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CAPÍTULO 10

CAPÍTULO 10

—JungKook-ah —protestó un malhumorado JiMin—, déjame ver.

—JiMin-ssi —se quejó en ese momento JungKook tras haber recibido un golpe en su estómago con el codo del más bajo—, deja de moverte.

Acurrucados en la sala de ensayos, ambos jóvenes intentaban ver una serie en el teléfono del castaño mientras esperaban al resto de compañeros; sin embargo, no hallaban una posición cómoda en la cual pudieran acomodarse correctamente. Lo intentaron sentados junto al otro, nada; dejaron el móvil en el piso con ellos recostados frente a él, tampoco. Fue en ese momento en el que JiMin tuvo la brillante idea de sentarse entre las piernas del otro, pero éste no quería soltar el celular.

—¡Si lo cargo yo será más fácil!

—¡Tu cabeza no me deja ver!

—¿¡Me estás llamando cabezón!?

Las pruebas para participar contra el otro instituto habían terminado por fin y la semana normal de clases se reanudó al día siguiente sin problema alguno. Ellos no volvieron a hablar acerca de lo que sucedió en el parque la tarde anterior, ni sobre la ruptura que tuvo con YoonGi; pero Kook sabía que él sí habló con HoSeok y SeokJin acerca del suceso. Los tres se liberaron de una carga tan simplemente que se sentían algo estúpidos muy en su interior, pero eso no les impedía actuar igual de ruidosos, divertidos y egocéntricos como siempre. El pequeño aún tenía el feo golpe marcado en su pómulo, pero ahora escondido tras el maquillaje que V le ayudó a robar a su madre.

—¡Deja de moverte así! —Lloriqueó Jeon, sosteniendo como pudo los hombros del otro chico y haciendo que se calmara. No dejaba de moverse y comenzaba a ser una tortura.

—Déjame sostener el celular entonces. ¡Quiero ver qué le pasa a Once! —Con su ceño fruncido, JungKook fijó la mirada en los morritos que ponía el contrario y tras una sonrisa algo airosa, suspiró y se lo entregó de mala gana. JiMin sonrió, sosteniendo el dispositivo. ¿Cómo diablos era tan adorable y un demonio a la vez?

Ajenos a la posible malinterpretación que podría darse en esa posición, el capítulo de la serie continuó mientras ellos aún tenían un par de riñas para poder sentirse cómodos; todo habría sido más fácil si el teléfono no hubiese tenido que estarse cargando en ese momento. Un frustrado conejito terminó tomando de la cintura al de enfrente para hacer que se dejase de mover y apoyó su mentón sobre el hombro de este para ver con mayor facilidad; quizá en el futuro se reirían de eso o desearían haber aprovechado la cercanía para intentar algo más, pero ambos quedaron en término de amigos por el momento.

... Bueno, la verdad es que JungKook aun así tuvo toda clase de pensamientos acerca de JiMin, ¿para qué mentir? Estaba ahí, entre sus piernas y con la espalda pegada a su pecho, siendo sujetado por el mismo por la cintura. Le fue imposible el no prestar atención en cada uno de sus rasgos desde ahí: su piel lechosa con pocos rastros que le dejó el acné en la pubertad, sus lindos ojos oscuros, su suave cabello, esos hermosos y esponjosos labios que se lamía incontables veces mientras bailaba, los lunares que tenía en el cuello, la frente, la nuca y las clavículas... JiMin era un paraíso visual y debía ser ilegal.

—Si me sigues viendo creeré que te gusto —bromeó de hecho el muchacho cuando se dio cuenta de que el más alto no le prestaba atención a la serie.

—Lo haces —confesó con naturalidad. Sí, JungKook era un caso extraño o tal vez todos se sentían así y no les gustaba admitirlo: a veces era un cobarde enamorado y deseaba tener la confianza de alguien más en ese momento, y en otras ocasiones las palabras salían por sí solas. El romance era muy raro.

—Sé que lo hago —JiMin dijo, pasando una mano por su nuca y cubriendo sin darse cuenta uno de los lunares que antes Kook admiraba—, pero haces que me ponga nervioso ahora.

—¿Tú? ¿Nervioso? —Incrédulo, dejó salir una risa.

—¡Tengo mi corazón de pollo! ¿Qué pensabas? —Le reprochó, dándole un golpe con su codo una vez más, el cual fue a propósito en esa ocasión, cabe recalcar.

—Pues, ¡vaya corazón de pollo, violento!

Intercambiaron una serie de miradas pesadas y algo tensas, algo normal en ellos debido a lo explosiva y escandalosa que era su amistad, pero se vieron interrumpidos por la aparición de HoSeok y SeokJin en el salón, al cual le suspendieron teatro debido a que el profesor no iría. Saltaron en sus lugares, asustados por el fuerte ruido que generó la puerta y tragaron saliva cuando los hallaron así. Esa vez Minnie no tuvo tiempo de quitárselo de encima.

