Después de ese fín de semana, mi vida cambió totalmente. Todos en Arendelle saben que Elsa y yo estamos saliendo, todos, incluyendo la familia de Elsa y la mía.

Me siento muy felíz a su lado, nuestra relación ha mejorado, aunque la he notado un poco insegura en algunos aspectos, eso no me importa.

El amor que sentimos por la otra aumenta cada día más. Además, para mi fortuna,  Elsa y Sigrid se llevan muy bien, se hicieron buenas amigas, me alegro mucho por ellas. Pero hay algo que me deja inquieta y es acerca del error que cometió Elsa que le impedía abrir su corazón, ella no ha querido hablar del tema y no quiero presionarla con eso.

Al comentarle esto a Sigrid, ella me dijo  sabiamente que la dejara en paz, que no se accede a la verdad sino a través del amor. Debo decir que sus palabras me dejaron pensativa.

Hoy ha amanecido con algo de sol, pero las nubes impiden que se muestre totalmente.

La nieve y el frío noruego continúan invadiendo Arendelle.

Quise seguir durmiendo un poco más, pero no podía faltar a clases.

Perezosamente me levanto de mi cama para ir a la universidad.

Suelto un gran bostezo.

— Espero que hoy valga la pena ir — froto mis manos a mis ojos para sentirme con energía. Mis piernas me pesan mucho, tengo problemas de movilidad.

Tranquilamente y sin prisa alguna, ordeno mi habitación y me visto para salir.

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Recorro las mágicas calles de Arendelle. Las tiendas están abriendo y la gente mayor sale a realizar sus compras matutinas.

Cubro mi boca con una bufanda roja y mi cabeza con un gorro de lana tejido a mano.

A pesar de haberme demorado en salir de la casa de la señora Olsen, llegué temprano a la universidad.

A la entrada, mis ojos demuestran un destello de alegría al ver a Elsa esperándome para ingresar con ella.

Ella viste un suéter blanco al igual que sus pantalones y sus botas. Parece un ángel al combinar su atuendo con la nieve que cae levemente sobre su cuerpo.

— Buenos días Elsa — retiro mi bufanda para besar sus labios descubiertos.

— Buenos días — lleva sus manos alrededor de mi cuello.

— ¿Quieres entrar? — le propongo.

— Por supuesto —entrelaza  con delicadeza su mano con la mía para iniciar nuestro recorrido.

Antes de que pudieramos caminar, una bola de nieve impacta certeramente al rostro de Elsa.

Quedo atónita ante la situación.

Elsa luce serena, la nieve cae lentamente de su rostro.

Miro hacía el frente y noto que hay un chico fuerte y alto, de cabello rojizo que ríe de lo ocurrido.

— ¡¿DE QUÉ TE RÍES IMBÉCIL?! — le grito a ese sujeto.

— Por favor (Y/N), déjalo en paz — toma Elsa mi hombro. Al verla a los ojos me doy cuenta que se ve algo apenada — no me hizo daño, no puedo sentir el frío ¿Recuerdas?.

— Sí…pero(...)

— ¡Te veré luego Reina del Hielo! — corre el joven cobardemente en dirección contraria de nosotras.

Durante pequeños segundos, no ocurrió nada. Yo estaba sorprendida y a la vez confundida de lo que había sucedido..

Nuevamente Elsa, toma mi mano.

— Es hora de irnos — me demuestra una leve sonrisa.

— Bien — libero un bufido. No me siento muy a gusto de lo que pasó, ese tipo me da muy mala espina.

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Las clases ya han empezado y como siempre, estoy sentada mirando hacía la ventana. Decidimos con Elsa, darnos un pequeño descanso durante las clases para no desconcentrarnos, pero aún así tengo problemas en no llevar mi mirada hacía ella.

— Psss, (Y/N) — susurra Sigrid.

— ¿Qué sucede Sigrid? — volteo y susurro hacía ella.

— Quería preguntarte… ¿Quieres tener un cita doble hoy con Elsa, tú, mi novio y yo?.

— Espera, ¿Tienes novio?, ¿Lo dices en serio? — trato de no elevar mucho la voz para no desconcentrar a la clase.

— Sí, ¿Recuerdas al chico con quien estaba saliendo?, pues me pidió ser su novia y acepté.

— Te felicito Sigrid, te mereces lo mejor, ¿A qué hora quieres salir?.

— A las 8, quiero que sea un recuerdo hermoso del cual podamos atesorar. Hay un restaurante de sushi cerca del museo Merdogaard.

— ¡Caray!, te ves muy ilusionada Sigrid.

— Ja ja, así parece — sus mejillas se tornan rojizas.

— Le diré a Elsa.

Disimuladamente tomo mi teléfono celular para escribirle a Elsa.

