He pasado los últimos años loca de amor por mi primo, Fred Weasley. Ahora tengo 14 años y sigo en las mismas, siento vergüenza, dolor y una extraña sensación hermosa a la vez.

Debo admitir varias cosas, tales como que Fred solía ir tras de mí a lugares poco transitados (oh vamos Lucy, eran lugares desolados para que nadie vea) Donde, sin una sola palabra, me besaba, y de igual manera se alejaba de mi.

Esos momentos, en los que sus finos, suaves y, ¡ah!, jodidos labios perfectos tocaban los míos, me sentía flotando en el espacio, nadando en el fondo del mar. Bueno, puede que esté pasándome un poco de la raya, pero se entiende.

Estoy enamorada, he estado enamorada y ya creo que siempre estaré enamorada de él.

Tal vez sea por eso que cuando Dominique, mi prima (maldita prima arroz) llegó con la noticia de que se quedaría en la madriguera e ingresaría a Hogwarts yo entré en histeria y por poco me pongo a chillar que deberían enviarla a un convento de monjas, hacerle un exorcismo y finamente... Que vuelva a la maldita Francia (Ay, ya no se si odio Francia por ser Francia o porque Dominique vivía allá)

El punto al que voy es que ¡Ella le coqueteaba! ¡A James! (Bueno... La verdad poco me importaba James, para eso estaba Lily y sus comentarios venenosos o sus amenazas de muerte si le tocaba un solo pelo) El problema era que cuando no consiguió a James, fue a por Fred, y jodida vida, yo casi moría ardiendo en celos y mi rostro iba a explotar por lo roja que me ponía (si mi cabello era rojo flama, podía decir que era igual, pero como es rojo... Naranja ay, al diablo, maldita Dominique arroz al revés)

Recuerdo que iba y sentaba en sus piernas, lo abrazaba fuerte y decía Ay mi primito, yo quería vomitar y tenía un tic nervioso en el ojo, ya quisiera yo poder ir y hacer lo mismo.

Pero si lo hacía, posiblemente me darían una reprimenda de lo lindo y me obligarían a arrodillarme en una esquina (si, llegaban a obligarme a hacerlo... Aún) además, Fred no me dejaba acercarme mucho a él cuando estabamos en familia, así que estoy jodida, porque ya quisiera ser Dominique SÓLO cuando está en las piernas de Fred.

Ugh, mira si era Dominique siempre... Me agarraba herpes o algo así.

Sonreí ante mi pensamiento y solté una risita bajando la cabeza, tapé mis labios para que no se note tanto, aunque aún así mi padre me miró mal.

— ¿Qué es tan gracioso, Lucy? ¿Que tu abuela esté enferma?

Borré mi sonrisa de inmediato y miré a abue Molly pidiendo perdón, ella me devolvió la sonrisa con cierta dificultad. Ella tenía una gripe horrible y le dolía casi todo el cuerpo, de eso estaban hablando mientras yo sonreía a mi comida.

—Calma Percy —dijo abue—. La niña está enamorada, es obvio.

Toda la mesa me miró y yo me sonroje al máximo. Fred sólo me dirigió una mirada de reojo y volvió a su comida, ignorándome.

Ouch, patada en el corazón.

Mi papá alzó ambas cejas con una expresión de terror.

— ¿Ella también debe enamorarse? Yo ya decía que bastaba y sobraba con Molly...

Mi hermana se atragantó mientras bebía su jugo, papá no había sido muy discreto y miró a Frank y a Molly.

—Yo esperaba que ella podía ser la monja —me miró esperanzado.

Sonreí de lado— ¿Monja papá? ¿Justamente yo?

Todos rieron (otra vez, menos Fred) y papá admitió que era una broma.

— ¿Y quién es? —preguntó luego de reír.

Mi sonrisa se apagó y me quedé mirando un punto en la mesa.

—Alguien especial —respondí—. Muy especial.

Luego Fred se levantó de golpe y se fue. Yo me hundí en mi silla y seguí comiendo lentamente.

Espero que esto no haya sido una estupidez. Por favor, no deseo perderlo.