En medio de la tensión de los últimos días, Mónica reunió a su equipo en un lugar seguro, preparándose para el enfrentamiento final. Sin embargo, sabía que había algo que aún no les había revelado y que, si seguían adelante, ya no podría ocultar por más tiempo.

Mientras discutían los últimos detalles del plan, Mónica tomó una pausa y miró a sus compañeros. Javier, Sofía, y Luis la observaban, esperando sus instrucciones. Mónica respiró profundamente, reuniendo el valor para compartir con ellos el secreto que había guardado durante tanto tiempo.

"Antes de seguir adelante, hay algo que necesito decirles," comenzó Mónica. "No puedo pedirles que se arriesguen por mí sin que conozcan toda la verdad."

El equipo la miraba con curiosidad, y Mónica continuó. "Hay alguien en mi vida, alguien que también ha sido una víctima de todo esto. Se llama Enrique... es mi esposo. Lo he mantenido en secreto para protegerlo, y porque sabía que si Ricardo alguna vez lo descubría, lo usaría contra mí."

Javier, que había estado a su lado desde el principio, la miró con sorpresa y comprensión. "¿Por qué nunca nos dijiste nada?"

Mónica bajó la mirada, sabiendo que debía a su equipo una explicación. "Porque no quería ponerlo en peligro. Enrique y yo hemos pasado por mucho juntos, y él ha sido mi refugio en medio de toda esta oscuridad. Si Ricardo supiera de su existencia, él sería el blanco. Preferí mantenerlo oculto para que estuviera a salvo."

Sofía sonrió con empatía y puso una mano en el hombro de Mónica. "No tienes que explicarnos más. Sabemos que has hecho todo esto para proteger a quienes amas, y ahora entendemos mejor lo que has pasado. Pero si Enrique es importante para ti, entonces es importante para nosotros también."

Luis asintió. "Es un honor luchar a tu lado, Mónica. Y si Enrique es parte de tu vida, entonces también es parte de esta familia."

Mónica sintió una profunda gratitud hacia su equipo, sabiendo que había encontrado en ellos más que simples compañeros. Eran una verdadera familia, una en la que podía confiar completamente. Con el apoyo de su equipo, sabía que estaba lista para enfrentar cualquier cosa que viniera.

Con el secreto revelado, Mónica sintió una nueva oleada de fuerza y determinación. Había llegado el momento de terminar con Ricardo de una vez por todas. Miró a su equipo, sus ojos llenos de convicción, y dijo: "Vamos a por él. Y esta vez, no habrá escape."