Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C7


Evan POV

—Estoy agotada, creo que dormiré todo lo que resta del día —Amber bufó, dejó la maleta dónde guardaba su cámara en el piso, mientras que yo deposité su equipo más pesado sobre el sofá, ella se sentó alado y recargó su cabeza en el respaldo, totalmente cansada y agobiada por el trabajo.

Hoy estuvo toda la mañana en compañía de Meghan, realizando trabajo de fotografía en una locación bastante alejada de la ciudad, yo me dispuse a llevarla y ayudarla porque tuve la suerte de que hoy no hubiera trabajo, era sábado así que iba a poder estar ahí con ella y así no tendría que pedirle ayuda a Dave, que de todos modos se presentó a supervisar y a representar su puesto de asistente de Meghan.

Fui a la cocina y le llevé un vaso de jugo de naranja, ella se lo tomó todo, empecé a preocuparme cuando su respiración fue acelerada, estaba sudando mucho y era extraño, el clima hoy era fresco, debíamos estar a veinte grados, además el departamento no estaba en una temperatura alta, era temple y agradable.

—¿Te sientes bien? —le pregunté, sentándome a su lado, posé mi mano sobre su frente, esperando no encontrarme con una mala señal, no tenía temperatura, solo estaba muy agitada pero no me gustó nada que su piel no tuviera ese color suyo tan normal, estaba casi pálida.—Amber, ¿Quieres que te lleve al hospital? Te estás poniendo pálida.

Ella negó rotundamente, me miraba con desaprobación.

—No, no, estoy bien, en serio, solo estoy agotada. —se pasó el dorso de la mano por la frente bañada en sudor y entonces me di cuenta que no solo estaba agitada ni pálida, sino también hinchada.

—Amber —dije su nombre con voz queda, tomando su mano y dejándola frente a ella para que se diera cuenta de lo que estaba pasando, me quedé estudiando el grosor de su piel, jamás la había visto así, revisé su otra mano, estaba igual. —Esto no es normal, voy a llamar al médico.

—¡No! —me gritó y me agarró fuerte de la camisa antes de que pudiera levantarme, si hubiese tenido más fuerza, tal vez me hubiera podido jalar de nuevo a su lado. —Hazme caso, estoy bien, solo quiero descansar, no quiero más salidas.

—Pero Amber, esto es importante, no es normal que estés así, recuerda que estás en tus últimos dos meses de embarazo ¿Y si es algo grave? ¿Algo malo? —inquirí, sin poder detener los peores pensamientos respecto a eso, comencé a sentirme impaciente y angustiado que quise olvidarme de lo que ella me estaba pidiendo.

—No pienses así —me pidió con voz tranquilizadora, tan suave para intentar calmarme, seguí con la idea de ignorarla y llamar al doctor —Solo prepara la ducha, necesito un buen descanso y listo.

—Deberías considerar dejar esto un tiempo —repuse de manera arrebatada, sabiendo que esto no le iba a gustar, y así fue, lentamente me vio a los ojos, no se movió, estaba esperando a que quizá me retractara —Solo hasta que nazca el bebé, sé que no querías dejar el trabajo porque es lo que amas pero...por ti y el bebé, solo por unos meses.

Parpadeó un par de veces, víctima completa de la incredulidad, no se lo estaba creyendo o tal vez no podía procesar eso.

—¿Dejar esto? ¿Todo lo que he deseado? Debes estar bromeando —rió sin pizca de gracia, fue una risa ronca, sus ojos se endurecieron, igual que su voz —No voy a hacer eso, se supone que ibas a apoyarme, que no iba a tener la necesidad de dejarlo.

—Y no vas a dejarlo, solo es aplazarlo —le aclaré rápidamente, con los ojos llenos de sinceridad y una expresión suplicante —Solo unos meses, si quieres hablaré con Meghan de esto y...

—¡No! —gritó más fuerte, casi la hice levantarse pero no pudo porque estaba de verdad agotada, solo pudo alzar mis brazos a mi dirección.

—Ella entenderá —le expliqué. —Es madre y no tendrá problemas en darte unos meses para poder recuperarte.

—Escúchame —me frenó antes de que pudiera acercarme a tomar el teléfono, su intento de levantarse hizo efecto, me quedé ahí esperando otro argumento en contra —Solo déjame acabar este trabajo, no será tardado, después si quieres me tomo ese descanso pero no arruines todo lo que tengo avanzando, no quiero dejar a Meghan sola con esto.

Vacilé, aun así no me estaba convenciendo.

—Se trata de ti, Meghan puede hacerlo, tiene a otras personas, además de Dave que es muy eficiente —traté de no fruncir el ceño, él era bueno debía ser honesto, así que eso podía dejarle en claro a Amber que no habría problema en que se ausentara.

—Si creo poder, no es buena idea que me ausente cuando estoy en un buen momento, tengo mucha gente a la que le está gustando mi trabajo y se me doy un respiro, esos clientes se irán. Quiero seguir, esto es lo único que necesito para sentirme útil y bien conmigo misma.

—Lo sé, te entiendo, esto es importante —añadí con voz solemne, me pregunté si ella estaba entendiendo mis esfuerzos por ser justo porque me costaba mantenerme a mi decisión cuando ella se empezaba a poner a la defensiva de ese modo. —Pero tu salud es primero y no hay otra opción, lo siento.

Sus ojos cambiaron, ya no me veían de buena manera, fue completo resentimiento, su rostro se endureció, manifestando poco a poco una creciente cólera.

—No puedes tomar esta decisión por mí —replicó con una voz autoritaria, incapaz de esconder su total desagrado, a cómo pudo se levantó y dio un paso hacia adelante, para encararme de verdad —No puedes obligarme a hacer lo que no quiero, no voy a ausentarme, ni tampoco hablaras con Meghan, yo sé que puedo hacerlo, no puedo creer que realmente hubieras intentado hacer eso, ni siquiera parece que confías en mí.

Nos vimos el uno a otro a los ojos, ella amaba este trabajo, sabía que era importante pero la manera insistente en el que ella no quería separarse ya era algo demasiado extraño, no encajaba en el buen sentido y después entendí porque, la respuesta me cegó y no pude pensar en nada más coherente que en eso que acababa de descubrir.

—Es por algo más, no quieres alejarte de este trabajo porque sería alejarte de Dave, ustedes se llevan muy bien y no me interpongo pero tampoco voy a fingir y pretender que no veo nada.

—¿De qué hablas? —preguntó, crispando las facciones de su rostro, ahora me estaba acusando con sus ojos todavía punzantes.

Bajé la cabeza, liberándome de su mirada por un momento, no quería esto, no quería empezar una maldita pelea por Dave, ¿Cuántas veces hemos tenido que pelear por terceros? Primero por Diana y ahora por Dave, joder, parecía que nunca se terminaba estas estúpidas situaciones.

—Olvídalo.

—No, ahora dímelo. —me insistió, avanzando un paso hacia mí, queriéndome intimidar para que hablara, estaba seguro de que si no lo decía yo, ella lo haría.

Suspiré, resignado, la idea me estaba doliendo, me disgustaba, debía parar, la idea de tener que luchar otra vez me estaba matando.

—Dave debe estar sintiendo algo por ti, Amber, podré estar equivocándome o tal vez no pero es lo que veo.

En seguida, lo que vi en sus ojos y en su rostro fue pura frustración y desesperación, comenzó a resoplar y a negar con la cabeza, atónita.

—Esto debe parar, ¿Me entiendes? ¡Estoy harta de eso! ¿Por qué cada hombre a mi alrededor tiene que ser una competencia para ti? ¿Quién será mañana? ¿Sebastian?

—De acuerdo —levanté el rostro, por un momento me enfrente a ella pero inmediatamente desistí y lo ignoré todo —Piensa lo que quieras, estoy también cansado de pelear, estas semanas han sido difíciles, entre tu y yo hay demasiada tensión y no sé que más hacer, siento que cada cosa que hago o digo lo empeora. Te preparé el baño

Fui hacia el baño, sintiendo todavía sus ojos tras mi espalda, traté de ignorarlo y le preparé la tina, mientras caía el agua caliente y se formaba la espuma por las sales y el shampo, reflexioné un poco las cosas, yo no podía obligarla a nada, no tenía derecho a hacerlo, ella podía hacer lo que quisiera y yo le estaba negando todo lo que le hacía feliz y eso hacía que me odiara, pero, ¿Por qué no podía entenderme, porque últimamente era más difícil poder comunicarnos? Cada vez parecíamos más distanciados y un presentimiento terrible estaba pronosticándome una desgracia, o era yo quien estaba exagerando como ella me decía.

Salí del baño y preferí seguir con mi trabajo en la computadora, escuche que se metió y cerraba la puerta sin decirme nada, así fue mejor, no quería seguir discutiendo. Esperé tiempo suficiente para asegurarme de que ya se hubiera metido a la tina y agarré mi teléfono; miré la pantalla, con la necesidad de tener que pedirle ayuda, en estos momentos estaba desesperado y ansioso, no sabía si estaba a punto de perder a Amber otra vez, no tenía la fuerza de soportarlo si eso llegaba a pasar, la única fuente de ayuda confiable para mi era Natalie.

Le mandé un mensaje, seguro que ahora debía ser muy de mañana en Seattle, de todos modos sabía que tarde o temprano respondería y seguramente también sabía para qué razón era que la contactaba.

Amber POV

Pasó casi la semana completa y yo llevaba la mitad del trabajo, eso estaba bien, estaba avanzando rápido, me había propuesto a terminarlo en unos días más, incluso estuve la mayoría del tiempo trabajando con Dave, quien estaba en el departamento conmigo cuando tocó seleccionar algunas fotos ya editadas.

Preparó el almuerzo porque yo no tenía energías, no se lo dije a Evan, ni tampoco quise volver a pelear con él de esto, podía controlarlo, solo era agotamiento, nada del otro mundo, ya estaba demasiado hinchada por el embarazo avanzado que desplegarme de un lado a otro me era difícil, así que ignoré el ligero mareo y las náuseas igual.

—Las fotos se ven grandiosas, definitivamente no habrá problema en mostrárselas a mi madre, las aceptara en seguida —me aseguró con una sonrisa gentil, me sirvió el almuerzo y una buena taza de té con leche, se sentó a mi lado y las acomodó para ponerlas todas a lo ancho de la mesa.

—Me costó mucho, estos días han sido de locos pero al menos podré acabar este trabajo, quizá sea el último.

Como fue de esperarse, Dave giró su cabeza de manera repentina, con un gesto en la cara más de susto que de perplejidad.

—¿Te vas a retirar?

Reí.

—No, solo será un descanso temporal, se lo prometí a Evan —torcí la boca al recordar que no había sido una promesa realmente —Bueno, no se lo he prometido pero creo que fui injusta con él. Discutimos hace unos días por mi falta de comprensión.

—¿Qué quieres decir con "falta de comprensión"?

—Quería que dejara esta campaña para que pudiera descansar y no tuviera problemas con mi salud, hace una semana que no me he sentido bien, pero lo relaciono a que mi embarazo ya está muy avanzado pero no he querido hacerlo y por eso estoy terminándolo todo para dejarlo completo.

—Bueno, siendo honesto contigo —me dijo, manteniendo reservas a decir solo lo importante —Tiene razón, no te exijas, si te sientes mal estás en tu derecho de ver por ti y tu bebé primero. Yo hubiera podido hacerlo, me lo hubieras dicho.

—No, yo sé que puedo con esto —concluí con voz tajante, no quería molestarme con él también.

—Sé que puedes, Amber, nunca lo hemos dudado pero, ¿No te sentirías mejor disfrutando de ya lo poco que te queda de embarazo?

Alcé una ceja, casi sonriendo porque creí que estaba bromeando.

—Todavía me faltan dos meses —le recordé, creyendo que lo había olvidado. —Además, muchas mujeres han trabajado con embarazos muy avanzados, ¿Por qué yo no? No seré la mujer maravilla pero sé dónde están mis límites.

Él sonrió alegre por mi ligera broma, dejando ver la línea de sus dientes brillantes, su apariencia absorbía mi mal humor y cambiaba mi estado de ánimo con mucha facilidad. 

—Sí que eres cabeza dura, intentas convencerme a mí también —alzó una ceja, bromeando conmigo —Lástima que no funcionará, espero que estés considerando tomarte ese descanso lo más pronto posible.

—Cuando termine esta campaña.

Se me quedó viendo fijamente, incrédulo.

—Yo me refería ahora. Tú ya hiciste el trabajo más pesado, el resto es pan comido, yo puedo acabarlo y no te preocupes, te daré los créditos.

Agarré las carpetas para impedir que me las quitara, él no se detuvo, trató de quitármelas y estuvimos jaloneando esas carpetas un buen rato con miradas desafiantes pero en carcajadas, logró quitarme unas cuantas y las demás me las quedé yo, orgullosa las apreté más fuerte y sonreí de oreja a oreja por el triunfo.

—Amber, es en serio —me reprendió con tono afable —Te daré todo el crédito, así nada sabrá que alguien más lo hizo por ti, vamos, estoy segura de que a mi madre tampoco le gustaría que trabajes bajo presión.

Lo medité unos segundos, no me parecía mala idea pero no quería robarle trabajo, no era algo que yo hiciera, siempre he sabido iniciar y acabar mi trabajo por mi cuenta y sin ayuda, no me iba a sentir cómoda con eso, no importa cuando tiempo tuviera que pensarlo, era un no.

