Once años, ya ingrese a Hogwarts, mas no era muy popular como para tener amigas en mi casa. Molly, mi hermana mayor, me acompañaba todo el tiempo que podía, pero ella es un año mayor, ella es Ravenclaw, yo soy primer año y Hufflepuf.

Quisiera ir con James y los demás, pero no sé si me aceptarían, porque siendo Weasley he terminado en Hufflepuf... Seré algo muy insignificante al no ser ni una leona o al menos una águila... Soy una tejón, una torpe y poco inteligente tejón.

Arrugué la nariz mientras pateaba la nada. Odiaba mi falda, me quedaba muy grande y la había manchado con pudin, todos se rieron. Odiaba mi camisa por tener el escudo de Hufflepuf en ella, odiaba todo.

Pensé que todo sería genial cuando al fin este en Hogwarts, las historias de James y Fred eran súper, se notaban que se divertían, pero yo no me divierto, para nada.

El día de la selección conocí mejor a Meredith Greengrass. Vi cuando a ella y a Lily la seleccionaron en Gryffindor, yo en verdad deseaba acabar ahí con ellas. Pero no, el sombrero gritó Hufflepuff.

Lancé un lloriqueo y pegué mi frente a la pared.

—Me hubiese ido a Francia con Dominique —dije en un lamento.

—Pero si a ti no te agrada Dom.

Mi corazón paró por unos segundos, tragué saliva y me voltee para encarar a Fred. Él me sonreía... Me sonreía de esa forma tan bonita suya.

—¿Y eso qué? Tal vez era mejor que estar aquí —miro mis zapatos llenos de barro y hago un mohín.

—Tal vez era peor, quien sabe.

—¿De verdad estás hablándome Freddy? —pregunto un tanto ahogada—. Como soy Hufflepuf, pensé que ya nadie me hablaría.

—Estás mal, ¿ahora te pondrás en plan de Albus? —levanto la cabeza mientras él niega con la cabeza riendo—. Nadie rechazó a Alb por ser Slytherin, nadie va a rechazarte por ser Hufflepuf.

Parpadeo sorprendida.

—¿No les molesta? —niega con la cabeza—. ¿No les avergüenza?

—¿Avergonzarnos una chiquilla adorable y hábil con el dibujo? Para nada —me sonrojo—. Somos primos, jamás voy a avergonzarme de ser tu familia.

Mi sonrisa flaqueó un poco, esa era la realidad... Soy su prima, Dios mío... Soy su prima y lo quiero, y lo quiero como más que un primo. Esto es malo.

Sacudí la cabeza ante el pensamiento desolador.

—Gracias Fred.

Siguió sonriendome, y cada vez que lo veía me parecía más tierno, más guapo... Menos familia.

—Haz amigos, Lu —iba a replicar pero él siguió —. Lily esta algo enfadada, dice que les has estado evitando.

—Bueno...

—¿Por qué no vas con ella y Meredith? Son buenas, están algo locas, pero ellas te quieren. No te preocupes Lu, vas a hacer amigos pronto, nadie dejará de lado a una niña tan genial.

Se acercó a besarme la frente y yo cerré los ojos.

—Tengo que irme, hasta luego.

—Adiós.

Mis piernas temblaban, y yo me recoste en la pared tras de mí.

Definitivamente me gustaba Fred, me gustaba mi primo. Estoy mal, seguro vine fallada.

Cuando volví a abrir los ojos vi a dos niñas corriendo y gritando como locas, Albus las perseguía. Ahí estaban Lily y Meredith Greengrass.

Ésta última me vio y sonrió mostrado todos los dientes, se dirigió hacia mi y tomó mi mano.

—Juega con nosotros, Lucy.

No pude evitar contagiarme de su diversión.

Me hice amiga de una chica loca y especial, Mar. A quien más adelante le confiaría mi secreto, sin que yo sepa, pero ella lo sabría.

Más adelante tuve más amigos, como lo dijo Fred.

Soy genial, y lo dijo él.

¿Cómo no enamorarme de mi propio primo así?