Psss Elsa. —

— ¿Qué haces?

— me estoy perdiendo la clase por tu culpa.

Lo siento  —
🙏 —

No podía esperar —

Quieres salir a una cita doble con —

Sigrid y su novio —

??? —

— ¡¿Sigrid tiene novio?!

— 😱

Eso mismo pensé!!!! —

¿Te ánimas? —

— Claro

— ¿A qué hora?

A las 8  —

En el restaurante de Sushi —

Cerca del museo Merdogaard —

❤ —

— 😍

— Ahora, por favor

— Presta atención

— A la clase

Lo haré! —

✌❄ —

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Tal como lo habíamos acordado, estamos a las afueras del Hoa-Hong sushi AS, el restaurante de sushi cercano al museo Merdogaard. El cielo ya anocheció, y las luces de las calles se mezclan con el de las tiendas, mostrando un ambiente bohemio.

La figura de Elsa luce espectacular con sus jeans negros y su blusa del mismo color a pesar del frío. No dejo de observar sus botas negras marca Gucci, diseñadas con estrellas plateadas y cordones rojos. Todo combina fabulosa en ella, su bolso de marca Louis Vuitton le da el toque final.

En cuanto al restaurante, a simple vista no parece ser un lugar que prepare comida japonesa, más bien luce como una tienda de ropa o una cafetería, debido a sus grandes ventanales y sus mesas en la vía pública.

— Te ves hermosa — le comento a la chica de cabello platinado.

— Gracias (Y/N), tú también estás muy hermosa esta noche.

A lo lejos, divisamos a Sigrid caminando hacia nosotras, ella está sola, no veo a su novio, tan solo espero que no nos haya dejado plantadas.

— Hola chicas, se ven muy hermosas.

— Hola Sigrid, te ves bien, luces fantástica con ese abrigo de piel café, combina mucho con tus jeans azules — Elsa se muestra como una crítica de moda.

— Estaba a punto de decir eso Elsa.

Las tres nos reímos.

— Oye Sigrid, ¿Y tu novio?.

— ¡Oh!, él vendrá de inmediato, tenía que arreglar ciertas cosas con sus hermanos, pero ya debe estar por venir.

Mientras hablamos acerca de nuestras cosas, una limusina se estaciona en frente de nosotras de forma imponente, llamando nuestra atención de inmediato.

La puerta se abre y sale un muchacho del vehículo. Usa un traje elegante de dos piezas de color burdeo, sus zapatos café se ven bastante relucientes, pero su cabello rojizo hace que mi estómago de vueltas al reconocerlo: es el mismo chico que le lanzó la bola de nieve a Elsa esta mañana.

— Vaya, te ves hermosa esta noche — besa seductoramente el cuello de Sigrid.

— ¡Ejem!.

— ¡Oh!, lo siento, no me he presentado — me dirige la palabra y hace una reverencia — soy Hans Westergaard, hijo del dueño de la compañía Biomédica Westergard & Asociados.

— Engreído — susurro en voz baja.

— Vaya, vaya, vaya, no había notado tu presencia Elsa — Hans se sorprende al reconocer a Elsa.

— Hola Hans… a pasado tiempo — Elsa evita su mirada.

¿Qué?, ¿Lo conoce?, ¿A ese imbécil?, ¿El mismo sujeto que le lanzo la bola de nieve esta mañana?, esto no puede estar pasando.

Miro detenidamente el rostro de Elsa, es igual al de esta mañana: luce apenada. Pero noto un cierto nerviosismo en sus manos, sus manos están juntas, como si una estuviera conteniendo a la otra.

— Permíteme decirte que tu figura reluce en tu vestido de noche.

— Cerdo — nuevamente hablo en voz baja.

— ¿Dijiste algo (Y/N)?.

— No, Sigrid, no dije nada, ¿Entramos?

— De acuerdo — sonríe Sigrid. De inmediato toma el brazo de Hans y se dirigen hacía el restaurante.

En tanto, Elsa no realiza ningún movimiento, ni tampoco dice ni una palabra.

— ¿De dónde conoces a Hans, Elsa?.

— Eso no importa, Sigrid nos está esperando — pasa a mi lado, caminando hacía la entrada.

— Elsa, espera(...)

Al oír mi voz se detiene sin mirarme.

—(...)no quiero que haya secretos entre nosotras, puedes contarme lo que sea — beso suavemente su mejilla.

— Gracias (Y/N), sé que puedo confiar en tí.

Ambas nos tomamos de las manos e ingresamos al restaurante.

Tendré que seguir el sabio consejo de Sigrid:

"No se accede a la verdad sino a través del amor".

Tendré que analizar mucho esta frase durante la noche.