Capítulo 3
Ya es fín de semana y estoy afuera de la mansión de Elsa.
El día después de nuestra "cita", Sigrid me felicitó y me dio algunos consejos para conquistar a Elsa. También, me enteré de que Sigrid ha estado saliendo con un chico mayor, ella me vio entrar a Prana Kafé ese día después de tener una cita con ese chico.
Creo que a ambas nos está resultando bien en esto del amor.
Elsa, tal como lo había prometido, me entregó todas las indicaciones para llegar a su casa.
No pude dormir en toda la semana producto de la emoción. Conocer a la familia de Elsa me causaba nerviosismo, ella de una u otra forma quiere que sea parte de su vida y eso me atemorizaba de alguna manera.
La mansión es muy grande, y en efecto, es un castillo. El clima está bastante agradable a pesar de marcar 1° hay nieve alrededor y no hay señales de que vuelva a nevar nuevamente.
Para ingresar al castillo tengo que pasar por un patio floral bastante extenso. Al recorrerlo pude llegar a la puerta de la mansión.
Me detengo un segundo para observar el auto de lujo estacionado, es un Ferrari rojo último modelo. La família de Elsa es bastante adinerada.
Toco el timbre.
En cosa de minutos, una mujer robusta me recibe alegremente, por su atuendo, deduzco que debe ser empleada de la familia.
— Usted debe ser (Y/N), la señorita Elsa la está esperando, ¡adelante!
— Gracias, es usted muy amable.
Doy unos cuantos pasos para ingresar, y al observar al interior de la mansión, me doy cuenta que es más grande de lo que pensaba.
— ¡Vaya!, ¡llegaste! — oigo la voz emocionada de Elsa venir desde la parte superior de las escaleras que en están frente de mí.
Ella baja de manera elegante, luciendo un vestido de corpiño cristalino, mangas azules y blancas transparentes, falda con una hendidura en la rodilla derecha, una capa y unos tacones como si fueran hechos de cristal.
Al verla bajar lentamente pude notar todos los detalles de su atuendo, me siento un tanto avergonzada y trato de mirar hacía otro lado pero no puedo.
Su hermoso y lozano rostro hace que caiga rendida a ella, su labial rojo intenso llama mi atención.
Elsa al bajar, me abraza cariñosamente con todas sus fuerzas.
Fue un abrazo fugaz, pero me hubiera encantado detener el tiempo y disfrutarlo un poco más.
— Señorita Elsa, Señorita (Y/N), Kai ya tiene todo preparado en el comedor.
— Gracias Gerda, iremos de inmediato — sonríe Elsa — Ven, vamos (Y/N), quiero presentarte a mi familia.
Recorrí a gran velocidad durante unos minutos de la mano de Elsa los pasillos del castillo, ¡Vaya!, ¡Realmente es una gran mansión!. Me encantaría ver los cuadros que hay en este largo pasillo, parecen interesantes, pero estamos caminando aceleradamente.
Ingresamos al comedor, es una sala bastante grande con una mesa muy larga con muchos asientos disponibles.
A primera vista pude identificar a Kristoff utilizando una chaqueta de cuero con una polera blanca debajo, acompañado de unos pantalones negros, además de él, hay una chica de cabello rojo que lleva consigo un vestido azul con muchas flores de diseño, además de ellos, hay un niño pequeño de cabello negro y tez pálida muy similar a Elsa que lleva con él una camisa celeste y pantalones cafés.
— Ven, siéntate conmigo — Elsa me acerca a una silla a su lado, ella es la cabecera de mesa.
Al frente está Kristoff y la hermana de Elsa, mientras que a mi derecha el muchacho pálido.
— (Y/N), quiero presentarte a mi familia, a tu derecha está Olaf, nuestro hermano menor.
— Hola, soy Olaf, ¿Quieres un abrazo? — me abraza tiernamente. Se siente bien, le respondo acariciando su cabellera negra.
— También te presento a Anna, mi hermana menor.
— ¡Hola!, ¡Mucho gusto en conocerte! — me sonríe alegremente Anna.
— Bueno y ya conoces a Kristoff — me señala al chico rubio.
— Hola — Kristoff levanta su mano con desgano para saludar.
— Todavía me falta por presentarte a Kai, junto a Gerda, ellos son los mayordomos de nuestra familia.
Miro detenidamente los cubiertos de la mesa, solamente hay cinco sets. Ante esto y al ver que todavía hay asientos desocupados, decidí preguntar:
— ¿Cuándo conoceré a tus padres?
El silencio se hizo presente en el comedor ante mi pregunta.
Todos me miraban desconcertados a excepción de Elsa, Olaf en cambio, estaba cabizbajo.
— Disculpa, fue culpa mía — rápidamente Elsa trata de romper la tensión — lo siento mucho (Y/N), pero olvidé mencionar que nuestros padres fallecieron hace unos años en un viaje de negocios.
— ¡DIOS MÍO! — me llevo mis manos a la boca — debiste decírmelo, fui una tonta.
— No seas dura contigo misma, no lo sabías, es todo — Anna trata de calmarme.
— Una cosa más que debes saber (Y/N), después de que nuestros padres fallecieran, seguí enclaustrada hasta que un día Anna entró a mi habitación y me sacó de mi soledad, fue gracias a mi hermana que pude salir adelante y rehacer mi vida sin importar el qué dirán de los demás.
Ya un poco más calmada, noto que Olaf sigue cabizbajo y está a punto de llorar.
— Ven aquí — llevo a Olaf a mi pecho para tranquilizarlo. Acaricio nuevamente su cabello.
Después de nuestro pequeño incidente, Kai, un hombre alto y bonachón junto a otros empleados trajeron la comida. Por la loza fina y los platos deliciosos parecía un almuerzo de alguna familia real.
Durante el almuerzo, hablamos de todo, Anna no dejaba de preguntarme por mi vida antes de venir a Arendelle. Olaf siempre me hacía responder sus adivinanzas y Kristoff sentía curiosidad por el arte muralista.
El tiempo transcurrió muy rápido. Después de comer, nos sentamos en un gran sofá de la sala de estar a ver muchas películas.
Luego de la tercera película, ahora estamos viendo "El Origen de los Guardianes".
— Creo que él es bastante guapo — comenta Elsa mirando fijamente a la pantalla.
— ¿Quién?, ¿Jack Frost? — pregunta sorprendida Anna.
— Yo también creo que es guapo — trato de sumarme a la conversación.
— Creo que harían una linda pareja Reina del Hielo — Kristoff ríe burlándose.
— Ya, no me molestes — gruñe Elsa a Kristoff.
Todos nos reímos de la situación.
Elsa nuevamente toma la palabra:
— (Y/N), ¿Te quedas a dormir con nosotras hoy?.
— ¿Qué?, ¿Lo dices en serio?.
— Claro (Y/N), nos encantaría tenerte aquí — se alegra Anna.
— Bueno, siendo así, ¿Dónde dormirá?.
— Creo que deberías dormir con Elsa — propone Kristoff guiñandome el ojo — las otras habitaciones están en remodelación.
— ¡Oh!, es cierto, no había pensado en eso — Anna lleva sus manos a su mentón en forma pensante.
— No tengo ningún problema con que se quede en mi habitación — replica Elsa.
Al oír sus palabras, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ni en mis mejores fantasías me hubiera imaginado pasar la noche junto a Elsa.
— Yo tampoco tengo ningún inconveniente — mis mejillas se vuelven cada vez más rojas y mi calor corporal aumenta.
— ¡Hurra! — festeja Olaf.
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— Bien, creo que es hora de dormir.
— Por favor Elsa, una película más — suplica Olaf.
— Mañana Olaf, además ya has visto demasiada televisión — Anna trata de poner el ejemplo de hermana mayor.
— Está bien — se resigna — ¡Hasta mañana chicos!.
— ¡Hasta mañana Olaf! — decimos al unísono mientras Olaf sube a su alcoba.
— Creo que iré a dormir — bosteza Kristoff. Posteriormente se levanta y va por las escaleras.
— ¿A dónde vas Kristoff? — pregunto confundida.
— A mi habitación, prácticamente vivo aquí, pero en realidad vivo con mis abuelos y mis primos. ¡Buenas noches!.
— Vaya tengo muchas cosas de que enterarme.
— Mañana por la mañana te pondremos al día (Y/N) — se despide Anna, y al igual que Kristoff sube a su alcoba.
Después de que Anna se marchara, me quedo a solas con Elsa.
— Bueno (Y/N), te llevaré a mi cuarto.
— Esta… esta bien.
Me sonrojo una vez más ante la idea de pasar la noche con Elsa. Mis latidos aumentan y empiezo a sudar repentinamente.
— No te quedes parada, ¡Ven!, ¡Sube!.
Respiro profundamente y ordeno a mis piernas que se muevan, en tanto Elsa apaga las luces, quedando la sala en penumbras.
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