Las Ramas del Poder
Corriendo por el pasillo más largo del palacio de Bangi, la pequeña princesa Margery deseaba llegar a sus aposentos para jugar después de la larga ceremonia de uno de los tantos hijos de su hermano mayor, un evento que, para ella, había sido más aburrido que fascinante. La monotonía de las formalidades la impulsaba a buscar cualquier oportunidad para escapar y disfrutar de la libertad de la niñez.
Dobló en una de las esquinas y divisó a lo lejos a su dama de compañía, Lady Miltred, cuya expresión indicaba que seguramente querría llevarla a tener sus lecciones con el gran sabio del reino. Margery, más astuta de lo que su joven e inexperta dama de compañía pensaba, decidió esconderse donde no podrían encontrarla: en la biblioteca de su abuelo, el antiguo rey Galen Heartwornd.
Al entrar, el aroma a libros antiguos y polvo llenó sus sentidos. No había nadie a la vista, lo que le brindó un breve sentimiento de victoria. Observó las enormes estanterías que se alzaban majestuosamente hacia el techo, repletas de volúmenes que albergaban el conocimiento acumulado a lo largo de generaciones. Sus ojos brillaron con emoción y curiosidad ante la perspectiva de explorar aquellos tesoros de sabiduría.
Escuchó la voz de los guardias tras las puertas de la biblioteca, lo que la hizo apresurarse. "Me atraparán, ¿a dónde puedo ir?", se preguntó a sí misma en voz muy bajita, mientras se internaba entre las estanterías. El tapiz de libros se extendía a su alrededor como un laberinto, cada pasillo parecía conducirla más profundamente hacia un mundo de conocimiento y aventura.
Caminó rápidamente, intentando no hacer mucho ruido, pues los guardias estaban por entrar a buscarla. El corazón le latía con fuerza, y sus pies descalzos hacían apenas un susurro contra el suelo de mármol. Cada paso la llevaba más cerca del conocimiento que su abuelo atesoraba en los pasadizos de su biblioteca, pero también la alejaba más de la seguridad de sus aposentos y sus juguetes.
Llegó al final de la biblioteca, donde una estantería enorme parecía destacarse del resto. Se acercó a ella y la observó con fascinación e intriga, hizo algo de fuerza y se abrió una especie de puerta oculta en el fondo. "Un pasillo secreto", pensó, sintiendo una mezcla de emoción y temor ante la idea de lo que podría encontrar al otro lado. Se detuvo un momento, sopesando las consecuencias de aventurarse más allá de aquella puerta. Sabía que si sus padres se enteraban, estaría en graves problemas, pero la curiosidad y el deseo de explorar superaron sus miedos. Justo cuando estaba a punto de entrar, escuchó el sonido de los guardias acercándose, lo que la impulsó a tomar una decisión rápida. Sin dudarlo, se adentró en la oscuridad del cuartito secreto. La penumbra la rodeaba, y una sensación de intriga la envolvía mientras avanzaba con cautela y cerraba la pequeña puerta.
En ese momento, recordó el pequeño cuarzo rojo que guardaba en el bolsillo de su vestido. Lo sacó y lo envolvió con sus manos -Por favor, dame luz. No puedo ver nada y tengo miedo-, murmuró con voz apenas audible. El cuarzo comenzó a brillar con una luz tenue pero reconfortante, iluminando el pequeño lugar donde se encontraba revelando los contornos de la habitación oculta. Junto a ella, vio una manta vieja y pesada que había sido arrojada descuidadamente a un lado. La apartó con curiosidad y descubrió un pergamino grande que había estado oculto debajo. Con manos temblorosas, lo levantó, lo abrió con cuidado.
El pergamino revelaba un mapa detallado del mundo conocido por los hombres, con cada región trazada con meticulosa precisión. Margery se topó con la parte central del mapa, donde sabía que se encontraba Bangi, su hogar, lo observó maravillada mientras sus ojos recorrían los contornos familiares de los ríos que formaban el paisaje de su hogar. En el centro destacada con un símbolo especial, se encontraba la ubicación de su castillo, la imponente residencia de la Casa Heartwornd. -Aquí está nuestra casa- murmuró Margery, señalando con el dedo el lugar donde se encontraba su hogar en el mapa. Un escalofrío de emoción recorrió su espina dorsal mientras contemplaba el mapa, preguntándose qué otros secretos y tesoros podrían estar ocultos en los rincones más remotos de Bangi.
Dejó el papel con cuidado junto a la manta nuevamente, sintiendo cómo la curiosidad la empujaba a explorar más a fondo el lugar secreto al que había llegado. Con gestos cuidadosos, movió otras piezas dispersas que se encontraban allí: un reloj de bolsillo oxidado, una pluma de oro desgastada por el tiempo, y un pequeño cofre de madera tallada. En su interior, descubrió un anillo de aspecto ancestral, con gemas incrustadas que centelleaban débilmente a la luz del cuarzo que sostenía en su mano. Sin pensarlo dos veces, lo guardó en su bolsillo, sintiendo el peso de su descubrimiento.
