CAP 08: "Evasivo"
—¿Profesor Kim? ¿Está allí?
—Mierda.
Namjoon se alteró bastante y no sabía cómo reaccionar, no podía ser que apenas llevara dos días en su nuevo trabajo y ya lo fueran a despedir por meterse con un alumno. Seokjin apenas escuchó la voz del director, se abrochó la camisa y arregló su cabello, a decir verdad, no se notaba que había tenido una pequeña sección privada con su profesor, bueno, a excepción por el pequeño —gran— bulto que se había formado en su pantalón.
Para su buena suerte, la dirección tenía dos entradas: la principal, que era en la que estaba el director y la de emergencias, que era la puerta que daba a un pasillo que, a su vez, conducía al patio trasero. El mayor le indicó al castaño que se escabullera por ahí, él se encargaría de inventarle una buena excusa al director.
El menor acató la orden y salió por la puerta trasera como alma que lleva el diablo hasta el patio trasero, donde se sentó en una banca a tomar un poco de aire.
Mientras tanto, el rubio se encontraba organizando la oficina y a sí mismo. Cuando se aseguró de que ya no había nada sospechoso, abrió la puerta y se encontró con la cara llena de enfado por parte de su jefe.
—Profesor Kim, quiero que me explique en este instante porqué no habría la puerta si desde hace rato estaba llamándolo— reclamó el hombre que, no era malo, pero en ese momento estaba bastante molesto.
—Di-director Choi Minho, p-pase y le explico.
El susodicho no dijo nada, sólo entró y se sentó en su escritorio, donde no sabía que previamente, uno de sus alumnos le había dado una buena mamada a la persona que tenía en frente. Hizo que Namjoon se sentara en la silla que se encontraba al frente suyo.
—Más vale que tenga una buena explicación para mí, profesor Kim.
Namjoon tragó saliva.
—B-bueno— ¡No tartamudees, Kim Namjoon! —T-tuve que ponerle seguro a la puerta p-porque había hecho un desorden d-debido a un accidente que tuve.
Qué bien Namjoon, no podías inventarte una excusa más creíble.
—¿Accidente?— levantó una ceja.
—S-sí— asintió —Tropecé con esa matera— señaló una que había en el suelo —Y caí sobre esos papeles— y a su vez señaló una pila de expedientes que, por cierto, estaban en un orden impecable.
—Jumm— Minho se le quedó viendo sospechoso a Namjoon, sabía que le estaba mintiendo, pero no sospechaba nada acerca del alumno. En ese punto, no podía imaginarse nada porque apenas sí conocía a Namjoon, no conocía su forma de ser o de pensar como para sacar una hipótesis, pero estaba claro que ahora estaría más atento a la situación.
Namjoon estaba hecho un mar de nervios para ese punto, una gota de sudor frío recorrió por su sien hasta rodar por su mejilla.
¿Y si sospechaba algo? ¿Habría visto salir a Seokjin? No, imposible. Él salió mucho antes de que abriera la puerta. Pensamientos como éstos no dejaban de pasar por la mente del pobre profesor.
Después de un par de millones de preguntas por parte de Minho hacia su persona, al fin lo dejó irse, pero sabiendo de antemano que su jefe no le quitaría el ojo de encima a partir de este momento.
Por otro lado, Seokjin se encontraba sentado debajo de un árbol en el patio trasero. No quería volver al salón a seguir aguantando a su profesor de física y mucho menos quería ir al pasillo y tal vez, encontrarse con Namjoon.
En ese momento, la parte más cuerda de su raciocinio lo golpeó con fuerza, reclamándole por todo lo que había sucedido
¿Enserio se había dejado llevar por ese hombre? Todavía no podía creerlo. Sabía que su relación a partir de ahora no iba a ser la misma y tampoco lo esperaba.
Cerró lentamente sus ojos y empezó a disfrutar de la suave brisa que acariciaba su rostro. Necesitaba pensar en todo, pero lo haría después, ahora quería relajarse. Después de todo, tendría que ver a Namjoon las próximas dos horas que quedaban de jornada.
Después de salir de la dirección, Namjoon se puso nervioso, osea, ya lo estaba, pero ahora le preocupaba saber dónde estaba Seokjin.
¿Qué le había pasado? Se sintió tan confiado, se dejó llevar por sus impulsos y simplemente no midió las consecuencias de sus actos. Ahora posiblemente el castaño lo estaría odiando.
No, no quería pensar eso, pero necesitaba encontrarlo lo más pronto posible para salir de dudas.
Después de casi media hora de estar buscándolo por todos lados, no lo encontró. Temía que se haya ido a casa, porque si era así ¿Quién sabe cuándo volvería? Estaba seguro de que lo único que logró con su momento de calentura, fue espantarlo.
¡Demonios! ¿Qué iba a hacer?
No sabía dónde más buscarlo, pero ya no tenía tiempo, acababa de sonar el timbre de cambio de hora y debía irse precisamente al salón donde estudiaba el menor ¿Y si estaba allí? No lo sabría hasta que llegara.
Rápidamente fue al salón de profesores, recogió su material de trabajo y se dirigió al salón de clases.
Cuando llegó a su destino, grata fue su sorpresa al ver al castaño allí. En realidad, fue un gran alivio para su corazón. Aunque cuando llegó, el menor solamente lo miró por un par de micras de segundo y dirigió su vista hacia otro lado que no fuera él. Precisamente hacia el chico rubio que estaba a su lado y del cual, Namjoon sólo sabía que se llamaba Jimin y era algo así como el novio de su mejor amigo.
Sabía que lo había echado todo a perder, pero ya no había marcha atrás. Tendría que arreglar todo después de clases.
Cuando sonó el timbre de cambio de hora, Seokjin se dirigió rápidamente hacia su salón, no quería correr el riesgo de encontrarse con Namjoon en los pasillos. Apenas llegó, Jimin lo llamó para que se sentara a su lado y así poder empezar a hablar.
—Tuviste un castigo muy largo, hyung— las mejillas del castaño se tornaron de color carmín, pero lo supo disimular muy bien.
—La verdad no tanto. Cuando salí de la dirección, me fui al otro patio a relajarme, no quería ver al viejo de física.
Jimin rió por su respuesta, haciendo sus ojitos dos medialunas —Pues sí, pero Yoongi y yo estábamos asustados. Creíamos que te iban a dejar en ese lugar para siempre— puso cara de dramático.
El mayor de ambos rodó los ojos —No seas exagerado, por cierto ¿Me puedes prestar tus apuntes?
—Claro, tómalos— se los pasó —Pero trata de no seguirte saltando las clases, si sigues así, vas a tener que pasar el semestre a costa de nuestros apuntes.
El castaño dejó salir su característica risa y negó divertido, esta tarde estaría ocupado pasando los apuntes de sus amigos a su propio cuaderno. Iba a decir algo, pero no pudo porque sintió como el corazón le daba un vuelco al ver a Namjoon en el marco de la puerta.
Como fuera, se encargaría de no dejar que supiera que le afectó lo que hicieron en la dirección. Trataría de olvidarlo y tal vez así, él también lo haga.
Trató de ignorarlo, aunque obviamente tuvo que prestarle atención a su clase. Únicamente tomaba apuntes de las cosas importantes que decía y en una que otra ocasión, lo miraba disimuladamente para darse cuenta de que él también lo estaba mirando.
Aquello lo estaba poniendo nervioso porque fácilmente sus compañeros podrían notarlo y después lo llenarían de preguntas.
Por eso dio gracias a Dios cuando después de dos horas, sonó el timbre de salida. Guardó sus cosas rápidamente y se dispuso a salir con Jimin hasta que aquel hombre lo llamó.
No le demuestres inseguridad.
No le demuestres inseguridad.
—¿Sí, profesor?
—Necesito hablar contigo.
—Disculpe, pero voy deprisa, mi hermano me está esperando, tal vez mañana ¿Sí?
Y no le dio tiempo de responder, puesto que tomó de la mano a su mejor amigo y salió casi huyendo del lugar.
Mientras caminaban hacia la salida, Jimin le decía que no debía haberle respondido así a su profesor y que era mejor ir a ver qué necesitaba, pero Seokjin fue más astuto y le salió con la excusa de que Taehyung ya los estaba esperando para irse a casa. Para su buena suerte, su querido hermanito ya estaba en la salida esperándolo junto a Hoseok.
Cuando el castaño menor los vio, se despidió con un beso en la mejilla del pelirrojo y corrió hacia ellos.
—¡Hyung's!— los abrazó —¿Ya nos vamos?
—Sí pequeño, por cierto, invité a Minnie a almorzar.
—¡Sí! Me encanta cuando Jimin hyung va al departamento.
—Aww, qué tierno eres, Taehyungie— Jimin, enternecido por la lindura del menor, lo tomó de las mejillas y las aplastó un poco.
—Bueno, ya vámonos— apuró, ya con ganas de irse a casa y con temor de que Namjoon los alcanzara y consiguiera hablar con él.
Se dirigieron al estacionamiento y se subieron al auto del menor del grupo. Taehyung en el asiento del conductor, Seokjin en el del copiloto y Jimin en el de atrás. En medio de charlas, arrancaron y se fueron a casa.
©AlejaDeMin
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