Estaba sentado cómodamente en su escritorio, revisando unos cuantos exámenes que había hecho en la semana.

Terribles, como siempre.

Estaba a punto de considerar la idea de reprobarlos a todos, hasta que el sonido de una llamada entrante lo distrajo de sus pensamientos. Sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y miró el nombre en la pantalla.

«Seokjinnie»

Sin pensarlo ni un segundo, contestó.

—Hola Seokjin ¿Cómo estás?

—Tenemos un problema— su voz sonaba bastante preocupada y eso lo alarmó.

—¿Qué sucede?— preguntó frunciendo el entrecejo.

—Es mejor que lo veas por ti mismo, te espero en mi departamento.

—De acuerdo, dame unos minutos y estoy ahí— iba a colgar hasta que unos sollozos lo hicieron frenar en seco.

—Namjoon.

—¿Sí?

—Date prisa.

Sin esperar más, colgó el teléfono y corrió al estacionamiento donde guardaba su camioneta, se subió y arrancó a toda velocidad.

Por favor, que no le haya pasado nada grave.

No paraba de pensar en la voz y el tono en que Seokjin le había llamado. Se desconcertó mucho y por supuesto que se preocupó ¿Qué le habría pasado?

No tardó mucho en llegar al edificio de departamentos donde vivía Seokjin. Éste le había dado la dirección cuando en una salida se les hizo tarde y el mayor se ofreció a llevarlo en su auto. Se estacionó en la orilla de la calle, entró al edificio y subió corriendo las escaleras hasta el cuarto piso, no tenía tiempo ni paciencia para tomar el ascensor.

Cuando llegó al piso indicado, buscó el departamento 104 y tocó la puerta. No tuvo que esperar mucho, pues en un par de segundos la puerta fue abierta, dejándolo ver la imagen más desgarradora que jamás pudo haber tenido la desdicha de apreciar. Seokjin tenía los ojitos hinchados de tanto llorar, sus mejillas y nariz estaban completamente rojas y hasta el momento seguía sollozando. Sin pensarlo dos veces, Namjoon entró y lo abrazó con fuerza, no creía que el problema fuera tan grave al punto de hacer llorar a su pequeño Seokjinnie.

Éste último correspondió el abrazo y se quedaron así durante un par de minutos, el castaño empapando su hombro de lágrimas y él tratando de contener las suyas. Seokjin necesitaba apoyo en estos momentos, no podía dejar que lo viera débil a él también.

—¿Que sucedió, Jinnie?— preguntó mientras se separaba del abrazo, una vez se aseguró de que el castaño ya había dejado de llorar.

—Siéntate primero, te voy a mostrar— se limpió las lágrimas con el antebrazo, cerró la puerta y señaló el mueble más cercano para que se sentara.

Una vez lo hizo, Seokjin se dirigió a la cocina y regresó con un vaso de agua, se lo entregó y se sentó a su lado.

Se le hacía un poco extraño que Taehyung no estara. Sí, ya sabía que el castañito era hermano de Seokjin, pues éste último se lo había presentado el primer día que fue a su departamento, sobra decir que casi rompe el suelo con su mandíbula.

Volviendo al tema, el menor casi siempre estaba en el departamento, por lo que no pudo evitar preguntar por él —¿Y Taehyung?

—No quería que me viera en esta situación, así que llamé a Hoseok para que lo llevara a dar un paseo.

Namjoon asintió comprendiendo —Entonces... ¿Qué es lo que me querías decir?— preguntó, pero inmediatamente se arrepintió al ver sus ojos volver a llenarse de lágrimas —No, por favor no llores más— pidió mientras lo volvía a abrazar.

—Lo siento— ¿Por qué se disculpa? —Siento haberte metido en esta situación a ti también, Namjoon.

Estaba enloqueciendo, necesitaba saber qué era lo que había sucedido. Al parecer, Seokjin entendió la expresión de confusión de Namjoon porque se apresuró a desbloquear su celular.

El moreno vio cómo se metió a la aplicación de mensajes y abrió un chat que no tenía ni nombre, ni foto de perfil. Seokjin apretó el celular entre sus manos y haciendo un esfuerzo por no volver a llorar, se lo entregó.

Tomó el teléfono entre sus manos y miró lo que se mostraba en la pantalla. Tuvo que hacer su mayor intento porque sus ojos no se llenaran de lágrimas, al igual que los de Seokjin. No lo podía creer ¿Quién era este malnacido?

[Número desconocido]

Hola precioso, ya sé que te estarás
preguntando quién soy. Bueno,
digamos que soy cómplice de los
jueguitos que tienes con ese profesor
¿Y que como lo sé? bueno, aquí está
la prueba:

[FOTO]

[FOTO]

[FOTO]

02:23 p.m.

Aquellas fotos eran de la vez que tuvieron ese encuentro tan íntimo en el salón de clases y por supuesto, eran fotos bastante comprometedoras. En la primera, Namjoon estaba sometiendo a Seokjin en el suelo; en la segunda, se les podía ver claramente besándose y en la tercera... Bueno, no hace falta decir lo que pasó después de eso. No estaba de sobra decir que la foto era bien explícita y se podían ver sus rostros claramente. Ahora entendía la razón del llanto de Seokjin, se habían metido en un gran problema y todo por culpa suya.

—Y eso no es todo, sigue bajando— Namjoon hizo caso a sus palabras y cuando leyó lo de más abajo, le dieron unas irremediables ganas de partirle la cara al maldito que estuviera detrás de todo esto.

Si no quieres que envíe estas fotos a
la dirección y peor aún, las publique
en la página escolar, te voy a pedir
que te alejes de ese profesorcillo de
mierda, de lo contrario, atente a las
consecuencias.

02:24 p.m.

Abrazó a Seokjin para tratar de consolarlo un poco, aunque era consciente de que eso no haría mayor diferencia.

—No te preocupes, averiguaré quién está detrás de todo esto, no voy a dejar que nos chantajee de esta manera.

—¿Pero y si cumple con su amenaza? ¿Qué tal que le muestre estas fotos al director? Tú puedes ir preso y yo expulsado, no quiero que nada de eso pase— se acurrucó y se recostó a su lado para después pronunciar en voz baja —No quiero separarme de ti, Namjoon.

—Yo tampoco quiero eso, Jinnie— lo abrazó y besó su cabeza —Te juro que encontraré al maldito que te está enviando estos mensajes y se lo voy a hacer pagar.

El castaño sólo asintió con su cabeza y se acurrucó más contra su cuerpo, realmente estaba mal y con todas las razones del mundo. Él no iba a permitir que su precioso castaño pasara por todo esto, además, él también tenía el filo de la espada en el cuello y sinceramente, la idea de pasar el resto de su vida en la cárcel no le agradaba ni poquito.

La respiración de Seokjin se fue calmando poco a poco hasta que Namjoon se dio cuenta de que se había quedado dormido, era lógico, debía tener los párpados pesados por llorar tanto. El mayor de ambos se quedó en la misma posición para no despertarlo, acariciando con suma delicadeza su cabello mientras pensaba qué iban a hacer ahora.

©AlejaDeMin