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CAP 05: "Reclamo"

A la mañana siguiente se levantó temprano por culpa de la alarma, en ese momento recordó que apenas era martes y debía ir a la universidad. Con algo de pereza se fue a duchar y se puso algo cómodo.

Recordó que su querido hermanito quería explicaciones, por lo que intentó bajar a la cocina lo más sigiloso que pudo, pero fue en vano. Su pequeño Taehyungie estaba recostado al mesón de la cocina con los brazos cruzados y una clara expresión de molestia en su rostro.

¿Cuánto tiempo llevaba allí?

¿Estaba esperando a que se levantara para iniciar una discusión?

Qué infantil.

—Buenos días, Taehyung.

—¿Por qué me dejaste con la palabra en la boca anoche?

Tosió falsamente. Vamos, por lo menos tenía que saludarlo primero, no es como si desapareciera toda una tarde a menudo —Dije buenos días— fingió un poco de seriedad.

—Está bien. Buenos días, hyung— saludó a regañadientes.

—Así está mejor ¿Ya desayunaste?

—Sí, también te dejé el desayuno en la mesa.

Seokjin dirigió su atención al comedor, notando que en efecto, había un plato con comida allí. Dramatizando, se llevó una mano al pecho —¡Qué considerado eres, mi querido hermanito!— fue hacia él y le revolvió el cabello con fraternidad.

—¡Ya, déjame!— se soltó del agarre —Sólo siéntate a desayunar, quiero hablar contigo.

—Ay, qué humor, está bien— se sentó en el comedor a desayunar, escucharía cada palabra de Taehyung y luego le explicaría rápido que fue lo que pasó. No tenía tiempo para una pelea entre hermanos ahora.

El castaño menor se sentó al frente de su hermano —Bueno...— empezó a hablar —Ayer, cuando salí de la universidad, tuve que hacer algunas paradas... Es decir, necesitaba comprar algunos libros. Cuando regresé a casa, me di cuenta de que no estabas y me habías dejado una carta sobre la mesa que decía:

«Lo siento hermanito, tuve que salir con Jimin, voy a estar en su casa, no tardo en volver. Hay comida en el horno, sólo es que la calientes y ya.

Atte: Tu hyung»

—No tuve problemas con eso. Lo que en realidad me molestó es que dijiste que no tardarías en regresar ¡Pero sí lo hiciste! Ya eran las tres con treinta y no regresabas, necesitaba que estuvieras en casa para hablarte de un asunto importante. Llamé a Jimin para preguntarle si estabas con él y me lo negó, dijo que hacía rato te habías ido con uno de tus profesores y no sabía dónde estabas. Llamé a tu número varias veces y no contestaste, eso me hizo enojar mucho y luego...— para este punto, Taehyung ya estaba bastante alterado, hasta sus cachetitos se habían puesto rojos, siempre se ponían así cuando se enojaba. Seokjin siempre pensó que eso lo hacía verse muy tierno —Y luego regresas casi a las ocho como si nada, ¿¡Sabes que casi llamo a la policía!? Creí que te habían secuestrado o algo por el estilo, tenía la piel de gallina de sólo pensar que algo malo te había pasado ¡¿Y sólo regresas así no más?! ¡No puedo con esto! ¡¿Por qué eres tan irresponsable?!— su voz se había entrecortado y sus ojos ya derramaban gruesas lágrimas.

Todo lo que pudo hacer fue levantarse, ir hacia él y abrazarlo con fuerza. Tenía razón, había apagado su teléfono apenas salió de la casa de Jimin, pero es que sinceramente no se le pasó por la cabeza que Taehyung se fuera a preocupar. Ahora lo entendía, su hermanito tenía todas las razones del mundo para molestarse. En ese momento sólo pudo sentir culpa, no quería soltar a su pequeño TaeTae de entre sus brazos, por lo menos hasta que dejara de llorar.

—Ya, Tae. Por favor, no llores. Lo siento mucho, no tuve en cuenta que ibas a preocuparte, fue muy irresponsable de mi parte— se dedicó a acariciar sus cabellos con cariño —Si quieres te lo puedo recompensar, sólo dime qué quieres y te lo doy.

Taehyung apenas asomó su carita para poder hablar —H-hyung, me gustaría que me diera p-permiso para traer a un amigo al departamento o p-para poder ir a su c-casa— ¡Por Dios! El pobre estaba sufriendo un ataque de hipo debido a lo mucho que se había alterado anteriormente.

¿Por qué creyó que no lo dejaría?

Es decir, es un amigo. No tiene nada de malo que fuera al departamento.

—Por supuesto que sí, pequeño— inmediatamente, el menor sacó su cabeza del pecho contrario y sus ojos se iluminaron como dos bonitas estrellas en el cielo.

—¡Gracias, gracias, gracias! ¡Hyung, en serio lo quiero mucho!— se había emocionado tanto que Seokjin creyó que le daría algo en cualquier momento.

No pudo hacer más que reír suavemente —No tienes que agradecérmelo, pequeño. Te lo debía. Por cierto ¿Cómo se llama tu amigo?

—No lo conoces, hyung. Apenas empezamos a hablar ayer y nos hicimos buenos amigos, me invitó a su casa pero le dije que debía pedirte permiso primero.

—Está bien TaeTae, si quieres me lo puedes presentar hoy.

—¡Sí, eso haré! Lo buscaré a la hora del descanso y te lo presento.

—De acuerdo, pero ahora sí vámonos que se nos va a hacer tarde y no vas a poder presentarme a tu amigo.

El menor asintió efusivamente y se dirigió a su cuarto para terminar de alistarse. Mientras tanto, Seokjin fue al baño para cepillarse los dientes y darse unos últimos retoques.
Al igual que el día anterior, se subieron al auto del más pequeño y condujeron hacia la universidad. Si era sincero, admitía que estaba nervioso por volver a ver a su profesor. Sí, era estúpido ¿Pero qué podía hacer?

¿Qué tal si quería sentarse a hablar con él como el día anterior?

¿Y si le pedía que fuera su amigo?

Es decir, él no era tan malo como para decirle que no, pero el simple hecho de estar a su lado le ponía la piel de gallina. No en el mal sentido, cabe aclarar, es sólo que... Esos hoyuelos, esa aura... Lo ponía supremamente nervioso.

De cualquier forma, si le hablaba hoy, lo trataría normal. Haría lo posible por no tomarse la salida de ayer tan a pecho, Namjoon era sólo su profesor, no tendría porqué significar algo más para él.

Se despidió de Taehyung en la entrada de la institución, éste se fue con sus amigos y Seokjin se fue con los suyos. Al llegar a su salón, se encontró con Jimin y Yoongi charlando en la puerta.

—Hola chicos— saludó levantando su mano —¿Cómo les fue ayer?

—Más bien ¿Cómo te fue a ti?— Jimin le lanzó una sonrisa cómplice, al tiempo que alzaba y bajaba sus cejas. El castaño volteó a ver a Yoongi en busca de alguna explicación, pero él sólo se encogió de hombros.

—¿A qué te refieres, Jimin?— preguntó arqueando una ceja.

—Me refiero a que alguien se divirtió mucho con su profesor ayer— canturreó en un tono bastante odioso.

—No seas ridículo— canturreó de la misma forma —Por supuesto que no es lo que piensas, no me acosté con él ¿Entiendes?

—¿Ah, no? ¿Entonces qué hicieron toda la tarde?

—Fuimos a comer y luego platicamos toda la tarde— ese "platicamos" debió ser un "platicó" porque en realidad, Seokjin no pudo hablar casi nada por culpa del hombre de hoyuelos perfectos.

—¿Seguro que sólo fue eso?— le lanzó una de sus características miradas sugerentes.

—Por supuesto que sí, luego me fui a mi departamento en un taxi. No pasó nada, pequeño pervertido.

Jimin soltó una risa nasal mientras levantaba sus manos en el aire en señal de rendición —Ya, está bien. Te voy a creer sólo porque eres mi mejor amigo.

—Cambiando de tema ¿A ustedes cómo les fue ayer?— en seguida, un notable sonrojo apareció en las mejillas de ambos, por lo que pudo casi adivinar lo que había pasado —Ah, mejor ni pregunto.

—¡No! ¡No es lo que piensas!— Jimin agitó sus pequeñas manitas en el aire —No pasó nada de nada.

—¿Ah, no?— le estaba jugando a lo mismo sólo para vengarse —¿Entonces qué pasó, Yoongi?— volteó a mirar al susodicho con una sonrisa pícara, notando un ligero sonrojo de su parte.

—Fue un accidente...

Flashback

Ordené pizza hace rato, así que no va a tardar en llegar ¿Te gusta?— Jimin asintió frenéticamente con una bonita sonrisa, la cual inconscientemente, también hizo sonreír a Yoongi.

En ese momento sonó el timbre, por lo que ambos se levantaron rápidamente para abrir la puerta, provocando que se tropezaran y el pelimenta cayera encima del rubio, quedando sus rostros a escasos centímetros de distancia.

Yo-Yoongi— le llamó con la cara roja como un tomate.

¿Sí, Minnie?

¿Lo había llamado 'Minnie'?

Jimin no podía decir nada por lo apenado que estaba en ese momento. El mayor fue acercando su rostro lentamente al del menor, haciendo que éste último cerrara sus ojos por inercia. Pero justo cuando estaban a punto de juntar sus labios, escucharon nuevamente el timbre, lo que los sacó de la burbuja en el que se habían metido.

Ambos se levantaron rápidamente y Yoongi fue a abrir la puerta para encontrarse con el hombre que había impedido su beso con el más pequeño. Lo miró con cara de pocos amigos, recibió las pizzas, le pagó y cerró la puerta de un golpe.

Tal vez sí quería ese beso a pesar de que sabía que estaba mal, apenas se estaban conociendo y eso habría arruinado su relación notablemente.

Cuando volteó, se encontró con un Jimin bastante sonrojado sentado en el sofá.

Aquí está la pizza— trató de sonreír para aligerar el ambiente. Cortó una rebanada con un cuchillo, le colocó una servilleta por debajo y se la ofreció al menor.

Gracias— hizo una pequeña venia antes de recibir la rebanada de pizza, sin mirarlo. Ahora no podía si quiera verlo a los ojos. Estaba avergonzado.

Oye, respecto a lo de antes. Lo siento mucho— se disculpó, sentándose a su lado.

No, no te disculpes. Fue un accidente— de manera inconsciente, había hecho sentir mal al pálido con esas palabras, pero éste supo disimularlo bastante bien.

Sí, entonces... ¿No estaremos raros después de esto?

Claro que no, todo sigue normal— Jimin le sonrió, a pesar de que en ese momento quería salir corriendo, no podía dejar que viera que le había afectado ese "casi beso". Sabía que no iba a ser tan fácil, pero tenía que llevárselo con calma.

De acuerdo— sonrió levemente para seguir disfrutando de la deliciosa comida chatarra.

Al final, terminaron con una tarde bastante normal, llena de risas, videojuegos y algunas pizzas de por medio.

Fin del flashback

—Wow ¿En serio casi se besan?— preguntó con su mandíbula cayendo casi hasta el piso.

—Sí— respondieron al unísono, todavía sonrojados.

—Son unos pillos Park y Min.

Yoongi soltó un bufido, cruzándose de brazos —Basta con eso, queremos hacer como si nada hubiera pasado— y eso dolió en lo más profundo del corazón de Jimin.

Ignorando cómo se sentía su amigo, Seokjin dejó pasar el asunto y los invitó a entrar al salón. Iban a hacerlo, hasta que una voz muy conocida se escuchó a sus espaldas.

—¡Seokjin!

©AlejaDeMin

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