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02

Tras haber arruinado por completo parte de la comida que preparaba su hermano al agregarle harina a la cocción equivocada y confundir la sal con el azúcar, el pelirrojo fue sutilmente invitado a abandonar la cocina y dejarlo salvar el resto del menú. Como incentivo, el peliazul le había prometido llevarlo a visitar al afamado abuelo Min, tal como él había querido hacer desde que supo sobre el mayor.

Y es que su curiosidad por conocer en persona al veterano hombre solo había ido en aumento desde que su mejor amigo Jimin le contó cómo engañó a su propio nieto para que lo desposara. En su opinión, tal hazaña era digna de admiración.

Sin nada con qué matar el tiempo -ya que incluso Yeontan dormía la siesta-, decidió subir hasta la recámara que ocupaba su madre, la cual estaba desocupada debido a que la fémina estaba la habitación de su nieta. Extrañamente no tenía sueño, por lo que optó por recostarse en la cama hasta que su hermano terminara en la cocina.

Se dedicó a jugar con su teléfono a la par que se mensajeaba con Jungkook y le avisaba sobre su salida. Este, a su vez, le informó que su reunión de negocios casi finalizaba, pero que había sido invitado a ir por unos tragos más tarde sin posibilidad de declinar la invitación.

Una hora más tarde y tras constatar la hora en su celular, decidió ir a apurar al peliazul. Ya casi era la hora pautada y no podía darle tiempo a retractarse, principalmente porque Seokjin, el hermanastro con el cual su hermano se había criado, iría de visita en unas horas, por lo que no contaban con mucho tiempo para ir y volver.

Se bajó de la cama en un movimiento fluido -y que ha ejecutado un sin número de veces antes- y se encaminó por el pasillo con destino al primer nivel, deteniendo su andar al notar la puerta entre abierta de la que reconocía como la recámara de sus anfitriones. Sin pensarlo dos veces se acercó hasta el interior de la bien iluminada habitación hasta que la voz de su gemelo lo toma por sorpresa.

--Llegaste tarde.

Le escucha pronunciar con claro tono de reclamo, lo cual lo hace aminorar el paso de forma inconsciente.

--Solo fueron unos minutos. -esta vez es Hoseok quien habla, con el habitual tono de voz calmado que ya le conocía.

Lo que parece ser un gruñido llega hasta sus oídos y Taehyung se muestra dubitativo respecto a su avance. Es decir, obviamente él sabía que lo que debería hacer es darse la vuelta y marcharse teniendo en cuenta que la pareja parecía estar en medio de una pequeña discusión, pero si lo hacía lo más probable es que perdería la oportunidad de conocer al abuelo.

--Media hora.

Oye al peliazul replicar sin demora justo cuando se acerca lo suficiente para que este entrara a su campo de visión. Tan solo un segundo más tarde, Hoseok también entra en escena tomando a su esposo de la cintura en un agarre posesivo que elimina toda distancia entre ellos.

--Cariño, puedo sentir tus cadenas moverse alrededor de mi cuello. -el mayor bromea mientras deliza la punta de su nariz por el costado del cuello adverso en un acto demasiado íntimo y sensual para ser presenciado por terceros.

Era una pena que su curiosidad siempre haya sido capaz de nublar su sentido de la sensatez.

--Odio que te pongas salamero conmigo cuando te estoy reprochando algo. -argumenta pese a que se encuentra ladeando la cabeza hacia un costado para facilitarle el acceso a su piel a quien ahora dejaba un reguero de besos ascendentes por toda su garganta hasta llegar a los labios.

La escena que el pelirrojo estaba presenciando era sin lugar a dudas la mayor contradicción que haya visto nunca. Empezando por la postura sumisa de su hermano contrastando con la insolencia de sus palabras, mientras que su cuñado era todo lo opuesto, sus palabras eran dóciles pero la forma en que sus manos se movían sobre el contrario gritaba dominio.

Supo que era momento de retirarse en el preciso instante en que escuchó el alto gemido que abandonó la boca del peliazul, por lo que se aseguró de cerrar la puerta con sigilo antes de correr a encerrarse a la habitación de donde había salido. Sentía su rostro arder por lo que se apresuró a ir hasta el cuarto de baño que afortunadamente era parte del aposento, salpicándose la cara con agua hasta que la sintió volver a su temperatura normal.

Justo ahora se regañaba así mismo por haber asomado la nariz donde no había sido llamado. Y es que ¡Dios santo! no tenía idea de cómo se haría para verlos a la cara nuevamente sin rememorar la escena que acababa de presenciar.

¿Por qué tenía que ser tan curioso? -se recriminó mientras negaba de forma errática. Para su mayor consternación, alguien había decidido llamar a la puerta justo en ese momento.

Intentando por todos los medios tranquilizarse, comenzó a inhalar y respirar de forma pausada mientras se acercaba a paso lento hasta la puerta.

--¿Listo?

La inesperada presencia de su hermano lo toma con la guardia baja, haciéndolo trastabilar en su intento por imponer algo de distancia.

--¿Estás bien? -el peliazul cuestiona al verlo retroceder torpemente --Tu cara está roja. -señala, adentrándose más al lugar.

--¿Ya terminaron? -la pregunta abandona su boca antes de que procesara su significado, por lo que terminó cubriéndose los labios en un acto reflejo.

--¿Terminar qué?

Taehyung gime avergonzado ante su torpeza y por primera vez en la vida tiene ganas de que lo succione la tierra, este deseo solo incrementa al ver la expresión inocente de su gemelo.

--Nada. -asegura, recurriendo a un ademán de manos para darle mayor énfasis a sus palabras --Será mejor irnos. -propone a la vez que sale disparado de la habitación, dejando atrás al otro.

Nuevamente en el pasillo, apresura el paso para llegar hasta el primer nivel con toda la intención de abandonar la casa antes de toparse también con su cuñado. Afortunadamente para él, logra llegar abajo sin encontrárselo por lo que se permite suspirar aliviado.

--Oye, espérame, ¿por qué tanta prisa. -su hermano le recrimina tras haber tenido que acelerar su paso para alcanzarlo en la planta baja --El abuelo no irá a ningún lado, eso te lo puedo asegurar.

Aun sin poder ver a su igual a la cara, Tae sucumbe ante el impulso de salir afuera, recibiendo el impacto de la fría brisa exterior que logra adormecer su bochorno.

--¿Planeabas irte sin abrigarte? -el adverso cuestiona con cierta mofa en la voz --Te vas a congelar antes de poder conocer al abuelo.

--Ni que fuéramos a ir caminando. -se queja con un puchero y para su consternación el otro no hace más que reírse de él --Ya vámonos. -le apremia a marcharse, enfurruñado e impaciente.

--Está bien. -este concuerda con una sonrisa tranquila --¿No te vas a abrigar mejor?

--No. -responde de forma rotunda --No tenemos tiempo que perder.

Ambos salen de la casa y el pelirrojo es guiado hasta un elegante auto a tan solo unos metros de distancia.

--¿Dónde está el chófer? -cuestiona al no ver a nadie más aparte de ellos dos.

--Lo tienes en frente.

Sorprendido, mira de repente a quien le muestra con orgullo la llave del auto en su palma.

--¿Sabes conducir?

--Hobi insistió en enseñarme para que pudiera movilizarme sin depender de otros. -contesta, ocupando su asiento --Todavía soy un novato al volante, pero ya tengo mi licencia de conducir desde hace más de un mes.

Taehyung no puede evitar mostrar su asombro mientras se abrocha el cinturón de seguridad y observa al peliazul poner el auto en marcha. Como siempre hacía cuando viajaba, se dedicó a observar por la ventanilla todo el camino. Por lo general no gustaba del silencio absoluto, pero esta vez preferiría abstenerse de causar cualquier tipo de distracción.

El trayecto fue mucho más corto de lo que se esperaba teniendo en cuenta lo cauto y comedido que era el peliazul al conducir. Se apresuró a desabrochar el cinturón de seguridad y bajarse del carro nada más ver al otro hacerlo; ambos se encaminaron hacia la entrada de la Mansión y tras la puerta ser abierta por un mayordomo, ingresaron a la enorme estancia, donde una mujer muy parecida a Horin y a Hoseok hizo acto de presencia.

--Taehyungie, querido, me alegra tenerte por aquí. -la fémina dice al acercarse hasta ellos con una sonrisa, saludando de forma cariñosa a su hermano para luego fijarse en él.

--Oh, vaya, sí son idéntificos. -comenta tras observarlo con mucho detenimiento --Mucho gusto conocerte, soy la madre de Hoseok.

--El gusto es mío. -se apresura a responder imitando la sonrisa que le era dedicada.

La mayor les hizo un poco de plática en donde preguntaba por su nieta e hijo y se quejaba sobre su padre antes de guiarlos hasta la recámara del mayor y marcharse sin entrar.

Tae observó al peliazul adentrar la cabeza sin llegar a ingresar del todo.

--Abuelo, ¿está presentable?

--¡Taehyungie! -la voz grave y enérgica del mayor resuena en la habitación --Siempre lo estoy, adelante, entra.

--Traje a alguien que quiere conocerlo. -avisa abriendo del todo la puerta para entrar por completo y hacerle una seña al pelirrojo para que lo imite.

Nada más poner un pie dentro dd la habitación, el olor a fármaco lo recibió junto a unos ojos vivarachos que lo observaban con genuina sorpresa.

--¡Abuelo! -chilla emocionado, acercándose a toda prisa hasta el nombrado --Soy su mayor admirador desde que Jimin me contó la forma en la que manipuló a Yoongi para hacer que se casara. Eso fue enserio asombro.

El mayor se muetra desconcertado ante su arrebato, pestañeando de forma seguida antes de que su mente procesara lo que estaba ocurriendo. Entonces una sonrisa orgullosa se plasmó en sus labios.

--Me agrada este chico. -comenta en dirección al peliazul, quien rueda los ojos al cielo.

--No se porqué no me sorprende.

--Entonces tú eres el gemelo de Taehyungie. -el abuelo vuelve su atención al pelirrojo tras ignorar la respuesta sarcástica del peliazul --¿De verdad se llaman igual? -cuestiona, recibiendo un asentimiento de cabeza --Tendré que buscar un sobrenombre para referirme a cada uno.

--Oh, ¡Sí, sí, sí! -aplaude emocionado ante la idea, acercándose mucho más a la cama donde descansaba el mayor sin importarle si invadía su espacio personal --¿Cuál sería mi sobrenombre?
Kookie y Jiminie siempre me llaman TaeTae.

--Vaya, eres un niño bastante avispado, ¿verdad? -cuestiona entre risa y genuinamente encantado con la personalidad tan peculiar del chico --Fresita... así te llamaré de ahora en adelante. -avisa, palmeando suavemente la cabeza de quien parecía bastante complacido con el nombre elegido.

--Es por el color de mi cabello, ¿cierto? -interroga, queriendo confirmar la razón del mote y obteniendo una respuesta afirmativa --¡Me encanta! -confiesa emocionado. Había querido obtener un apodo él también desde que su mejor amigo le había contado que el veterano le llamaba tomatito debido a sus constantes sonrojos.

--Y a ti, Taehyungie, ¿como debería llamarte?

--Taehyung está bien para mí. -este responde con aparente desinterés y optando por tomar asiento en una silla frente a la ventana.

--Allí donde lo ves... -el canoso hombre simula decirlo en secreto, pero procura que su voz sea lo suficientemente audible para que ambos escuchen --Taehyungie solía ser casi tan genial como tú, pero no se qué le pasó. -asegura con fingido pesar.

--Le llaman madurar. -este replica desde su posición.

--En mis tiempos el término usado era "volverse aburrido". -contradice con tono jocoso.

El pelirrojo se limitó a mantenerse al margen de la pequeña disputa entre su hermano y el mayor, advirtiendo que la actitud del abuelo no dejaba de ser la de un padre cariñoso pese a sus palabras, mientras que los labios del peliazul se curvaban una y otra vez en una sonrisa mal disimulada.

Un atisbo de melancolía lo envuelve al darse cuenta de cuan amena era la relación entre su hermano y la familia de Hoseok.

--¿Y tú, ya tienes esposo? -la pregunta del abuelo Min lo toma con la guardia baja, por lo que le toma un instante recomponer su sonrisa --Estoy seguro de que puedo conseguirte a un muy buen partido.

--Me pregunto a quién si ya no tiene más nietos solteros.

--¿En serio me buscaría uno? -cuestiona, extrañamente entusiasmado con la idea.

--¡Pero por supuesto! -asegura igualmente emocionado y volviendo a ignorar adrede el comentario del peliazul.

--¡Entonces acepto! -exclama --Ya tengo al candidato perfecto... es un pelinegro particularmente apuesto y muy atlético. Todo un príncipe.

--Oh, vaya, eso facilita las cosas, ¿de dónde lo conoces?

--Es mi esposo. -informa --Pero podemos obviar ese pequeño detalle si quiere. -culmina con una sonrisa risueña en sus labios.

Vaya que aquel era un chico bastante interesante.

----☆☆☆----

Espero no haber incomodado a las vkookshipers con la escenita HopeV. Se que vamos lento, pero esta trama no es tan compleja como las dos anteriores, así que espero terminarla pronto.

♡♡Gracias por leer, votar y/o comentar♡♡

《Akina》

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