CAPÍTULO 6

Dos palabras.

Malditos compañeros inútiles.

Prácticamente eran tres, pero la frustración le nubló la cabeza al pobre Jeon JungKook tras haberse enterado que casi nadie de su salón se inscribió para las actividades deportivas que se llevarían a cabo para saber quiénes representarían a la escuela en una competencia contra un instituto de la misma área, una tradición de ambos colegios. ¡Era malditamente patético! Le estresaba cuando la gente era tan floja que ni siquiera lo intentaba. Tuvo que forzar a muchos de sus compañeros para que se apuntaran y que se hiciese la cantidad necesaria de muchachos en los diferentes equipos: básquetbol, natación, atletismo y fútbol. Incluso él tuvo que entrar en dos actividades porque nadie más quería.

—Estoy así de volverme loco —dijo Kookie en baile, demostrando un muy pequeño espacio entre sus dedos índice y pulgar—. ¿Cómo rayos no tienen problemas de obesidad?

—La mayoría practica algún deporte en los clubes o fuera de la escuela, sí... Pero las actividades escolares son horribles, casi siempre parecen compradas. Solo se salva el show de talentos —le respondió con calma JiMin, estirándose desde el suelo—. ¿Por qué te estresas? No eres el delegado o algo así —él había entrado en atletismo por pena al ver que Jeon batallaba en completar los puestos.

—No me gusta estar en un ambiente escolar donde nadie se esfuerza. ¡Tuve que forzar a mucha gente! Creí que las chicas eran las complicadas, ¡y no! Son los chicos.

—Nuestro salón es muy... ¿Cómo decirlo? —Trató de buscar una palabra no tan ofensiva, pero Kookie hizo todo lo contrario.

—¿Pesimista? ¿Holgazán? ¿Una vergüenza?

Park rio, negando con la cabeza y centrando su vista al frente.

—Un poco, sí...

—¿Un poco?

—Un poco mucho —se corrigió con una sonrisa. Tras abrirse casi con un split lateral, recostó el torso en ese espacio vacío que quedó entre sus piernas, pareciendo un niño que juega a ser una estrella de mar—. No sabía que practicabas más deportes hasta que te vi anotado en las listas.

—¿Pensabas que me quejo en vano? Claro que hago deporte. Por eso me molesta que el resto no participe —se quejó y con la confianza que lo caracterizaba, dejó caer su cuerpo contra la espalda del más bajo. JiMin soltó un quejido de dolor, pero luego rio con pesadez.

—Así que... ¿Estarás en atletismo y básquetbol? —JungKook asintió, jugando con la camiseta de su compañero. Era suave y de color gris con la palabra "LOVE" con letras rojas—. ¡Estaremos juntos al correr, entonces...! Oh, pero el grupo de Suga siempre llega de finalistas en básquetbol.

—Lo tomaré en cuenta.

Minnie sentía el corazón acelerado del contrario contra su espalda y comenzaba a ponerse algo nervioso. ¿Cómo actuaba con naturalidad? Si alguien los veía así...

—¡¡PARK JIMIN!! —Cuando escuchó el escandaloso grito de HoSeok, quien al fin llegó al ensayo, se levantó de golpe, haciendo que Jeon se diese contra el suelo.

—¿Q-qué...?

—¡Supe que te anotaste! ¿Por qué no me lo dijiste? Nunca participas. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Un nervioso JiMin pasó sus pequeñas manos entre su cabello y sintió cómo sus mejillas se sonrosaban un poco; J-Hope ni siquiera se había percatado de la escena anterior. La verdad era que, al ver tan eufórico a su compañero, quería ayudarle a terminar más rápido con su trabajo, a pesar de ser el primero en quejarse por esas tontas actividades que les hacían perder tiempo y dinero.

—¿Tú entraste en algo, Ho? —Preguntó JungKook cuando el más bajito se acercó y le frotó la zona rojiza por el golpe mientras le pedía disculpas en voz baja. Hobie estaba en diferente salón, pese a tener la misma edad.

—Siempre entro en el comité organizador de mi aula —respondió, apuntándose a sí mismo muy orgulloso—. SeokJinnie está en natación, como siempre; por lo cual decidí que, a parte de esa tarea, entraré en el mismo deporte y en fútbol. ¡Casi no consigo puesto!

—¿Ves? —Enojado, Kookie se dirigió a JiMin e hizo un puchero—. ¡Ellos sí quieren participar! Nosotros ni siquiera tenemos comité organizador porque les dio pereza... ¡Oh, por Dios! Soy yo, ¡yo solo! Qué asco de vida. Odio la escuela y a los flojos.

—Su grupo es una mierda —Jung agregó sin pena, acercándose a dejar sus cosas en su casillero para comenzar a calentar con los otros.

—¡Hey! —Protestaron a la vez ambos chicos. Ellos sí se podían quejar de sus compañeros, pero no otros. Era una extraña hermandad.

—¿Pero ustedes no...? —Balbuceó entre risas nerviosas.