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CAPÍTULO 11

CAPÍTULO 11

JungKook había decidido participar en el show de talentos tras tanta insistencia por parte de sus amigos y por el premio que Minnie le daría si ganaba un lugar importante. No le importaba si horneaba bien o no, cualquier cosa hecha por sus manitas y cariño sería bien recibida. Durante los últimos días estuvo ensayando a solas al final de las clases de baile una coreografía que se había aprendido en su instituto anterior: Rainism. Tenía una letra tan pegadiza que muchas veces provocaba que sus labios la siguieran. El resto de sus compañeros pusieron sus voces en las respectivas pistas que usarían, incluso JiMin y HoSeok lo hicieron. Imitó su decisión tras pensarlo un poco, creyendo que daría un poco más de realismo y diversión; no era el mejor cantando, pero tampoco el peor. Le faltaba practicar.

I'm gonna be a bad boy, I gotta be a bad boy, I'm gonna be a bad, bad boy... —Un entusiasmado JiMin oía la voz del castaño desde afuera de la sala de ensayos, mordiéndose los labios mientras lo imaginaba bailar. Definitivamente sería un gozo el verlo actuar ese día.

—¿Por qué no te asomas, pollito? —Preguntó Hobie, alentándole a abrir la puerta.

—¡Kookie dijo que sería sorpresa! —Respondió, aunque ya lo había visto varias veces practicar antes de que el profesor llegase. Parecía tan encerrado en su mundo que ni siquiera iba a algunos descansos por preferir ensayar—. Además, es lo justo. Él tampoco ha visto mi coreografía final.

—Los dejarás boquiabiertos, pollito —dijo su amigo, despeinando el cabello del más bajo con una sonrisa.

Transcurrieron así los días donde los cuatro amigos casi no pudieron verse debido a los ensayos que tenían todos: en la mañana, Hobie practicaba el dueto con JiMin; en el recreo, Jin ensayaba sus diálogos con ayuda de su novio y JungKook se iba a la sala de baile; antes de la clase de danza, JiMin y HoSeok practicaban algunos pasos de sus solos; después del club, JungKook era quien lo hacía. Fue un poco complicado el conseguir las prendas, principalmente para Park porque tendría muchas presentaciones.

Los nervios se apoderaban de algunos tras bambalinas, otros seguían practicando hasta el cansancio o revisaban que no se les olvidara ningún elemento importante para su presentación. Jin se había escapado durante unos segundos para darle un beso de buena suerte a su novio, quien se encontraba repasando pasos junto a JiMin, pues su dueto sería el encargado de calentar a los espectadores y prepararlos para dejarse sorprender con el resto de los competidores.

—JiMin-ah, ¿para qué quieres esta venda? —Preguntó JungKook, confundido. El atuendo de los chicos era tan sencillo y fluido, que le hacía sentir algo celoso porque no llevaban tantas prendas como él; el pelirrojo solo llevaba una camisa blanca y el otro una negra junto a un chaleco del mismo color con detalles dorados.

—¡Bailaré con los ojos cubiertos! Creímos que sería buena idea.

—Además, ¡se ve guapísimo! —Habló un integrante del club que iba pasando, haciendo sonrojar al pequeño ante sus palabras; tal parecía que ya lo habían visto algunos así. Si bien su ruptura con Yoon fue demasiado obvia, la verdadera forma en la cual terminaron nunca salió a la luz, tal y como se prometió en los vestidores; desde ese día, la gente se le dirigía con más naturalidad el lindo rubiecito y él, poco a poco, hizo lo mismo.

JungKook vio la venda que tenía en sus manos, antes de que la pareja la tomase y se fuese rápido al escenario cuando la última llamada fue dada. El presentador comenzó a hablar a través del micrófono, dándoles la bienvenida a todos. Unas luces azules iluminaron la mitad de HoSeok cuando comenzó a sonar su grabación con una composición que había escrito junto a su compañero de equipo; sus pasos tan marcados con elevaciones y saltos dejaron plasmado al público.

—Mi Hobie es buenísimo bailando, ¿no es así? —Susurró un emocionado Jin, mirando a su chico desde un lugar detrás de las cortinas negras. Nadie pudo negarlo hasta que al apuesto Park JiMin le rodearon unas luces rojas para que la atención cayera en él después... Y vaya que lo lograron. Jeon tuvo que carraspear y obligarse a no desviar la mirada para no perderse en sus movimientos tan limpios y acordes al ritmo de la suave melodía.

—Su voz es tan... Dulce —dijo para sí mismo, hechizado por las pocas líneas que cantó el muchacho. Danzaba con tanta seguridad que no parecía tenerle miedo a si tropezaba por llevar los ojos cubiertos. JungKook, junto al público, opinaba que esa escena dejaba mucho a la imaginación y que sería imposible de olvidar.

Nadie supo cómo dos estudiantes habían podido unir dos estilos tan diferentes de coreografías y voces en una misma canción sin tanta ayuda, pero habían dejado sin habla a la audiencia cuando su presentación terminó. J-Hope abrazó a su amigo mientras aún se oían aplausos de la gente presente para dar paso al club de música.

—Definitivamente no nací para cantar y gesticular a la vez. ¿Cómo diablos le hacen los profesionales? —Dijo Hobie, dirigiéndose a los vestidores para cambiarse de ropa y estar listo para su solo.

—Porque son profesionales, amor. Con práctica lo harás incluso mejor que ellos —SeokJin habló, abrazándole desde atrás. JiMin sonrió mientras se quitaba su camisa y negó con la cabeza ante lo cursi que eran sus amigos. Le daban algo de envidia.

—Park JiMin —habló JungKook, cruzándose de brazos sobre su pecho—, quedas arrestado por alborotar las hormonas de todas las personas presentes.

Una risa adorable, divertida y nerviosa se escapó del chico, quien lo atrajo a sí mismo y le rodeó con los brazos una vez estuvo con su vestuario puesto. Lucían pesados los adornos que colgaban, pero a él no le molestaban.

—Cuando quieras te lo hago en privado —bromeó descaradamente, guiñándole un ojo antes de encaminarse a donde estaba el profesor para preguntarle algunas cosas, dejando a un alterado JungKook.

"Lo que faltaba", pensó "me provoca antes de que sea mi turno."

—Hey, Jeon —escuchó la voz de Jung, quien le abrazó por los hombros y señaló a su amigo con la mano desocupada—. Cuidado con que te tomes a literal sus bromas, porque nosotros te...

—¡Amor! —Intervino un agotado Jin, tirando de su novio para alejarlo—. Siempre amenazas a Kookie, es suficiente. Pollito y él son amigos, tienen la edad suficiente para pensar las cosas.

—¡Pero Minnie es tan inocente...!

No eran una pareja normal, en cualquier caso. JungKook tomó el bastón que usaría para su coreografía mientras veía de reojo que la silueta del más pequeño volvía a acercarse a él. Sonrió un poco. Se veía tan lindo, tan adorable y guapo a la misma vez.

—¿Qué bailarás? —Preguntó JungKook.

Serendipity —la cara de confusión del castaño le causó gracia—. Mucho antes de la horrible actitud de YoonGi, NamJoon-hyung me ayudó a componer esta canción. Decidí hacerle una coreografía tras pensarlo mucho.

—¿De qué va? —Con más curiosidad, quiso saber.

—Del amor, el destino y el universo.

—¿De tu amor por él? —Las palabras escaparon de su boca sin ningún tono celoso o dramático, era una simple duda. Park frunció el ceño, pensando en sus palabras y negó suavemente, decidido.

—Pienso que, aunque algún día lo imaginé, YoonGi realmente nunca fue mi destino.

Los ojos marrones y oscuros de ambos se toparon durante unos segundos en silencio, sin decirse nada y, posiblemente, sin respirar, pero con sus corazones latiendo fuertemente en sus pechos. Kook no tuvo la intención de escuchar esas palabras en aquel momento, pero JiMin sí esperaba siquiera una pequeña respuesta ante su confesión.

—Tal vez el verdadero esté más cerca de lo que imaginas —dijo en un murmuro airoso el más alto, provocando que el restante le sostuviera la mirada.

—Créeme que lo sé.

JungKook se fue con una sonrisa pintada en la cara al escenario cuando dijeron su nombre, dejando al chico con sus demás amigos para que lo vieran desde el mismo lugar donde Jin y él los observaron antes. Sería una cruel mentira si Park dijera que en ningún momento se comió con los ojos a su compañero, pues lo hizo centenares de veces durante esos poco más de dos minutos de canción. Oía comentarios de HoSeok y SeokJin acerca de que les era imposible verle como un chico malo cuando había sido tan agradable desde un inicio; sin embargo, esas expresiones faciales, esos pasos y esa preciosa voz ligeramente profunda que tenía al cantar (voz de fondo, cabe aclarar, como el resto de los concursantes) provocaron más de lo que imaginó a JiMin. Tenía las mejillas coloradas y no dejaba de moverse en su lugar, nervioso y atento a lo que hacía su conejito.

—¿Y a este qué bicho le picó? —Miguel dijo a HyungWon, pues iban pasando por ahí y notaron la actitud del bajito. Ellos participaron en pintura.

—Déjalo. Así son los bailarines de apasionados con sus compañeros —dijo el más alto, haciendo asentir al moreno con algo de duda.

Park JiMin había caído oficialmente en la condenada red de Jeon JungKook. Ni siquiera en los ensayos generales lo había visto así. Le gustaba mucho.

—¡¡HAZME UN HIJO, JEON JUNGKOOK!! —Oyó un grito por parte del público, alentando al castaño. El pequeño esbozó una sonrisa más mientras alzaba una ceja cuando notó cierta diversión en los ojos de Jeon por tales palabras. Había sido otro compañero de baile quien estaba alentando a todos con gritos para que entraran en calor.

La escandalosa carcajada de Jin lo sacó de sus pensamientos, haciendo que se girase a él justo cuando la coreografía terminó y el muchacho se acercaba a donde estaban sus amigos. Parecía buscar la mirada de pollito, emocionado por su aprobación o siquiera unas palabras de felicitación por su buen trabajo.

—Y tú que no querías bailar —Jung le dio una palmada en la espalda, haciendo que soltase una pequeña risa y lamiese sus labios cuando JiMin hizo aparición en su campo de visión.

—¿Cómo llamarás a tu hijo, Jeon JungKook? —Bromeó. El implicado entendió su chiste al instante, pero le respondió cuando se dirigía a ponerse la ropa para el baile grupal, pues ese pesado saco comenzaba a estorbarle.

—¿Cómo quieres que lo llamemos, Park JiMin?

—Uh... —Se oyó la expresión de Miguel, quien había estado oyendo todo sin ser invitado a un par de metros. Estaba presente en todas partes ese tipo—. Que te hará un hijo, dice.

—¿Por qué eres tan imprudente siempre, Miguel? —HyungWon le regañó.

Pero era demasiado tarde, JiMin ya se había puesto lo suficientemente nervioso para concentrarse en el monólogo de SeokJin, el solo de HoSeok, el canto del grupo de música y los trucos de magia de otros. Incluso todo fue más complicado cuando el castaño le abrazó por la espalda para ver desde esa posición las demás presentaciones, ganándose miradas confundidas de algunos estudiantes que estaban también tras bambalinas. Era tan raro cómo la confianza de uno se iba cuando la del otro volvía para hacer bromas con doble sentido; así se complementaban y eso les encantaba, los volvía locos.

—¿Estás listo para tu presentación, Minnie? —Preguntó SeokJin, abrazando por detrás a su novio y apoyando el mentón en el hombro del chico. Solo faltaba su número de baile, la corta y cómica obra que haría el club de teatro y la canción que bailarían todos los de danza, ya que los de fotografía y pintura habían hecho una exposición en el pasillo principal que guio a los invitados hacia el auditorio.

—¡Muy listo! Ensayé mucho y estoy emocionado. ¡Voy a noquearlos con mis pasos! —Dijo, dramatizando, mientras que JungKook le hacía masaje en los hombros para liberar la tensión, soportando la risa.

—¡Qué descarado! Dice que nos pateará el trasero, JungKook-ah —HoSeok dijo con una sonrisa, viendo cómo el más bajito se iba a tomar su lugar en el escenario—. Me alegro de saber que Nam-hyung le diera permiso de usar la canción antes de que terminara con Suga. Tiene una voz tan adorable y limpia... ¡Es un bebé!

—¡No es bebé, Jung Ho...! ¡Ay, mira su carita! Ay, no. Es demasiado tierno —maldijo Jin, quien se contradijo al instante. El muchacho era muy lindo, y más con esa pequeña sonrisa pintada en el rostro.

«Esto no es una coincidencia,
Solo, solo hay que sentirlo.
Hoy todo mi mundo es distinto,
Solo, solo con verte sonreír.»

Con los ojos de los espectadores puestos sobre él, JiMin comenzó su corto baile acompañado con la música que mencionó antes, su dulce y ligera voz resonó por todo el auditorio, atrapando y cautivando al sensible y emocional Jeon JungKook con la letra y sus suaves movimientos. Le dirigió un par de miradas al castaño cada vez que la coreografía se lo permitía.

«Cuando me llamaste, yo
Fui y me convertí en tu flor.
Siempre esperaré por ti,
Aunque debamos sufrir.
Quizás fue solo el destino,
Eso tiene que ser ya.
You know, I know.
Yo soy tú, tú eres yo.»

Kook creyó que nunca habría podido encontrar una canción que los describiera tan bien, a ellos y a su romance. Jamás imaginó que necesitaba tanto escuchar esa bella melodía para sentirse tan realizado. Él apareció justo en el momento adecuado para JiMin, siendo incluso descrito de una manera inconsciente por la misma letra. Todo había sido obra del destino, definitivamente.

«Por mucho que te quiera me preocupa,
Que el destino esté celoso de los dos.
Igual que tú estoy tan asustado,
When you see me,
When you touch me.
El mundo se ha movido por nosotros,
Ni siquiera ocurriendo un pequeño error.
Nuestra alegría ya estaba planeada,
Cause you love me,
And I love you.»

Recordó el primer día donde le había lanzado aquel inesperado beso a la distancia (y que seguía negando hoy en día), sus primeras sarcásticas y retóricas conversaciones, la noche en su casa para arreglar el computador de Tae, las prácticas, la competencia escolar... Cada pequeño gesto de Park lo enamoraba y capturaba más, incluso el más pequeño, insignificante e inocente.

«Just let me love you...Let me love, let me love you. »

Al salir de escena, Park JiMin y Jeon JungKook se vieron en silencio, como antes, y se sonrieron con complicidad antes de que el rubio saliese corriendo a camerinos para cambiarse y estar listo para la última coreografía. No tenían ni la menor idea de cuántas ganas tenían de expresar libremente sus sentimientos.

—Amigo, se te cayó algo —habló Miguel, tocando el hombro del castaño.

—¿Qué? —Quiso saber, frunciendo el ceño y palmeando rápidamente su vestuario para ver si algo faltaba.

—¡La baba por Park JiMin! —Se burló abiertamente, antes de salir corriendo con Violeta para evitar que el coreano le viese mal.

De esa manera, entre bromas de todo tipo, miradas intensas y comentarios al azar, los cuatro amigos vieron las últimas presentaciones juntos hasta que llegó el último baile: Perfect Man. Una coreografía con los pasos algo rápidos y que agotaba a los bailarines muy seguido, pero que tenía tanta fuerza y ritmo que era imposible no emocionarse en cada ensayo.

—¡Lo hiciste genial, amor! —J-Hope felicitó a Jin, besando su mejilla cuando regresaba de su obra.

—Y tú lo harás aún más, Hobie —el mayor le regresó el beso, alentándolo a pasar con sus compañeros.

—No quites tus ojos de mí —advirtió Park JiMin por otro lado, acomodándose su saco con una sonrisa.

—No tenía planeado hacerlo —con honestidad y sin pelos en la lengua, Jeon recorrió con la mirada a su amigo y sonrió, pícaro.

Park JiMin le hacía pecar incluso en los sueños más dulces.

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