03
La visita al abuelo Min había resultado tan entretenida, que Taehyung terminó retrasando su ida pese a las advertencias de su gemelo de que se les haría tarde. Como resultado ya había empezado a entrar la noche y para colmo caía una lluvia torrencial.
Tae escuchó suspirar por quinta vez al peliazul, quien mantenía su vista en la manera en que el agua se desplazaba por la ventanilla del taxi que tuvieron que tomar por insistencia de la señora Jung y como precaución debido al mal tiempo.
--Llueve tanto. -murmura con cierto pesar.
--¿No te gusta la lluvia? -Taehyung no puede evitar preguntarle al percibir su tono de voz.
--Todo lo contrario. -responde antes de soltar otro suspiro y agregar: --Me encanta la lluvia cuando estoy con Horin y con Hobi.
El pelirrojo pestañea varias veces mientras su mirada se mantiene fija en el perfil del otro, cuya expresión melancólica no coincidía con su respuesta.
--¿Y qué hacen los días de lluvia? -no puede evitar cuestionar, movido por su inherente curiosidad.
Ladea el rostro en espera de una respuesta que estaba tardando en llegar, sopesando un instante la idea de repetir la pregunta, pero esto no hizo falta.
--Con Horin suelo acurrucarme a dormir. -la ligeramente grave voz de su hermano llega hasta sus oídos con un tono bajo que se tornó de repente más cohibido --Y con Hoseok... otras cosas...
Asintiendo aún cuando no estaba siendo observado, decide darse por bien servido con la escueta respuesta recibida. Al fin y al cabo no necesitaba preguntarle sobre esas "otras cosas" cuando podía apreciar -aún desde atrás- el furioso rojo que habían adquirido sus orejas.
[.]
La lluvia había menguado un poco cuando el taxista paró en frente del hogar del peliazul y fue lo suficientemente amable para acompañarlos uno a uno hasta la puerta utilizando su propio paraguas para evitar que terminaran completamente mojados. Ambos donceles se adentraron al interior donde la calidez del lugar les dio la bienvenida.
El peliazul no dudó en ir hacia su sala de estar donde sabía que su hermano Seokjin aguardaba a su llegada, encontrándolo con una taza humeante en mano mientras que la otra reposaba protectoramente sobre el diminuto portabebés donde su hijo dormitaba tranquilamente.
--Jin. -dice a modo de saludo nada más verlo, dejando entrever una expresión apenada --Lamento mucho el retraso.
--Ya empezaba a preguntarme si tendría que ir a buscarlos por mi cuenta. -le riñe el apuesto castaño medio en broma para luego sonreír amablemente en dirección al pelirrojo --Apuesto a que te cayó bien el patriarca Min.
--¡Muchísimo! -concuerda con emoción desmedida, perturbando sin querer el sueño del infante, quien se removió inquieto en su lugar.
--Shhh... vuelve a dormir, tesoro. -Seokjin musita con ternura, meciendo suavemente a su hijo y asegurándose de que volviera a estar bien cubierto. En menos de un minuto logró su cometido, pero toda su atención siguió puesta en velar el sueño de su bebé.
--Oh, ya están aquí.
El pelirrojo observa con atención la manera apresurada en que su hermano se acerca hasta su alegre esposo, sonrojándose visiblemente ante algo que este le susurra al oído antes de cederle en brazos a su hija, quién lucía especialmente enérgica en ese momento. Se cuestionó mentalmente si era igual de inquieta cuando recién nacida o si, por el contrario, era tan tranquila y dormilona como su pequeño primo.
La llegada de Jungkook en compañía del alto y fornido esposo de Seokjin lo hizo espabilarse de sus propios pensamientos. Plasmó en su rostro una sonrisa cuando el de hoyuelos lo saludó antes de tomar asiento al lado de su esposo e hijo.
--¿Todo bien? -Jungkook cuestiona al posicionarse a su lado y entregarle una taza de chocolate recién hecho.
--Sí, todo está bien. -asiente, notando que no era el único con una bebida caliente en mano.
Fue guiado por su esposo hasta uno de los sofás donde ambos tomaron asiento justo cuando su madre llegaba con una bandeja de bocadillos que dejó sobre la mesa de centro. Sus dedos tamborilearon pausadamente sobre el porcelanato, ansioso por empezar a comer pero sin atreverse a tomar algo sin que los anfitriones lo indicaran. Por suerte para él, su cuñado no tardó en pedirles que se sirvieran.
Al cabo de un rato terminaron de comer y se sumieron en una amena conversación que iba desde anécdotas de la niñez hasta simples trivialidades y uno que otro chiste extraño que Seokjin lanzaba despreocupadamente y que le sacaban una carcajada limpia y sincera a Namjoon.
Por su parte, su hermano y Hoseok alternaban su atención entre la plática del momento y su pequeña hija que estaba en brazos de su abuela, sonriéndose mútuamente de vez en cuando mientras rozaban sus manos de forma casual.
Taehyung no pudo evitar notar que, a pesar de que estaban todos juntos en esa habitación, parecía como si las dos parejas frente a él estuvieran a la misma vez en una especie de burbuja donde no existía nadie más. Podía notarlo por la manera en que se perdían momentáneamente si se miraban a los ojos.
Otra cosa que tampoco le pasó desapercibida era que había algo extraño en el trato entre su hermano y Namjoon y lo mismo pasaba con Hoseok y Seokjin. Se percibía una especie de tensión invisible que parecía que ignoraban a drede como parte de un acuerdo tácito entre ellos.
Aquello le resultaba tan intrigante que ni siquiera se percató de que se había quedado mirándolos fijante hasta que sintió el sutil llamado de atención de parte de Jungkook, quien le apretó suavemente la pierna.
--Deja de mirarlos como si fueran ratas de laborario. -el pelioscuro le reprende cariñosamente, sonriendo en el acto cuando obtuvo su atención.
--No estaba haciendo eso. -se defiende a la vez que entrelaza sus dedos con la diestra del mayor y se recarga en su hombro. Cerró los ojos unos instantes, disfrutando del calor que le proporcionaba el cuerpo adverso y los volvió a abrir de golpe ante el potente llanto que se desató de repente. Sin pensarlo, enderezó su postura hasta estar sentado derecho y observó cómo Seokjin extraía a su hijo del portabebés para mecerlo en su regazo.
--Debe tener hambre. -Namjoon asevera, reacomodándose en su lugar --¿Vas a amamantarlo ahora?
--No es como si él estuviera dispuesto a esperar. -Jin dice mientras se gira a la izquierda para evitar dejar a la vista del resto su hinchado pecho derecho, guiando con pericia los labios de su bebé hasta su pezón. En menos de tres segundos el potente llanto fue sustituido por el inconfundible sonido de succión seguido por un siseo bajo de parte del castaño doncel.
--¿Es doloroso? -el pelirrojo cuestiona de la nada, toda su atención puesta en la expresión de sorpresa en el rostro de Jin.
--Generalmente. -este responde al fin con una mueca --Pero solo al principio porque suele desesperarse cuando está hambriento, luego de unos minutos las succiones son más suaves.
El pelirrojo lleva su atención automáticamente hasta su hermano, quien jugueteaba distraídamente en ese momento con los dedos de Hoseok.
--¿Con Horin también es doloroso? -cuestiona en dirección al peliazul.
Este no parece sorprendido por la pregunta, por lo que se limita a asentir con una sonrisa --Horin no es precisamente paciente. -explica, sus orbes viajando hasta su hija que le devolvió la mirada con inocencia --Aunque actualmente se cree una chica grande y ya rechaza que la amamante.
--Oh, nada de eso. -Hoseok interviene poniéndose en pie para ir hasta la menor y dejar un sonoro beso en su mejilla --¿Cierto que aún sigues siendo mi pequeña bebé? -cuestiona con una sonrisa encantadora que Horin no dudó en corresponderle mientras se lanzaba hasta sus brazos.
Taehyung observó la escena ensimismado, recreándola en su cabeza pero con Jungkook como protagonista.
--Pareces verdaderamente curioso al respecto. -Seokjin dice en su dirección, observándolo con suspicacia --¿Acaso estás planeando tener uno próximamente?
La pregunta toma totalmente desprevenido al pelirrojo, a quien solo le toma un segundo disimular su desconcierto y plasmar su mejor sonrisa.
--Nada de eso. -niega mientras ríe y se acurruca en el torso de Jungkook, quien instintivamente empezó a relajar cada músculo de su cuerpo.
--Estoy seguro de que serás un estupendo padre. -el peliazul comenta con una sonrisa sincera --Tu mayor ventaja es que te sobra energía. Te he visto jugar con Horin hasta el punto de dejarla exhausta; En serio, eres la única persona que conozco que puede aguantar el ritmo de mi pequeña huracán.
--Bueno, supongo que sí sería un excelente padre. -musita, su rostro oculto en el pecho de su esposo.
--Aunque debo advertirte que no es sencillo llevar a otro ser dentro de ti por aproximadamente nueve meses. -Seokjin plantea con seriedad --Yo particularmente estaba tan hinchado en los últimos meses que me sentía a punto de reventar... parecía una pelota... gordo y redondo.
--Pero te veías totalmente hermoso, Jinie. -Namjoon asegura, inflando el ego de su esposo en el proceso.
--Dije gordo, Nam. No feo. -Jin responde altanero, guiñándole un ojo de forma coqueta antes de proseguir --Aunque obviamente todo vale la pena una vez lo tienes entre tus brazos. -su expresión se suaviza a la vez que su voz se tiñe de ternura.
Taehyung decide salir de la confortabilidad que le brindaban los fuertes brazos que lo rodeaban aún cuando Jungkook mostró un poco de reticencia a dejarlo libre. Sus orbes se desplazaron por los sonrientes rostros de los Jung y los Kim.
Se veían tan despreocupados y felices... tan realizados.
Desvió la mirada cuando un atisbo de algo muy parecido a la envidia empezó a bullir en su interior, haciéndolo sentir mesquino.
--¿TaeTae? -Jungkook pronuncia con preocupación, pero con el mismo tono suave y familiar de siempre.
--Vayamos a casa. -pide casi en un murmullo cuando el inconfundible picor de las lágrimas se hace presente.
--¿No iremos a ver a Jimin? -su expresión se colma de preocupación cuando el menor niega lentamente.
--Es tarde y está lloviendo. -empieza a explicar tras tomar una inhalación profunda --Además, él debe de estar cansado.
--Tae...
--Lamentablemente ya tenemos que irnos. -informa en voz alta tras alejarse un paso del mayor, evitando de esta manera que insistiera en el tema --Ha sido estupendo verlos. -se esfuerza por sonreír en grande cuando cinco pares de ojos se ciernen de repente sobre él.
--Pero todavía es temprano. -su hermano no tarda en replicar, constatando la hora en su celular --¿Por qué te quieres ir tan pronto?
--A Junkookie y a mí nos espera un largo trayecto y está lloviendo. -explica al mismo tiempo que es taladrado por la mirada interrogante que le estaba lanzando su madre --Es mejor que nos marchemos ahora.
Para su fortuna, el resto aceptó su excusa sin más, por lo que se dispuso rápidamente a despedirse.
--Pensé que irías a ver a Jimin. -su madre no pierde la oportunidad de tratar el tema de la visita a su mejor amigo, dedicándole una de esas miradas que te hacen sentir que la otra persona puede ver a través de ti.
--No es como si no fuera a regresar a Seúl cualquier otro día. -menciona con despreocupación --Lo visitaré la siguiente vez.
--Hijo...
--Dios, que cansado estoy. -retoma la palabra, estirándose para hacer énfasis en ello --Ha sido un día tan divertido, pero de verdad estoy agotado, necesito acostarme en mi cama y dormir unas diez horas mínimo... ¡Kookie, date prisa! -vocifera, ignorando la persistente mirada de la fémina sobre él.
--Espérenme. Regresaré con ustedes a Busán. -la mayor informa cuando Jungkook llega hasta ellos.
--No es necesario. -declara rápidamente --Por favor deja de preocuparte. -agrega al ver que esta no parecía muy dispuesta a ceder --Quédate aquí y sigue disfrutando de Horin, ¿sí? Hablaremos después.
Sin darle a la mayor la oportunidad de objetar nada más, entrelazó su mano con la de Jungkook y lo apresuró a marcharse cuanto antes.
Parece que esa sería una larga noche.
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《Akina》
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