—¡Así los quería agarrar, puercos! —Señaló Hobie haciendo la mayor mirada acusadora que tenía, provocando que su novio pusiera en blanco los ojos por tal escena—. ¡Sabía que ya no ensayabas para el show de talentos por estar con este tipo, Park JiMin! ¡Tienes...! —Hizo una pausa y comenzó a contar con sus dedos, recordando el título de las canciones que iban a presentar— ¡Tienes tres coreografías que ensayar! No me dirás que ya puliste todas porque...

—Ya lo hizo —interrumpió JungKook, frunciendo la nariz. La calidez de su compañero contra su cuerpo le hacía rehusarse a pararse para practicar.

—Ah, ¿sí? —El pelirrojo miró de forma acusadora al más bajito, quien tragó grueso. Era demasiado estricto en el baile, y eso que solo era un compañero.

—Practico en casa para no hacer tanto aquí... —Admitió el pequeño, jugando nerviosamente con el celular de JungKook—. Me sé bien mi solo, el dueto que tengo contigo lo ensayo siempre antes de ducharme y la coreografía grupal es lo que más bailamos estos días.

—Espera, espera —interrumpió Jin—. ¿Ustedes dos harán un dueto? —Apuntó a su novio y a su amigo, sorprendido. Ambos asintieron—. ¿Y harán un baile grupal? —Esa vez los tres asintieron—. Oh, ¡maravilloso! Los de teatro perderemos de nuevo por su culpa. Siempre ganan —dio una patada a una piedra imaginaria, cruzándose de brazos.

JiMin hizo que sus ojos formasen pequeñas lunas cuando sonrió y negó. Su baile en solitario era precioso; el dueto con J-Hope no estaría en el concurso como tal, pues serían solo de apertura, pero era maravilloso y los trajes eran hermosos; por otro lado, presentarían el cover de una canción famosa para el grupal. Siempre que veía a JungKook bailarlo a través del espejo sentía cómo su cuerpo vibraba y sus ojos soltaban una pequeña chispa de lujuria; con tan solo imaginarlo con jeans negros ajustados era más que suficiente para tener horas y horas de ideas.

—Tú —esta vez J-Hope habló al otro muchacho—, ¿qué harás para el concurso?

—Bailar para representar al club —respondió Kookie, alzando los hombros. Pese a tener millones de coreografías en la cabeza, no se le pasó en ningún momento el inscribirse individualmente.

—Lo voy a golpear —anunció Jung, recogiendo las mangas de su saco y crujió el cuello. Su pareja rio y le tomó del hombro para que se calmase.

—¿Por qué no bailarás? —Quiso saber el mayor—. Todos los de tu club participarán individualmente, incluso mi Hobie —le recordó y besó la mejilla del pelirrojo, quien se calmó después de eso—. Además, ¡he oído que eres buenísimo bailando! JiMin me dijo que te acoplas muy rápido a cualquier ritmo, pese a no tener un estilo tal cual, y que te mueves muy bien.

—¡Gracias por echarme de cabeza! —Comentó sarcástico el mencionado cuando sintió los grandes ojos curiosos de Jeon sobre él. Perfecto, ahora se sentía descubierto a su lado.

—Ah, ¿sí...?

—¡Sí! Y ni hablar de cuando...

—¡Hyung! —Le reprochó el bajo una vez estuvo de pie. El mencionado sonrió un poco, apenado por lo que estaba a punto de soltar sin darse cuenta; a veces hablaba hasta por los codos.

—Te lo digo después —murmuró a Kookie, recibiendo un golpe por parte de JiMin.

—Hoy está muy agresivo. Cuidado —aún desde el suelo, Kook habló con una pequeña sonrisa y se ganó una mala mirada por parte del otro.

—En cualquier caso, no gastes esta oportunidad para demostrar tu talento —insistió J-Hope, despeinando el cabello de pollito—. Digo, la actividad se llama así por algo, ¿no lo crees? Aún faltan unos días para que se acaben las inscripciones. Deberías de intentar.

—¡Podríamos hacer un dueto! —Alentó JiMin.

—Ah, no. Ni vergas*, como diría Miguel —masculló el pelirrojo, cruzándose de brazos sobre su pecho—. Tú ya tienes un compañero de dueto desde siempre y ese soy yo... Y tu baile individual es precioso para una sola persona.

—Mi amor, eres un celoso —Jin habló entre risas, abrazando a su querido novio y dándole una serie de besos en el cuello. Minnie y Kookie no pudieron evitar desviar la mirada a otro punto de la sala, nerviosos y algo fuera de lugar—; pero tienes razón. Pollito ha trabajado mucho para su solo y ustedes ya tienen otra coreografía, a parte de la del club. Sería mucho trabajo hacer cuatro presentaciones.

JungKook suspiró, pensando en sus palabras y acercándose a su pequeño casillero para tomar su botella de agua. Presentarse implicaría ir contra JiMin y sus nuevos amigos, pero le generaba gran emoción el hacerlo. Era un chico verdaderamente competitivo y tenía la suerte de tener muchos talentos: bailar, dibujar, el deporte en general (...).

—Si te inscribes y quedas entre los mejores, te cocinaré algo que no sean brownies —alentó el bajito, abrazando del brazo a Jin con una sonrisa. Todo lo que sabía de cocina lo aprendió de él y disfrutaba hacer regalos así.

Un postre hecho por las pequeñas manos de Park no se oía para nada mal y, en realidad, la curiosidad le picaba. Recordó su lindo detalle del día de las competencias deportivas y el cómo se sujetaron de las manos durante todo el rato en el parque y sus mejillas se tornaron de un leve tono rosado, pasando una mano por su nuca.

—Hecho.

JiMin dejó relucir una hermosa sonrisa en donde mostraba su blanca dentadura y asintió con la cabeza un par de veces, generando que JungKook de igual forma sonriera y compartieran esa mirada que, sin decir nada, decía todo. Reconocía sin miedo que él tenía un gran talento para el baile y el contar con competidores fuertes le ayudaría a esforzarse para mejorar su hermoso solo.

—Bah... Y eso que tú no los ves todos los días después de clases —oyó murmurar a HoSeok contra el oído de SeokJin. Parecían hablar sobre ellos—. JiMin siempre se muerde los labios cuando JungKook ensaya junto al profesor y cuando él es quien ensaya Kookie siempre le ve el trasero o las piernas. Son unos cerdos.

—Son cerdos, pero decentes —bromeó Jin, soltando una escandalosa risa y haciendo que quedase más obvia la temática de su charla. Los implicados los miraron sin saber qué decir, uno con los ojos bien abiertos y el otro con las manos en la cabeza, lamentándose.

—En mi defensa, ustedes no saben qué significa disimular.

—¿Disimular qué, exactamente? —Oh, no. Pollito se estaba enojando otra vez.

—Pues el... Eh... Ya sabes... El eso... Vamos, Minnie, sabes que te amo, ¿no? No me mires así... ¡No, Minnie! ¡Minniiie! ¡Oye! ¡Dé...! ¡Suélta...!

Jin y JungKook veían la escena desde el otro lado del lugar con su ceño fruncido y procesando lo que sucedía. J-Hope era un imprudente y pollito un impulsivo cuando se trataba de su privacidad y atracción hacia el castaño; ahora uno estaba encima de la espalda del otro, despeinándolo y queriendo evitar reírse.

—¿No te molesta que sean así? —Preguntó el más joven a Jin, quien lo miró con una sonrisa.

—Créeme, te acostumbras —rio—. Pero, dime, ¿es cierto?

—¿El qué?

—Lo que decía...

—No sé de qué estás hablando —mintió un apenado JungKook. A él tampoco le parecía justo que los chicos hablasen tan abiertamente de los momentos que compartía con Park, quería tenerlo solo para él y disfrutarlo en privado.

Jin alzó una ceja, sabiendo que no decía la verdad, pero suspiró y negó algo divertido; luego de cruzarse de brazos, habló:

—Después del concurso, nosotros tres, el hermano de JiMinnie y un amigo suyo iremos el fin de semana a la casa de descanso de mis padres, que está muy cerca de la playa... ¿Quieres venir? Nos iríamos el viernes y volveríamos el domingo; compraríamos todo lo necesario antes de irnos y TaeTae conducirá —Supuso que era otro apodo de V—. Será muy divertido, ¡te lo prometo!

JungKook miró a los otros dos chicos que habían parado su riña para practicar algunos pasos de su dueto... Un fin de semana entero con Park en la playa era la cosa más tentadora que había escuchado desde que llegó a Busan y con algo de suerte podría ser que algún cliché romántico sucediera en determinado momento. Vio al chico sonreírle a través del espejo antes de centrar toda su atención en Hobie, quien le corregía un pequeño error de retraso.

—Con suerte, puede que compartas habitación con él...

—¡Cuenta conmigo! —Le confirmó sin dudarlo y con los ojos brillantes. Jin carcajeó por lo fácil que fue convencerlo.

—Estás perdido por Park JiMin.

—Como no tienes idea.

¿Era muy obvio?

La atracción física hacia el pequeño de belfos grandes existió desde un comienzo y no lo negaría en ningún momento, pero entre más iba conociendo de él, más se descubría a sí mismo buscando su atención, sus sonrisas y esas miradas intensas que le regalaba a diario. Era la tentación en persona y eso todos lo tenían claro. Min YoonGi fue un estúpido por haberlo descuidado de esa forma, pues era un ser humano encantador.

—JiMin-ah —le llamó, acercándose a donde ensayaban y rodeándole por la cintura desde detrás para apoyar su mejilla en el hombro contrario. El rubio sonrió, frotando su frente dulcemente—, sigamos viendo la serie.

*Ni vergas: Nada, de ninguna manera.

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