Continuó su búsqueda, explorando cada rincón en busca de más tesoros olvidados. Sin embargo, sus esperanzas se desvanecieron cuando solo encontró un libro enorme, de encuadernación gastada por el paso de los años. Al alumbrarlo con el cuarzo, notó con el emblema de tres casas antiguas junto al de su propia casa, la poderosa Casa Heartwornd de Bangi. Con manos temblorosas, abrió el libro y se sumergió en sus páginas amarillentas y frágiles. El libro parecía contener los secretos más profundos y oscuros de la historia de su reino, susurrándole promesas de conocimiento y poder. Margery se sintió atraída hacia él, como si estuviera destinada a descubrir los misterios que encerraba. Con cada palabra que leía, su corazón latía con más fuerza, sintiendo cómo el peso de la historia caía sobre sus hombros jóvenes pero decididos.
Mientras los guardias seguían buscándola en vano, Margery se sumergía más y más en el conocimiento prohibido de la biblioteca oculta. Con cada página que pasaba, su determinación crecía, convirtiéndose en la guardiana de un legado que trascendería generaciones. Entre las páginas del libro, encontró los árboles genealógicos de las casas más importantes del mundo conocido por los hombres, desentrañando los lazos que unían a las familias y los secretos que habían sido enterrados en el pasado.
Arbol genealogico de la casa Heartwornd ─ Bangi ─ Corona dorada
Galen Heartwornd "El Invencible" ─ Reina Ravenna Urcixgen
│├─Lysander "El Justo" Heartwornd ─ Reina Rosalind Thornheart
│ │ ├── Leopold Heartwornd ─ Emmeline Mysthaven
│ │ │ ├── Maurin Heartwornd
│ │ │ ├── Cassius Heartwornd
│ │ │ ├── Rossalind Heartwornd II
│ │ │ └── Archivald Heartwornd
│ │ ├── Tristan Heartwornd ─ Esslynd Mysthaven
│ │ │ ├── Aldric Heartwornd
│ │ │ ├── Morweena Heartwornd
│ │ │ └── Ravenna Heartwornd
│ │ ├──Elowin Heartwornd
│ │ └── Margery Heartwornd
│├─Parlynd Heartwornd ─ Lady Cindarlya Urcixgen
│ │ ├──Werdong Heartwornd
│ │ ├──Galen Heartwornd II
│ │ └──Ofarnya Heartwornd ─ Lord Larzen Moonshield
└── Gwydion Heartwornd ─ Lady Eirlys Revenscroft
Arbol genealógico de la casa Thornheart ─ Arle ─ Barco azul
Lord Voctran Thornheart
│├─ Lord Harlon Thornheart
│ │ └─── ...
│├─ Lord Howard Thornheart ─ Lady Fallynda ....
│ │ ├── Lord Cedric Thornheart
│ │ ├── Lady Rossalind Thornheart
│ │ └─── Lord Thorian Thornheart
│ ├── Lord Gallahad Thornheart ─ Ysolde ...
│ │ ├─── Lord Gallahad Thornheart II
│ │ ├─── Lady Morweena Thornheart ─ Archivald Mysthaven
│ │ │ ├─── Lady Anneliese Mysthaven ─ Kebsien Wardntower
│ │ │ ├─── Lady Emmeline Mysthaven ─ Leopold Heartwornd
│ │ │ └── Lady Esslynd Mysthaven ─ Tristan Heartwornd
│ └── Lord Darian Thornheart
Arbol genealógico de la casa Moonshield ─ Nilfheim ─ Montañas blancas
Lord Gawain Moonshield (fallecido) ─ Seraphine Darkwoon
│├─ Lord Larzen Moonshield ─ Lady Ofarnya Heartwornd
│ │ ├── Lord Gawain Moonshield II ─ Illyria Wardntower
│ │ ├── Lord Faelan Moonshield ─ Maelith Ironcland
│├─ Lady Adelina Moonshield ─ Lord Mathew Revenscroft
│ │ ├── Lord Reynard Revenscroft
│ │ └── Lord Percival Revenscroft
│├─ Lady Marzina Moonshield
│└──Lady Taillyna Moonshield
Arbol genealogico de la casa Urcixgen ─ Gart ─ Libro púrpura
Edward Urcixgen "El Elegido"
│├─ Racydum Urcixgen "El Conquistador"
│ │ ├── Edward Urcixgen II ─ Elskadi Urcixgen
│ │ │ └── Ravenna Urcixgen ─ Galen Heartwornd
│ │ ├── Elskadi Urcixgen ─ Edward Urcixgen II
│ │ │ └── Ravenna Urcixgen ─ Galen Heartwornd
│ │ └── Wyllind Urcixgen ─ Malenia ...
│├─Aradelle Urcixgen ─ Thalor Revenscroft
│ │ │ ├──Eldarion Revenscroft ─ Calyndra Darkwoon
│ │ │ ├──Rydian Revenscroft ─ Faelith Wardntower
│ │ │ └── Evander Revenscroft
│├─ Baldrix Urcixgen ─ Morrian Ironcland
│ │ ├── Racydum Urcixgen II ─ ...
│ │ │ ├── Vacterban Urcixgen ─ ...
│ │ │ └── Krasyvin Urcixgen ─ Emmring ...
│ │ │ │ └── Cindarlya Urcixgen ─ Parlynd Heartwornd
│ │ ├── Strismader Urcixgen
│ │ └── Edward Urcixgen III
Arbol genealógico de la casa Revenscroft ─ Rot ─ Dragón rojo
Thalor Revenscroft ─ Aradelle Urcixgen
│├─ Eldarion Revenscroft ─ Calyndra Darkwoon
│ │ ├── Hatarind Revenscroft ─ ...
│ │ │ ├── Hatarind Revenscroft II ─ ...
│ │ │ ├── Matthew Revenscroft ─ Adelina Moonshield
│ │ │ │ ├─── Reynard Revenscroft
│ │ │ │ └──Percival Revenscroft
│ │ ├──Eldarion Revenscroft II ─ Ailiann ...
│├─ Rydian Revenscroft ─ Faelith Wardntower
│ │ ├── Thalor Revenscroft II ─ Avaloria Revenscroft
│ │ ├── Avaloria Revenscroft ─ Thalor Revenscroft
│ │ │ ├── Maelor Revenscroft
│ │ │ ├── Eryndor Revenscroft
│ │ │ └── Cyril Revenscroft
│ │ └──Eirlys Revenscroft ─ Gwydion Heartwornd
│├─ Evander Revenscroft
Arbol genealógico de la casa Wardntower ─ Exogia ─ Bosque verde
Zephyrinus Wardntower
│├─ Zedekiah Wardntower
│├─ Faelith Wardntower ─ Rydian Revenscroft
│ │ │ ├──Avaloria Revenscroft ─ Thalor II Revenscroft
│ │ │ ├──Eirlys Revenscroft ─ Gwydion Heartwornd
│├─Sargon Wardntower
│ │ │ ├── Wadroov Wardntower ─ ...
│ │ │ │ ├── Illyria Wardntower II
│ │ │ │ ├── Kebsien Wardntower ─ Anneliese Mysthaven
│ │ │ │ │ └── Cassian Wardntower (legítimamente Irdinzact)
│ │ │ ├── Illyria Wardntower ─ Gawain Moonshield II
Arbol genealógico de la casa Ironcland ─ Warle─ Espada gris
Carmelion Ironcland
│├─ ...?
Dejó el libro con cuidado debajo de la manta junto al mapa, cada palabra leída había despertado una curiosidad insaciable en su interior, y ahora se encontraba luchando contra la tentación de seguir explorando y volver a sacar el libro para leer durante más tiempo descubriendo más secretos, pero era momento de irse. Con un suspiro resignado, apartó la mirada de la manta, le dio dos palmadas como diciendo "aquí estarás a salvo, vendré la próxima vez", se centró en ese momento en los objetos dispersos que había encontrado en la habitación secreta.
Con gestos delicados, recogió los objetos pequeños que había descubierto: el anillo antiguo con gemas centelleantes, el reloj de bolsillo oxidado que aún conservaba su antiguo esplendor y la pluma de oro desgastada por el tiempo. Cada uno de ellos parecía susurrarle historias de tiempos pasados, de héroes olvidados y de aventuras perdidas en el tiempo, los guardaría muy bien.
Mientras tanto, el sonido de los guardias retirándose resonaba en el pasillo, marcando el fin de su breve momento de exploración. Con cautela, Margery abrió lentamente la puerta secreta y se asomó hacia el pasillo que la estantería formaba. La sensación de soledad la envolvió, y por un instante, se sintió como si estuviera en un mundo aparte, alejada de la realidad que la rodeaba.
Con determinación, dejó atrás la habitación secreta, guardando en su memoria cada detalle del lugar que había descubierto. Sus pasos resonaban en el pasillo vacío mientras se dirigía a la puerta de la enorme biblioteca, estaba decidida a correr de vuelta hacia sus aposentos sin ser descubierta, esquivando las sombras que se proyectaban en las paredes.
De repente, una voz la sacó de sus pensamientos, y Margery se sobresaltó al sentir una mano en su hombro. Volteó rápidamente y se encontró con la mirada preocupada de su hermana Elowen, quien la había estado buscando con ansias. Las palabras se atascaron en la garganta de Margery mientras intentaba encontrar una excusa para su escapada, pero la expresión comprensiva de Elowen la tranquilizó al instante.
Con un suspiro de alivio, Margery se dejó llevar por su hermana mayor, sintiendo el calor reconfortante de su abrazo. La pequeña no supo que decir, no quería ser descubierta, pero no quería preocupar a nadie -perdón Winnie, quería jugar, no quiero ir a la lección hoy...- dijo haciendo un puchero con pequeñas lágrimas amenazando salir de sus verdes ojos, la mayor suspiró, tomó su mano y la llevó a la cocina por unas galletas, ya verían como eludir a los guardias.
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