C13
Evan POV
Su departamento era solo un poco más pequeño que el mío, pero era a considerar un espacio grande para alguien que vivía sola, estaba muy ordenado, no tenía tantas cosas como creí desde el principio, tenía solo lo esencial en la sala, una pequeña mesa de centro de cristal, un librero pequeño que tenía saturado que tuvo que poner algunos libros arriba de este, algunas plantas artificiales solo para llenar espacios y varios recuadros con fotografías de ella en la pared, por lo que alcancé a ver, eran de viajes familiares.
Tenía tres sofás que se veían bastante cómodos, diría que hasta parecían nuevos, lo cual me pareció demasiado raro, ¿los habría comprado recién, o es que acaso no iba mucha gente a visitarla? Me senté en el más grande y ella se fue a la cocina, que quedaba frente al comedor, así que podía ver todo lo que hacía desde dónde yo estaba.
—¿Deseas el café con una clase de leche en especial? —me preguntó al abrir el refrigerador, alzó la cabeza para alcanzar a verme.
Rompió mi concentración, estaba viendo una fotografía suya que tomé de la mesita de centro, era cuando se había graduado de la universidad, se veía con sus padres y ella llevaba puesto el birrete y la toga, su pelo cobrizo estaba más corto y su apariencia era mucho más infantil.
—No, cualquiera que tengas esta bien para mí —respondí con cierto nerviosismo, temí que me descubriera viendo fotografías suyas.
Escuché que sacaba cosas de un cajón, me pareció que eran los cubiertos, tenía la intención de ir a ayudarla, pero cuando me dispuse a levantarme, ella ya traía la bandeja con el café directo hacia la mesita.
Me sonrió cuando la ayudé a acomodar todo.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —me preguntó con cierta reserva, pero duda al mismo tiempo.
Sus ojos grises, tan firmes y curiosos intensificaron su brillo cuando yo no hice más que mirarla, tratando de descifrar que era lo que la tenía tan interesada. Se había sentado a mi lado, lo cual, no me dejaba con muchas posibilidades de poder huir del creciente nerviosismo que estaba invadiéndome poco a poco.
—Sí, claro, adelante. —respondí, tratando de ocultar mi incertidumbre, al menos mi voz no tembló para nada, eso fue beneficioso para mí.
—Bueno, solo tengo una duda, no es nada malo, ni tampoco estás obligado a responder si no quieres, pero, ¿estás tratando de evitar llegar a tu casa?
No quería que el pánico de ser descubierto me delatara, mantuve mi rostro tan neutro como pude y fingí que la pregunta solo me había parecido un poco extraña.
—Solo quería darme un tiempo para mí, hay veces en las que me gustaría salir del trabajo e ir a comer o charlar con alguien. Es obvio que no tengo amigos en el trabajo.
—Sí tu quieres, yo puedo ser tu amiga —añadió con cierta vacilación, bajó la mirada otra vez y se acomodó el pelo detrás de la oreja, prefirió beber de la taza para tapar un poco la coloración rojiza en sus mejillas.
Le devolví la sonrisa, me gustaba oír eso, me hacía sentir bastante tranquilo y aliviado.
—Sí, claro que me gustaría, justo ahora es lo que necesito.
El brillo en sus ojos al escucharme se volvió algo peculiar y encantador, esperaba no sentir nada, pero volví a equivocarme, lo que producía en mí era una sensación muy inusual, podría tal vez compararlo con una clase de cariño y aprecio, pero también algo más que no descifré con exactitud.
—Yo tampoco tengo muchos amigos, creerás que soy un poco selectiva, así que suelo perder amigos, pero también ganar unos muy buenos.
—¿Te cuesta hacer amigos?
Admitió con una sonrisita.
—Sí, un poco, hay pocos amigos que han venido a mi departamento, suelo enfocarme mucho en el trabajo y en mi familia.
—Entonces nos llevaremos muy bien —coincidí con una sonrisa también —Tampoco es fácil para mí. No pienses mal, pero, pensé que tendrías muchos amigos.
Se carcajeó un poco, se cruzó de piernas e inclinó solo un poco su rostro hacia a mí, un poco intrigada, a este punto, no tenía miedo de sus acercamientos, estaba seguro de que ella no cometería algún error, la confianza que tenía hacia ella era impresionante.
