Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

Desecho al enterarse de lo que me había pasado, por culpa de Santiago, había sido mi propio padre quien se lo había contado y lamentándose, se sintió muy culpable y le pidió perdón.

_ Perdóneme por lo que más quiera. Yo no sabía que era usted con quien mi hija tenía una relación.

_ Claro, pero si se hubiera tratado de un hombre humilde y sin dinero, usted lo hubiera mandado a volar ¿No es así?

_ Joey, mi hija y su hijo están mal y la culpa no es solo de Santiago, si no, mía también. De verdad lo lamento de todo corazón.

_ Le creeré sí ambos, tanto su esposa, como usted, cuidan de ella y de mi hijo, mientras estoy aquí.

_...

_ Estaré en contacto con ella todos los días.

_ Así será. Sé que su situación es complicada y que no puede volver, así como así. Mi hija me lo contó todo.

_ Ella ha sido la más afectada en todo esto y no se lo merece. Señor, de verdad yo la amo. Me enamoré de ella desde el primer día que la vi, y por eso la ayudé y cuidé de ella.

_ Lo sé y quiero agradecerle por ello, por todo el tiempo que la cuidó, mientras estuvo viviendo con usted allá en Londres.

_ De nada señor. Lo haría una y mil veces por ella, porque la amo.

_ Lo sé, ahora lo sé muchacho. Podrás comunicarte con mi hija todos los días. Te lo prometo.

_ Gracias, don Eugenio y cuídela, cuídenla este tiempo, mientras yo regreso. Regresaré por ella.

_ Así lo haremos. Es una promesa.

_ Gracias...

Afortunadamente los doctores habían detenido la hemorragia y pudieron salvarle la vida a nuestro hijo, pero debido al sangramiento, mi embarazo había pasado a ser de alto riesgo, de modo, que tenía que guardar reposo hasta que diera a luz.

Llorando, me acaricié el vientre y solo le agradecí a Dios, y luego pensé en Joey con todo mi amor.

<< Espero que regreses pronto mi Joey. No quiero que nuestro hijo nazca, si tú no estás presente. >>

Mi padre entró a la habitación, me miró todo arrepentido y yo lo miré con mis ojos tristes, llenos de lágrimas.

Días después...

Recostada en mi cama, mis padres no se separaban de mí y yo agradecida de ellos, ellos cambiaron del cielo a la tierra conmigo.

Yo les había contado toda la verdad de lo que había pasado con Santiago aquel día, para nuestra postura de argollas y ambos desconcertados, lo comprendieron todo y mi padre deseó matarlo con sus propias manos.

Aquel poco hombre no se había aparecido para nada en nuestro hogar, después del daño que nos ocasionó a mi hijo y a mí.

Estaba muy tranquila, ya que la relación con mis padres por fin se había arreglado. Ahora estábamos más unidos que nunca, pero a la vez, me sentía muy triste, porque extrañaba con todo mi corazón a mi amado Joey. Ya estaba pronto a cumplir los tres meses de embarazo y él aún no podía regresar.

Hablábamos todos los días y hasta nos hacíamos videos llamadas, pero no era lo mismo, y ahora que yo no me podía mover, pensaba que sería imposible el que él me llevara con él, y eso me entristecía aún más.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi celular sonó...

_ Hola, mi niña hermosa.

_ Hola mi Joey, mi vida – sonrió.

_ ¿Cómo estás niña mía?

_ Si bien, aquí estoy...

_ ¿Segura? ¿Cómo te has sentido?

_ Bien, aquí seguimos los dos sin poder movernos.

_ Mi amor. No sabes cuánto daría por estar ahora ahí contigo. Solo quiero verte y ver cuánto ya ha crecido nuestro bebe dentro de ti.

_ No, aún no se me nota nada.

_ Quiero verte hermosa - le sonreí con más ánimo y ruborizada.

_ ¿Ahora?

_ Si Jejeje ¿Por qué, no quieres?

_ Si claro, pero parece que sí engordé un poco.

_ ¿En serio? - preguntó ilusionado.

_ Si.

_ Déjame hacerte un video llamada.

_ Ok...

Lo miré por la cámara del celular y él me sonrió tierno. A mí se me cayeron las lágrimas de emoción.

_ Mi Joey, que guapo estás.

_ Jejeje, vamos si no es para tanto. Tú sí que estás linda.

_ Que tierno. Te amo tanto.

_ Y yo a ti.

Me sonrió, yo le sonreí, y luego, le mostré mi vientre aún plano. Él volvió a sonreírme.

_ Aún no se nota.

_ No, pero no falta mucho.

_ Te verás muy hermosa.

_ Te extraño tanto Joey, los dos te extrañamos.

_ Yo también los extraño. No te imaginas cuánto.

_ Si pudiera, me iría ahora, hacia dónde estás cariño mío.

_ Niña mía...

Dijo melancólico y me lanzó un besito.

_ Debes cuidarte y hacer todo el reposo que los doctores te ordenaron, para que tu embarazo siga bien.

_ Si lo sé, pero esto es tan desesperante y cansador. Quiero que nuestro hijo este bien y lo haré por él, pero me siento tan... - rompí en lágrimas.

_ No, niña mía, no te angusties - se lamentó.

_ Quiero verte. Me haces tanta falta amor mío.

_ Lo sé, pero no llores más, por favor, que se me parte el corazón el verte así.

_...

_ ¿Te parece que, en vez de llamarnos, mejor nos hagamos videos llamadas, como ahora, todos los días?

_ Sí, me gustaría mucho, así podría verte más seguido - sonrió con ternura.

_ Y yo verte a ti y observar tu embarazo como tanto deseo.

_ Mi Joey - volvió a sonreírme - Prométeme que volverás antes del parto.

_ Regresaré mucho antes de eso. Te lo prometo.

_ Te creo.

_ Te quiero tanto mi Lucrecia.

_ Y yo a ti, más cada día - me miró embobado.

_ Bueno ¿Quieres que te cuente de cómo me fue en el show de hace dos días?

_ Me encantará. Vamos, cuéntame.

_ Jejeje, bueno, las luces se apagaron, el público, como siempre, estaba ansioso y los muchachos y yo...

Había querido bajar a cenar con mis padres. Ellos contentos por aquello, estábamos los tres reunidos en la mesa, cuando Santiago entró a la casa. Entró sin el consentimiento de una de las empleadas y mi corazón se horrorizó. Pensé de inmediato en Joey.

Santiago me miró y mis padres se levantaron rápidamente de la mesa y lo enfrentaron...

_ ¡Y tú! ¡¿Qué demonios haces aquí?! Sabes que no eres bienvenido en esta casa.

_ Eugenio, solo quiero hablar con Lucrecia, por favor.

_ Yo no tengo nada que hablar contigo.

_ Ella tiene razón. Eres un infeliz, Sofía y yo ya sabemos toda la verdad - abrió los ojos - La verdad de que engañaste a Lucrecia con Rosita.

_...

_ ¡Eres un mal parido! ¡Cómo pudiste reírte de las dos! - exclamó furiosa mi madre.

_ ¡Desgraciado, infeliz! - gritó alterado mi padre y Santiago se vio acorralado.

_ No, eso no es cierto. Yo nunca engañé a Lucrecia. Yo la amo y solo quiero estar con ella.

_ ¡Deja de mentir! ¡Y lárgate de una vez de nuestra casa!

Santiago me miró en seco, y yo fría e indiferente, me di la vuelta. Pretendía subir a mi habitación, pero él me detuvo.

_ ¿Estás contenta? ¿Verdad? Claro, como ahora ese cantante tuyo te puede ofrecer mucho más que yo. Por eso te deshiciste de mí.

_ Si yo terminé contigo fue por tu traición. Tú solo acabaste y mataste lo que hubo entre ambos. Joey me ama, como tú nunca lo hiciste.

_ ¡Eso está por verse! ¡Ese infeliz nunca te amará como yo! - mi padre no lo toleró más.

_ ¡Muy bien! ¡Esto se acabó! ¡Fuera! ¡Fuera de mi casa! Jamás te perdonaremos el daño grande que le causaste a nuestra hija - Santiago miró a mis padres en seco.

_ Ustedes se van a arrepentir por esto.

_ ¡¿Nos estás amenazando?!

_ Tómelo como una advertencia. Al igual que ustedes no me perdonarán por haber engañado a su hija, yo tampoco les perdonaré, que me hayan dado la espalda, por ese sujeto famoso, y yo no pueda volver con ella.

_ ¡Lárgate, si no quieres que llame a la policía!

_ Claro...

Dijo con ironía y se marchó.

Yo asustada, subí a mi dormitorio...

Apoyada de la puerta, pensé en Joey con desesperación y lo extrañé más que nunca. Anhelé que volviera cuanto antes.

<< Amor mío, ¿En cuánto más volverás a mí?... >>

Así los días y meses comenzaron a pasar. Mi amado Joey me llamaba todos los días por video llamada y los dos nos veíamos. Así no nos sentíamos tan lejos del uno con el otro.

Joey tierno se embelesaba cada vez que veía mí ya crecida barriga. Me decía que me amaba con toda su fuerza.

_ ¿Cómo te has sentido el día de hoy? - le sonreí.

_ Bien, solo un poco cansada - me sonrió.

_ ¿Se mueve mucho?

_ Si, bastante dijera yo - le dije sonriéndole y me acaricié la barriga. Él me miró con destellos.

_ Ya se nota mucho más. Ha vuelto a crecer.

_ Si. Ayer cumplí los siete meses - dije con tono triste y él lo advirtió. Se lamentó.

_ No, no te coloques triste amor. No quería decírtelo, pero ya me queda poco – sonreí con ilusiones.

_ ¡¿En serio?!

_ Sí, bueno, era una sorpresa, pero como te me pusiste así con ojitos tristes, preferí decírtelo.

_ ¡¿Y para cuándo?!

_ Eso aún no lo sé, pero pronto estaremos juntos otra vez, niña mía.

_ Oh, mi Joey.

_ Te amo tanto.

_ Y yo a ti. Tu hija te extraña - me miró con destellos.

_ Y yo a las dos, más que a nada en este mundo.

_ Joey... - se preocupó.

_ ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal, cariño?

_ No, solo quiero que estés aquí conmigo y la bebe.

_ Lo sé amor mío. Jejeje. Me alegra tanto saber que es una niña. Va a ser igual de hermosa como tú.

_ Jejeje, te amo.

_ Y yo.

_ Será nuestro mayor orgullo. La amaremos y la criaremos como a una princesita – sonreí con más ilusiones.

_ Jejeje, soy tan feliz de poder al menos hablar y verte, aunque sea así - me sonrió.

_ No te impacientes, más pronto de lo que piensas, volveremos a estar juntos.

_ Te quiero.

_ Y yo mi hermosa...

Contenta, miraba por YouTube el último recital que ellos habían dado allá en Londres. Había sido un recital a capella y con violinistas. Joey y los demás estaban sentados con sus guitarras. Algo nuevo y novedoso.

Cantaron sus éxitos, acompañados de las violinistas, lo que le daba un toque especial y agradable al ritmo y melodía de sus canciones. Además de su repertorio, tocaron canciones de otras bandas. Fue todo un éxito.

Joey lucía tan guapo y radiante. Yo lo miraba con admiración, cariño, y mucho amor; él sonreía al público. Parecía que lo hacía pensando en algo con mucha ilusión.

Lo miré perdidamente, mi corazón brincó de alegría, de amor por él y me acaricié la barriga. Lo amé con todo mi corazón.

De pronto, nuestra bebe comenzó a darme pataditas. Había reconocido su suave voz; yo sonreí con ilusión y volví a mirar a Joey por el notebook.

<< Si, ese es tu papá mi niña linda, el que ya te ama tanto, como yo, y que pronto estará con nosotras, cuidándonos y amándonos, como nos ama. >>

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro