CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 35
Tal y como Park pidió, sus amigos lo dejaron frente a las instalaciones del teatro donde se llevaría a cabo la presentación del grupo de baile para el ensayo general. Habían dormido apenas llegaron al departamento, pues el día había sido largo para todos y algunos apenas podían mantenerse de pie sin tambalearse; por la mañana, SeokJin fue al supermercado más cercano para conseguir algunos productos que les faltaban para facilitar la visita y cocinó junto a JiMin, tras tanto tiempo sin haberlo hecho.
—Iremos al Museo Nacional porque tu hermano se muere de ganas por ver una exposición de un pintor de arena chino que llegó hace unos días... Ya sabes lo insistente que es cuando se trata de arte —murmuró en su oído el Kim, sonriendo. A decir verdad, le gustaba mucho ver feliz a su amigo y sabía que había esperado mucho tiempo para tener la oportunidad de ver la creación de una obra así en vivo—. En fin, pollito, ¡ten cuidado! ¡No te exijas de más porque puedes lastimarte!
—No te preocupes, hyung. ¡Me cuidaré! —Le prometió con una sonrisa, asintiendo, antes de girar hacia su novio y el resto. Todos lo habían acompañado en la camioneta rentada por Lee—. Por favor, lleguen temprano. Los de clase avanzada abriremos el espectáculo y quiero que me vean, ¡además de que me gustaría contar con su apoyo antes de salir al escenario!
—Estaremos ahí especialmente para ti, Minnie —le aseguró JungKook, besando su mejilla y pasando la mano por su cabello rosado—. ¡Te ves adorable con este tono!
—Yo le dije que se lo pintara de ese color —HoSeok dijo, orgulloso—. Sabía que te gustaría y él moría de ganas por sorprenderte apenas llegaras.
—A mí me recuerdas a ese capítulo de Drake y Josh donde se pintaron el pelo de rosa... ¿Qué? —Se quejó JongSuk cuando notó la mirada seria de todos en él—. ¡Siempre se me quedan viendo raro! Empiezo a creer que les caigo mal...
—Eres inoportuno, eso es lo que pasa —V rio, viendo que su hermanastro al fin bajaba del vehículo con la mochila donde llevaba todo lo necesario—. ¿Te darán de comer allá? ¿Quieres que traigamos algo?
—Adentro tendrán una mesa con algunos aperitivos y me arreglaré aquí para evitar las vueltas. Está todo bajo control —el pequeño teñido alzó su pulgar antes de lanzar uno de sus característicos besos a su chico, quien yacía con el cristal de la ventana abajo para poder verle mejor. Algunos muchachos que iban pasando, entre ellos TaeMin, llamaron a JiMin para que fuera con ellos y pudieran adentrarse todos juntos al teatro—. ¡Los quiero, chicos! ¡Nos vemos pronto!
—¡Suerte! —Gritaron a la vez todos, despidiéndolo con una enorme sonrisa.
Así fue como quedaron únicamente cinco de los seis amigos, quienes se dirigieron al Museo Nacional para poder contemplar la tan esperada exposición que Tae insistió tanto en ver; sin embargo, JongSuk y HoSeok decidieron hacer el recorrido completo al edificio, mientras que el resto se quedaba en la sala donde se llevaría a cabo la presentación.
Cheng Ke era un pintor de arena reconocido por haber dejado su antiguo trabajo como líder de una famosa empresa china, dándole el puesto a su hermano menor para poder seguir sus sueños en el arte. Tuvo que vivir una serie de dificultades a lo largo de esa etapa de su vida, como cualquier artista novato, pero gracias al apoyo de sus antiguos colegas, su prima (una famosa modelo que tenía su propio blog) y a su pareja logró salir adelante.
—Ojalá consiga hablar con él —suspiró, ilusionado, el mayor de los chicos.
—¿Sabes hablar chino o inglés? —JungKook le preguntó, riendo por la barrera de idiomas que existía.
—¡El idioma no es obstáculo para el arte, querido dongsaeng! —Obtuvo como respuesta, aunque no lo convenció del todo—. Con lo básico que sé de inglés debe ser suficiente, ¿no lo crees? Además, no creo que venga en blanco. Debe de saber algo de coreano, al menos lo típico.
—Prepararé el traductor, por si acaso —se burló SeokJin en voz baja, pues ya habían ingresado a la enorme sala de proyección. Había poco más de cien personas y aún se iban sumando unos cuantos de vez en cuando, atraídos por la cantidad de gente y la suave música jazz que sonaba únicamente en esa zona.
Buscaron un lugar entre la muchedumbre, consiguiendo un puesto justo frente al pintor de arena, por suerte. El acto comenzó apenas minutos después y TaeHyung moría de la emoción al ver la proyección de las grandes manos del artista a lo largo de la sala oscura.
Gran sorpresa se llevó cuando el señor Cheng comenzó a retratar personas que yacían plasmadas contemplando su arte, entre ellos el trío de chicos en donde Jin tuvo que sujetar a V para que no cayera desmayado por la emoción. El hombre era tan preciso y profesional con sus trazos que no necesitó elevar ni un poco la mirada para confirmar las características de los espectadores, haciéndolo únicamente mediante el rabillo del ojo.
—Hyung —murmuró el azabache, riendo en su oído—, no creo que debas morir en este momento tan importante —claro que su cercanía lo trajo a la realidad en cuestión de segundos, apartándose casi al instante mientras le daba la razón.
JungKook, externo a la escena incómoda que vivió TaeHyung, únicamente apartó su asombrada mirada de la presentación cuando sintió su teléfono vibrar en un bolsillo trasero de su pantalón. Se retiró algo apenado para poder responder el mensaje cuando se dio cuenta de que era YuGyeom. Lo último que supo de él fue que había amanecido con dolor de cabeza y que asistió así al desayuno con su madre y su prometido.
Giant Baby 👶: JungKookie, ¿harán algo hoy? He terminado con mi familia y muero de aburrimiento. Mamá no me quiere sacar a pasear porque está ocupada con el trabajo. ¡Sálvame de este aburrimiento, amigo!
Mordió la punta de su dedo pulgar, dudoso. No quería ser grosero con su amigo, pero tampoco quería incomodar a JiMin. Debería tener más cuidado que el día anterior, pues no le gustó nada el ver a su pequeño novio celoso y, peor aún, verse a sí mismo acelerado porque se sentía de la misma manera por culpa de TaeMin.
Nochu 🥴: En unas horas es la presentación de Minnie y después organizará una fiesta en el departamento que comparte con su amigo. ¿Quieres venir?
Giant Baby 👶: Mm... No estoy del todo seguro. ¿Sabes? No me sentí tan querido anoche, así que no me gustaría causarte problemas con Park. Es muy lindo.
Nochu 🥴: Estaba así porque no le avisé que vendrías con nosotros, pero ahora no creo que le cause problemas. Después de todo, no me sorprendería que, durante la fiesta, te pierdas por ahí con alguien.
Giant Baby 👶: ¿Me estás llamando "promiscuo," niñito?
Nochu 🥴: No me digas "niñito," ¡soy mayor que tú por unos meses! Además, solo digo lo que veo.
Giant Baby 👶: Lo que digas, hermano. Pediré un taxi para llegar a la presentación. ¿En dónde es?
Jeon le pasó la imagen que semanas atrás su novio le envió para que pudiera ver la información necesaria.
Giant Baby 👶: ¡Qué bien se ven, eh! Hasta parecen profesionales. Bueno, nos vemos allá, ¿bien? Diviértete en lo que sea que estés haciendo.
Para cuando regresó al interior de la enorme habitación, las luces ya habían sido encendidas y sus amigos yacían hablando con el artista, aunque Jin parecía únicamente traducir lo poco que no comprendía el mayor; apenas intercambiaron un par de palabras, pero el hermanastro de JiMin había salido del museo con una enorme sonrisa satisfecha. HoSeok y JongSuk ya estaban en las escaleras del edificio, pues terminaron su recorrido antes de lo previsto y salieron a comprar algo de comer en los puestos.
