Capítulo 2
El doctor le explica a Ray el procedimiento de la cirugía mientras yo estoy a su lado, recordando momentos felices. No me atrevo a escuchar las palabras del doctor y romper a llorar aquí frente a ellos.
— Lo veré mañana en la mañana, señor Steele.
— Gracias doctor.
El hombre de la bata se aleja y me dejo caer de nuevo en la silla. Ésta será una noche muy larga para ambos.
— Descansa, papá, estaré aquí.
— Tú también deberías descansar, hija, te ves exhausta.
— Estoy bien, no voy a dejarte solo.
Y como si lo hubiera invocado, el inoportuno señor Rodríguez aparece frente a la estación de enfermeras. Me levanto de un brinco antes de que mi papá pueda verlo.
— Voy a traer un café, no tardo.
No espero a que responda, así que salgo de la habitación y estiro el brazo de mi esposo para que me siga, alejándolo de mi padre.
— ¿Qué haces aquí?
— Dije que vendría por ti.
— ¡No puedo irme y dejar a mi padre!
— Pero ahora eres mi esposa — intenta tomar mi brazo pero me alejo.
— No se me olvida, pero mi padre está delicado. ¿Vas a preguntar siquiera por la valoración del médico? ¿El resultado de los estudios?
— Dímelo.
— ¡Tiene un tumor! ¡Un maldito tumor en el cerebro! ¿Crees que voy a dejarlo solo? ¡No puedo hacer eso!
— ¿Ya le hablaste de nosotros?
— No. No quiero que se preocupe en este momento por eso. Ya veré la forma de hacerlo después.
— Hazlo pronto. Me voy.
Y sin decir más, se da la vuelta y camina por el pasillo hacia la salida. Me tomo un par de minutos para tranquilizarme y que Ray no me vea alterada.
— ¿Entonces nos honrará con su presencia la doctora Lincoln? — Escucho decir a una enfermera.
— Si, ¿Puedes creerlo? Con lo que adora salir de su consultorio — Dice con burla la otra.
— Pues prefiero al Ángel de la Muerte, aunque no creo que el paciente aprecie esa visita.
— ¡Pero si es tan guapo! ¡Por Dios!
¿Ángel de la Muerte? ¿Es una broma? ¿Qué significa eso? ¿Los que trabajan en la morgue?
Camino de nuevo hacia la habitación de Ray, pero apenas las enfermeras me ven, se ponen pálidas. Supongo que no esperaban que las escuchara.
— ¿Quién es el Ángel de la Muerte?
Se miran la una a la otra con incomodidad, entonces la más joven de ellas habla.
— Es un especialista, Señorita Steele. Es un apodo sin importancia.
— ¿Sin importancia? Parece una sentencia de muerte.
De nuevo palidecen, así que me alejo de ellas para ir a dormir. Mañana será un día exhaustivo y ni siquiera soy yo a la que le practicarán la cirugía.
Ray fue llevado al quirófano a primera hora de la mañana y aún tengo los nervios de punta. Por lo menos en esta ocasión, José tuvo la decencia de sentarse a mi lado y quedarse callado mientras esperamos.
Después de 5 horas, el enfermero sale del ascensor empujando su camilla. Lleva un vendaje en la cabeza y aún parece estar bajo el efecto de la anestesia, así que duerme con tranquilidad.
— ¿Papá? — Acaricio su mano con suavidad.
— Está dormido, Ana. Déjalo — Alega José.
— Lo sé, solo quiero que sepa que estoy aquí.
— La doctora vendrá a hablar con ustedes pronto.
Dice el enfermero y sale de la habitación después de dejar instalado a Ray. Dios mío, los resultados. La angustia no baja nada y lo único que hago es abrazarme a mi misma rogando que todo esté bien.
Unos minutos más tarde, unos tacones resuenan en el piso y por los pasillos silenciosos de esta área. Una mujer rubia, alta y delgada entra en la habitación, captando inmediatamente nuestra atención.
— Buenas tardes, soy la doctora Elena Lincoln, especialista en neurología. Yo practiqué el estudio a su padre, señorita Steele...
— Señora Rodriguez — gruñe José interrumpiendo.
— Señora Rodríguez — Se corrige — Y me temo que son malas noticias.
Maligno.
Tan pronto como la palabra sale de sus labios, dejo de escuchar y caigo en un espiral oscuro de pánico. La doctora sigue hablando y José la mira embobado, mientras yo lucho con mis pensamientos.
— ¿Entonces? — Pregunto con temor.
— Mi sugerencia es extirparlo.
— ¿Y las consecuencias?
— Desafortunadamente, no hay forma de evaluar hasta después de la cirugía. Sabemos que el área del habla está comprometida, pero no significa que sea la única involucrada porque el cerebro es una red extensa de conexiones.
— ¿Y la otra opción? — Pregunta José.
— Que sea valorado por el otro especialista, que él les dé su alternativa de tratamiento y ustedes valoren lo que sería mejor para el señor Steele.
— Gracias — José estrecha su mano.
— Con permiso, señores Rodriguez.
— Gracias José — Volteo hacia él — Estoy asombrada de la rapidez con la que mi padre ha sido atendido en este lugar, apenas dos días y ya tiene un diagnóstico.
— Se puede lograr mucho cuando tienes el dinero suficiente — Una sonrisa poco genuina aparece en su rostro — Además dijiste que te tendría para mí cuando tu padre se estabilice.
Asiento hacia él, pero entonces un recuerdo reciente viene a mi mente. Las enfermeras... Ellas hablaron de la doctora Lincoln y de otro especialista. El del apodo que me causa escalofrío.
— No — Jadeo cuando lo comprendo — El paciente es Ray.
Salgo de la habitación ignorando las palabras de José hasta las oficinas administrativas. No tardo mucho en encontrar la recepción y la puerta de la dirección.
“Dra. Grace Travelyan- Grey.
Directora”.
— Necesito hablar con la directora — Le digo a su secretaria.
— ¿Tiene cita?
— No, pero es urgente que la vea.
— La doctora no puede recibirla sin cita — La chica rubia de cabello corto mira sus uñas.
Ignoro a la chica y voy directamente hasta su puerta y la golpeo. La chica se levanta entonces de la silla y estira mi brazo con fuerza para alejarme.
— ¡Le dije que no!
— ¿Mía? ¿Qué ocurre?
La puerta se abre y la que supongo es la doctora Grace se asoma. Le hace una seña a la rubia para que me suelte.
— Siento molestarla, pero necesito hablar con usted sobre uno de sus doctores.
— Por supuesto cariño, pasa.
Ella señala el interior de su oficina y la sigo hasta las sillas frente a su escritorio. Apenas se sienta, yo comienzo a hablar.
— Mi padre está internado aquí y al parecer necesita otra valoración. Pero me rehuso a que mi padre sea atendido por el especialista al que llaman Angel de la Muerte.
Digo seria, pero ella parece no sorprenderse de mis palabras. Entrelaza sus dedos frente al escritorio y me da una mirada comprensiva.
— Ese es solo un apodo, cariño. ¿Dónde escuchaste eso?
— De las enfermeras de la noche, ellas dijeron que su visita no era buena señal. Y no me importa si es lindo o no, quiero que mi padre reciba la mejor atención posible.
— Y la tiene, te lo aseguro. Él es un gran doctor, no hagas caso a los chismes de los pasillos.
— ¿Entonces él es confiable?
— Si, mucho. Y no lo digo porque sea mi hijo.
— ¿Su hijo?
— Si, cariño.
— ¿Usted sabía que lo apodan así? — Pregunto algo avergonzada.
— Uno de ellos, si — Ahora ella luce apenada — Pero te lo pido, primero escúchalo y si aún no te convence, pediré a otro especialista que atienda a tu padre.
— De acuerdo, gracias doctora Travelyan.
— De nada, cariño...
— Ana St... Solo Ana.
~ • ~
¡Capítulo nuevo!
Lo que sigue ahora es un mega maratón de HDA2, que estuvo en pausa un poco.
Recuerden incluir las nuevas historias a sus bibliotecas:
✓ Buscando Amor
✓ Oscuro
✓ Luz y Sombras
Y obvio esta misma historia... 🤭🤭🤭
¡Además!
El Epílogo de Una Vida Contigo será un especial de Halloween con bebé Teddy disfrazado. ¿Qué disfraz debería llevar?
👉🏻 Dejen aquí sus opciones 👈🏻
¡Saluditos! 😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro