Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cambiando Rumbos

Pasados dos días de la noticia de que nos iríamos de casa, ya me sentía un poco mejor y estábamos esperando el auto que nos llevaría al palacete. Mi madre y yo decidimos que hablaríamos para que no me cambiaran de universidad, pero no era seguro. Me llevé sólo las cosas más importantes, las demás no las vería en un largo tiempo. Para otras personas quizás no significase nada, pero yo le tenía mucho apego a mis cosas.

—Vamos hija. —Mi madre y Max metieron las maletas al carro que justo llegaba y luego montamos. El recorrido ya no era nuevo para mi, pero mi estado de nervios hacía que todo fuese diferente a la primera vez.

Recosté mi cabeza al cristal y contemplé el camino. "A veces quisiera tener la dicha de mi madre, encontrar una persona que me respete y me aprecie tanto como lo hace Max con ella, quizás así no me sentiría tan sola a veces". Intenté pensar en cómo sería la persona especial o la indicada para mi, pero no obtuve ninguna imagen en concreto.

El resto del viaje fue tranquilo y no hice más que admirar el paisaje como tonta. —Llegamos —dijo el hombre que nos condujo hacia el lugar y que ni siquiera me había fijado de su presencia. Bajé y en frente estaba el mismo lugar elegante de hace dos días que no dejaba de sorprenderme. En la puerta estaba Marcos luciendo otro traje refinado, está vez en azul.

—Bienvenidos —dijo cuando llegamos a la entrada—. Me alegra mucho saber que aceptaron mi propuesta. —Su actitud embriagable captó toda mi atención, sin perderme una palabra que salía de sus labios.

—Están en su casa. —Dicho esto, montó en un auto que le esperaba. Todo estaba igual a hace dos días o incluso más impecable.

—Laura, vayan caminando a la habitación, yo iré a firmar un papeleo
—dijo Max y le dió un beso a madre. No veía el momento de hablar con ella, desde que todo esto pasó había buscado la manera de conversar en vano.

Llegamos a las habitaciones guiadas por el señor que siempre nos atendía. Mi madre compartía con mi padrastro y yo tenía una independiente. Cuando entré al mío -mi cuarto- me quedé boquiabierta... era perfecto. Tenía un espejo grande, las paredes naranjas pastel como en casa, encima de un ordenador se amontonaban varios libros y discos de música con una nota:

"Espero que sean tus favoritos".

Rápidamente abrí uno y como en efecto estaban "Cumbres Borrascosas", fue el primer libro que leí, ya que todos hablaban de él; la saga de Kiera Cass y algunos ejemplares de Paulo Cohelo. Casi pegué un grito de emoción cuando vi que todos tenían la firma de sus autores. —¡Esto es loco! —grité internamente y comencé a dar saltos de felicidad. En los discos tenía casi toda la música que me gustaba, desde la clásica hasta la pop. Los revisé uno por uno y casi me caí de golpe cuando llegué al final, eran dos discos originales, uno de ALEJANDRO SANZ y otro de DEMI LOVATO, CON SUS AUTÓGRAFOS!!.

Cuando me di cuenta ya estaba gritando de alegría. Me tumbé en la cama tan feliz que hasta se me olvidó toda la agonía que tenía por irme de casa.

Una hora después, ya terminaba de arreglar todas mis cosas en el armario, así que salí de mi cuarto a conocer un poco el lugar. En esta parte, el suelo no estaba cubierto por alfombras, sino que estaba completamente desnudo y brillante, casi como un espejo. Seguí caminando y percaté un ruido que venía del final del pasillo. Corrí como una niña y me escondí detrás de una columna, no quería que alguien desconocido me viera curioseando.

—Aisha sé que no quieres ir a ese lugar, pero entiende que necesitas salir de acá. —La voz me parecía familiar pero no recordaba—. Tu hermano hace esto por ti, para que estés bien, recuerda.

No escuchaba ninguna respuesta sólo una respiración agitada. —Ven, ve a tu cuarto que en la cena tienes que conocer a las personas que vinieron hoy y debes estar lista. —Todo era confuso, no sabía que era tan importante nuestra llegada como para hacernos una cena de bienvenida. Luego de unos minutos los escuché alejarse y aproveché para salir de allí.

Caminaba como rayo por aquel pasillo inmenso. —Debes ser más respetuosa, ni siquiera llevas dos días aquí —mi mente locamente cobra vida y me sermonéa.

—Sasha. —Me sobresaltó una voz por detrás. "Dos sustos en tan pocos minutos era demasiado"—. ¿Estás perdida? —preguntó y me giré nerviosa. El chico guapo e intimidante me había sorprendido caminando por acá.

—N..no —se me cortó la voz— Sólo... este... buscaba a Max —dije lo primero que se me ocurrió.

—Pues buscas mal, él no está por esta parte —lo miré y vi que esboza una sonrisa.

¡¡Tonta!! —me castigo internamente— ¿Por qué rayos estás nerviosa?.

—¿Estás bien? —preguntó como si adivinase mi torbellino de pensamientos en ese instante.

—Si si, claro, estoy perfecta.

—Bueno, pero no andes sola, porque no conoces el lugar. Sigue recto, dobla a la derecha y luego en la tercera entrada dobla a la izquierda, ahí está tu habitación —se rió de mi estado de nervios.

—Hasta la noche señorita.

Regresé dándole bofetadas a mi subconsciente. ¿Cómo era capáz de no ayudarme en esa situación y por el contrario, ponerse a pensar tantas cosas?. Al llegar al cuarto de mi madre, le expliqué lo que pasó y comenzó a reír. En fin, ni caso hizo a mi mala experiencia de primer día. Intenté hablar sobre que pasaría ahora, pero sólo dijo que mañana hablaríamos y que hoy teníamos una cena importante.

Luego de arreglarme y esperar por mi mamá y Max, fuimos a la cena. Justo a las ocho en punto ya estábamos ahí. La mesa era enorme cubierta de un hermoso mantel blanco perfectamente alineado y con muchas sillas. En el techo habían unas lámparas preciosas de estilo francés, adornadas con joyas y que colgaban e irradiaban de luz aquel lugar. Las paredes también estaban adornadas pero con unos cuadros y se perfilaban en sus bordes con un tono dorado, simulando oro. Esto me recordaba a la época de antes, pero seguía sin entender porque vivían así acá, excepto por la forma de vestir -que no dejaba de ser elegante- todo lo demás era antiguo. Unos mayordomos nos indicaron donde ubicarnos. Las otras familias fueron llegando hasta llenar casi todos los lugares y después de diez minutos aparecieron los que tanto esperábamos. De primero Marcos, que lucía tan bello y perfecto como siempre y detrás le seguía una chica.

¡¡Espera no puede ser!!. ¿Será ella? mi mente por poco cobró vida en ese momento.

—Buenas noches, quise tener esta cena para que todos compartiésemos, ya que viviremos juntos durante los próximos meses. —Todos hicimos gran silencio.

—Como saben tenemos problemas económicos y nos vimos con la amarga necesidad de retirar parte del personal. Esta es mi hermana Aisha. —Salió detrás de él una chica... y no cualquier chica, la chica.

Es ella, ¡dios!, la que vi entrando en la Universidad. —Entonces recordé que la voz de los pasillos era la misma de aquel hombre que la llevaba en la escuela y Aisha fue el nombre que él pronunció. ¿Qué le pasaría que la estaban tratando así y a qué lugar no querría ir?.

Volví mi atención a ellos y vi como ella hizo un gesto con la mano y no mencionó una palabra. Su mirada tenía un destello de luz pero sus gestos no mostraban seguridad en sí misma. —Para los que no la conocen, ella es la encargada de promocionar las obras de arte hechas acá y la segunda representante de la empresa —dijo Marcos. Miré con asombro a la muchacha que ahora tenía la cara sonrojada por lo que había hablado su hermano.

—Vamos Aisha no seas tímida. —Su hermano le dió un leve toque y la ayudó a posicionarse delante. "Así que de esto se trataba, una empresa de arte. ¿Por qué tanto misterio por eso?".

Todos nos levantamos y comenzamos a aplaudir. —Y estos son mis primos, Lucas y Carlos. También para quienes no los conocen son los subdirectores de la empresa. —Salieron unos chicos altos y rubios de mucho parecido.

—Bueno, esto es todo, mañana los horarios normal de trabajo y las personas que no trabajen pueden salir con precaución, sin dar detalles de donde están hospedados. —Al mirar a mi alrededor noté que era la única jóven que estaba acá y la única que no entiendía cuál era misterio de este lugar.

—Disfruten la cena. —Una voz dulce y cálida me resultó familiar... la chica tímida se había dispuesto a hablar esa frase.

Dicho esto se retiraron. —Pensé que se iban a quedar, madre.

—Yo también lo pensaba, pero seguro tienen cosas que hacer.

Luego de un día tan agotador por fin descansé. No había revisado mi teléfono, así que llamé a mi mejor amiga. —Ana, ¿cómo estás?.

—Oye... bien todo bien, pero te extraño.
—oí un suspiro al otro lado.

—Yo también te extraño mucho, pero por ahora se acabaron las pijamadas en mi casa —hice un puchero exagerado.

—Bueno ya veremos como le hacemos, nosotras separadas, ¡nunca!... ¿Y dime cómo es eso allá?

—Jajaja pues diferente, todo de traje y corbata, y yo con ganas de ir a las discos, pero me tengo que comportar.
—solté una risa maliciosa.

—Ay Sasha, si tú ni sales, prácticamente cuando lo haces yo te tengo que obligar. Bueno dime, ¿hay algún chico guapo?.
—Sin verla ya me imaginaba la cara de perspicaz que tenía.

—Nooo... bueno s..si, pero sólo es guapo. El señor Marcos —me reí.

—Ohh si, el jefe de tu padrastro, ten cuidado y te enamoras.

—Ey no, shh ya basta de eso. —Estaba a punto de sonrojarme—. Bueno te tengo que dejar, besi..

—Sasha espera... ¿no te han dado respuesta sobre dónde vas a estudiar?.
—Noté un repentino cambio en su voz, ahora estaba como apagada.

—Espero que me dejen seguir allá. Bueno cuídate mucho Ana.

—Besitos tu también.

Colgué. Era una pequeña loquilla, mi pequeña loquilla.

[...]

—Abre por favor... por favor. —Desperté de golpe y oí alguien tocando mi puerta. Me levanté y recosté mi cuerpo a la puerta para escuchar.

—¿Me abrirás por favor?. —Era la voz de una chica.

Giré el llavín y la vi. La chica desconocida y tímida, o por lo menos así la veía yo.

______________________________

UN POCO LENTO, DE POCO A POCO PARA SORPRENDERLOS CADA VEZ MÁS. QUÉ LOCA LA MENTE DE SASHA, ¿NO?.

ES TODO POR AHORA. LOS QUIERO. DEJEN CUALQUIER SUGERENCIA O COMENTARIO, LES AGRADECERÍA SUS OPINIONES Y SUS VOTITOS. USTEDES HACEN VALER MIS INTENTOS DE CONTAR. BESOS CIBERNÉTICOS 💋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro