Lo de Fred amándome fue un sueño, realmente quedó en eso.

Durante el tiempo en el que me quedé en casa no hubo ninguna carta, o visita, nada, él no daba señales de vida. Pero yo sé que estaba vivo, y muy lejos, siendo feliz con la maldita perra de Regina y su jodido engendro.

Hemos ido al campamento mestizo, luego de que James haya tenido ese encuentro con Mar, se empeñó en que debía participar en la batalla, y yo no iba dejarlo solo, nadie lo haría, todos fuimos tras él.

Teníamos casi las mismas clases que los semidioses, combate y ciertas cosas más. Aunque lo que a mí más me gustó fue la clase de tiro al blanco con los hijos de Apolo.

Will Solace me halagó y dijo que yo sería una buena hija de Apolo, luego una de sus hermanas dijo O una cazadora de Artemisa.

Yo me quedé con la curiosidad sobre ello y pregunté qué era eso.

Ella me explicó que las cazadoras de Artemisa son chicas que renuncian a la compañía de hombres y entregan su vida a la diosa de la caza, que ellas son algo así como inmortales y siempre parecen unas niñas.

Aquello se quedó grabado en mi cabeza, ¿Cómo sería que me vuelva una cazadora de Artemisa? ¿Yo podría? Siquiera soy una semidiosa.

Descarté la opción con pesar. Además, ¿Podría yo renunciar a los hombres? Claro, a todos menos a uno.

Fred.

¡Cortos, he dicho! Son sólo los pensamientos de Lucy.
Aquí termino por hoy. Nos vemos pronto, con algo más largo, espero.