—¿Te divertiste, amor? —Le preguntó Hobie a su chico apenas llegaron a su lado, ofreciéndole un bonito algodón de azúcar en forma de flor. Ambos fueron los primeros en caminar hacia el vehículo tomados del brazo, charlando sobre lo ocurrido y comiendo del rico postre.
—"¿Te divertiste, amor?" —Imitó JongSuk con TaeHyung, aunque este únicamente rio y asintió con la cabeza, antes de invitarle al menor también algo de comer para soportar el hambre que habían estado ignorando desde hacía más de media hora.
Después fueron a comer.
Para cuando llegó la hora de la presentación, los cinco chicos se encontraban frente al teatro mientras esperaban a que YuGyeom cruzara la calle. Habían pasado la mayoría de la tarde buscando un buen restaurante económico donde no dependieran de SeokJin, pues se prometieron que en ese viaje no se aprovecharían de su amabilidad; aunque siempre terminara insistiendo para pagar la cuenta de todo y, tras tantos ruegos, terminaba cobrando la mitad si no los lograba convencer del todo.
—Lujos que se dan los ricos, sin duda alguna —JongSuk había asegurado en su momento, generando una risa entre el grupo de amigos. Jin era un joven demasiado adorable y atento para su propio bien.
Para cuando se dieron cuenta, tuvieron que salir corriendo del restaurante para poder llegar pronto al vehículo y conseguir la ruta más viable así lograr llegar minutos antes de que comenzara todo el espectáculo.
—¡Nos alegramos de verte de nuevo, Gyeomie! —Dijo Jin, palmeando su espalda con una sonrisa y llevándolo al interior del edificio junto al resto—. JungKookie nos contó que estabas aburrido y que nos acompañarías hoy también. ¿Te caímos tan bien?
—Creo que, más bien, no tiene opción —rio TaeHyung.
—No iba a desaprovechar la oportunidad de ver a mis hyungs ebrios de nuevo —le guiñó un ojo, sonriendo, antes de aproximarse hacia donde estaban JungKook y HoSeok. V se quedó pensando, muy ofendido, en que los adolescentes de ahora no respetaban a sus mayores.
Los muchachos apenas se aproximaron a la puerta que indicaba la sala en donde se llevaría a cabo la presentación cuando una gran cantidad de personas se hizo presente; tal parecía que había sido esperado por muchos padres de familia y compañeros. Tuvieron que pasar entre todos, hasta que pudieron llegar frente a las escaleras del gran escenario, donde Park los esperaba con una enorme sonrisa de ojos medias lunas.
—¡Lograron llegar a tiempo! —Exclamó, esquivando a sus compañeros para ir a saludar con gran euforia; sin embargo, pizca de ella desapareció de sus ojos al notar la presencia del amigo de su novio. Otra vez no fue informado de que iría y no dudaba en que asistiría de igual manera a la fiesta que se llevaría a cabo esa noche. Sus labios formaron una línea recta, descontento, antes de forzar nuevamente su sonrisa—. Veo que has venido también tú.
—Nochu me dejó venir porque estaba aburrido en casa. Espero no causarte problemas —dejó en claro, avergonzado—. Además, ¡entre más apoyo, mejor! He estado contigo en danza y extraño ver cómo bailas. Hobie y tú siempre fueron los favoritos del profesor.
—Lástima que ahora la pareja de baile más querida somos Park y yo —TaeMin se sumó al grupo, rodeando por los hombros a su amigo y sonriendo de manera socarrona—. Siempre nos ponen juntos. Creo que es el destino o algo así.
JungKook suspiró, apartando la mirada. No sabía por qué le daban ganas de golpearlo siempre que lo veía. ¿Acaso quería sacarlo de sus casillas? Definitivamente era un sinvergüenza.
—No seas ridículo —se apresuró a responder Jin, frunciendo el ceño—. Mi Hobie y él están hechos para bailar juntos. No digas esas ridiculeces, amigo.
—Así es. JiMinnie y yo estamos hechos para congeniar en el escenario —Jung habló, chocando los puños con el de cabello rosado. Bueno, al menos sus amigos parecían haber estado también algo disgustados con el comentario fuera de lugar.
—Tranquilo, hermano, solo es una broma. ¿No es así, pollito? Siento que no le caigo bien a tus amigos o algo así —le murmuró al oído, sin borrar esa sonrisa de su rostro.
—Ah, no, querido. Consíguete tu apodo —esta vez V se apuró a intervenir, jalando a su hermano hacia su lado—. Ese apodo surgió entre nosotros hace años.
—¿Hace años...? Pero si he oído cómo le llama así JungKookie por las llamadas y, hasta donde sé, comenzaron a andar hace casi cinco meses, ¿no?
—Es porque soy su novio —comentó con obviedad en su tono, frunciendo la nariz.
—Vamos, YuGyeomie, busquemos lugar —susurró JongSuk, incómodo, siendo seguido por el menor junto al resto de los chicos, dejando a JungKook con Park y TaeMin.
—¿Nos dejas solos, por favor? —Pidió el más bajito, a lo que su amigo únicamente asintió y se retiró con el resto de los chicos sin estar del todo contento—. Perdón, Kookie, a veces es... Raro.
El castaño suspiró, desviando la mirada apenas unos segundos antes de volver a fijarse en su novio. Iba con un conjunto negro que parecía muy cómodo para su típico baile contemporáneo y apenas tenía un poco de maquillaje, pero se veía igual de perfecto que siempre para sus ojos. ¿Cómo alguien tan pequeño y adorable podía causarle celos y paz a la misma vez? Se sentía asqueado por los malos sentimientos que tenía.
—No me dijiste que vendría de nuevo él —JiMin volvió a hablar, mirando fijamente a su grupo de amigos en compañía de YuGyeom—. ¿Por qué te ha llamado nochu?
—¿Uh? Es un apodo. Yo le llamo giant baby porque soy mayor que él por unos meses, además de que es muy alto —rio, avergonzado—. Perdón por no haberte informado, amor, pero... No sé... Simplemente no me pareció una mala idea. Él estaba aburrido, nosotros estaríamos aquí y, además...
—También está TaeMin-ah aquí, lo sé —suspiró, sabiendo lo que diría—; pero es porque practica conmigo, así que no te puedes quejar esta vez, ¿de acuerdo?
Ambos se estaban haciendo daño inconscientemente.
Aparentaban estar bien, cuando no lo estaban. La distancia jugaba de las suyas, haciéndoles caer en desconfianza, miedo y desesperanza; era más fácil decir que estaría bien, que estarlo en verdad. ¿Cuál era la necesidad de excusar la presencia de sus amigos en "si tú tienes a alguien que me cae mal, yo también llevaré alguien que te cae mal para ser justos"? ¿Por qué no podían, simplemente, dejarlo pasar? ¿Tan difícil era creer en la palabra del otro, como para no tener duda en si los terceros implicados les interesaban más de la cuenta? Porque era obvio que ellos dos se amaban más que nada, pero ¿en verdad era el momento de su relación? ¿Y si no eran la persona correcta, en el momento correcto como tanto pensaban? Tal vez solo eran almas gemelas destinadas a encontrarse para ayudarse con sus sueños y confundieron lo que el universo les quería decir.
—Te amo, Jeon JungKook —susurró el bajito cuando sintió cómo el ambiente parecía deprimirse entre ellos. Ambos parecían estar pensando en lo mismo y el corazón parecía encogérsele en el pecho ante la idea, pues unas desconocidas ganas de llorar le surgieron desde lo más profundo de sí. Pasó una mano por el rostro de su chico, deteniéndola en una de las mejillas antes de acercarse a él para quedar solo a milímetros de distancia... Una distancia que, en ese momento, le aterraba acortar, ya que no comprendía la presión en su garganta.
—También te amo, Park JiMin —le aseguró, regalándole una pequeña sonrisa, la cual era más para calmarse a sí mismo. ¿Por qué comenzaba a aterrarle la relación? ¿Por qué se sentía tan extraño, aun sabiendo que lo amaba? ¿La distancia le quitó esa seguridad que tanto lo caracterizaba o, simplemente, creía que no podía ofrecerle lo que en verdad se merecía?—. Amor...
—¿Qué ocurre? —Había unido su frente a la del chico, aún sin retirar la mano, pero con los ojos cerrados a causa de lo que estaba pasando.
—Dame un beso.
—No puedo. Tengo miedo y no sé por qué.
Fueron poco más de cinco palabras que apenas fueron audibles, pero que estrujaron ambos corazones en cuestión de milisegundos. ¿En verdad las inseguridades e incomodidades serían las causantes de su ruptura o solo era un mal momento...? ¿O, tal vez, el destino había planeado algo diferente para su futuro?
JungKook terminó siendo quien besó los labios de su pareja, deseando tranquilizarlo y, con ello, a él mismo. Fue un beso de unos cuantos segundos, suave y dulce, algo que se encargaría de calentar el pecho de ambos lo suficiente para seguir hasta el final del día.
—Suerte, pequeño —dijo en voz baja contra sus regordetes labios.
—No quites los ojos de mí.
—No planeaba hacerlo.
Asistir a la presentación terminó siendo una de las mejores ideas que pudieron haber tenido, pues pudieron contemplar distintas clases de bailes en tan solo un par de horas; contemporáneo, ballet, hip-hop, bailes estilo latino, entre otros.
Tal y como Park les avisó, lo que presentaron al inicio fue una coreografía contemporánea por los de clase avanzada donde el joven sobresalía por el lindo tono rosado de su cabello; también tuvo un solo de baile del mismo estilo donde sonaba una versión extendida de su respectiva parte de la coreografía que había montado junto a HoSeok para el concurso de talentos, una canción titulada "Lie."
—¡No puedo creer que me haya ocultado eso! —Se rio el pelirrojo, emocionado por la linda sorpresa. Tal parecía que TaeMin estaba equivocado, pues ellos siempre serían la pareja que más química tendría en el escenario—. ¡¡Vamos, Park JiMin!!
JungKook se quedó sin palabras, como de costumbre.
Le sorprendía cómo su novio mejoró tanto en cuestión de meses, dejándolo bien pegado en su asiento y con los ojos bien abiertos mirando fijamente al chico en cuestión. Hacía tantos saltos altos, interactuaba con la escenografía sin perder de vista al público, manejaba las expresiones faciales con mayor facilidad y, por su puesto, cada vez lucía más seguro que antes en el escenario. ¿Cómo no enamorarse de un hombre tan trabajador, como lo era él? La mejor decisión que pudo tener fue ir a Seúl para seguir su sueño.
La tercera y última coreografía en donde participó Park fue un dueto con TaeMin, en donde cada uno tuvo su momento en escena al comienzo y, tras eso, compartieron escenario con otra canción. Interactuaban entre ellos con una química que hacía sentir celosos a Jeon y Jung, pero que sabían no era lo suficientemente fuerte como la que tenían ellos con pollito. Los bailarines son muy apasionados, después de todo, ¿no? Aun así, generaba algo de molestia el nivel de su forma socarrona de ser.
—Me alegra no ser el único a quien no le cae bien ese sujeto —murmuró JungKook, riendo. J-Hope imitó su acción, echando para tras la cabeza y negando ligeramente.
—Esta noche le demostraremos quiénes son los verdaderos dueños de la pista —prometió, guiñándole un ojo—. Nadie se mete entre mi relación de baile con JiMin.
—Oh, chicos, no sean inmaduros —los regañó JongSuk, a lo que YuGyeom no tardó en responder.
—Déjalos. Nunca cambiarán de opinión. Ya los he visto lloriquear cuando no les tocaba con Park el semestre pasado... —Eso era cierto. Siempre querían estar los tres juntos, después de haberse hecho amigos.
Así fue como terminó el show y, tras varios minutos de mirar cómo la gente se iba levantando de sus butacas para salir del teatro, decidieron hacer lo mismo para comenzar a buscar a los chicos que faltaban. No conocían las instalaciones, por lo que les fue imposible no perderse; fue hasta que TaeHyung se animó a preguntarle a una muchacha que participó con su hermanastro en el baile grupal cuando supieron dónde estaban.
—Creo que lo vi charlando con Lee en la parte trasera del edificio, por las escaleras de incendios... La puerta de salida en caso de emergencias está al final de este pasillo, llegarán más rápido.
Claro que, al menos Jeon no hubiese querido encontrarlos cuando los descubrió hablando a solas, lejos del resto de integrantes, tan cerca y tan cómplices. Ambos estaban con la ropa que usarían en la fiesta, y parecían estar en un mundo donde únicamente existieran ellos dos; Park sentado sobre las barras de metal de las escaleras y Lee frente a él, apoyado en otra de las mismas barras.
Molesto y chasqueando la lengua, Kook apartó la mirada al suelo por las ideas que comenzaban a formarse en su cabeza y, principalmente, las ahora usuales inseguridades que surgían desde lo más profundo de su ser. Se sentía asqueado y no sabía por qué. ¿De qué estaban hablando? ¿Cuál era la necesidad de estar solos y tan cerca? ¿Por qué se veían tan fijamente, como si estuvieran acostumbrados?
—¡Hey, Park! —Le llamó YuGyeom, aproximándose a ellos dos y ganándose una mirada de sorpresa e incomodidad por parte de los chicos. JungKook se dio cuenta y, para su desgracia, algo pareció hacerse pequeño en su pecho dejándole unas ganas de gritar y lloriquear tal y como un niño pequeño. ¿Debía de agradecer a su amigo por haber roto esa escena u odiaba más la vista que ahora tenía de ese par?—. ¿Nos vamos de una vez? Los chicos y yo los estamos esperando desde hace un buen rato.
—Los alcanzamos en unos minutos. Espérenos en el auto, ¿está bien? —Dijo el de cabello rosado, levantándose de su lugar y sacudiendo sus pantalones. Cuando sus ojos se posaron en los oscuros de su novio no pudo evitar desviarlos, avergonzado por haber sido hallado en esa situación—. Iré por mi mochila y TaeMin-ah confirmará cuánta gente irá.
—¡No tarden porque me muero de hambre! —Amenazó TaeHyung.
HoSeok y SeokJin, por su parte, rodearon al castaño con los brazos y despeinaron su cabello cuando notaron su inconformidad por la situación. Sabía que querían alegrarlo y calmarlo, pero solo provocó que ese sentimiento negativo aumentara, generando que se apartara de ellos casi al instante para caminar de regreso al interior del teatro y, de esa forma, esperar a los dos muchachos en la camioneta.
—JungKookie, no pienses mal —rogó Ho cuando lo pudo alcanzar—. Nuestro Minnie no es así, lo sabes. Simplemente estaban conversando.
—Conversando o no, lo que me molesta es cómo me siento —aclaró él, montándose al vehículo y abrochando con fuerza el cinturón de seguridad—. Sé su historia con los celos junto a YoonGi-hyung, por lo que no quiero que lo viva conmigo... Es decir, no me comparo, ¡pero odio estar celoso!
Yu fue el último en subir, cerrando la puerta tras él y sonriendo un poco hacia su amigo.
—Estoy seguro de que no eres el único que se siente así.
Los restantes del grupo no tardaron mucho en llegar, siendo recibidos con normalidad por todos, menos por conejito, quien estuvo con los brazos cruzados y la mirada fija por la ventana durante todo el trayecto hacia el edificio donde estaba el departamento de su novio y TaeMin.
—No es lo que parece, Kookie —le murmuró el pequeño, quien yacía a su lado viendo a la misma dirección.
—Lo sé... —suspiró—. Lo sé.
* Minuto 1:50, Pintor de arena.
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