Después de eso, esperó por otros diez minutos hasta que Seokjin se terminara de arreglar y la verdad, consideraba que la espera había valido la pena.
Vio salir al castaño con una camisa azul, un jean del mismo color y unos zapatos negros. Se levantó del mueble y se acercó a él.

—Te ves muy lindo, Jinnie— se animó a decir.

Un ligero sonrojo se adueñó de las mejillas del castaño —G-gracias.

Salieron del departamento y se encaminaron hacia el auto del mayor. El viaje fue bastante callado, tanto, al punto de generarse un silencio algo incómodo. Decidido acabar con éste, el moreno optó por poner música para aligerar el ambiente. A esa hora, en la radio resonaba Never Give Up On You, al escucharla, se relajó inmediatamente y al parecer, Seokjin también lo hizo.

Llegaron a la casa de Yoongi, quien ya los estaba esperando en la puerta. Bajaron del vehículo y fueron hacia él.

—Hola, Seokjin— saludó, alzando su mano en el aire.

—Hola, Yoongi— respondió nervioso, desviando la mirada.

¿Por qué se pone nervioso?

—Bueno, no perdamos más el tiempo, entremos— animó el mayor de los tres y acto seguido, se adentraron en la casa.

Al ingresar, el pelimenta le ofreció algo de beber al castaño, éste solamente le pidió un vaso con agua para no molestarlo. Yoongi dio un asentimiento y se fue a la cocina para servirlo, dejándolos ambos solos.
En ese momento, Namjoon aprovechó y lo sentó a ambos en el cómodo mueble. No pudo evitar sentir el castaño nervioso, sus manos temblaban y sus mejillas estaban rojas. Llevó una mano a su pierna y la acarició con delicadeza.

—¿Por qué estás tan nervioso?

—Yoongi sabe lo que pasó— respondió sin mirarlo —Me da mucha vergüenza verlo a la cara, sabiendo que él está enterado de lo hicimos en el salón.

—No debes de ponerte nervioso, Yoongi es de confianza y te puedo asegurar que no se lo dirá a nadie.

—Además no te voy a juzgar, Seokjin— apareció el pelimenta con el vaso de agua, al parecer había escuchado la conversación —Estoy consciente de lo que hay entre ustedes dos y aunque es un poco raro porque son profesor y alumno, tengan en cuenta que de mi boca no saldrá ni una sola palabra.

—Gracias, Yoongi— agradecieron al unísono.

—No hay de qué. Ahora sí ¡Manos a la obra!

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero de lo que sí estaba seguro era de que ya estaba de noche y no era precisamente temprano. Habían pasado el resto de la tarde observando a Yoongi teclear en su computadora cosas que ninguno de los dos se entendía, ah y también comiendo pizza, ésta última había sido de gran ayuda para calmarle los nervios a Seokjin.

Sin darse cuenta, Namjoon había caído profundamente dormido.
Frunció el entrecejo al sentir cómo alguien lo removía, poco a poco fue abriendo sus ojos hasta encontrarlos con los gatunos de Yoongi.

Al verlo, se levantó exaltado —¡¿Me quedé dormido?!

—Sí, pero no hagas mucho ruido— habló muy bajo señalando a su lado. Seokjin también estaba dormido y, a decir verdad, se veía muy adorable.

—Lo siento— habló en el mismo tono que él para procurar no despertarlo.

—Tienes que ver esto.

Ambos se levantaron del mueble y se sentaron frente a la computadora. Yoongi le mostró una larga lista de datos y códigos que Namjoon no logró entender. Por lo que al ver la evidente confusión en los ojos de su mejor amigo, el pálido decidió hablar.

—Te explico, estos códigos representan el lugar y la hora de donde provinieron los mensajes. Después de revisar cada uno de los códigos logré desencriptar la dirección de la casa ¿Y qué crees? No queda muy lejos de aquí.

De inmediato, el moreno sonrió feliz, realmente lo había logrado —¡Gracias, gracias, gracias! Eres el mejor, Yoongi.

—Lo sé, no tienes que decírmelo— hizo un ademán con su mano, restándole importancia.

—Seokjin se pondrá feliz con la noticia, lo despertaré e iremos a esa dirección ahora mismo— pero antes de que siquiera pudiera levantarse, Yoongi lo sostuvo del brazo, impidiéndole hacerlo. Sin mirarlo, habló en voz muy baja.

—Sí sabes qué hora es ¿Verdad?

—Am... No— alcanzó su teléfono y miró la hora.

01:34 a.m.

—¿Qué mierda?— fue lo único que pudo decir.

—Es demasiado tarde, Namjoon— seguía sin mirarlo —Recuerda que hoy tienes clases temprano, Seokjin también. Además ¿Qué ganarías con ir ahora? No sabemos con quién estamos tratando o si es peligroso o no. No puedes ni arriesgarte tú, ni arriesgarlo a él— instantáneamente, ambos voltearon a ver al menor, quien aún seguía durmiendo plácidamente.

—Puedo ir con la pol...— se calló de inmediato. ¿Cómo mierdas planeaba llamar a la policía en estos momentos? Sería como entregarse a sí mismo.

—Exactamente— dijo de repente, como si hubiera leído sus pensamientos —Lo mejor es que vayan hoy en la tarde, es más, yo voy a ir con ustedes.

—¿Tú?— arqueó una ceja.

—No pueden ir con la policía para que los proteja, pero se te olvida que mi hermano mayor lo es, tiene unas cuantas armas, simplemente se las pediré y ya.

—Es verdad... ¿Pero qué le vas a decir para que te las dé? No creo que te las vaya a dar así tan fácil.

—Soy su consentido— respondió, mirando a otro lado —Le inventaré cualquier excusa y él me creerá, no te preocupes por eso.

—De verdad te lo agradezco, Yoongi.

—No hay de qué, ustedes son mis amigos. Pero bueno, ya no más sentimentalismos. Creo que deberías llevar a Seokjin a su casa y de paso ir a la tuya— soltó, levantándose del suelo.

—Creo que sí— se levantó y se dirigió al mueble donde estaba acostado el castaño, le parecía tan tierno verlo dormido, con su respiración calmada y sus labios ligeramente abultados, haciéndole parecer que estaba haciendo un puchero. Quería asegurarse de que estaba profundamente dormido —¿Jinnie?— habló en un tono de voz considerable como para poder despertarlo. Al ver que no reaccionó, volvió a llamarlo.

Nada. Era su oportunidad y no la iba a desaprovechar.

Se acercó lentamente a su rostro y dejó un casto beso en sus labios, pero no se separó. La adrenalina de que Seokjin se despertara y lo mandara a la mierda estaba presente, pero no le importaba, quería probar esos labios carnosos otra vez. Cuando vio que se removía, se separó rápidamente, encontrándose a Yoongi mirándolo con una ceja arqueada, su mirada seria y sus brazos cruzados. Ante ello, frunció sus labios y puso su dedo índice sobre ellos, haciéndole señas para que no se lo dijera. Yoongi sólo le respondió juntando su dedo índice y pulgar, para después pasarlos por sus labios.

Sin duda, Yoongi es el mejor.

—Mm ¿Qué hora es?— Seokjin se había despertado.

—Ya es de madrugada, Jinnie— respondió el moreno con voz calmada.

—¡¿Qué?!— abrió los ojos de golpe y se levantó de igual forma.

—Tranquilo, tenemos una buena noticia— informó, tratando de calmarlo.

—¿Qué cosa?— lo miró fijamente.

—Yoongi encontró la dirección del tipo que te envió esos mensajes.

—Y en la tarde iremos los tres a confrontarlo— completó el pelimenta.

Los ojos del castaño se abrieron en grande, dejándolos ver llenos de brillo y esperanza —Espero que esto resulte. Muchas gracias.

Después de un rato más, decidieron despedirse de Yoongi y dirigirse a sus respectivas residencias. Namjoon llevó a Seokjin hasta su departamento y no se retiró hasta verlo entrar al edificio.

Siguió conduciendo hasta su casa y cuando llegó, alistó todo para sus clases de la mañana, se quitó la ropa que traía y en su lugar, se colocó un pantalón corto para dormir y dejó su torso desnudo. Se cepilló los dientes y antes de acostarse a dormir, revisó su teléfono.

Tenía un mensaje de Seokjin.

Seokjinnie

Llegué bien al departamento.
Tae casi me mata por la hora,
pero le dije que estaba cansado
y le explicaría en la mañana.

Espero que hayas llegado bien,
nos vemos en la universidad, ten
una linda noche. Cuídate.

02:13 a.m.

No pudo evitar sonreír por el mensaje, le respondió y minutos después, cayó profundamente dormido.

Namjoon

Estoy seguro que lo entenderá y sino,
me avisas y le invento una buena
excusa mañana. Me cuidaré, tú
también hazlo.

Ten una linda noche, descansa.

02:30 a.m.

©AlejaDeMin