HOT HOT...

Esa tarde decidí prepararle a Jack una sorpresa, aprovechando que estaba en la oficina, prepare algunas cosas para cenar: patés, cava, embutidos...

Me puse uno de los conjuntos más sexis de los que me había comprado, un body transparente negro con unos lacitos rosas, que no dejaba mucho a la imaginación.

Encendí unas velas, puse música romántica. Me gustaba escuchar a Malú, era uno de los Cds que había traído de mi casa. Mi canción preferida: " Ahora tú"

Llené la bañera de agua y preparé un baño de espuma. Esperé a mi demonio mientras leía a Maya Banks, que se había convertido en una de mis autoras favoritas.

A la media hora, llegó Jack, estaba juguetón...traía un maletín marrón de cuero y un hermoso traje de tres piezas gris...¿Se podía estar más bueno? La respuesta era NO.

Me besó con urgencia..al segundo su boca invadía mis labios, estaba apretada contra la puerta, besándonos como locos. Le deseaba. Me moría por tenerle dentro.

Estábamos allí de pie, poco a poco todas sus prendas cayeron al suelo. Él estaba desnudo yo aún seguía con mi body puesto, mientras me besaba regalaba mis oídos con palabras de amor, de deseo.

Mordía mis pechos con la ropa puesta, cuando creí que iba a explotar, se arrodilló frente a mi, respiró profundamente mi sexo, como si quisiese retener su olor.

Lamió, mordisqueó...hasta que por fin desabrochó los corchetes que impedían el libre acceso al centro de mi placer.

Entonces volvió a poner su boca en mí, ¡ahhhh, que dulce sensación! Era todo un experto, mordisqueaba mi clítoris sin piedad, y allí mismo de pie, me corrí en su boca.

Me cogió en sus brazos y me llevó a su habitación. Se deshizo de mi ropa interior rasgándola. Entró en mí con fuerza, bruscamente. Me gustaba sentirle así, deseoso de hacerme el amor. Sus movimientos eran rápidos, bruscos, sus sucias palabras me calentaban aún mas.

Se derramó fuera, ensució mis pechos con su semen. Agitado puso su mano en mi torso manchado, me acariciaba y miraba hipnotizado mis pechos. Yo estaba sorprendida y excitada. Verlo tan descontrolado me volvía loca.

Decidí calentar un poco más el agua de la bañera...Obviamente se había enfriado. Nos bañamos juntos.

La bañera no era muy grande pero nos las arreglamos para volver a hacer el amor de nuevo, esta vez fui yo la que dominaba a mi sexy demonio. Metí su miembro dentro de mí. Lo monté sin piedad. Y grité su nombre una y otra vez.

Después del maratón de sexo, cenamos, hablamos, cada vez nos entendíamos mejor.

Mañana volveríamos a ver a Miguel, por la tarde teníamos que irnos. La semana no había terminado aún, pero le habían llamado de allí abajo, querían que nos presentásemos inmediatamente...eso no era nada bueno¡¡¡

¿TENDRÁN PROBLEMAS POR HABERSE ENAMORADO?