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CAP 16: "Ayuda"

Había estado sentado en aquel mueble por lo que le pareció una eternidad, pero al sacar su teléfono se dio cuenta de que apenas había pasado media hora. Decidió cargar a Seokjin, quien hasta el momento seguía profundamente dormido; lo llevó hasta lo que parecía ser su habitación y lo dejó con mucho cuidado sobre la cama. Esbozó una sonrisa al ver su rostro tan pacífico, mostrando aquella tranquilidad que tanto le hacía falta hace unos minutos. ¿Cómo alguien podría siquiera pensar en hacerle daño a un ser tan angelical como Seokjin? Simplemente, no lo entendía.

Después de estarlo observando por unos cuantos segundos más, lo cubrió con una manta, salió de la habitación y cerró la puerta. Se dirigió hacia la sala de estar y se sentó en un sillón a ver la pantalla de su teléfono apagado, como si haciendo esto se fuera a presentar alguna solución a este problema. Al parecer sí funcionó, pues una brillante idea pasó por su mente. Rápidamente, encendió su teléfono y buscó entre sus contactos el nombre de la persona que lo podría ayudar en estos momentos. Al encontrarlo, marcó su número y esperó en la línea.

Hola Nam ¿Qué pasa?— se escuchó del otro lado, una vez contestó.

—Sé que es muy descarado de mi parte, pero necesito tu ayuda y es urgente— caminó hacia la cocina para hacer el menor ruido posible.

¿Ahora qué hiciste?

—Lo lamento, pero el problema en que estoy metido no te lo puedo contar por teléfono. ¿Puedo ir a tu casa?

Sabes que sí, sólo espero que no hayas metido la pata hasta el fondo porque si es así, yo mismo te la voy a partir.

Tragó grueso. Bueno, tendría que ir buscando el yeso.

Luego de un intercambio más de palabras, colgó y se dirigió a la puerta para irse, no sin antes dejarle una nota a Seokjin y darle un pequeño vistazo para asegurarse de que siguiera durmiendo. Cuando se percató de que así era, abrió la puerta y salió del departamento.

Al salir del edificio, tuvo que correr hacia su auto ya que estaba a punto de ser multado por un oficial de tránsito, ésto porque había dejado su camioneta en un lugar que claramente decía "Prohibido estacionarse". Le tomó menor importancia y pasó de largo al oficial antes de que pudiera hacerle la multa, no tenía tiempo para estupideces.

Condujo hasta la casa de la persona que lo podía ayudar. Al llegar, se estacionó debidamente, bajó del auto y tocó el timbre. Segundos después, Yoongi le abrió la puerta y lo dejó pasar con una cara de puño que lo llegó a intimidar un poco.

—¿Me puedes explicar qué mierda hiciste, Kim Namjoon?— no hubo ni siquiera un "Hola", el pálido fue directo al grano.

Después de sentarse y recibir un vaso con agua, le explicó todo lo que había acontecido; desde lo sucedido en la dirección, hasta los mensajes y amenazas por parte de ese número desconocido. Sabía que podía decirle todo esto con total confianza; ese gruñón pelimenta junto a Hoseok eran los únicos amigos a los que les confiaba su vida y sabía que nunca lo traicionarían.

Cuando terminó su relato, se preparó para recibir el golpe que Yoongi le había prometido. Éste estaba completamente serio y sólo daba indicios de querer golpearlo por su estupidez, pero contrario a lo que pensó que haría, el pelimenta se limitó a dejar salir un suspiro pesado para después dirigirse a él.

—Normalmente, soy tu consejero y siempre te saco de apuros— hizo una pausa que le dio muy mala espina —Y esta vez no va a ser la excepción.

¿Había oído bien?

¿De verdad le iba a ayudar?

¿Ya había mencionado que Min Yoongi es un ángel?

—¡Muchas gracias!— agradeció con total alegría y sin dudarlo, se abalanzó sobre él para abrazarlo.

—Ya ya, suéltame, me asfixias— se quejó, tratando de zafarse del agarre del mayor.

—Lo siento, pero es que estoy realmente feliz de que accedas a ayudarme, sabiendo que siempre cometo un error peor que el anterior.

—Precisamente por eso tengo que ayudarte, tengo que asegurarme de que salgas de cada problema en el que te metes. Si no lo hago yo ¿Quién lo hará?

El rubio dejó salir una risa nasal —¿Te olvidas de Hoseok?

—No me olvido de él, pero yo tengo más madurez para aconsejarte.

No iba a oponerse a su opinión sabiendo que lo iba ayudar. En definitiva, es el mejor amigo del mundo.

—Bueno ¿Y cómo sugieres que te ayude, Nam?— preguntó, acomodándose en el sillón.

—Tú sabes mucho de tecnología. Eres como el hacker del grupo— ante esto, el pálido retiró un mechón de su cabello, colocándolo detrás de su oreja —Pues estaba pensando en que tal vez, podrías rastrear el número y descubrir quién está detrás de todo esto— propuso —Eres muy bueno para esto, Yoongi.

—Ya sé que soy bueno, no tienes qué recordármelo— como siempre con su orgullo por delante —Y está bien, déjame traigo mi computadora y...

—¡Espera!— lo interrumpió —No tengo el teléfono conmigo, lo tiene Seokjin.

El pálido no pudo evitar darse un facepalm, para después regañarlo con la mirada —¿Entonces cómo diablos pretendes que te ayude, si ni siquiera traes el teléfono en cuestión?

El mayor de encogió de hombros con una sonrisa nerviosa. Si no lo había llevado fue porque no estaba seguro de que él accedería a ayudarlo.

—Bien, no perdamos más el tiempo. Ve a la casa de Seokjin y trae su celular.

—¿En serio voy a tener que regresar?

—Tú eres el del problema, yo lo puedo solucionar a la hora que tú decidas; si quieres ya o hasta que ese hijo de puta envíe las fotos a la dirección.

—Ya, está bien, iré— bufó.

Se levantó a regañadientes y segundos después salió de la casa. No quería regresar porque odiaba la idea de tener que despertar a Seokjin, pero tal parece que tendría que hacerlo.
Regresó al edificio y esta vez se preocupó por dejar el auto en el estacionamiento. Subió nuevamente, pero esta vez por el ascensor, tocó la puerta y para su sorpresa, Seokjin le abrió con cara de haberse levantado hace rato.

—¿Namjoon? ¿Qué haces de nuevo aquí? Pensé que estarías donde Yoongi.

—Así fue ¿Y qué crees? Accedió a ayudarnos.

Los ojitos del menor se iluminaron en pura felicidad —¿De verdad?

—Sí, sólo que necesitamos tu teléfono. Yoongi va a rastrear el número desde su computadora y va a averiguar quién es el responsable de todo esto.

—Oh, está bien, entonces no perdamos tiempo y vamos de una vez.

—¿Ah? ¿Tú vas a ir conmigo?— tragó saliva, nervioso.

—Claro, yo también estoy metido en este problema, tengo el derecho y la obligación de estar ahí.

—Ah, t-tienes razón, vamos— si era honesto, no quería que el castaño fuera. No sabía qué clase de ocurrencia se le podría soltar a Min Yoongi; que lo hiciera quedar en ridículo o peor aún, que le revelara que a él le gustaba Seokjin.

—Déjame voy y me cambio de ropa. Siéntate, no demoraré— invitó, haciéndose a un lado para que el moreno ingresara al departamento.

Así lo hizo, se sentó en el sofá y apenas vio que el menor cerró la puerta de su habitación, sacó su teléfono para escribirle a Yoongi, tenía que avisarle que Seokjin iría y de paso advertirle que no le fuera a decir nada raro.

Namjoon

Oye Yoongi, voy a ir con Seokjin.
Por favor, no vayas a comprometerme
con nada, ni le digas lo que te
dije la vez pasada.

04:07 p.m.

Yoongi

Hablas de...
Me encanta Seokjin, es precioso, blah
blah blah...

04:08 p.m.

Namjoon

¡Oye, yo no hablo así! Pero sí,
hablo de eso.

4:08 p.m.

Yoongi

Haré lo posible para que no se
me suelte, por cierto, pregúntale
a Seokjin qué tipo de pizza prefiere,
voy a ordenar.

04:09 p.m.

Namjoon

¿Cómo puedes pensar en comer
en estos momentos?

04:09 p.m.

Yoongi

El hecho de que estén pasando por
un problema, no significa que van
a dejar de comer. Ya, no seas payaso
y pregúntale que voy a pedir el
domicilio.

04:09 p.m.

Yoongi tenía razón. Se levantó y dirigió a la habitación de Seokjin. Sin tocar antes la puerta, la abrió y se encontró con el menor de espaldas, únicamente portando su bóxer.

¿Que si se calentó? Por supuesto que sí.

—Am...— no pudo decir ni una sola palabra más.

—¡NAMJOON! ¿¡QUÉ HACES AQUÍ!? ¡ME ESTOY VISTIENDO!— gritó tan fuerte que provocó que un pitido se estableciera en el oído del mayor.

—¡Lo siento, lo siento! Yo no sabía que aún no habías terminado de cambiarte— se disculpó, volteándose para darle algo de privacidad —Yoongi me preguntó qué clase de pizza te gusta, para ir ordenando mientras llegamos— dijo tapando y destapando su oído para que el pitido se fuera.

Su mirada se ablandó un poco —Dile que me gusta la hawaiana y para la próxima, toca la puerta antes, por favor.

—Sí, lo haré. No quiero terminar aturdido de nuevo— rió —Ya se lo digo.

Salió, cerrando la puerta tras de sí. Se sentó y le volvió a escribir al pálido.

Namjoon

Prefiere la hawaiana, Yoongi.

04:12 p.m.

Yoongi

¡Perfecto! Los espero.

04:13 p.m.


Y sin decir más, se desconectó.

©AlejaDeMin

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