¿Seguro que eres mi hijo?— preguntó con algo de gracia.

Sí mamá, quiero visitar a mi tía y a mi primo Jackson.

¿Y ese milagro?

Sólo quiero verlos. Cuando termine la preparatoria, tendré que irme a Daegu y tal vez no los vuelva a ver en mucho tiempo— respondió tranquilamente, esperando que eso fuera suficiente para convencer a su madre.

Para su buena suerte, ésta sonrió enternecida por su actitud tan amable —De acuerdo, bebé. Esta es la dirección— la anotó en un papel y se la ofreció a su pequeño.

¡Gracias mamá!— sonrió alegremente, haciendo una pequeña venia a manera de agradecimiento.

No hay de qué, hijo. Que Dios te bendiga— le echó la bendición a su hijo. Ya había mencionado que pertenecía a una familia cristiana.

Gracias mamá, te amo— y sin más rodeos, salió de la casa y caminó en dirección a la universidad donde estudiaba Seokjin.

Fin del flashback

—Ya veo. Te lo agradezco mucho, Jungkook— todo el enojo que sintió hace un rato, se había esfumado. Sinceramente, no pensó que conseguiría la dirección tan rápido.

—No hay de qué, por cierto ¿Qué vas a hacer con esto?— preguntó, señalando el papel.

—Primero tengo que hablar con Namjoon, después veré qué hacer— respondió convencido.

Jungkook dio un suspiro antes de asentir —Está bien, mientras tanto, yo iré a empacar mis maletas, tomaré el primer vuelo que salga hacia Japón.

—¿Ah? ¿Por qué?— el castaño se extrañó por esto, se suponía que le había prometido protegerlo ¿Y ahora resulta que se iba?

—Cuando Jackson se dé cuenta de que ustedes saben la dirección de su casa, de inmediato va a saber que fui yo el que lo delató y no tardará en venirme a matar, sin mencionar que le dirá a toda la familia que soy homosexual.

—Él no va a hacer nada de eso...

—Lo siento, Seokjin. Pero ya tomé mi decisión. Si mi madre me va a aborrecer, al menos quiero que esté a kilómetros de distancia de mí. Cuídate y espero que resuelvas el problema que tienes con mi primo.

El castaño le sonrió tristemente antes de abrazarlo, segundos después, el azabache salió corriendo del baño en dirección a la salida.

—Gracias, Jungkook— susurró mientras guardaba el pedazo de papel en su bolsillo.

Ahora mismo, ambos hermanos ingresaban al departamento en compañía de Hoseok. Al parecer, Taehyung le había contado a éste acerca de las amenazas y el pelirrojo no pudo evitar preocuparse por su cuñado.

Seokjin se giró hacia su dongsaeng —¿Dónde está la nota, Tae?

—Aquí— el menor señaló su mesa de noche, de la cual sacó un papel que se apresuró a entregarle.

El castaño mayor tomó la nota entre sus manos y la leyó.

«Te dije que no te siguieras acercando a ese profesorcillo de mierda. No creas que no te he visto. Sólo te advierto una cosa, Seokjin. Si no quieres que publique las fotos, vendrás hoy en la noche a esta dirección: xxxxxx.
Ah, no trates de llevar a la policía sino quieres que yo les revele las fotos a ellos también y tu queridísimo profesor vaya a la cárcel. Te espero, Seokjinnie»

Cuando terminó de leer la nota, una lágrima ya se encontraba rodando por su mejilla, luego otra y otra hasta que su mentón yacía completamente empapado. Parte de aquellas gotas saladas fueron a dar a la hoja que aún tenía entre manos, la cual arrugó y tiró a cualquier lado de la habitación. Taehyung y Hoseok lo miraron preocupados; sin dudarlo, se sentaron a cada lado para abrazarlo fuertemente. Seokjin sólo se limitó a seguir llorando hasta que logró calmarse.

Recapacitó y se levantó para recoger la hoja, la desdobló con cuidado y agradeció internamente que la dirección estuviera intacta.

Sorbió su nariz y se dirigió hacia su hermano —¿Leíste la nota?

Negó —No quise leerla, te la oculté, pero no quise saber qué decía.

—Bien... Hoseok— se dirigió a éste último —¿Puedes llevarte a Tae hoy también? Sé que te estoy pidiendo mucho, pero de verdad lo necesito.

El pelirrojo se acercó a él y le limpió las lágrimas que aún permanecían en sus mejillas —Por supuesto, pero... ¿Nos puedes decir qué pasa, Seokjin?

—Después se los explicaré bien, por ahora necesito que se vayan— pidió, agachando la cabeza.

Taehyung se acercó a su hermano con sus ojitos tristes y preocupados —Hyung... ¿Usted va a estar bien? No quiero que nada malo le pase.

—Sí, no te preocupes— fue lo único que pudo pronunciar.

Durante los siguientes minutos, Taehyung se dedicó a organizar su maleta para irse con Hoseok. Cuando ambos salieron, Seokjin llamó a Namjoon y minutos después a Yoongi, les explicó lo que había pasado y ambos mayores quedaron de ir al departamento lo más pronto posible.

Mientras los esperaba, se dedicaba a pensar en el momento en que se metió en este problema. Se sentía realmente mal, pues había arrastrado consigo a una persona tan maravillosa como lo era el hombre de hoyuelos perfectos.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que cuando menos pensó, escuchó el timbre ser tocado. Fue a abrir la puerta y apenas lo hizo, Namjoon se abalanzó sobre él para abrazarlo.

—Todo va a estar bien, Seokjin— susurró a su oído mientras acariciaba su cabello. El menor se dejó hacer, pues no quería apartarlo de sí, lo que necesitaba ahora era que el moreno estuviera a su lado.

Yoongi cerró la puerta al tiempo que ambos se separaban de aquel abrazo.

—Por eso te pregunté ayer si te habían llegado más amenazas— comenzó diciendo —En la universidad, vi cómo un hombre encapuchado se le acercaba a tu hermano y le entregaba una nota. Se me hizo raro y por eso te pregunté, pero cuando me lo negaste, creí que sólo eran suposiciones mías y en realidad el tipo no tenía nada de malo— ante esto, Seokjin lo miró entre asustado y sorprendido. Si Yoongi le hubiera dicho sobre eso el día anterior, no lo habría pensado dos veces para pedirle la nota a Taehyung —Déjame ver la nota, Seokjin— pidió con el entrecejo fruncido, delatando la molestia que se estaba adueñando de él con cada segundo que pasaba.

El castaño caminó hasta la mesa de centro y alcanzó el pedazo de papel, se lo ofreció y cuando el pelimenta terminó de leerla, soltó un bufido.

—¿Qué te parece si lo mato?— no había ni pizca de broma en su sugerencia.

—No, Yoongi. Tú no eres un asesino— el moreno puso una de sus manos en el hombro de su mejor amigo para hacerlo recapacitar.

—¡Estoy harto de que ese malnacido se meta con mis amigos!— gritó de repente, haciendo que Seokjin se sobresaltara.

—Yoongi, cálmate— esta vez pidió el castaño.

—¿Y qué sugieren que hagamos entonces?— suspiró con el entrecejo fruncido.

—¿Pues qué más? Tengo que ir a ese lugar esta noche.

©AlejaDeMin

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