Capítulo 18
La tensión que había surgido entre Mónica y Javier continuaba latente en el aire. A medida que se adentraba en el nuevo día, Mónica sentía que cada momento era crucial. Su mente se movía a mil por hora, planificando cómo desenmascarar a Javier y asegurar la lealtad de su equipo. Sabía que no podía confiar en él, y la sombra de la traición seguía acechando sus pasos.
Decidida a tomar el control, Mónica reunió a su equipo una vez más. Este encuentro era para establecer un plan de acción claro, uno que los llevara hacia la verdad. La confianza en la sala estaba fracturada, pero no había tiempo para dudar.
"Gracias a todos por venir," comenzó Mónica, viendo las miradas ansiosas de su equipo. "Hoy necesitamos establecer un plan para manejar la situación con Javier. Es crucial que todos estemos en la misma página si queremos salir de esto ilesos."
Luis, siempre el más pragmático del grupo, preguntó: "¿Cuál es nuestro objetivo principal?"
"Primero, debemos confirmar la relación de Javier con Ricardo. Necesitamos pruebas sólidas. Una vez que tengamos eso, podremos tomar decisiones sobre su futuro en el equipo," respondió Mónica, sintiendo cómo su determinación se reafirmaba.
"¿Y si Javier se da cuenta de que lo estamos investigando? Podría ser peligroso," comentó Sofía, preocupada por la reacción de Javier.
"Es un riesgo que debemos correr. Si no lo hacemos, podría ser aún más peligroso permanecer en la ignorancia," explicó Mónica, sabiendo que había poco margen para el error.
Enrique tomó la palabra. "Podríamos enviar a un par de personas a seguir a Javier. Necesitamos ver con quién se reúne y qué hace. La vigilancia es clave aquí."
Mónica asintió, agradecida por el apoyo de Enrique. "Sí, creo que es una buena idea. Luis y Sofía, ustedes se encargarán de eso. Quiero que recopilen toda la información que puedan y que me mantengan al tanto de cualquier movimiento sospechoso."
Luis y Sofía intercambiaron miradas, conscientes de la gravedad de la misión. "Lo haremos. No te preocupes, Mónica. Tendremos cuidado," aseguró Luis.
Mónica continuó, "Mientras tanto, yo me encargaré de manejar a Javier. Necesitamos mantenerlo ocupado y alejado de las sospechas. Si empieza a notar que estamos en su contra, podría intentar actuar precipitadamente."
"¿Cómo piensas hacer eso?" preguntó Sofía, intrigada.
"Voy a hacerle creer que todo está bien. Planeo llevarlo a una reunión con algunos contactos falsos para que se sienta seguro. Mientras tanto, ustedes podrán hacer su trabajo sin que él se entere," respondió Mónica, sintiendo que cada detalle de su plan comenzaba a tomar forma.
El equipo se despidió, cada uno comprometido con su parte del plan. Mónica se sentía impulsada, su corazón palpitaba con la adrenalina de la inminente confrontación. Mientras se dirigía a su oficina, una idea se le ocurrió: tenía que hacer que Javier sintiera que tenía la situación bajo control, para que bajara la guardia.
Cuando llegó a su oficina, se sentó frente a su computadora y comenzó a investigar más sobre las conexiones de Javier con Ricardo. A medida que pasaban las horas, la luz del día se desvanecía, y el ambiente se volvía más tenso. Sin embargo, sabía que estaba más cerca de obtener respuestas.
Esa noche, se encontró con Javier en un bar que solían frecuentar, un lugar lleno de ruido y luces brillantes, donde la música en vivo podía ahogar cualquier conversación incómoda. Mónica se acomodó en la mesa y pidió un trago, intentando relajarse mientras esperaba a que Javier llegara.
Cuando finalmente apareció, tenía una expresión relajada, como si todo estuviera en orden. "¿Qué tal, Mónica? ¡Hacía tiempo que no venía aquí! ¿Listos para un poco de diversión?" preguntó, su voz llena de entusiasmo.
"Siempre hay tiempo para disfrutar, pero también tenemos cosas importantes de las que hablar," respondió Mónica, manteniendo su tono casual mientras lo observaba de cerca.
"Claro, claro. ¿Qué hay de nuevo?" preguntó Javier, sin darse cuenta de que ella ya estaba trazando un mapa en su mente.
"Solo algunas cosas sobre el próximo trabajo. Quiero asegurarme de que estemos todos alineados," dijo Mónica, tratando de sonar convincente.
Mientras conversaban, Mónica aprovechó la oportunidad para plantar dudas en la mente de Javier. "He estado pensando en cómo podríamos expandir nuestras operaciones, quizás uniendo fuerzas con algunos contactos en el exterior. ¿No crees que sería una buena idea?" sugirió.
Javier la miró con interés. "Definitivamente. Siempre es bueno tener más aliados. Aunque tengo que ser sincero, a veces la lealtad de ciertos contactos es cuestionable," dijo, su voz revelando un destello de inseguridad.
"Lo sé. Por eso necesitamos ser cuidadosos y elegir bien a nuestros aliados. No podemos permitir que nos traicionen," respondió Mónica, sintiendo que su plan estaba funcionando.
Mientras continuaban la conversación, Mónica pudo observar las reacciones de Javier. Él estaba relajado, pero había algo en su mirada que delataba su nerviosismo. La noche avanzaba y, a medida que los tragos se acumulaban, la conversación se tornó más personal.
"¿Te has preguntado alguna vez si esto vale la pena?" preguntó Mónica, desafiándolo a abrirse.
"¿A qué te refieres?" contestó Javier, frunciendo el ceño.
"A veces siento que estamos en un juego peligroso. Las traiciones, las mentiras... no sé si puedo seguir así," reveló Mónica, sintiendo que la sinceridad podía abrir una puerta.
Javier hizo una pausa, como si la pregunta le hiciera reflexionar. "A veces, sí. Pero no hay otra opción. Este es el mundo en el que hemos elegido vivir," dijo, su tono volviéndose más grave.
Mónica supo que había llegado el momento de llevar la conversación a un nuevo nivel. "¿Y si alguien decidiera que ya no quieres jugar? ¿Qué harías?" preguntó, manteniendo su mirada fija en él.
Javier sonrió con desdén. "Nadie puede decidir eso por mí. He trabajado demasiado para dejar que alguien más tenga el control," dijo, pero su mirada había perdido un poco de la confianza inicial.
"¿Control? Eso es lo que todos quieren, pero en este juego, el control puede ser una ilusión. Mira lo que ha pasado con los demás que han traicionado a su gente," advirtió Mónica, su voz cargada de significado.
Javier pareció sentir el peso de sus palabras. "Quizás tienes razón. A veces, me pregunto si estoy haciendo lo correcto," admitió, su tono más vulnerable.
"Todos tenemos dudas, Javier. Lo importante es saber a quién le damos nuestra lealtad. No deberíamos permitir que el miedo nos controle," Mónica le dijo, sintiendo que cada palabra tenía un propósito.
Cuando la noche llegó a su fin, Mónica se despidió de Javier, quien parecía un poco más reflexivo. Mientras salía del bar, Mónica sintió que había hecho avances significativos. La conversación había sembrado las semillas de la duda en Javier, y eso podría ser crucial para su plan.
Esa noche, Mónica regresó a casa, sintiéndose cansada pero satisfecha. Había dado un paso adelante, pero sabía que la batalla aún no había terminado. A la mañana siguiente, esperaba noticias de Luis y Sofía sobre sus observaciones, y ese sería el siguiente paso en su estrategia.
Al despertar, el sol brillaba intensamente a través de la ventana, pero su mente seguía en alerta. Mientras se preparaba para el día, recordó las palabras que había compartido con Javier y se dio cuenta de que había más en juego de lo que había anticipado. La traición no solo se manifestaba en las acciones de Javier, sino en la fragilidad de las alianzas que había formado. Tenía que estar lista para lo inesperado, y su instinto le decía que el verdadero desafío estaba por venir.
Cuando Mónica se sentó a desayunar, el teléfono sonó. Era Luis, y su voz transmitía una mezcla de urgencia y emoción. "Mónica, tenemos algo. Necesitas venir aquí ahora," dijo.
El corazón de Mónica se aceleró. "¿Qué sucedió?" preguntó, sintiendo que algo grande estaba a punto de revelarse.
"Es sobre Javier. Ha estado en contacto con Ricardo más de lo que pensábamos. Necesitamos que vengas para que veas esto," explicó Luis.
Sin perder tiempo, Mónica se apresuró a salir de casa. Tenía la sensación de que estaba a punto de descubrir algo que podría cambiar el rumbo de su lucha. La venganza estaba cada vez más cerca, y con cada paso que daba, se acercaba a la verdad que había estado buscando.
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