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CAPÍTULO 26

CAPÍTULO 26

El pensar que todo sería más fácil después de que la abuela Jung descubriera a su nieto menor con un chico sobre sus piernas aquel día fue un grave error, pues desde entonces comenzó a tener un extraño y frío trato al muchacho. No era necesario que se lo dijera, Kook sentía la tensión en el ambiente cada vez que se topaba con la mujer en alguna parte de la casa; a la hora de comer intercambiaban pocas palabras, ella se centraba en sus novelas y plantas cuando no estaba con sus amigas, él se encerraba en su alcoba para estudiar durante horas o ayudaba a la vecina con su hija como trabajo y eso era todo. Agradecía mucho la presencia de la niña, pues le facilitaba el no pensar tanto en ese pequeño problema familiar; JiMin igual fue muy lindo y lo animaba durante las noches en largas videoconferencias.

JungKook habló sobre el tema con su hermano mayor, el cual le dijo que no le diera mucha importancia y que se centrara en conseguir todo lo necesario para el regreso a clases, pero no lo dejó para nada calmado. Tenía la sensación de que, desde esa tarde, la buena relación con su abuela desapareció de un día a otro y eso le afectó aún más de lo que imaginó. Ni siquiera podía verla a los ojos, principalmente porque ella le dirigía la típica mirada de superioridad que muchos ancianos asiáticos tenían, demostrando su sabiduría y años de vida.

Con tan solo pensar en su abuela y en la situación de su pequeño hogar, su estómago solía dolerle debido a los nervios (y no precisamente de los bonitos), provocando que la necesidad vital de comer disminuyera apenas verla.

—Es que no entiendo la razón por la cual está así —dijo una noche el joven, hablando por Skype con sus amigos—. Está tan rara conmigo. ¡Nunca la había visto así! Ni siquiera cuando comencé a teñirme el cabello o a hacerme perforaciones. No entiendo, chicos.

—Solamente necesita tiempo para procesar lo que vio. No te preocupes, JungKookie —JongSuk dijo con normalidad—. ¿No es así, TaeHyung-ssi?

—Sí —aseguró el moreno. Tanto él como Jin estaban en el mismo recuadro debido a que le estaba ayudando a preparar algo de papeleo para la universidad—. Son cosas que pasan a cualquiera con noticias así, en especial a las personas mayores.

—Pero tu papá...

—Cada persona reacciona diferente, JungKookie —interrumpió Jin con tranquilidad y dándole una linda sonrisa—. Mis papás, por ejemplo, reaccionaron muy bien, igual que los tuyos y los de mi Hobie.

—Dale tiempo, amor. De cualquier forma, sabes que comprendo la situación. ¡Tienes nuestro apoyo! —Alentó el rubio, mandándole un beso y robándole una sonrisa atontada. HoSeok estaba con él porque esa noche la pasarían juntos en una fiesta de pijamas.

—Verás que, con el tiempo, todo se tranquiliza. Mis abuelos, a diferencia de mis padres, igual tardaron un poco en aceptarlo, pero, cuando conocieron a mi SeokJinnie, lo amaron —agregó el pelirrojo, a lo que Jeon asintió con un poco más de seguridad.

Tal vez tenía razón y debía dejar de montarse dramas en su cabeza, pues su novio era la persona más hermosa que había tocado el planeta y su abuela pareció notarlo cuando lo conoció semanas atrás. ¿Por qué cambiaría su perspectiva hacia él solo por enterarse que era el novio de su nieto?

Durante los pocos días restantes, JungKook decidió pensar en lo que sus amigos le dijeron durante aquella noche, deseando que tuvieran razón y que todo solo fuera un malentendido de su cerebro. Comenzó a actuar como si nada pasara, saludando a la mujer cada mañana y despidiéndose antes de irse a dormir, preparaba la comida para ambos, trabajaba con la vecina y salía a pasear con la pequeña niña junto a JiMin, quien lo ayudaba a cuidarla. Así terminaron las vacaciones invernales un poco mejor de lo que pudo imaginar, principalmente porque ahora era oficial su relación con el muchacho de belfos abultados y por el reforzamiento en las amistades que tenía.

En la mañana del lunes 13 de enero, el castaño se encontraba terminando de arreglarse cuando su hermano mayor asomó la cabeza por una rendija entre la puerta y el marco. Él lo llevaría para comenzar bien la semana.

—Apúrate, si quieres que pasemos por JiMin-ah —dijo con una sonrisa cálida, aunque adormilada. Tuvo que despertarse muy temprano, tras tantos desvelos durante las últimas semanas, y no le sentaba para nada bien; no quería ni ver su rostro en el espejo porque sabía que tendría horribles ojeras.

—¿Quieres que le diga que te quite esas feas marcas? —Preguntó Kook, ajustándose el cuello de la camisa y refiriéndose a las zonas oscuras bajo sus ojos—. Ha comenzado a gustarle más el maquillaje en estos días y haría buen trabajo.

—No —se apresuró a decir, dejando confundido al muchacho—. Sabes que odio las sensaciones cremosas en la cara. No tolero ni las mascarillas.

—Qué ridículo eres, JungHyun-ah —fue lo único que dijo, poniendo los ojos en blanco.

Minutos más tarde, ambos hermanos se despidieron de la señora Jung con un beso en la mejilla y salieron rumbo al vehículo del mayor. Con Hyun también en la casa, era más notoria la preferencia que tenía su abuela, pues con él actuaba como con JungKook no, lo cual alteraba un poco al menor. Le parecía injusto que se pusiera en esa posición, aunque creía que era porque no se había sentado a hablar con ella oficialmente y estaba dolida por haber sido hecha de lado... O eso quería pensar porque ni siquiera se esforzaba en ocultar el desagrado y decepción hacia su nieto menor.

JungKook sujetó su mochila contra su pecho una vez se abrochó el cinturón de seguridad en la parte trasera del coche y le pidió a Hyun que encendiera la radio para distraerse un poco, ya que no quería llegar incómodo con su novio y, por ende, al instituto. Se mantuvieron en silencio un par de segundos, disfrutando del fresco viento que se colaba por las ventanillas abiertas y de la música.

—No pareces estarla pasando muy bien con la abuela, ¿eh? —El mayor fue quien tomó la palabra, notando a su hermano con la vista baja—. ¿Siguen sin arreglar lo de la semana pasada?

—Intenté actuar con naturalidad, pero no funciona. Te juro que no estoy siendo dramático, ¡ella actúa muy raro conmigo aún!

—Ponte en su lugar, JungKookie —dijo, deteniéndose en un semáforo—. Imagínate que acabas de recibir a tu nieto en tu casa, lo dejas solo un par de horas y lo primero que ves al llegar es a él con un tipo encima con claras intenciones de comérselo ahí mismo. Por suerte no supo que SeokJin-ah y Hobie son pareja porque si no... No imagino cómo estaría la situación.

—¿Crees que fuimos muy imprudentes?

—En pocas palabras, sí —fue honesto—; pero es algo normal en los jóvenes de tu edad, no te comas la cabeza con eso. Piensa en que verás a tu novio ahora y que, muy pronto, él tendrá la oportunidad de su vida para dedicarse al baile. ¡Estoy muy orgulloso de ustedes! A su edad, yo no sabía qué diablos estudiar.

Kook rio suavemente, aún desanimado.

—He estado pensando en abrir un canal de YouTube gracia a que los chicos me han estado alentando con ideas locas —agregó el castaño, recostándose parcialmente sobre la puerta—. Subiré contenido variado.

—Oh, ¡tendré un hermano influencer! Magnífico. Yo podría salir en esa clase de vídeos como "¿quién me conoce más?" y me pones contra JiMin-ah o alguno de tus amigos, ¡estaría de locos! Siempre he querido hacer algo así.

—No me refería a eso —comentó, alzando una ceja, pero no le molestó la idea que se formó en su cabeza—. Quiero subir vídeos donde grabe el paisaje, las personas siendo felices, música, cosas que transmitan paz interior... Minnie me dio una idea para el nombre incluso. No sé qué haría sin él.

JungHyun le sonrió por el retrovisor, antes de aparcar frente a la casa del rubio. Frente a ella estaban los dos hermanos, quienes esperaban a los Jeon con una sonrisa.

—Hey —dijo TaeHyung, asomando la cabeza por la ventanilla—, ¿me das un aventón también? Mi auto se averió.

—No lo sé. Soy el uber oficial de estos dos únicamente —JungHyun dijo, señalando a la pareja que ahora estaba acurrucada en la parte trasera del coche, contándose lo que hicieron el día anterior y llenándose de lindos besos—. Tendrás que buscar una forma de convencerme.

—Traigo leche de banana conmigo.

—Entra. —Aunque la oferta era dirigida a Hyun, el menor respondió al instante que escuchó esas palabras. V rio ante la molestia del mayor, y se adentró al vehículo antes de brindarle la pequeña cajita al joven— Perdón, JungHyun-ah, pero no puedo resistirme.

—¿Qué hice yo para merecer a un hermano como tú? —Se quejó en voz alta, poniendo en marcha al motor y conduciendo rumbo al instituto de los adolescentes.

—Dame un poco —susurró Park, acercándose al popote mientras mantenían las manos entrelazadas—. Deberían de cancelar las clases por el frío. Siento que mi cara se entumecerá.

—Sigue soñando. No pasó en nuestra época, tampoco en la suya —uno de los mayores habló, provocando que ambos suspiraran.

El trayecto transcurrió con normalidad hasta la hora en la que se despidieron de sus hermanos mayores frente a la puerta del instituto, donde los esperaban HoSeok y SeokJin. Éste último hizo el ademán de querer acercarse a saludarlos, pero se detuvo unos instantes algo indeciso cuando sintió la profunda mirada de TaeHyung sobre él. Tras pensarlo un poco, se encaminó a su encuentro mientras los tres amigos se dirigían al interior de la institución.

—Hola. —Había vaho saliendo de su boca a causa del clima y sus mejillas estaban rojizas— ¿Qué haces con el hermano de Kookie?

—Me llevará porque el auto se averió —explicó en pocas palabras.

—Buenos días, hyung —saludó Jin al más grande de los Jeon con una sonrisa, la cual fue correspondida antes de volver a dirigirse hacia el de cabello grisáceo—. Gracias por ayudarme el otro día con los papeles. Me avergonzaba pedir más favores a Suk-hyung y sabía que mi Hobie tampoco entendería.

—No tienes qué agradecer. Para eso están los amigos —le guiñó un ojo con una media sonrisa. Sí, la frase dolía más de lo que parecía—. Debes entrar al instituto ya. Está helando.

—Sí, lo sé, yo... —Balbuceó, indeciso. ¿En qué estaba pensando cuando se acercó realmente antes de acercarse? Ni siquiera tenía algo de decirle realmente—. Venía a saludar. Buena suerte en la universidad.

TaeHyung le regaló una última sonrisa antes de subir la ventanilla, señal que dio a entender a JungHyun que se pusiera en camino rumbo a la facultad, dejando a un confundido y alterado SeokJin detrás. El teñido suspiró, despeinando su cabello y dejando caer la cabeza contra el frío vidrio.

—Mal de amores, ¿eh? —No era necesario saber toda la historia para hacerse una idea, al menos no para el Jeon.

—Algo así... —Susurró—. ¿Cómo está Kookie, a todo esto? ¿Su abuela se calmó? Olvidé preguntarlo.

—Bueno... Estando con ellos, me di cuenta de que, en efecto, está actuando muy distante con él. Le digo que no se preocupe, pero en verdad me inquieta toda esta situación —sinceró el mayor, sujetando con algo de fuerza el volante de su auto—. Ayer en la noche, cuando llegué y mi hermano subió a ducharse, la abuela me dijo que quería cambiarlo de escuela.

—¿Qué? —Se cuestionó, incrédulo, V—. ¿Por qué?

—¡Eso mismo quise saber! Ella solo dijo que no le gusta que mi hermano esté ahí. Le dije que era el mejor colegio de la ciudad y con eso se calmó un poco —no lo comentó antes al castaño porque no quería preocuparlo—. Logré convencerla de que eran solo ideas locas que tenía, pero fue demasiado... Intenso, ¿sabes? Incluso yo sentí la tensión entre ellos dos. Mis padres no tardaron nada en aceptar la sexualidad de mi hermano, ¿por qué ella reaccionaría así?

—Tal vez deban de andar con más cuidado esos dos a partir de ahora —agregó el otro, asintiendo ligeramente con la cabeza. No quería que su historia con Jin se repitiera una vez más con su hermano y Kookie—. Las generaciones pasadas no están listas para ver a parejas del mismo sexo andando por ahí... Y algunas personas jóvenes tampoco lo están.

—Es que no quiero decirle eso y limitarlo, ¿sabes? No quiero impedir que explore su sexualidad, que se divierta con sus amigos y disfrute el tiempo con su novio —suspiró—. Sé que mi hermano opina lo mismo, sobre expresarse libremente e importarle menos lo que dice la gente, pero...

—Pero ella es su familia, lo entiendo... Lo entiendo —repitió con un triste asentimiento.

Él escogió a su padre antes que a SeokJin y ahora se arrepentía, pero las cosas ya estaban hechas y sucedieron así por alguna razón.

¿Qué escogería JungKook?

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