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CAP 09: "Familia"

Cuando llegaron al edificio, dejaron el auto en el estacionamiento y subieron por el ascensor hasta llegar al departamento. Al entrar, Jimin tomó asiento en el sofá principal mientras que Seokjin iba a la cocina por algo de jugo para ofrecerle. Mientras tanto, Taehyung llevaba los maletines a sus respectivas habitaciones. Para cuando volvió, el rubio y el castaño se encontraban hablando de cosas triviales hasta que él interrumpió.

—Hyung's— llamó su atención —Tengo hambre.

—Yo también— concordó Jimin.

Seokjin sabía que no alcanzaba a cocinar algo antes de que ese par muriera de hambre, por lo que sugirió salir a comer.

Emocionado por la idea, Taehyung salió corriendo hacia su habitación y a los pocos minutos volvió vestido con una camisa blanca de manga larga y un jean desgastado, el atuendo sin duda alguna le lucía muy bien.

—Uy, qué guapo— halagó el rubio, haciendo que un bonito sonrojo adornara las mejillas del menor. Éste sólo pudo agradecer con su particular sonrisa cuadrada.

—Yo también me iré a cambiar de ropa— avisó el mayor de los tres antes de dirigirse a su habitación y cambiarse la que ya traía puesta.

Decidió ponerse un buzo blanco, un pantalón gris y una camisa a cuadros de colores neutros, la cual se compró el día que Taehyung cumplió dieciséis años.

Cuando salió de la habitación, se dirigió hacia los dos menores, quienes se encontraban platicando tan entretenidos que no se habían dado cuenta que su presencia.

No le quedó de otra más que carraspear para llamar su atención —¿Nos vamos?

—Wow, hyung, qué lindo— halagaron —Y sí, vámonos ya.

Salieron del departamento y optaron por caminar hasta el restaurante que quedaba a un par de cuadras. Cuando llegaron, se sentaron y pidieron el menú. Cada uno ordenó la comida que quería y se dispusieron a esperar. Mientras tanto, comenzaron a platicar de varias cosas para entretenerse.

—Estoy emocionado— soltó Taehyung de repente, llamando la atención del rubio frente a él.

—¿Puedo saber el motivo?— preguntó, entrelazando los dedos de sus manos y poniendo su cabeza sobre ellas para prestarle mayor atención.

—Bueno... Pues...— dudó un poco en si debería decirle o no. Al final terminó por hacerlo —Hoy va a venir Hoseok hyung al departamento.

—¿Hoseok hyung?— preguntó confundido. En su vida había escuchado ese nombre.

—El nuevo amigo de TaeTae— aclaró el castaño mayor.

—Sí, estoy emocionado porque venga— sonrió tiernamente.

—Uhh, me huele a enamoramiento— canturreó, haciendo reír a Seokjin, pero avergonzando a Taehyung.

—Pero ¿Qué dice, hyung? ¡Claro que no estoy enamorado!— se cruzó de brazos fingiendo molestia.

—Si no es así ¿Entonces por qué estás tan emocionado porque el tal Hoseok vaya a tu departamento?— arqueó una ceja, divertido.

Taehyung bajó su cabeza mientras jugaba con sus deditos —Sólo me parece lindo.

—¡Lo sabía!— esta vez Seokjin gritó al tiempo que señalaba a su hermano, llamando la atención de unas cuantas personas en el lugar —Entonces mis sospechas eran ciertas. Yo sabía que no lo considerabas sólo como un amigo.

—Se equivoca, hyung— contradijo algo avergonzado por la atención de las demás personas sobre ellos —Si considero a Hoseok hyung como un amigo y él a mí también, sólo que... Me parece lindo, es todo. Me trata muy bien y es súper atento, aparte de eso, amo sus hoyuelos.

No eres el único que ama los hoyuelos

—Entiendo— la verdad, él mismo se encontraba en una situación similar. Le parecía muy lindo su profesor de inglés, amaba sus preciosos hoyuelos y también lo consideraba como un posible amigo, pero lo que sucedió hoy había mandado todo a la mierda. No lograría ser el mismo con Namjoon a partir de hoy y todo se debe a la maldita calentura que pudo con él esta mañana.

En ese momento, el mesero trajo sus órdenes, las puso sobre la mesa, hizo una pequeña reverencia y se fue.

Los tres empezaron a comer tranquilamente, aunque una que otra vez hacían alguna broma hacia Taehyung para avergonzarlo. El tiempo se pasó volando y cuando menos pensaron, ya era hora de irse. Jimin a hacer sus deberes y ambos hermanos a organizar el departamento para la llegada de Hoseok.

Luego de despedirse del rubio, se fueron caminando hacia su hogar hasta que Taehyung le pidió al mayor que parase un momento y lo esperara. Seokjin lo vio entrar a una tienda de dulces y a los pocos minutos salió con una hermosa caja color rosa.

—¿Qué compraste?— indagó curioso.

—Unos pastelillos para Hoseok hyung— respondió con un pequeño brillo en sus ojos.

—Qué envidia. Lo que no haces por tu querido hermano mayor, lo haces por un amigo de dos días de conocido— se llevó la mano al pecho en señal de indignación.

—¡Claro que no, hyung! Yo siempre le compro cosas a usted— se defendió, haciendo un puchero y empezando a caminar.

—Pues si ese "siempre" es cada vez que cumplo años, entonces sí— se cruzó de brazos.

Siguieron "discutiendo" hasta llegar al departamento, aunque en realidad Seokjin no estaba molesto, sólo lo hacía para molestar a su hermano. Él no era tonto, sabía que a Taehyung le gustaba Hoseok, pero era demasiado tímido para admitirlo, después de todo, tampoco había definido su orientación y por eso, el mayor creía que tal vez tenía miedo de decirlo en voz alta.

Apenas ingresaron a la residencia, se pusieron a arreglar; desempolvaron las pequeñas cosas que adornaban el living, colocaron en orden las cosas que estaban fuera de su lugar, organizaron los muebles y cambiaron las cortinas.

Ahora Seokjin se encontraba lavando los platos mientras Taehyung "cocinaba".
¿Y por qué lo decía entre comillas? Fácil. Porque estaba tratando de hornear un pastel, pero la mezcla no le salía bien. Aunque le daba un poco de pena que su hermanito no supiera cocinar, también le daba mucha risa ver cómo sus mejillas tomaban un color carmín intenso cada vez que se le dañaba la mezcla.

Después de un millón de veces de estarlo intentando y fallando en todas ellas, el mayor sintió empatía por él y decidió hacer el pastel él mismo. No era por presumir, pero creía haber dicho ya que es el mejor cocinero del mundo, por lo que le pidió a Taehyung que organizara las habitaciones mientras él horneaba el rico bizcocho destinado a ser comido por el pelirrojo.

Cuando puso el pastel en el horno, se dirigió a la habitación del pequeño castaño, encontrándolo sentado en la orilla de la cama mientras observaba un pequeño papel que tenía entre sus manos, después de acercarse lo suficiente como para ver, se dio cuenta de que era una fotografía.

Una fotografía de su "familia"

Era una foto bastante vieja en la cual se podía apreciar a su madre, su padre y por supuesto, a ellos dos. No podía recordar muy bien cuando fue tomada aquella foto, puesto que en ella estaba muy pequeño, tenía unos dos años y Taehyung apenas era un bebé.
Apenas tenía un leve recuerdo de su padre, si no estaba mal, esa foto había sido tomada semanas antes de que se divorciara de su madre, por esta razón, Taehyung no lo recuerda y sólo lo conoce por medio de fotos familiares que su madre se encargó de guardar en una caja. También había una foto en blanco y negro donde su padre se encontraba solo y con un uniforme de soldado, aquella había sido tomada durante su servicio militar.

Taehyung acariciaba aquella foto con un semblante triste, su padre se parecía mucho a él.

El mayor decidió sentarse a su lado y abrazarlo por los hombros, quedándose en esa posición por unos cuantos minutos. Ninguno dijo nada, solo se limitaron a observar la sonrisa de su madre y la de Seokjin, porque en ese entonces Taehyung aún no tenía dientes para sonreír y su padre salía serio en todas las fotos en las que aparecía.

—¿Crees que nos amaba?— el menor rompió el silencio.

—¿Por qué lo dices?— preguntó de vuelta desconcertado, ya que nunca le había tomado importancia.

—Porque si nos hubiese amado, no nos habría abandonado— respondió triste.

—Claro que nos amaba— respondió de inmediato para no hacerlo sentir peor.

—¿Entonces por qué se fue?

Ay pequeño, aún no estás preparado para saber la verdad, pensó con bastante amargura e impotencia de no poder confesarle la clase de mierda que era ese hombre.

Aún no estás preparado para odiar a nuestro padre.

©AlejaDeMin

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