CAP 12: "Necesidad 🔞"
Ahí se encontraba de pie en la mitad del pasillo, viendo de lejos cómo Seokjin se dejaba hacer y manipular por ese tipo ¿Por qué no lo empuja y sale corriendo? Debería de hacerlo, si Yoongi tiene razón y ellos no son nada... ¿Por qué tiene que determinarlo siquiera? ¿Por qué no lo envía a la mierda de una vez? Pero sobre todo... ¿Por qué le importa tanto?
Trataba de convencerse a sí mismo de que no debería de importarle nada en lo que concierne a Seokjin, pero ahí se hallaba, hecho un puñado de celos y sin poder hacer nada. No podía decirle nada porque al igual que con ese tipo, él no era nada del castaño y sí se atreviera a abrir la boca, sólo sería para problemas. Esto era una completa mierda.
Estudiantes y profesores pasaban y lo saludaban, él apenas sí respondía, pero no prestaba mucha atención. Esto hasta que después de lo que pareció una eternidad, ese tipo al fin lo soltó.
Pudo observar como el castaño lo abofeteaba y lo empujaba lejos de sí. Algo dentro de Namjoon se alegró de que lo hiciera, estaba feliz de que se hubiera quitado a ese tipo de encima. Se dirigió hacia ellos y habló con autoridad.
—¿Qué está pasando aquí, jóvenes?— habló con toda la seriedad que pudo a pesar de que por dentro se estaba muriendo de la risa al ver la mejilla colorada del pelinegro.
—Nada— respondió el chico bastante serio, agachando su cabeza.
—Ya veremos eso— se dirigió a Seokjin —¿Qué estaba pasando? Vi perfectamente que usted lo golpeó.
—Son asuntos personales, profesor— se limitó a decir sin mirarlo a la cara.
En ese momento, el moreno se molestó ¿Por qué no le contaba? ¿No que eran amigos? Bueno, se suponía.
Únicamente quería que tuviera la confianza de decírselo, de contarle que ese chico lo estaba acosando para tener una excusa de romperle la cara ahí mismo. Al ver que ninguno hablaba, se resignó, tomó aire y volvió a hablar.
—Pues ustedes saben perfectamente que las peleas están prohibidas en esta universidad, si tienen algún problema, con gusto pueden resolverlo en la dirección.
Las mejillas de Seokjin se tornaron de color rosa. El mayor sabía perfectamente la razón de ello y una pizca de burla se adueñó de su mirada.
—Joven Jackson, por favor váyase. Necesito hablar con Seokjin— el chico sólo bufó y se largó a regañadientes.
Cuando ya estuvieron solos, el primero en hablar fue el menor —En primera ¿Cómo sabes su nombre? En segunda ¿Desde hace cuánto nos estabas observando? Y en tercera ¿De qué quieres hablar?— preguntó en un tono bastante serio, lo cual provocó que el estómago del rubio doliera.
—En primera, Yoongi me lo dijo. En segunda, desde hace un buen rato. Y en tercera, quiero hablar de lo que pasó ayer.
—No tengo nada de qué hablar contigo, Namjoon.
—Claro que sí. Vamos a hablar a solas.
—¿Estás loco? No iré— dijo con firmeza, cruzándose de brazos y poniendo sus pies firmes sobre el suelo.
—No te estaba preguntando— y sin decir más, tomó su brazo con algo de fuerza y lo metió al salón más cercano.
—¡Suéltame! ¡Dije que me sueltes!— el menor trataba de zafarse del agarre del más alto, pero no lo logró.
Namjoon lo sentó en uno de los pupitres para hablar como se debía, pero al ver que el castaño no se quedaba quieto, optó por acostarlo en el suelo y someterlo con su propio peso, poniéndolos a ambos en una posición bastante comprometedora.
—¿Estás loco o qué?— preguntó sin una pizca de gracia mientras trataba de quitárselo de encima —Si alguien nos ve, van a haber muchos problemas.
—Tú no me dejas opción, necesito hablar contigo y tú pones resistencia.
—Ya te dije que no tengo nada que hablar contigo, Namjoon.
—¿Entonces tengo que volver a hacerlo para que recuerdes de qué tenemos que hablar?— lo miró fijamente, pasando su lengua por entre sus labios para remojarlos.
—Ni siquiera lo pienses— apretó sus labios y cerró sus ojos con fuerza mientras el moreno se acercaba lentamente.
Con un brazo, llevó los del menor por encima de su cabeza y con su mano libre, lo tomó por la barbilla para obligarlo a mirarlo. Seokjin seguía con sus ojos fuertemente cerrados.
—Mírame— ordenó, casi arrastrando la voz. El contrario negó con la cabeza, haciendo un sonido de negación con su garganta —Hazlo— tomó con más fuerza su barbilla, sin llegar a lastimarlo.
Lentamente fue abriendo sus ojos hasta conectarlos con los del más alto. Al ver esto, no pudo contenerse más y estampó sus labios contra los ajenos. Empezó a moverlos suavemente, invitándolo a hacer lo mismo y consiguiéndolo después de unos segundos. El castaño empezó a mover sus labios al compás de los suyos, haciéndolos danzar en un beso profundo y lleno de sentimiento. Lentamente, Namjoon fue soltando el agarre de sus brazos para tomar el rostro del menor con ambas manos, al mismo tiempo que éste llevaba sus brazos a su cuello para abrazarlo y atraerlo más hacia su cuerpo. Siguieron besándose, envolviéndose en su propio mundo. Seokjin acariciaba el cabello de Namjoon con suavidad y eso sólo lo hacía querer hacerlo suyo en ese instante. El moreno alejó su mano izquierda del rostro del menor y la llevó a la pierna del mismo, masajeándola por unos segundos antes de levantarla y ponerla a la altura de su cadera.
—Mmg... ¿Qué haces?— preguntó jadeando. Su pregunta fue respondida al instante, cuando sintió el miembro contrario chocar contra su entrepierna, haciéndole soltar un gemido bastante audible —¡Ahh, Na-Namjoon!
Las neuronas del susodicho no estaban funcionando correctamente en este momento, lo único que podía pensar es que quería penetrar al chico debajo suyo y embestirlo como si no hubiera un mañana. Su miembro dolía, necesitaba sacarlo de aquella prisión debajo de su pantalón, pero no iba a hacerlo. Cuando logró reaccionar un poco, se dio cuenta de que esto estaba mal, se había desviado de la razón por la que había metido a Seokjin a ese salón, no se suponía que debía haber pasado esto. Sin decir ni una palabra más, detuvo todo movimiento.
Seokjin lo miró extrañado con sus ojos oscuros y brillantes —Por favor, sigue... Yo...
—Lo siento Seokjin, pero no puedo, no quiero aprovecharme de ti más de lo que ya lo he hecho— dijo decidido dispuesto a levantarse, pero una mano lo detuvo.
—Pero... Me duele— logró decir con sus mejillas rojas por la vergüenza y dirigió su vista hacia otro lado.
En seguida, el rubio entendió a qué se refería, pues no era para nada disimulado el bulto que se había formado en su pantalón.
—¿Estás seguro de que quieres que lo haga?— preguntó algo dudoso mientras se arrodillaba entre sus piernas. Debía asegurarse primero, no quería que se arrepintiera después.
—Seguro... Por favor... Lo necesito.
—Como desees— sonrió con cariño. En ese momento recordó donde estaban, por lo que se levantó y se dirigió hacia la puerta para asegurarla, no quería que nadie interviniera en este momento. Se acercó nuevamente hacia el chico y tomó la pretina de su pantalón, él entendió al instante y levantó un poco su trasero para así, facilitarle el hecho de sacarle la prenda. Namjoon dejó la mencionada hasta sus tobillos, dejando a la vista el bóxer color negro que llevaba puesto y que notoriamente, escondía su miembro deseoso de atención.
Acarició su miembro por encima de la tela, arrancándole unos sonoros gemidos al menor, quien se esforzaba por tratar de callarlos. Namjoon podría quedarse haciendo esto durante horas, pero tiempo era lo que no tenían, por lo que se apresuró y bajó su bóxer, dejando a la vista el delicioso miembro que tenía la punta roja y algo mojada. Sonrió y besó la punta con delicadeza, haciendo que Seokjin arqueara su espalda. Empezó a repartir besos y lamidas por lo largo del falo, tal cual el menor lo había hecho con él el día anterior. Engulló su lengua por la pequeña abertura y sin más, metió todo lo que pudo del miembro a su boca.
Seokjin no dejaba de gemir mientras el mayor chupaba con dedicación su gran miembro, tenía buen tamaño, pero Namjoon sabía que el suyo sin duda era más grande. Pasaba su lengua por todo el largo, delineando cada vena resaltada mientras que con sus labios apretaba toda la extensión. Los dulces gemidos del castaño provocaban que su propio miembro doliera como el infierno. Le encantaba escucharlo soltar palabras sin sentido, jadeos y gemidos, mientras echaba su cabeza hacia atrás. Tomó sus caderas y bajó su cabeza hasta que sus labios tocaron sus testículos, los cuales sin dudarlo, acarició y apretó a su antojo para sobre estimularlo. Seokjin era todo un lío, su cara estaba sudando, sus labios estaban entre abiertos y se podía apreciar como un hilo de saliva escurría de su boca, se veía que no iba a poder aguantar mucho más.
—¡A-ahh Namjoon!— tomó la cabeza del susodicho entre sus manos e hizo que se la chupara a su ritmo. Él sólo se dejó hacer, lo único que quería era darle gusto y hacerlo derramar en su boca —¡N-nam-joon! No... ¡No voy a a-aguantar más! ¡Ahh!— no logró decir nada más ya que se había corrido en grandes cantidades en la boca del mayor. Rápidamente, éste tragó todo el líquido sin dejar rastro en sus comisuras, el sabor era nuevo para él, salado pero delicioso, le encantó.
Ambos se quedaron en esa posición por un par de minutos, tratando de regular sus respiraciones. Seokjin respiraba rápidamente, al tiempo que se levantaba y acomodaba sus prendas y su cabello. El rubio sacó un pañuelo de su bolsillo y con mucho cuidado limpió su frente y cuello, los cuales habían quedado mojados por el sudor. El castaño estaba tan apenado que lo único que hizo fue bajar su cabeza para no tener contacto visual con él. Sólo cuando logró tranquilizarse, habló.
—Lo... Lo siento.
Namjoon frunció el ceño ante esto y se acomodó sus propias ropas —¿Por qué te disculpas?
—Porque no debimos hacer esto, está mal.
—¿Y qué si está mal? Ambos lo disfrutamos ¿O no?
—Pues sí, lo disfruté, pero...— fue interrumpido.
—¿Lo ves? Ahí está, no tiene nada de malo desde que ambos lo queramos.
—Pero usted es mi profesor y yo soy su alumno, si alguien se llegara a dar cuenta de esto, a usted lo echarían y lo meterían a la cárcel.
—Nadie se va a enterar de lo que pasó.
—Entienda, no quiero hacerlo meter en problemas, lo mejor va a ser que usted y yo dejemos de hablarnos, y únicamente lo hagamos cuando sea por cuestiones de estudio.
—Pero yo no quiero dejar de hablarte— insistió desesperado —Esa era la razón por la que quería hablar contigo, quería decirte que tengo intenciones de olvidar todo esto si así lo quieres, pero que no dejemos de hablarnos.
—¿Y por qué tiene tanto interés en seguir hablando conmigo? Sólo soy su estudiante, no tiene porqué estar tan interesado en seguir hablándome ¿O es que le gusto?
Con eso lo había desarmado ¿Cómo quería que le respondiera eso? Si ni él mismo sabía la respuesta. Lo único que sabía es que hasta ayer se consideraba heterosexual, cuando lo besó por primera vez en la dirección. Por alguna extraña razón no dejaba de pensar en él, quería siempre tenerlo a su lado y sobre todo, amaba besarlo, sus labios lo llevaban al paraíso y al infierno al mismo tiempo, su cuerpo era como aquello que le faltaba en la vida y ahora lo tenía de frente. Desde que lo tocó por primera vez, supo que se volvería su droga favorita. No podía dejarlo.
—Yo... No lo sé...— contestó después de un rato —No sé si me gustas ¿De acuerdo? Sólo sé que no he podido dejar de pensar en ti desde lo que hicimos ayer.
—Pero... No le parece extraño, es decir, usted y yo somos hombres y...— nuevamente, fue interrumpido.
—Pero tú eres gay ¿No?
En seguida sus mejillas se tornaron a un color carmesí suave —¿U-usted cómo sabe eso?— preguntó bastante apenado.
—Lo deduje— mintió, no iba a decirle que Yoongi se lo había revelado, no quería tener un problema con su mejor amigo. Seokjin lo miró con algo de duda, por lo que decidió agregar algo más —Vamos ¿Crees que si fueras hetero, te hubieras dejado hacer todo lo que te hice?
—N-no— respondió al final, convenciéndose de lo que decía.
—Vamos, dame una oportunidad, quiero seguir hablando contigo y si quieres que olvide todo esto, lo haré, sólo no me alejes de tu lado.
Seokjin lo miró fijamente, tratando de encontrar una respuesta correcta a su petición. Se estaban arriesgando mucho, pero... La vida se hizo para eso ¿No? Al final dejó salir un suspiro de resignación —De acuerdo.
¿En serio había escuchado bien? Sus ojos se abrieron en demasía y las comisuras de sus labios se levantaron inmediatamente.
—¿De verdad? ¿Lo dices en serio?— sonrió alegremente, tomando las manos contrarias entre las suyas.
Seokjin dio un asentimiento —Aunque aún no me acostumbro, voy a tratar de que seamos amigos ¿De acuerdo? Y concierne a lo de si olvidas o no lo que pasó, creo que el hecho de que te pida que lo olvides no va a hacer que lo hagas. Sólo no lo menciones ¿Sí?
El moreno asintió repetidas veces, aceptaría las condiciones que fueran con tal de no alejarse del lindo castaño —Sí sí, haré todo eso si consigo que no me apartes de tu lado.
Ante eso, Seokjin sonrió. En sus ojos se podía apreciar que era una sonrisa sincera y no una llena de lástima. No podía estar más que feliz, Seokjin le había dado una oportunidad para remediar todo y no lo iba a echar a perder. Sin mediar palabra lo abrazó, consiguiendo que el menor correspondiera a los pocos segundos. Tras separarse, se acercó a su oído y susurró un "Gracias", haciendo que su cuerpo se erizara.
—Creo que debemos salir de aquí antes de que alguien venga y nos vea— sugirió el menor, separándose completamente.
—Tienes razón— Namjoon se dirigió a la puerta y quitó el seguro, después volteó a ver a Seokjin, extrañándose al verlo sentado en uno de los asientos del salón.
Ante su confusión, el castaño soltó una risa nasal —Si no habías caído en cuenta, este es mi salón.
—Ah, sí— se golpeó mentalmente por no notarlo antes —Entonces me voy, nos vemos a la salida o... Mañana.
—Nos vemos, Namjoon— le dedicó una última sonrisa antes de verlo salir.
Para su buena suerte, no había ningún estudiante o directivo cerca, por lo que pudo salir sin levantar sospechas y dirigirse rápidamente al baño de profesores para solucionar el "ligero" problemita que se había formado en sus pantalones.
Al final todo resultó bien, había solucionado el asunto con Seokjin y nadie los había visto...
¿O sí?
©AlejaDeMin
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