—A tú madre no le gustaría y a mi tampoco —le expliqué, complacida por la idea.

Sonrió de forma socarrona.

—¿Quieres averiguarlo —acto seguido, sacó el móvil y empezó a buscar el contacto de su madre.

—¡No! —grité, acercándome para quitarle el móvil —Ya, ya, bien, entonces termina esto hoy, si eso es lo que quieres.

Una sonrisa triunfal relampagueó en su rostro, me molestó que ganara pero no quería que me amenazara con hablar con su madre y tener que dejarme fuera de esto.

—No se lo diremos a mi madre, ¿Bien? Haremos como que tú lo estás haciendo todo. —rió entre dientes cuando lo miré con un leve mohín, seguía odiando esta idea —No te preocupes, es una mentirita piadosa y solo será esta vez.

—Solo esta única vez, ¿Bien? Me gusta hacer mi propio trabajo, además tampoco me gustan las mentiras —admití con un tono un poco abrupto, acentuando más mi mueca.

—Te lo prometo, no se repetirá, solo lo hago porque quiero ayudarte y porque sé que eres demasiado responsable para dejarlo inconcluso.

Le sonreí con suavidad, era imposible no hacerlo, ni tampoco el no detenerse a ver el brillo excedente en sus ojos azules que también se quedaron clavados en los míos. ¿Qué había en esos ojos que resultaba tan interesante? ¿Quizá lo penetrante que eran? ¿La cortina de gruesas, densas y largas pestañas negras que poseía y que cualquiera envidiaría? ¿O la sensación de tranquilidad y confianza?

—Gracias —parpadee cuando salí del trance profundo del que me hundí, ese par de océanos cristalinos podían ahogar si no tenías cuidado. —Eres muy amable. Tal vez si deba tomarme un descanso.

—Por supuesto —coincidió, también asimilando lo que pasó, parpadeando, luego volvió al trabajo.

—Creo que fui injusta con Evan, le diré que tomaré ese descanso en secreto, después de todo, no creo que se lo diga a tu madre. —sonreí para mi misma. Agarré mi móvil y escribí al número de Evan que me disculpaba por lo de hace unos días y que consideraría ese descanso del trabajo.

Dejé las carpetas en la mesa y preferí ir a la cocina para prepararme otro bocadillo y también uno para él ya que se encargaría de todo el trabajo que tenía planeado hacer esa tarde. Busqué una caja de Waffles en el refrigerador y puse dos en la tostadora, pensé en acompañarlo con un poco de fruta y té Early Gray, me paré de puntillas para alcanzar una cajita nueva de la repisa cuando me detuve en seco por un desgarre repentino que inició desde mi vientre hasta mis rodillas, la sensación que llegó después de eso fue un inconcebible dolor, la piel me ardió debajo, casi como si me hubieran cortado en dos con un punzante cuchillo al rojo vivo, abrí la boca para decir algo pero apenas cuando pronuncié un ruido de dolor, llegó una explosión que me desgarró por dentro, arrastrando mi piel hacia abajo tan fuerte que me tuve que agachar para detenerlo.

De entre mis piernas se escurrió un líquido pero esté era espeso, no quise bajar la mirada porque en mí quedaba que eso no era normal; respiré tan rápido, rezando y suplicando que no fuera lo que yo creía, lloré en silencio mientras todo esto pasaba a espaldas de Dave. Sentía los latidos de mi corazón en la garganta, clavando mis uñas a la madera de la barra, sosteniéndome lo más que pude porque cada movimiento, incluso cada inhalación era experimentar un sofocante dolor que me dejaba muda, me aplastaba dejándome encorvada cada vez más.

Y entonces de la nada y entre el silencio de mi agonía, escuchamos aquel sonido y yo sentí como la fuente salía disparada y mojaba el piso y mis piernas, dejando un charco de un color rosado que se fue tiñendo a carmesí, ahí supe que ese líquido anterior y espeso era sangre. Dave se giró de inmediato, en cuanto vio la escena, saltó de la silla, su mandíbula desencajada y el terror junto con el sufrimiento que cargaban sus ojos desorbitados me confirmó que esto no iba a salir bien, ni que tampoco había esperanzas de que pudiera ser así.

Lo supe, en cuanto busqué entre el dolor insoportable de mi cuerpo alguna señal de que el bebé estuviera bien, que estaba ahí conmigo, aunque fuera entre esta tortura que me partía en dos, pero no había nada, ni una respuesta, ni un movimiento, como si no estuviera ahí y no sintiera mi frenética histeria de haberlo perdido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro