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CAPÍTULO 15

CAPÍTULO 15

Desde que JiMin cayó dormido, JungKook dormitó entre ratos a causa del calor que producía el cuerpo ajeno; sin embargo, después de no haber conciliado el sueño por tercera o cuarta vez, se encontraba despierto y contemplando la espalda del rubio. No supo en qué momento cambiaron de posiciones, pero gracias a eso le fue posible contemplar sus lindos lunares, como casi siempre hacía; los largos segundos (o incluso minutos) que pasaba mirándolo le permitieron descubrir que tenían algunos en las mismas zonas del cuello. Para Jeon era algo mágico, como el destino.

Sin darse cuenta, cayó en la tentación y las yemas de sus dedos rozaron las marcas que adornaban la nuca de su amigo y disfrutó, en silencio, de la vista. Quería besarlos, por alguna razón, quería seguirlos hasta llegar a esos labios regordetes que le llamaron la atención desde que lo vio la primera vez, hundir sus manos en el suave cabello de Park y sentir la tersa piel de sus mejillas bajo las manos. ¿Es que no se cansaba de ser tan perfecto?

Sintió al pequeño removerse a su lado y, casi al instante, soltar un largo quejido adormilado parecido al de un cachorrito. Era tan tierno que Jeon tuvo que buscar una salida rápida para poder alejarse, ya que, si se quedaba ahí, acabaría por volverse loco.

Eso fue poco más de cinco minutos después de haberlo estado contemplando. Tenía ganas de comer algo y recordaba haber echado algún aperitivo en su equipaje antes de que llegaran por él, así que salió con cuidado de la habitación y evitó dejar caer su cuerpo en totalidad sobre las plantas de sus pies para que no crujiera la madera bajo él.

Clack.

Hizo la puerta al atascarse cuando estuvo en el pasillo principal, provocándole suspirar de alivio. Fue como atravesar un campo de guerra, pues sus maletas estaban regadas por toda la habitación.

—Es imposible estar callado durante tanto tiempo —masculló el joven, bajando las escaleras de dos en dos.

La estructura interna de la casa era hermosa, con unos ventanales y candelabros muy al estilo victoriano. Se notaba la forma lujosa en la que vivía Kim SeokJin, eran increíblemente claras las comodidades que el joven podía darse. El papel tapiz tenía impreso una forma sumamente extraña en un tono vino y azul, los muebles parecían tallados a mano únicamente para la enorme propiedad y había fotos de la familia por todas partes; su hyung era igual a su madre, sin duda alguna.

Dentro del hogar de los Kim estaba helando y sus pies descalzos tardaron en acostumbrarse a la sensación. Por suerte, ese día decidió usar el chándal grisáceo que solía usar cuando andaba en casa, así que no tenía tanto frío.

—SeokJin-ah, enciende la calefacción. Tengo mucho frío.

La puerta de la cocina estaba entreabierta y dejaba ver la silueta de Tae sentado en un banco a espaldas de la entrada, pero notoriamente jugando con las manos del de belfos abultados. Llevaba tan solo una camiseta blanca con un pantalón de lino liso azul, mientras que el otro traía un suéter rosado con un pantalón negro.

—Sabes que no lo haré. Me gusta que el clima esté frío y la humedad del océano hace que la casa tenga una temperatura mucho peor. Arruina mi cabello —Kookie rio en voz baja al oírlo decir aquello. Al parecer, HoSeok no había bajado con ellos, ni JongSuk.

—¿Hobie se molestó mucho porque me tocó dormir contigo? Podemos hacer un cambio o...

—No —Jin negó con la cabeza—. Él debe de entender nuestra amistad. No me gustan los celos. Ya los he visto y vivido durante mucho tiempo gracias a Suga y pollito.

—Son unos amigos geniales —dijo V tras reír un poco, desanimado. "Amistad" no era lo que él buscaba con el mayor de los Seok—. Tú, Hobie, JungKookie... En verdad creo que se olvidará rápido de esos malos días con YoonGi.

Oh, no. Jeon no debería de haber estado oyendo todo eso, pero se sentía tan bien ser aceptado por la familia y amigos de su pequeño amigo.

—Nunca le confesé esto, pero durante los últimos meses lo veía con él más bien por compromiso.

—Bueno... Me imagino que algo así pudo haber sido. Compromiso, miedo a estar solo, toxicidad... YoonGi cambió mucho este último año, por lo que eso influenció en nuestro Minnie. Siempre lo quería encima suyo, como una muñeca de trapo —le oyó suspirar—. Al inicio no queríamos que Kookie se viera implicado, ¿sabes?

"¿Por qué no?" Quiso preguntar el muchacho.

—No lo conocíamos de nada. Creíamos que entre los tres podríamos deshacernos de Suga, pero ese niño es tan... Resbaladizo —rio con cierto auge tristeza. No era necesario ser tan inteligente para saber que se refería, precisamente, al pequeño espía que oía del otro lado de la puerta—. "Siempre viene algo mejor".

De pronto, un frío silencio se instaló del otro lado de la puerta, haciéndole fruncir el ceño. Tal vez el de suéter rosa no tuvo que haber dicho aquella frase. ¿Habría tocado una fibra sensible de TaeTae? En el pasado, pudieron haberles dicho lo mismo sobre su relación: "siempre viene algo mejor". Cuando ese algo llega, no es necesario esperar, solo pasa.

JungKook mordió sus labios, dudoso. No quería entrar y hacerlos sentir incómodos, pero pensaba que ya se encontraban en una posición algo delicada y que necesitaban algo para romper el hielo.

—JungKook-ssi.

Una dulce vocecita le nombró desde las escaleras, mientras oía el sonido de pies descalzos chocar con la madera de cada peldaño. Un endemoniadamente adorable Park JiMin iba a su encuentro, recién despertado y con una sonrisa tan brillante y hermosa que no quería dejar de mirarlo. Su atuendo casual le hacía ver muy pequeño debido a que era unas cuantas tallas más grandes de lo que debía usar.

—JungKook-ssi, ¿por qué me has dejado solo en la habitación? —Le reprochó, llegando a él y rodeándole con los brazos, aún seguía adormilado. Parecía un niño pequeño regañando a un adulto—. Tengo frío, hambre y la voz de JongSuk cantando no me deja dormir más —gimoteó. Ni siquiera se había percatado de que el mayor estaba cantando a todo volumen, posiblemente para molestar al pobre bailarín que estaba con él en la alcoba.

—Siempre viene algo mejor.

El más alto se quedó embobado viendo a la pequeña silueta de JiMin, quien lo abrazaba y tenía la cara hundida en su pecho, como si quisiese dormir otra vez ahí, de pie y entre sus brazos. Pasó la mano por el cabello, ya de un rubio opaco, del más bajo y enterró su nariz en el mismo, cerrando los ojos un rato; olía a algo dulce, pero no sabía especificar a qué. ¿Caramelo? ¿Coco? ¿Fresas?

—Iugh. Chicos, consíganse una habitación —la voz de uno de sus hyungs les hizo abrir los ojos como platos y apartarse al instante del otro, avergonzados. No escucharon cuándo abrieron la puerta para salir.

—¿Ah? ¿Habitación? Mi hermano sigue siendo muy pequeño para esas cosas sucias.

—Ay, TaeTae, tú hacías cosas peores a esa edad.

—Yo era todo un santo... Un muchacho virgen, inocente y adorable.

—Uy, sí. Principalmente virgen...

—Por detrás, sí.

—¡¡KIM TAEHYUNG!! —Gritó el de cabello negro.

—¡¡KIM SEOKJIN!! —Imitó con tono irónico al otro, alzando los brazos.

—¡¡OH, POR TODOS LOS CIELOS!! ¡¡TAE, MIERDA!! —JiMin repitió un montón de veces, asqueado por la imagen mental de su hermano mayor teniendo sexo—. Por la madre de los mochis*, ¡joder! No quería esa imagen en mi mente, joder. Mierda.

—¡¡KIM TAEHYUNG, PON LAS MANOS LEJOS DE MI NOVIO!! ¡CERDO DEGENERADO! —De golpe, se oyó la voz de J-Hope cuando una puerta se abrió fuertemente en la planta de arriba. El muchacho gritó desde el balcón, pero no tardó nada en bajar las escaleras con un jarrón y con JongSuk siguiéndole entre risas.

—¡¡JUNG HOSEOK, BAJA ESE FLORERO!! —Jin gritó, asustado—. ¡No pasó nada, solo dijo algo raro!

—¡Oh, por todos los cielos! ¿Mi hermano era el activo? —JiMin se había refugiado en un sofá, murmurando cosas sin sentido sobre la ex relación entre los dos implicados. Parecía tener un dilema existencial justo en ese momento—. Joder... ¡Ni siquiera eran novios como tal! Maldita sea.

—¡Esa boquita, muchachito! —Lo regañó Lee.

—¡Mi hermano era el activo con Jin-hyung!

—¿Pero qué demonios...? ¡Joder! —Copió su acción, aterrorizado.

JungKook estaba ahí, de pie, mirando sin entender qué diablos estaba pasando en la cabeza de todos los muchachos. HoSeok quería golpear a TaeHyung, SeokJin se moría de vergüenza, V se defendía y JiMin estaba a punto de explotar junto a JongSuk.

Pero...

—¿Qué tiene de malo que dijera eso...? —La voz de Jeon captó la atención de todos. Fue como estar en medio de una jungla donde andaba como un animalito frente a un grupo de depredadores—. ¿Qué? —Preguntó, aún sin saber—. Ya sabemos que ellos dos anduvieron un tiempo en una relación extraña y la mayoría de los que estamos aquí somos bisexuales o gais, tampoco es como si fuera algo de otro planeta... Sin mencionar que la teoría activo-pasivo es una tontería y la mayoría de las parejas homosexuales son versátiles —por lo menos según él.

Su forma de pensar hizo que todos se quedaran callados más de lo esperado. HoSeok comenzó.

—Oh, bueno, tiene sentido —dejó el florero, antes de comenzar a subir las escaleras—. ¡SeokJin-ah, te amo!

—¡Yo te amo más, HoSeokie! —Mandó un beso volado con sus labios regordetes antes de verle marcharse con la mirada más enamorada que cualquiera hubiera visto. Tae imitó sus acciones en forma de burla, molesto, y se ganó un suave golpe por parte del azabache.

—¿Entonces lo que he leído en Wattpad es una vil mentira...? Maldita sea. Voy a cerrar mi cuenta —JongSuk masculló, subiendo a la segunda planta mientras tecleaba quién sabe qué tantas cosas en su teléfono.

—TaeHyung-ah y yo iremos a comprar algo de comer. ¿Te gusta el pollo frito, Kookie? —El muchacho asintió, satisfecho de haber hecho que pararan—. Bien, entonces, regresaremos pronto. Saldremos a andar en bicicleta después y hablaremos del itinerario de mañana antes de dormir.

Tras ver marcharse a sus mayores, el joven regresó a la sala, donde se topó con un pollito que aún procesaba lo que acababa de ocurrir. No pudo contener una risa y se sentó a su lado.

—¿Qué tienes? ¿Tan imposible es imaginar a tu hermano de activo a veces?

—Si supieras cómo es en casa, sabrías a lo que me refiero... —Admitió en voz baja, antes de suspirar y volver en sí— Pero, ahora dime...

—¿Sí?

—Con que versátil, ¿eh? —El más bajo sonrió con malicia y travesura—. Suga nunca me dejó intentarlo.

JungKook pasó grueso, sintiendo cómo sus manos comenzaban a sudar y el corazón le latía como loco... Sería un fin de semana bastante largo y lleno de tentaciones.

*Mochi: Pastel japonés hecho de mochigome, un pequeño grano de arroz glutinoso.


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