CAP 07: "Dirección"
—¿Seokjin?
—¿Hoseok?
—Ah, veo que ya se conocían— soltó un Taehyung bastante sonriente, dándole espacio al pelirrojo para que se sentara a su lado.
Ambos estaban sin habla, osea ¿Qué tan pequeño tiene que ser el mundo para que el nuevo amigo de tu hermano sea el mejor amigo de tu nuevo profesor?
Esperen un segundo... ¿Y si esto era algún truco por parte de ese hombre para acercarse a él? ¿Y si estaba usando a su mejor amigo y a su propio hermano para lograrlo? Es decir, esta mañana había compartido mucho con él, pero no podía afirmar que lo conocía del todo, no sabía qué clase de mañas podría tener.
No, definitivamente no lo permitiría. No podía dejar que su pequeño hermanito fuera utilizado de esta manera, no lo merecía.
Al final decidió hablar —Así que tú eres el nuevo amigo de mi pequeño hermano— comenzó.
—Así es— contestó algo nervioso.
¿Por qué se ponía nervioso? Ni que lo fuera a comer.
—¿Desde hace cuánto?
—Ayer empezamos a hablar— contestaron los dos al unísono.
—Ya veo... ¿Y desde cuándo conoces a Namjoon?— pudo apreciar claramente que el pelirrojo se extrañó por aquel interrogante.
—Am... ¿Por qué preguntas?
—Simple curiosidad— se encogió de hombros.
—Somos amigos desde la infancia, nos conocimos cuando íbamos en segundo grado de primaria— trató de contestar lo más sereno posible, aunque por dentro se estuviera sintiendo incómodo por el repentino interrogatorio. Se suponía que sólo conocería al hermano mayor de Taehyung, ser interrogado e intimidado no era parte del trato.
Ante la respuesta, Seokjin sólo se limitó a hacer un "Mmm" bastante largo.
Hoseok no sabía si era cosa suya o no le había caído bien a su futuro cuñado.
Espera ¿Qué?
Honestamente, creía que iba a reaccionar de mejor manera. Obviamente no sabía que Seokjin era el hermano mayor del hermoso castaño que le tenía viendo corazones, pero sin duda se notaba que no le tenía ni pizca de confianza.
¿Acaso era porque se trataba del mejor amigo de su profesor?
Okay, empezaron con el pie izquierdo.
Aunque no le cayó muy bien a Seokjin, se iba a esforzar para ganárselo y demostrarle que lo único que quiere es darle mucho amor a Taehyung, aunque ni él lo sepa.
—Me gustaría saber si puedo ir a tu departamento hoy, Seokjin— preguntó directamente, olvidando por completo el nerviosismo de antes. Si quería hacer las cosas bien, debía empezar por demostrar seguridad.
—Puedes— Taehyung se apresuró a decir —¿Verdad, hyung?— mostró su hermosa sonrisa cuadrada al tiempo que veía a su hermano.
Hoseok pudo notar mucha incomodidad en los ojos de Seokjin. Sin embargo, aceptó sin dar mucha espera.
—¿A qué horas?— preguntó bastante serio.
—¿Tipo cuatro?
—Bien.
No sabía cómo lo recibiría su futuro cuñado, pero estaba seguro de que se iba a ganar su confianza, costara lo que le costara.
Tenía que hacerlo.
Por Taehyung.
Tuvo que aceptar que Hoseok fuera hoy al departamento, no podía rechazarlo después de ver la hermosa sonrisita de su pequeño, además, se lo debía. Sin embargo, Hoseok no le tramaba mucho, le daría demasiado coraje darse cuenta de que sólo está utilizando a Taehyung y si eso llegara a ser cierto, ni el mismísimo San Pedro lo encontraría. Era una persona bastante pacífica, pero cuando se trata de defender a sus seres queridos, se convierte en una fiera que hasta el diablo le tendría miedo.
En fin, volviendo al presente, ahora se encontraba en el salón escuchando la aburrida explicación de su profesor de física. Lo peor es que aún faltaban dos horas para que terminara aquel martirio y después tenía clase de inglés.
Estaba tan aburrido que no se dio cuenta del momento en que se quedó dormido. Minutos después, se despertó por unos pequeños, aunque bruscos golpes a su costado. Enfocó bien su vista y talló sus ojos, dándose cuenta de que era Jimin el causante de que abandonara los brazos de Morfeo.
—Hyung... ¡Hyung!
—Mm ¿Qué pasa, Minnie?— preguntó, dando un bostezo.
—Joven Kim, al salón de clases se viene a estudiar, no a dormir. Si no le interesa mi clase, es mejor que se salga— soltó bastante molesto el docente del área.
—No, disculpe— se incorporó en su asiento —No me di cuenta cuando me quedé dormido— trató de disculparse.
—Si mi clase le parece muy aburrida, será mejor que se queje con el director— señaló la puerta —Vaya ahora a la dirección, joven Kim.
Volteó a ver a Jimin y éste le dedicó una mirada asustada, como si a quien estuvieran regañando fuera él. Miró a sus demás compañeros y éstos lo miraron de vuelta con algo de pena. No tuvo más remedio que salir del asqueroso salón, azotando la puerta tras de sí.
Caminó por los solitarios pasillos, tarareando una canción hasta que llegó a la dirección. Cruzó por la puerta y posó su vista en el escritorio, sorprendiéndose bastante al darse cuenta de que el director no estaba. En su lugar, el hombre de hoyuelos perfectos revisaba quién sabe qué cosa.
¿Qué hacía aquí?
Se acercó al escritorio a paso lento. El hombre estaba tan concentrado que sólo se percató de su presencia cuando se hubo acercado demasiado, se notaba que estaba muy concentrado en la revisión de los papeles que tenía en mano.
Cuando levantó su mirada y lo vio, se sorprendió bastante. En seguida le preguntó qué había pasado, pues no era muy común que los estudiantes fueran enviados a dirección por asuntos que no fueran problemas disciplinarios.
—Me quedé dormido— soltó con simpleza.
—¿Cómo que te quedaste dormido? ¿Acaso no dormiste bien anoche?— arrugó el entrecejo.
—Sí dormí, pero la clase estaba muy aburrida— volvió a contestar, esta vez abultando un poco su labio inferior, haciendo que se viera como un puchero.
Namjoon sólo rió por el gesto anterior.
—Pues hiciste muy mal, ahora por eso tendré que castigarte— soltó mirándolo muy serio.
Tragó saliva ¿A qué se refería con castigarlo? No podía referirse a eso ¿O sí?
Sus pensamientos lo tenían bastante nervioso y sus manos comenzaron a temblar junto a sus piernas, ésto obviamente fue notado por Namjoon, quien se soltó a reír a carcajadas.
—¿En qué estabas pensando, pequeño depravado?
Abrió sus ojos indignado. Si por un lado le aliviaba que no fuera lo que estaba pensando, por el otro se sentía ofendido por la manera en que había sido llamado.
—¿Cómo me dijo?— preguntó en un tono molesto al tiempo que arqueaba una ceja.
—Pequeño depravado— repitió con sorna —Eres un pequeño depravado— sonrió, pero esta vez mirándolo de una manera diferente. Sus pupilas se habían dilatado, haciendo que sus ojos se vieran más oscuros.
—Di-disculpe, p-pero yo no soy ningún depravado, a-además, tampoco estoy tan pequeño— trató de retarlo, pero su presencia en estos momentos lo ponía más nervioso de lo habitual.
—¿Ah, no?— preguntó arqueando una ceja.
Lo estaba empezando a intimidar.
—B-bueno, me tengo que ir profes-...— sus palabras fueron interrumpidas, debido a que sus labios habían atrapado a los propios.
Abrió sus ojos como platos e hizo fuerza para separarlo —¡P-profesor! ¿Qué cree que está haciendo?— logró decir al soltarse, pero el nombrado ya había puesto sus labios sobre su cuello.
—Marcando mi territorio... Si no eres tan pequeño... Entonces puedo hacer esto— desabrochó el primer botón de la camisa ajena, dándose una excelente vista de la clavícula del menor, a la cual atacó a punta de besos y lamidas.
🔞
Empezó a lamer desde abajo hacia arriba, mordiendo levemente pero dejando unas cuantas marcas por el camino. Seokjin no podía hacer más que jadear; una parte de él quería que se detuviera, pero la otra lo incitaba a dejarse llevar y hacer algo realmente emocionante por primera vez en su vida, además, la esencia masculina del hombre frente a él amenazaba con volverlo loco a cada minuto que pasaba. Sin saber cuándo ni cómo, ya se encontraban en el suelo; el castaño recostado contra una pared, con su camisa totalmente desabrochada y el cabello revuelto, Namjoon se encontraba encima de él, sometiéndolo con su cuerpo. Su boca había dejado la piel de su cuello y ahora se dedicaba a besarlo con fervor en los labios. Los chupones en su clavícula y cuello comenzaban a tornarse violáceos. De un momento a otro y sin avisar, Namjoon llevó sus dedos hacia uno de los pezones contrarios y empezó a estimularlo.
