—¡Seokjin!

Y aquí vamos de nuevo.

El susodicho volteó en dirección a aquella voz y como lo temía, era su profesor Namjoon. Volteó a ver a sus amigos pero éstos sólo se rieron para sí, les parecía cómico ver al castaño en esta situación.

No le quedó más remedio que averiguar qué quería su profesor esta vez.

—¿Sí, profesor Kim?

—Buenos días, necesito hablar contigo acerca de algo— fue directo al grano.

—Amm— dudó un poco —De acuerdo, pero ¿Y las clases?

—Ya te saqué un permiso para una hora— aquello lo hizo abrir los ojos en demasía. Volteó a ver a Jimin y a Yoongi, dándose cuenta de que éstos estaban igual.

¿En serio pidió permiso para él, sin saber si aceptaría o no?

Qué confiado.

No le quedó más remedio que aceptar. Se despidió de sus amigos y les dijo que más tarde los vería.
Segundos después, era guiado por el hombre de hoyuelos perfectos a quién sabe dónde.

—¿A dónde vamos?

—Al patio.

No tardaron en llegar al lugar mencionado, éste quedaba en la parte trasera de la universidad y daba una excelente vista a la cancha de fútbol. Aunque en realidad, a Seokjin no le agradaba este lugar porque hacía mucho calor y el sol le picaba en la piel.

—Siéntate— le ordenó.

Obedeció, sentándose en una de las bancas que afortunadamente, tenía sombra —¿Sobre qué quería hablar conmigo profesor?

—Sobre lo de ayer— respondió, sentándose a su lado —¿Llegaste bien a tu casa?

—Por supuesto que sí, si no lo hubiera hecho, no estaría aquí— respondió con obviedad.

—Ah, claro— sonrió apenado agachando su cabeza, pero dejando ver sus preciosos hoyuelos.

—¿En serio sólo me llamó para preguntarme eso?

—La verdad no. También quería saber si lo de ayer se podía repetir un día de estos, no sé, cuando no tengas nada por hacer y yo también esté libre.

—¿Se refiere a salir?— obtuvo un asentimiento —¿Por qué?

—Ya te lo dije, quiero conocerte más, Seokjin— se echó para atrás, apoyando sus manos en la banca.

—¿Pero por qué exactamente yo? ¿No podría ser otro estudiante?— no quería sonar grosero, pero le parecía muy extraño que actuara de esta manera.

Namjoon dejó de sonreír y lo miró fijamente, tanto que hasta le transmitió un poco de miedo —Dime la verdad ¿Te sientes incómodo estando conmigo?

¿Qué había dicho?

Por supuesto que no se sentía incómodo, se sentía nervioso, era distinto.

No quería decirle la verdad, ni ser grosero con él. Después de todo, él sólo quería ser su amigo, o eso creía. De todos modos, creía que lo mejor era ser sincero, por lo que dio un leve asentimiento con su cabeza.

—Lo lamento mucho, de verdad no quería que te sintieras así— ahora su rostro no reflejaba ningún rastro de la alegría que le había mostrado hace unos momentos. Ahora se mantenía cabizbajo y ya no se veían esos hoyuelos que tanto le gustaban.

—No quiero que piense que soy grosero, profesor Kim, pero no pienso que sea normal que un profesor se interese tanto por un estudiante, es decir, no suele pasar a menudo a no ser que sea un pervertido, cosa que no creo de usted.

Ahora Namjoon se encontraba agitando sus manos en el aire, totalmente alarmado —No, por supuesto que no soy un pervertido, sólo quería conocerte. Honestamente sólo tengo dos amigos aquí en Seúl y ambos son estudiantes.

—Uno de ellos es Yoongi ¿Verdad?— Namjoon asintió.

Ahora se sentía mal, tal vez sí había malinterpretado sus intenciones, se estaba dando demasiada importancia. Namjoon sólo quería hacer amigos y él no hacía más que alejarlo. Decidió que cambiaría su actitud con el mayor y se esforzaría por hacerlo sentir cómodo, después de todo, estaba en un lugar nuevo donde no tenía a casi nadie.

—Usted no es de Seoul ¿Verdad?

—No, nací en Goyang, luego realicé mis estudios aquí en Seúl y decidí quedarme aquí para ejercer mi profesión.

—Entiendo. Por favor, discúlpeme por ser tan grosero con usted, no fue mi intención hacerlo sentir mal ni nada por el estilo. Si quiere podemos ser amigos ¿Qué le parece?

—¿De verdad?— lo miró algo incrédulo —No quiero que aceptes ser mi amigo sólo por lástima— bajó su mirada —No quiero hacerte sentir incómodo bajo ninguna circunstancia.

Seokjin negó y le sonrió dulcemente —Descuide profesor, no lo hará. Antes había malinterpretado todo, pero al ver sus verdaderas intenciones, cambié de parecer. De verdad quiero ser su amigo— amplió su sonrisa —Sólo si usted quiere, claro.

—Por supuesto que sí— esa sonrisa que antes había desaparecido, volvió a adornar su rostro.

—De acuerdo y... ¿Qué quiere hacer ahora?

—Bueno, pedí permiso para ti durante una hora y nos quedan cincuenta minutos ¿Quieres ir a comer algo?— invitó, poniéndose de pie.

Seokjin imitó su acción —Pero... ¿Usted no tiene que dar clases en este momento?

Negó con la cabeza —No tengo clases hasta las nueve.

—Entonces acepto.

Esos cuarenta y cinco minutos le sirvieron para conocer mejor a Namjoon y darse cuenta de que era una gran persona. Cuando dejaron el patio, fueron a la cafetería y comieron alguna que otra cosa que se les antojaba del menú; obviamente, Seokjin colaboró con los gastos de la cuenta. Después de ello, fueron a caminar por las instalaciones y se la pasaron hablando de trivialidades, gustos de ambos y contando un poco acerca de sus vidas. Claramente, Seokjin omitió el detalle de su orientación sexual, no quería que su profesor resultara siendo homofóbico y le dejara de hablar, honestamente le estaba empezando a caer muy bien.

Se encontraban paseando por los corredores donde se situaban los salones de primer año; andaban conversando tranquilamente hasta que vieron a un chico que caminaba en dirección a ellos. Era bastante apuesto, un poco más bajo que Seokjin y tenía el cabello rojo. Al parecer era un amigo de Namjoon porque apenas se acercó lo suficiente, lo abrazó para saludarlo.

—¡Hola Nam hyung! ¿Cómo estás?— saludó animadamente cuando terminó de abrazarlo.

—Muy bien Hobi, hace mucho que no te veía— contestó de la misma forma con una amplia sonrisa. Seokjin intuyó que era el otro amigo del que se había referido anteriormente.

—Eso es porque aún no te ha tocado darme clases.

—Ah sí, creo que tengo clase contigo mañana a primera hora— le informó, haciendo memoria sobre su horario.

—¿¡De verdad!?— abrió sus ojos a más no poder y sonrió, demostrando que él también lucía unos bonitos hoyuelos.

Pero los de Namjoon son mejor

Espera... ¿De verdad pensó eso?

El hombre de hoyuelos perfectos recordó que Seokjin estaba a su lado, por lo que se apresuró a presentarlos.

—Ay, qué descuidado soy, discúlpame— se dirigió al castaño —Seokjin, te presento a uno de mis mejores amigos, Jung Hoseok— señaló al susodicho con su mano.

—Mucho gusto— el pelirrojo hizo una reverencia.

—Es un gusto también— imitó la acción.

—Veo que eres amigo de Namjoon, si es así, entonces también seamos amigos— propuso con una sonrisa, a lo cual el castaño no pudo negarse.

Siguieron hablando por unos minutos más hasta que el mayor de los tres detuvo la plática —Nos tenemos que ir, ya casi son las nueve y estamos muy lejos del salón de Seokjin.

El nombrado miró su reloj de muñeca, comprobando que lo que decía era cierto. Con una pequeña sonrisa se despidió del pelirrojo y acordaron verse un día de estos para salir los tres juntos.

Mientras caminaban, el timbre resonó por los pasillos, lo que indicaba que Namjoon debía volver a su trabajo y Seokjin a sus clases. Le entristeció un poco aquello, pero le reconfortaba saber que más tarde se volverían a ver. Una vez llegaron al salón, se despidieron y cada quien se fue por su lado.

Al parecer, el profesor se había ido hace un buen rato porque toda el aula estaba hecha una algarabía. Algunas chicas estaban sentadas en el escritorio del docente, otros jugaban como niños de preescolar y una que otra excepción estaba en su asiento juiciosamente. No pudo evitar darse un facepalm, definitivamente no parecía un salón de universidad.

Atravesó el salón hasta llegar a su puesto y allí pudo divisar a Yoongi y a Jimin, ambos estaban platicando hasta que Seokjin se acercó y los saludó.

—¿Dónde estabas, hyung?— preguntó con una sonrisa que Seokjin automáticamente reconoció.

—No vayas a empezar de nuevo Jimin. Namjoon y yo sólo estábamos hablando de asuntos estudiantiles y triviales, es todo— se apresuró a explicar antes de que el rubio siguiera malpensando.

—¿Okay?— soltó no muy seguro. Tal vez sería mejor evitar mencionar que su mejor amigo había dicho 'Namjoon' en lugar de 'Profesor Kim'.

—Por cierto ¿Podrías prestarme tus apuntes para escribirlos en mi cuaderno?— pidió con ojitos de cachorro.

—Yo no copié nada, el que sí tomó apuntes fue Yoongi— señaló al susodicho, por lo que Seokjin dirigió toda su atención a él.

—¿Me prestas tus apuntes? Te los devuelvo hoy en la tarde.

—De acuerdo, aquí tienes— se los pasó despreocupadamente —Y no te preocupes, puedes devolvérmelos esta semana— ambos se sonrieron amistosamente, pero ninguno prestó atención al menor del grupito, porque si lo hubieran hecho, se darían cuenta de que éste estaba frunciendo el entrecejo por los repentinos celos que se adueñaron de él.

La hora de clase se pasó volando, tanto que cuando menos pensaron, ya habían tocado el timbre del descanso.
En ese momento, el castaño recordó que había quedado con su pequeño hermanito de ir a conocer al nuevo amigo de éste, por lo que se disculpó con ambos y se fue a buscarlo.

—¡Hyung!— se giró sobre sus talones, observando cómo Taehyung alzaba su mano en el aire para que lo pudiera ver entre las demás personas que habían en la cafetería.

Se dirigió hacia su mesa, notando que estaba solo. Claramente se extrañó por esto, había pensando que ya estaba con su amigo.

—Hola pequeño— se sentó frente a él —¿Dónde está él?

—Ya viene, dijo que compraría algo de comer para los tres y vendría. Es muy considerado— sonrió cerrando sus ojitos.

—¿Para los tres?— recalcó la última palabra.

—¡Sí! Le dije que hoy te lo presentaría, por lo que decidió también comprar algo para ti.

—Qué lindo de su parte, está bien, ya tiene un punto extra— hizo como si anotara un pequeño chulo en una libreta imaginaria, provocando la risa en ambos.

—Ah, aquí viene.

Cuando dijo eso, Seokjin se volteó con una sonrisa para ver de quién se trataba, pero cuando lo vio, su mandíbula casi cae al piso y lo mismo ocurrió con el otro chico.

Ambos se quedaron mirando por un largo rato hasta que reaccionaron.

—¿Seokjin?

—¿Hoseok?

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