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CAP 19: "Problemas Familiares"

—Con que Jungkook— los tres se quedaron observando al chico mientras él asentía.

—¿Y cómo sabemos que no estás mintiendo con tu nombre?— cuestionó Seokjin.

El pelinegro lo pensó por un momento. Sacó su billetera de su bolsillo y a su vez, sacó de ésta su identificación. Se la extendió a Seokjin y él la tomó en sus manos.

Jeon Jungkook.
Nacido en Mandeok-dong, Busan.
01 de septiembre de 2002.

Entonces es cierto.

—¿Tienes diecisiete años?— el castaño arqueó una ceja. El chico tenía la misma edad de su hermano y ya estaba metido en esta clase de problemas.

El pelinegro asintió —Este año cumpliré dieciocho.

—Muy bien, Jungkook— intervino Yoongi —Ahora que ya sabemos esto, ¿Nos dirás el nombre del que está amenazando a mis amigos?

Suspiró —Si se los digo ¿Me dejarán en paz y me van a proteger?

Los tres asintieron.
Jungkook tomó una bocanada de aire y volvió a hablar.

—Es Jackson.

Flashback

Joven Jackson, por favor váyase. Necesito hablar con Seokjin.

El pelinegro sólo bufó y se largó a regañadientes.

—Ese maldito profesor— masculló con ira mientras jalaba de sus cabellos con fuerza por la frustración. Después de estar pensándolo mucho, decidió que no se dejaría mandar de un docente cualquiera y regresó a donde suponía, estarían su crush y ese jodido profesor, pero no era así.

Frunció el entrecejo ¿Dónde carajos se habían metido? Estuvo buscando por un par de minutos hasta que escuchó unos ruidos que provenían de un salón. Con cautela, se dispuso a abrir la puerta pero se arrepintió al instante, no quería alertar al que fuera que estuviera ahí dentro. Decidió asomarse por debajo del mueble de madera y abrió los ojos en grande al observar como el profesor de antes estaba besándose con SU Seokjin.

Sentía cada litro de su sangre hervir, ¿Cómo era posible que Seokjin se hubiera dejado seducir por ese profesor de pacotilla?

Estaba tan ensimismado en su ira hasta que se le ocurrió una idea.

Sacó su teléfono y empezó a tomarles fotos por debajo de la puerta. A pesar del ángulo, se podía capturar bien cada cosa que hacían. Después de todo, este incidente le iba a servir de mucho.

¿Qué haces aquí, Jackson?— preguntó el pelinegro a su primo, quien rara vez lo visitaba y cuando lo hacía, era para pedirle un favor.

Auch ¿Acaso no te alegras de verme, querido primito?— preguntó el mayor de ambos con una sonrisa cínica en el rostro.

Habla de una vez ¿Qué es lo que quieres?— indagó, harto de la actitud del contrario.

Mucho cuidado cómo me hablas, querido Jungkookie. No querrás que le cuente a mi tía que su único hijo le salió homosexual ¿O sí?— chantajeó, sacando su teléfono de su bolsillo para marcarle a la madre del menor.

¡Deja ese teléfono!— trató de quitarle el artefacto de las manos, pero le fue imposible por la altura del contrario.

No no, si quieres que siga guardando tu secreto, vas a tener que hacerme otro favor.

¿Otro?— preguntó estresado y cansado —Ya te he hecho muchos ¿Cuántos favores tengo que hacerte para que me dejes en paz?

Los que a mí se me antojen— lo miró triunfante, sabiendo que tenía al menor en la palma de su mano —O hasta que me aburra de ti.

El menor sintió impotencia, se sentía totalmente débil y cobarde ante su primo. Era su culpa por permitir que Jackson lo tratara como una basura o un juguete a quien podía manipular a su antojo. Era su culpa por haber confiado en él y haberle confesado que era gay. Después de todo, Jackson era bisexual, él lo entendería perfectamente ¿O no?

Pues claro que no.

Después de su confesión, Jackson no había parado de chantajearlo con revelar su secreto si no hacía lo que él le pidiera. Siempre habían sido tareas o mentirle a su tía cuando le preguntaba sobre su paradero, él siempre le decía que su hijo había ido a estudiar a la biblioteca, cuando en realidad, se iba a acostar con la primera chica que se encontraba en el camino. Ya saben, lo normal, o por lo menos para Jackson lo era.

Pero lo que le estaba pidiendo ahora, sobrepasaba sus límites.

¡¿Que quieres que haga qué?!— se levantó de su silla de repente, provocando que ésta se fuera para atrás.

Simplemente quiero que me prestes tu teléfono para chantajear a mi chico.

No lo voy a hacer— el mayor ya le había explicado todo lo sucedido y no quería meterse en asuntos ilegales —Además si llegan a rastrear el teléfono, quien pagará las consecuencias seré yo y no pienso pasar años de mi vida en la cárcel.

Escúchame bien, mocoso de mierda— lo tomó por los cabellos, haciéndole soltar un quejido de dolor —Vas a prestarme tu teléfono y se acabó el asunto. Además, si te llegan a agarrar, hasta mejor. Un maldito homosexual como tú, encerrado en la cárcel, sería lo mejor.

Jungkook se encontraba sollozando bajo el agarre de su primo, pero lo que más le dolía eran sus palabras ¿Tan malo era ser gay?

T-te recuerdo que a ti también te gustan los hombres, es m-más, todo esto lo estás haciendo p-por un chico— logró decir, mirándolo fijamente a los ojos.

Grave error. Lo próximo que sintió fue un golpe en su mejilla y otro en su estómago, dejándolo en el suelo.

¡Cállate! Lo que hago con mi vida no es asunto tuyo— gritó, propinándole una patada en el estómago.

Jungkook empezaba a ver borroso, le dolía todo el cuerpo. Sólo vio cómo su primo tomaba su celular, el cual estaba en la mesita de la sala de estar y empezaba a ejecutar su plan. No cayó en cuenta del momento en que terminó desmayado, pero eso ya no importaba. Cuando despertó, Jackson ya no estaba y su teléfono estaba tirado a su lado. Lo tomó débilmente entre sus manos y se metió a la app de mensajes. No vio nada. Era obvio que su primo borrara el chat para no dejar evidencia, no era estúpido.

Con dificultad, logró levantarse del frío suelo y caminar hasta el baño, se miró en el espejo y observó cómo su mejilla estaba morada por el golpe. Tomó el botiquín que estaba en uno de los gabinetes del baño y empezó a tratarse.

Fin del flashback

Namjoon tenía sus manos hechas puños y las ganas de golpear todo a su alrededor no faltaban, pero decidió controlarse.

La sangre del castaño hervía. Así que el malnacido de su acosador era el que había hecho todo esto.

—Maldito— fue lo único que pudo salir de los labios de Seokjin, quien había empezado a sollozar.

—Bueno, creo que la bala que tengo recargada no va a ser para ti, sino para el maldito de tu primo— soltó Yoongi totalmente serio.

—¿Por qué te dejas chantajear así?— preguntó el castaño. Había empezado a sentir empatía y algo de lástima por el pelinegro.

—¿No lo entienden?— alzó su rostro para mirarlos a los tres —Vengo de una familia cristiana, si se enteran que soy gay me van a considerar una total aberración para la familia y no van a querer saber nada de mí.

—No los necesitas, si te aman de verdad, van a aceptarte tal y cómo eres. Sino lo hacen, agradece que esas personas ya no estarán más en tu vida. Si te sigues aferrando a ellos, sólo van a terminar por hacerte más daño— le aconsejó Namjoon.

—Es más— añadió Yoongi —Si te hace sentir mejor, todos aquí somos gays.

Y ahí fue donde el castaño se ahogó con su saliva ¿Namjoon también era gay? Estaba consciente de que no cualquier hetero haría lo que él le hizo, pero creía que sólo estaba jugando con él o que estaba pasando por una duda en su orientación.

El pelinegro rió un poco —Gracias— sonrió por primera vez frente a ellos, mostrando una adorable sonrisa de conejo.

—Pero entonces ¿Qué vamos a hacer?— suspiró Yoongi.

—Vamos a tener que cambiar de planes— respondió el moreno para después dirigirse a Jungkook —¿Sabes dónde vive Jackson?

Negó muy a su pesar —No tengo mucho contacto con él, únicamente viene cuando necesita un favor como ya les conté, pero no sé nada de su dirección y casi nada de su vida privada— respondió, haciendo una mueca.

—¿Y si le preguntas a tu madre?— propuso Seokjin con una pizca de esperanza en sus ojos.

—Podría ser, pero ¿Qué van a lograr con eso? No creo que le vayan a disparar de verdad.

El pelimenta hizo una mueca —Nadie puede asegurar eso.

—¡Yoongi!— reprendió Seokjin —Así no lo vamos a solucionar.

—¿Entonces qué propones? ¿Que vayamos y le digamos "Borra las fotos, por favor"? ¡¿En serio crees que el muy maldito las va a borrar?!

—Yoongi, tranquilízate— esta vez lo reprendió Namjoon, poniendo una mano sobre el hombro del pelimenta —Es obvio que ninguna de las dos maneras va a funcionar. Esto es algo que tenemos que pensar con cabeza fría, así como estamos, lo único que vamos a lograr es empeorar las cosas.

—No me quiero meter, pero creo que él tiene razón— intervino Jungkook, refiriéndose a Namjoon.

Yoongi rodó los ojos. En el fondo sabía que era cierto, su mejor amigo tenía razón, pero era demasiado orgulloso para admitirlo.

—¿Te puedo pedir ese favor, Jungkook?— Seokjin se dirigió al susodicho, mirándolo suplicante.

El menor de todos suspiró —De acuerdo, hablaré con mi madre y le pediré la dirección. Ya estoy harto de él.

—Gracias— dijeron los tres al unísono.

—Y recuerda lo que te aconsejé, Jungkook— añadió Namjoon.

—Lo voy a pensar— hizo una mueca.

Después de eso decidieron irse, ya sabían que ese número le pertenecía a Jungkook, así que no hacía falta pedírselo. Necesitaban estar comunicados con él para saber cómo iba todo.

Llegaron cansados al departamento del castaño. Al menos habían avanzado un poco y ya sabían quién era el responsable de todo esto. Yoongi y Namjoon se acostaron en el piso, lo que causó gracia en el castaño.

—Pueden acostarse en el mueble, no se preocupen— invitó, señalando el mencionado.

—Gracias Seokjin, pero ya me voy— avisó el pelimenta, al tiempo que se levantaba del suelo.

—¿Te vas tan pronto?— preguntaron ambos, casi al unísono.

—Sí, tengo que aprovechar lo que queda del día para estudiar, tú deberías hacer lo mismo, Seokjin.

Como si de una revelación se tratase, el castaño recordó el examen de química que tendrían mañana —Es verdad, se me había olvidado.

—Entonces si es así, yo también me voy. Estudien mucho, chicos.

—Lo haremos— contestaron los dos menores.

Se despidieron y segundos después, el pálido y el moreno salieron del departamento. Cada uno se fue a su respectiva casa y terminaron lo que tenían qué hacer.

Había caído la noche y Seokjin seguía estudiando para su examen de química. Se consideraba bueno, pero no se podía confiar hasta que no repasara cada punto del examen.

Ya era bastante tarde y el sueño lo empezó a carcomer. Se levantó de su pequeño escritorio cuando hubo terminado, se cambió la ropa, alistó sus cosas y se acostó sobre el mullido colchón, no sin antes poner la alarma. Le era extraño dormir sabiendo que su pequeño TaeTae estaba durmiendo en otro lugar, pero sabía que con Hoseok estaba bien.

Poco a poco sus ojos empezaron a pesar y sin más, se dejó caer en los brazos de Morfeo.

©AlejaDeMin

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