Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

Dos días después de la operación y papá parece estar mucho mejor, incluso su ánimo ha mejorado. Eso debería significar una preocupación menos para mí, pero no lo es.

— ¿Ya le dijiste?

— No.

— ¿Entonces cuándo? ¿Cuando sea dado de alta y tenga que llevarlo a mi casa?

— No, José, solo dame tiempo.

— ¿Darte tiempo? ¡Una mierda con eso!

Jose grita en medio del pasillo, en donde estamos discutiendo y con algunas enfermeras observando. Se acomoda el costoso traje café que lleva antes de caminar hacia la habitación de Ray.

— ¡José! ¡No! ¡Por favor!

Voy detrás de él, pero no puedo detenerlo. En el momento en que abre la puerta, papá voltea a verlo antes de fruncir el ceño.

— ¿Si? — Lo mira de arriba a abajo — ¿Quién es usted?

— Señor Steele, yo soy José Rodríguez...

— Un amigo mío, papá — Me apresuro a interrumpir — José ha estado aquí pendiente de ti, solo que no lo habías visto.

— ¿Ah si? ¿Y de dónde conoce usted a mi Annie?

— De Portland, Señor Steele. Ana y yo hemos estado saliendo.

¿Qué?

José toma mi mano entre las suyas, dejando un beso en el dorso, luego vuelve su vista a Ray.

— Ana es mi...

— Novia — Interrumpo de nuevo — Esperábamos que te recuperaras pronto para compartirte la gran noticia.

La sonrisa más grande y fingida que puedo esbozar se estira en mis labios. Y eso es un gran problema, porque nunca he sido buena mentirosa.

— Entonces creo que usted y yo tendremos una charla pronto, señor Rodríguez.

— Lo mismo pienso, Señor Steele, nada deseo más que tener a Ana a mi lado.

— No hay prisa, muchacho. Mi Annie es joven aún, seguro tienen tiempo de conocerse más.

Las palabras de Ray le hacen gracia a José, que de inmediato hace una mueca. Es mi turno de intervenir, por el bien de todos, así que estiro el brazo de mi marido de vuelta al pasillo.

— José tiene que irse, ya regreso.

Suelto su brazo hasta que nos hemos alejado de la habitación, se suelta de mi agarre con un movimiento brusco.

— ¡Oye! ¿Qué haces?

— ¡Ya te dije que mi papá está delicado!

— Pues yo lo veo muy bien.

— ¡Pero no lo está! Le abrieron la cabeza y aún está en observación, deja de presionarlo.

— ¿Entonces cuándo vas a decirle?

— Pronto.

— ¿Cuándo es pronto? ¿Mañana? ¿En dos días? — cruza los brazos sobre su pecho — ¿Cuándo, Ana?

— No lo sé — Balbuceo mirando a nuestro alrededor.

Los gritos de José de nuevo llaman la atención de las enfermeras, pero un par de ojos grises detrás del mostrador me sorprenden tanto que me quedo inmóvil.

— ¡Pues hazlo ya! ¡Y pon el maldito anillo en tu dedo!

Señala mi mano izquierda, donde debería estar la alianza que me dió y guardé para que Ray no viera. Supongo que no puedo huir más, tengo que ser sincera con respecto a mi situación con José.

— Señorita Steele, ¿Está bien?

Esos ojos grises intensos e intimidantes están ahora frente a mi, en la figura del doctor Grey.

— Si, lo siento, todo está bien.

— ¿Segura? Su novio parecía muy molesto.

— Él no es mi novio — Digo y es la verdad — Es mi esposo.

Confieso. ¿Pero por qué lo hago con el doctor más arrogante y pretencioso que pude encontrar? Seguramente él solo me ignore o me trate como alguna loca chica que conoció.

— Voy a la cafetería, ¿Quiere acompañarme?

¿Está siendo amable?

— Si, claro.

Caminamos juntos por el pasillo hasta el ascensor, y luego al primer piso. La cafetería es un pequeño negocio justo afuera del hospital.

— ¿Y bien? — Pone su vaso térmico sobre la mesita — ¿Por qué está molesto su esposo?

— No quiero aburrirlo con mis problemas, doctor Grey — sonrío ante su gesto — Seguro tiene muchas más cosas en mente de las cuales preocuparse.

— Pero quiero escucharla — encoge sus hombros — Y llámeme Christian.

— Bien, Christian — Exhalo — Mi esposo está molesto porque no le he dicho a mi padre que me casé.

— ¿No lo sabe? — Sus cejas se arquean por la sorpresa — ¿Cómo es que no lo sabe? ¿Cuánto tiempo lleva casada con él?

Su pregunta me deja un poco desubicada. ¿Cuántos días he estado casada? No lo sé, supongo que no ha sido una prioridad para mí y José tendría razón para estar molesto.

— ¿Cuántos días lleva mi padre en este hospital?

— ¿8 días? ¿10, tal vez?

— Bueno, ese es el tiempo que llevo casada. Es una locura, ¿Cierto?

— ¿Y cómo es que su padre no lo sabe?

— José es... Ni siquiera es un amigo al que mi padre haya conocido. No sé cómo explicarlo, solo puedo decir que estábamos saliendo y de pronto estábamos casados.

— ¿Alguna razón para tomar una desición tan apresurada?

Pregunta, pero su mirada baja por mi pecho y hasta mi vientre. ¿Está insinuando que estoy embarazada?

— La salud de mi padre, Doctor Grey. Ese es el motivo.

— Me parece que su esposo es un hombre violento, le aconsejo que tenga cuidado.

— ¿Por qué dice eso? — pregunto, pero su vista se fija en algo detrás de mí.

Y descubro el motivo cuando una voz empalagosa lo llama, la doctora rubia si recuerdo bien.

— ¿Christian? — La escucho cerca de mi.

— ¿Tiene que irse? — Ahora pregunto yo.

— Solo por un momento, tenemos algunos casos qué discutir. La veré más tarde, señorita Steele.

— Ana, llámame Ana por favor.

— Bien, Ana — Estira su mano hacia mi para despedirse — Te veré después.

No volteo a verlo cuando se aleja, no me interesa verlo con la doctora Lincoln. Pero de alguna forma me siento extraña, ¿Cómo es que puedo sentir tanta paz charlando con un extraño?

¿Por qué de pronto confío en el doctor Grey para contarle mis problemas? ¿Ahora lo llamaré por su nombre?

Sonrío solo de pensarlo. Ray piensa que estoy enamorada de él, pero nada más lejos de la realidad, ahora que soy la señora Rodríguez.

— Yo siempre he cumplido mis promesas — El pensamiento me sale en voz alta — ¿Seré capaz de cumplir esta promesa también? ¿Y estar el resto de mi vida con José?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro