CAP 18: "Confrontación"
La alarma sonó a las seis en punto, obligándolo a levantarse aunque tuviera mucho sueño. Para él que ejercía como profesor, no era para nada recomendable acostarse a la hora que lo hizo anoche. Como pudo, se levantó y dirigió al baño para darse una buena ducha de agua fría, ésta recorrió su cuerpo con lentitud, relajándolo de inmediato.
Cuando terminó, salió del baño con una toalla atada a la cintura. Después de desayunar como se debía, se dispuso a hacer un poco de ejercicio en la sala de estar; esta semana no le había quedado tiempo de asistir al gimnasio por estar entre exámenes y tareas, por lo que decidió estirarse un poco para no perder la rutina.
Quince minutos después, se secó el sudor debidamente y se fue a vestir con su característico traje formal. Se arregló completamente y al ver que aún le quedaba algo de tiempo, se dispuso a terminar de calificar los exámenes que le faltaron ayer.
Llegando la hora de irse, metió todo a su portafolio, salió de casa y se dirigió a la universidad con un ligero nerviosismo que esperaba, no fuera notado por sus estudiantes a lo largo de la jornada.
El castaño se despertó gracias a que Taehyung lo había estado removiendo, al parecer desde hace rato.
—¡Hyung! Le juro que ya no le reclamaré nada de aquí en adelante, pero por favor no me deje solito— suplicó sollozando.
Tras escuchar esto, el mayor se alertó y levantó de golpe.
—¡Hyung!— gritó, lanzándose encima suyo para abrazarlo y darle varios besos en el cabello.
—¿Qué pasó?— preguntó divertido por su actitud.
—Hace varios minutos venía llamándolo, removiéndolo, le grité, lo zarandeé, salté encima de usted y nada, no despertaba. Creí que estaba muerto— bajó su cabecita.
No pudo evitar reír enternecido ¿Tan cansado estaba? —Ya no llores, pequeño. Estoy bien, sólo algo cansado por la hora a la que me acosté anoche— le consoló, posando una de sus manos sobre los cabellos castaños contrarios.
—Me había preocupado, se supone que usted es el que se debe preocupar por mí, no yo por usted— hizo un leve puchero —Ayer Hoseok me trajo al departamento y me asusté al no verlo, llamé varias veces a su teléfono, pero no contestó.
Porque lo tenía Yoongi.
—Lo lamento, lo utilicé demasiado ayer y se me olvidó cargarlo, me aseguraré de que no vuelva a pasar ¿Sí?
—De acuerdo— hizo otro puchero.
—Por cierto... ¿Ayer estuviste con Hoseok en el departamento?
Sus mejillas tomaron algo de color —Sólo un rato— miró hacia otro lado.
—¿Sólo un rato?— incidió, arqueando una ceja y mirándolo de manera divertida.
—Bueno... Unos minutos, pero no pasó nada de lo que usted piensa, hyung. No sea malpensado— regañó.
—Yo sólo decía— se encogió de hombros y se dirigió al baño, pero antes de entrar se giró de nuevo hacia Taehyung —Oye pequeño, por cierto.
—¿Sí?
—Usen condón— y dicho esto, se metió rápido al baño.
—¡HYUNG!
Después de unos minutos, salió ya bañado y vestido. Taehyung lo esperaba en el comedor mientras lo fulminaba con la mirada desde su asiento; okay, tal vez sí se había pasado un poco, pero él sólo vio la oportunidad y la aprovechó. Desayunaron, tomaron sus cosas y se fueron a la universidad. Al menos Taehyung le había hecho olvidar por un rato la horrible situación por la que estaba pasando.
Conforme iban llegando a su destino, sus nervios fueron incrementando. No sabía quién era el tipo que estaba detrás de esas amenazas, por lo que ahora no podía confiar en nadie. Trató de disimular para que su hermano no se diera cuenta y al parecer funcionó, el pequeño castaño era muy responsable y no apartaba su mirada de la carretera ni por un segundo.
Llegaron a la universidad y apenas el menor se estacionó, Seokjin se bajó del vehículo con los pelos de punta. Se despidió de Taehyung para no tener que fingir más y empezó a caminar por el pasillo, asustado. Con cada paso que daba, la sensación de que todos lo miraban aumentaba, aunque esto en realidad no fuera así.
Excepto por una sola persona que no le había quitado la vista de encima desde que cruzó la puerta de entrada.
Se topó con Namjoon, pero simplemente se saludaron formalmente y siguieron de largo. Ninguno de los dos sabía si la persona detrás de todo esto, los estaba observando.
Vaya que lo estaba haciendo.
Mentiría sí dijera que pudo concentrarse en sus clases, pues honestamente no era capaz de dejar de pensar en si ese tipo estaba en el mismo salón que él o no. Su corazón latía con fuerza en su pecho y lo único que podía hacer era rogar porque la tarde llegara lo más pronto posible. Así se la pasó toda la mañana hasta que el timbre de salida resonó por todo el lugar, se despidió de Jimin y Yoongi, y salió corriendo en busca de su hermano. Cuando lo divisó entre los alumnos, se encaminó hacia él y como de costumbre, lo encontró hablando con Hoseok.
—Hola chicos— saludó, levantando su mano en el aire.
—Hola— saludaron con una sonrisa, dejando de lado lo que estaban hablando para ponerle total atención.
El castaño mayor les sonrió de vuelta por unos segundos antes de volver a su estado serio y dirigirse hacia el pelirrojo —Hoseok ¿Puedo hablar a solas contigo por un minuto?
—Claro, no hay problema. TaeTae, espérame aquí— le pidió calmadamente, a lo que el susodicho sólo asintió y se quedó recostado a una pared mientras los esperaba.
Se alejaron a una distancia considerable y sólo hasta que Seokjin se aseguró de que Taehyung no los escuchaba, decidió hablar.
—Hoseok, necesito que me hagas un favor.
—Claro ¿Qué necesitas?— preguntó, prestándole total atención.
—Necesito que te lleves a Tae toda la tarde, no sé, sácalo a pasear, llévalo a donde sea pero necesito que él no vaya al departamento hoy.
Ante aquella petición, el pelirrojo frunció el entrecejo —¿Por qué me pides que haga eso, Seokjin?
—No te puedo dar muchos detalles, pero sí te puedo decir que hoy en la tarde saldré a hacer algo importante y no sé cuánto tiempo me demore. No quiero volver a preocupar a Taehyung como lo hice ayer.
—¿La razón por la que anoche llegaste tarde a tu departamento es la misma por la que vas a salir hoy?— Seokjin asintió —¿Y por qué no se lo dices a Tae? Digo, es tu hermano, debería saber lo que le pasa a su hyung.
—No se lo digo porque es algo delicado— ante esta respuesta, el mayor de ambos entrecerró sus ojos, mirándolo no muy convencido —Tal vez después se los diga, pero por el momento ¿Me puedes hacer ese favor?
Hoseok se quedó pensando —¿Y dónde va a dormir?
—Puede dormir en tu casa— propuso.
—¿QUÉ?— alzó la voz con sus mejillas igual de rojas que su cabello.
—Vamos, no dejaría a mi hermanito con cualquier persona. Sé que tú no le harías daño y que lo respetas, por eso confío en ti.
El mayor agachó su cabeza antes de murmurar —Sí sabes que me gusta mucho tu hermano ¿Verdad?
Seokjin asintió —Lo suponía, eres muy evidente y por esa misma razón, puedo estar seguro de que lo cuidarás.
—Está bien— soltó aire bruscamente —No voy a traicionar tu confianza, Seokjin. Cuidaré bien de Tae sin sobrepasarme con él.
—Sé que no lo harás, realmente te lo agradezco.
Fue una medida apresurada, pero de verdad necesitaba que alguien cuidara de Taehyung mientras iba a solucionar este problema ¿Y quién mejor que Hoseok? Además, no quería seguir preocupando más a su hermano.
Caminaron de vuelta hacia Taehyung, notando que éste estaba realmente nervioso. Apenas los vio, se apresuró a guardar algo en su bolsillo y fingió estar mirando hacia las demás personas.
—¿Qué tienes ahí, pequeño?— el castaño mayor preguntó intrigado.
—Nada— se apresuró a decir, desconcertando tanto a Seokjin como a Hoseok.
—¿Okay?— soltó no muy convencido.
En ese momento, el castaño miró a Hoseok y agradeció en silencio que hubiera entendido la indirecta.
Éste se dirigió a Taehyung con una sonrisa de corazón en el rostro —Pequeño ¿Qué te parece si salimos hoy? Te voy a llevar a comer muchas cosas deliciosas.
—¿De verdad? ¿Todo lo que yo quiera?— sus ojitos se iluminaron.
—Lo que tú quieras— aseguró.
—¡Sí! Vamos entonces.
Sino fuera por la situación en la que estaban, Seokjin hubiera regañado no tan severamente a Taehyung por aceptar la petición sin ni siquiera molestarse en pedir permiso. Tal vez era porque ya estaba creciendo... ¡Pero no importaba! Seguía siendo su hermanito pequeño, no importaba cuantos años tuviera.
Los tres se dirigieron al estacionamiento y se subieron al auto. Sólo hasta ese entonces, Seokjin se sintió un poco más tranquilo, quería salir de ahí lo más pronto posible.
Cuando llegaron al departamento, Taehyung se fue corriendo hacia su habitación y a los segundos regresó con el mismo nerviosismo de antes. Hoseok lo invitó a quedarse a dormir en su casa, lo que provocó que sus mejillas adoptaran un color rojizo. Se giró hacia su hermano, como si le estuviera pidiendo permiso con la mirada, a lo que Seokjin asintió con una sonrisa leve; gracias a esto, el menor terminó aceptando.
Por favor, no le quites la virginidad a mi pobre TaeTae esta noche
Pidió mentalmente, como si esperara que Hoseok pudiera leer sus pensamientos.
Tal vez no leyó éstos, pero sí sus ojos. Al parecer, entendió lo que le quería decir y respondió con una pequeña sonrisa.
—Cuídate mucho y no te preocupes si no te contesto el teléfono, tal vez se me descargó ¿De acuerdo?— sostuvo a Taehyung por los hombros mientras le decía esto, tal cual una madre cuando sus hijos van a salir a una fiesta.
—Está bien, hyung— respondió sonriente y emocionado.
—Que les vaya muy bien— fue lo último que alcanzó a decir antes de que cerraran la puerta.
Bien, manos a la obra.
Le marcó a Namjoon y a Yoongi, quedando de verse en su departamento para planear cómo iban a ir a esa dirección. Después de acordar verse dentro de media hora, se dispuso a arreglar el lugar, no quería que los mayores vieran el desorden que él y su hermano habían formado en la mañana. Llegada la hora, detuvo sus movimientos al escuchar el timbre siendo tocado.
—Hola— fue lo primero que dijo al abrir la puerta y los dejó pasar.
—¿Estás bien?— Namjoon preguntó preocupado.
El castaño asintió —Me he sentido algo incómodo, pero aparte de eso estoy bien.
—Seokjin— esta vez habló Yoongi —¿No te han llegado más amenazas?
—No ¿Por qué?
—Por nada— negó, restándole importancia.
Allí terminaron de planear cómo iban a llegar a esa casa. Al parecer, Yoongi consiguió que su hermano mayor le prestara su arma, por lo que cargaba ésta en su estuche y a su vez, éste estaba amarrado a su cinturón.
Ya con todo listo, salieron del departamento del castaño y se dirigieron a la camioneta de Namjoon.
El viaje se le hizo eterno a Seokjin; a cada segundo que pasaba, su corazón latía con más fuerza en su pecho. De repente, un montón de preguntas arrollaron su cabeza ¿Y si era un tipo peligroso? ¿Qué tal que se enfadara por haber ido a su casa y subiera las fotos?
No, tenía que ir calmado, calmado, calmado...
¡Al demonio! Calma es lo que le faltaba ahora.
Se perdió tanto entre sus pensamientos que no notó cuando Namjoon empezó a llamarlo y a tocar su hombro.
—Seokjin... ¡Seokjin!
—Ah ¿Qué?— reaccionó de repente.
—Ya llegamos— estas palabras provocaron que casi le diera un ataque cardíaco —¿Seguro que esta es la dirección, Yoongi?— se dirigió al susodicho.
—Tan seguro como que me gusta el piano.
—Muy bien.
Bajaron del auto, obviamente con gorras y tapabocas puestos, no querían alertar a quien fuera el que viviera en esa casa. Inconscientemente, Seokjin se aferró al brazo de Namjoon, porque de algún modo, éste le brindaba algo de confort.
Yoongi fue primero y tocó la puerta mientras que con la mano que tenía libre, desenfundaba el arma.
Escucharon el sutil sonido de la puerta abriéndose, dejándoles ver a un chico pelinegro que ninguno de los tres habían visto en su vida. El chico apenas los vio, abrió sus ojos asustado y trató de cerrar la puerta de golpe, pero Yoongi lo detuvo a tiempo, logrando adentrarse en la residencia y apuntarle con el arma a la cabeza.
—¡¿Quién eres?! ¡Dímelo ahora!— le gritó, mientras Namjoon se encargaba de cerrar la puerta con seguro.
El chico seguía sin decir nada, al parecer, Yoongi lo había intimidado con el arma.
—Y-yo...
—¿Tú qué, maldito? Tú eres el tipo que le mandó esas amenazas a Seokjin, ¡¿Verdad?!— preguntó con un tic en el ojo, producto de la ira que sentía por tener en frente a la persona que tanto daño les estaba haciendo a sus amigos.