—A-Ahh— gimió fuerte, le estaban encantando los toques tan placenteros que Namjoon le brindaba.
—Shh, no hagas tanto ruido, alguien podría llegar y descubrirnos— le advirtió sin dejar de masajear sus, ya erectos pezones.
No eran lo único que estaba erecto.
—Ahh Na-Namjoon— se sostuvo de sus hombros para gemir en su oído.
El nombrado dejó de estimularlo para colocarse de pie frente a él y así tener una mejor vista de lo que había hecho. Ante esto, no pudo evitar morder su labio inferior y luego lamerlo. Se le notaba a leguas que estaba excitado, Seokjin lo deducía por el notable y agrandado bulto que se había formado en su pantalón.
Quiso ayudarlo con ese problema, por lo que se levantó y fue hacia la puerta para asegurarla con llave. Hecho esto, se giró hacia Namjoon, quien por cierto, no había dejado de mirarlo ni por un segundo.
—Siéntate— ordenó con autoridad.
Él obedeció, yéndose a sentar en el asiento del escritorio.
Se arrodilló entre sus piernas, haciendo que las abriera más. No tenía experiencia en esto, pero no iba a dejar al pobrecito con una dolorosa erección.
Desabrochó el cierre del pantalón contrario y lo bajó un poco, dejando a la vista su bóxer bastante abultado. Empezó a acariciar su miembro por encima de la tela, a lo cual, Namjoon sólo respondía con gruñidos bajos. Siguió así por unos cuantos minutos hasta que decidió terminar con su sufrimiento, bajando la prenda restante de una sola y haciendo que su miembro diera un brinco.
—Es t-tan grande— tartamudeó por la impresión, no pensaba que tuviera semejante tamaño.
—¿Te gusta?— sonrió ampliamente. El menor dio un asentimiento, relamiendo sus labios —Pues es todo tuyo— soltó sin una pizca de vergüenza.
Seokjin rió tímidamente. Tomó su miembro entre sus manos y empezó a repartir besos desde la base hasta la punta, lamiendo de vez en cuando. Bajó del prepucio y cuando la punta ya estaba bastante enrojecida, metió su pene a su boca, engulléndose ese delicioso pedazo de carne que ahora tenía a su completa disposición.
Namjoon soltaba graves jadeos, de verdad lo estaba disfrutando, aunque a decir verdad, no era el único, Seokjin también estaba disfrutando cada maldito segundo. Cuando menos pensó, el moreno lo había tomado por el cabello para jalarlo, obligándolo a tragarse toda su excitación y a chupárselo a su ritmo.
Se desconocía completamente, apenas ayer conoció a su profesor y ahora se encontraba encerrado en la dirección con él, chupándole todo lo que le había sido dotado.
—Ahg, pequeño... ¡Me voy a correr!— avisó entre gruñidos, aunque no le dio tiempo de reaccionar, ya que había llenado de semen toda su cara antes de que pudiera hacer el amague de retirarse.
Jadeó. Namjoon al verlo todo manchado, sacó un pañuelo desechable de su bolsillo para limpiar su rostro, cuello y pecho. Mientras lo hacía, volvió a caer en la realidad y se sintió terrible por lo que había hecho.
—Lo lamento, en serio, no quería que esto llegara tan lejos— se disculpó, terminando de limpiarlo y guardando aquel pañuelo en su bolsillo, no iba a cometer la estupidez de desecharlo en el basurero de la dirección.
—E-está bien Namjoon. En realidad... No estuvo tan mal— confesó con las mejillas rojas a más no poder.
—¿En serio?— pareció sorprenderse por aquella respuesta. Lo único que obtuvo fue un asentimiento avergonzado por parte del menor.
Después de subirse ambas prendas y organizar su cabello, atrajo al castaño en un abrazo y segundos después lo besó en los labios.
Ninguno de los dos tenía la más mínima idea del porqué había pasado todo esto o si estaba bien o mal. Tantas preguntas pasaban por sus mentes que no se habían percatado de que alguien estaba tocando la puerta de la dirección y el castaño seguía con su camisa desabrochada.
—¡Profesor Kim! ¿Está allí?
—Mierda.
©AlejaDeMin
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