Durante la noche nos despertábamos y volvíamos a hacer el amor, parecía que nuestros cuerpos no se saciaban nunca.

No sé si comenzaba él o yo era la que le buscaba, el caso es que dormimos muy pero que muy poco esa noche.

A la mañana siguiente me despertó a besos. ¿Había mejor despertar que ese?

Mi cuerpo estaba dolorido, pero satisfecho como un gato con su sardina.

Le miré, estaba desnudo, de camino a la ducha, no pude evitar pensar en lo de anoche...ohhh mi dios, este hombre ha vuelto del revés toda mi vida¡¡¡

Como si oyese mis pensamientos, se dio la vuelta y me sonrió con esa sonrisa de canalla que adoraba.

_Si me mirás así volveré a esa cama y te follaré y te follaré...y nunca te dejaré salir de esta habitación.

Yo me reía de su comentario pero mi cuerpo...estaba a punto de ebullición.

Tendría que vestirme rápido para no caer en la tentación, hoy vamos a ver a mi hermano. Necesito saber que está en buenas manos.

Me fui a la cocina a preparar el desayuno. Estaba contenta así que cociné unas tortitas con sirope de arce y zumo de naranja natural.

Ayer había buceado en la nevera y realicé un pedido con lo más necesario a la tienda de abajo. Sabía que mi querido demonio nunca comía en casa. Agradecería el cambio.

Su teléfono móvil sonó. Miré por curiosidad quién lo llamaba, era de la oficina. Dejé que sonara..

Estaba concentrada en no quemar las tortitas cuando unos fuertes brazos me rodearon, su olor...era tan especial...me besó en el cuello.

¿Qué tenía ese hombre para encenderme con un simple beso?

_No sé si me gusta más el olor de las tortitas o el olor a sexo en tu piel. GRRRR.

Le golpee con el paño de cocina para alejarlo de mí. Si seguía diciéndome esas cosas...no terminaría el desayuno¡¡¡

_Llamaron de tu trabajo _señalé el móvil que estaba en la encimera de la cocina.

_Oh joder¡¡¡ ya me extrañaba que esa panda de inútiles me dejara en paz un puto día¡¡¡¡

Cogió el teléfono y compadecí al pobre que le hubiese molestado. ¡Mi demonio tenía muy malas pulgas¡

_¿Si? ¿Qué coño pasa ahora?_.
Creo que fui muy claro con lo que quería...si, ya sabes que no estaré...déjalo todo listo. De tarde me paso por allí. No quiero un puto fallo. ¿entendido? ¡¡O rodarán cabezas¡¡¡ _ Colgó, estaba de mal humor.

_¿Problemas?

_¡¡¡Esa panda de gilipollas que no saben hacer nada¡¡¡¡

Intenté cambiar de conversación, no sé si era o no el momento de darle mi sorpresa...posiblemente se enfadase más....pero en algún momento lo tendría que hacer¡¡ _¡AHHHH ! Eso me recuerda que tengo una sorpresa para ti.

Su cara se iluminó como un árbol de navidad:

_¿En serio me has comprado algo? ¿Para mí?_Parecía sorprendido y divertido

Hice un mohín..

_Bueno técnicamente te lo has regalado tú, es tu dinero...

_Mi dinero es tuyo, ya lo sabes. _Y me lanzó una mirada que no dejaba espacio para la discusión

_¿Son unas esposas?, ¿Una fusta para azotarme?, ¿ Un vibrador? _cada vez estaba más cerca de mí, hablándome con esa sensual voz..

_¡¡¡Apártate, satanás¡¡¡_ Mi comentario le hizo gracia.

_ Ja, ja, ja..no pretendo quitarle el puesto, es mi amigo y tiene muy mal humor.

Fui a mi habitación, había escondido el regalo dentro de la cómoda.

Cuando se lo entregué y lo desenvolvió me miró como si viese al fantasma de la chica de la curva.

_¿Qué hostias es esto, es lo que creo? _ Estaba confundido.

_Sip...una preciosa hucha. A partir de ahora cada vez que digas un taco meterás un euro dentro de la hucha. Tienes que hablar mejor, intentar ser más educado¡¡¡

Le había sorprendido, su cara era de estupefacción total.

_¿Te has vuelto completamente loca? ¿Te crees que sales con un puto ángel?

Le señalé, mi dedo chocó con su musculado pecho

_ ¿Ves, ves ? ¡varios tacos en una misma frase! _sacudí la hucha, usé mi cara de enfado para intentar amedrentarle.

_¡¡¡OH; Joder, no me lo puedo puedo creer.!!! Lo dices en serio ¿verdad?

_Así es, me he propuesto pulir tus modales ¡eres un cafre¡ _le dije gritando

_¡NO soy un cafre, soy un puto demonio! _ me respondió gritándome aún más.

Volví a sacudir la hucha delante de sus narices. Seguía refunfuñando, pero sus ojos me decían que se estaba divirtiendo.

_¡¡¡Mete tres euros¡¡¡ has dicho tres tacos.

Rebuscó en su bolsillo, sacó un billete de veinte y lo metió dentro. Le miré sorprendida. Él me contestó:

_Toma tu puto billete, te daré el jodido dinero cada vez que diga una mierda de taco¡¡¡ Ja, ja, ja, al terminar el día la hija de puta de la hucha estará a rebosar¡¡¡

Se marchó a su habitación riéndose como un loco

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