—Y-yo no...— fue interrumpido porque Yoongi lo tomó del cuello y puso su arma directamente en su cabeza, como si le fuera a disparar a quemarropa.
—Por favor, no me dispare— rogó con lágrimas en sus ojos —Yo no amenacé a su amigo, se lo juro.
—Yoongi, espera— el castaño lo detuvo —No te vayas a salir de control y le termines disparando. Piensa bien las cosas y contrólate de una buena vez.
Yoongi pareció meditarlo unos segundos. Soltando un bufido, se alejó bruscamente de él sin dejar de apuntarle con el arma.
Seokjin se dirigió serio hacia el chico, quien le estaba agradeciendo con la mirada el haberle salvado la vida. Se detuvo a una distancia considerable y preguntó con voz fría:
—Si no fuiste tú ¿Entonces quién me amenazó?
El pelinegro lo miraba asustado. Con los ojos aguados, agachó su cabeza para después responder —No puedo decir su nombre, si lo hago él me va a matar.
Un sentimiento de frustración combinado con desesperanza lo abrumó. Yoongi se dio cuenta de esto, por lo que le gritó al chico, aún apuntándolo con el arma.
—¿Y cómo podemos estar seguros de que no eres tú el de las amenazas y te estás haciendo pasar por víctima?
—Porque ni ustedes me conocen, ni yo los conozco a ustedes. ¿Qué tendría yo en contra suya para amenazarlos?
Los tres se quedaron pensando por un momento y llegaron a la conclusión de que el chico tenía razón, pero de igual forma, si era cierto lo que decía, debía estar vinculado con el maldito que estaba haciendo esto.
—Si no me dices su nombre, yo mismo voy a dispararte— esta vez, Namjoon fue el que amenazó, sorprendiendo y asustando a todos en la sala.
—¿Qué estás diciendo, Namjoon?— Seokjin lo encaró, cruzándose de brazos.
—Lo que oíste, Seokjin. Este tipo no quiere colaborar y si no empieza a hacerlo a partir de ahora, voy a enloquecer— se acercó peligrosamente al chico, agarrándolo por el cuello de la camisa —Si no hablas ya, el que te va a matar soy yo.
Y sin más, el chico empezó a llorar.
Seokjin ya no sabía qué pensar. Ese chico no parecía malo, pero aún no lograba entender porqué estaba metido en esto. Habían muchas cosas que estaban fuera de lugar.
—Namjoon, déjalo— pidió, acercándose al susodicho y al chico.
—Pero...
—Dije que lo dejes— y sin necesidad de decir más, el moreno lo soltó. El chico se sentó en el suelo, llevando sus piernas hacia su pecho y escondiendo su rostro —Escúchame— se acercó y se puso de cuclillas frente a él, sintiéndose un poco mal al notar que no había dejado de llorar —No sé en qué mierda estás metido, pero si colaboras con nosotros, te prometo que nadie te va a hacer daño.
El pelinegro sacó su cabeza de su escondite, mirándolo asustado y triste —No sé porqué me tuve que meter en esto— suspiró —Él me da miedo, estoy seguro de que si lo traiciono, me va a volver a golpear.
—¿Tan malo es?— frunció el entrecejo.
El chico dio un asentimiento —Accedí a ayudarle porque si no lo hacía, me iba a ir peor.
—Así que tú sólo fuiste un medio— concluyó Yoongi.
Volvió a asentir —Les pido que no me hagan nada, por favor. Yo sé del problema que ustedes tienen, pero les juro que no le diré nada a nadie.
—Eso no va a ser así tan fácil— Namjoon se acercó —Queremos que nos digas el nombre del tipo que está detrás de todo esto.
El pelinegro lo miró inseguro. Con su voz más tranquila, Seokjin decidió hablar —Él no te va a hacer nada, lo prometo.
El chico pareció pensarlo unos segundos pero después empezó a negar rápidamente —No puedo.
Los tres estaban estresados, pero más que todo Seokjin. Querían que les dijera el nombre del responsable para que Yoongi se encargara de él, pero el chico simplemente no colaboraba.
—¿Por lo menos nos puedes decir tu nombre?— preguntó el moreno, irritado por la actitud del chico.
—¿Eh? ¿Para qué?— frunció el entrecejo, confundido.
—Si quieres que dejemos de desconfiar de ti, dinos tu nombre. Creo que no tiene nada de malo ¿O sí?— cuestionó Yoongi.
El chico suspiró resignado.
—Soy Jungkook.
©AlejaDeMin
Capítulo dedicado a @EL_CALZON_DE_NAM Feliz cumpleaños, Wawi 💖😘
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