—Siempre suelen decirme eso, pero no, supongo que decepciono a algunos cuando les digo la verdad. Creo que a muchos no les agrada como soy, no soy de quedarme callada, siempre digo lo que pienso y lo que siento, a la gente no le gusta la honestidad, la consideran brutal. —me explicó con mucha naturalidad —Y yo respeto eso, nadie quiere a alguien brutalmente honesto.
—La honestidad ahorra muchas cosas, sobre todo tiempo, ¿Quién no quisiera que las cosas fueran claras? Lo peor que puedes hacer es engañar a los demás y a ti mismo—fue ahí donde imagine lo mío con Amber, pensé en las veces en que la honestidad no había sido nuestro fuerte, como ahora, quizá si ella no se hubiera mentido a si misma con lo de Dave e Ivy y sus sentimientos por mí que cambiaron, si hubiera dicho algo no estaríamos queriendo huir uno del otro.
—Y supongo que no te importaría que yo fuera honesta contigo. —inquirió
Esperé a poder responder, nos miramos unos segundos, parecieron eternos, no sabía si porque repetía la respuesta en mi cabeza o si ella ya la sabía.
—No me importaría, justo ahora busco quien sea honesto conmigo.
Quería que lo supiera, de repente desee contárselo todo, porque estaba harto y cansado de llevar toda la frustración encima de mis hombros, ella no me juzgaría, o si lo hacía al menos podría darme cuenta de que no estaba siendo hipócrita conmigo; ella esperaba que se lo contara, la razón de estar ahí sentado en la sala de su departamento jamás se trató de sexo, fue de ganar mi confianza.
—Puedes contármelo, si quieres —me ofreció con mucha amabilidad, empecé a creer que percibía todo en mí con tan solo mirarme a los ojos, como si leyera lo que pasaba por mi cabeza.
—Si, si quiero —susurré con cierta culpa y vergüenza, me era difícil empezar —¿Tienes tiempo? Solo quiero que alguien me escuche y tal vez pueda darme un consejo.
Ella me regaló una sonrisa tierna, cálida, verla me había dado otra vez esa sensación de alivio y confort
—Para eso estamos aquí —repuso, tocando mi rodilla en un toque suave. —¿Pensaste que no lo notaria? Sé cuándo la gente necesita hablar, eres fácil de leer, Evan, eres como un libro abierto.
—¿Y eso es malo?
—No, al contrario —me explicó con tono conciliador —Me ayuda a entenderte mucho mejor.
Me contempló con unos ojos que reflejaban una comprensión tan real que la idea de contarle todo no me iba a costar ningún esfuerzo, porque la confianza que me producía estar con ella hacía que todo resultara sencillo.
Amber POV
Vi de reojo hacia el reloj de pared, marcaba las diez de la noche, apenas me di cuenta que había estado más de seis horas en el estudio trabajando, tomando las fotos que Meghan me estaba pidiendo para enviarlas a varias casas de modas prestigiosas de las que me había hablado; ella quería que intentara otra cosa diferente, algo que se saliera de mi zona de confort, nunca había trabajado para otras personas, para ser más exactos, nunca le tomé a fotos a nadie de manera profesional. Intentamos hacer un catálogo con varias personas, en este caso, varios modelos, trabajé con dos mujeres y un hombre, quien resultó ser Dave.
Trabajar con él fue muy divertido y sencillo, creo que el hecho de conocernos pudo haber influido mucho y sentirse bastante cómodo, no le costaba nada una buena pose o un buen ángulo, el resultado fue mejor de lo que esperaba.
—Quedaran increíbles cuando terminé de editarlas —repuse con evidente orgullo, estaba complacida de todo este tiempo invertido —Hiciste un gran trabajo, muchas gracias por ofrecerte.
—No agradezcas, acepté mucho antes de que mi madre me lo hubiera pedido —curvó sus labios hacia arriba en una sonrisa divertida —De verdad esperaba que finalmente pudieras animarte a este cambio, es muy sencillo posar frente a tu cámara.
Traté de que mis mejillas no ruborizaran ante ese halago.
—Es fácil fotografiarte, y se entiende por todo el tiempo que pasaste como modelo. Quizá debería contratarte para mis prácticas, tu estilo también es muy interesante, ¿Te interesaría?
Se sorprendió solo un poco, quise creer que mi ofrecimiento no era extraño para él, porque pudo haberlo considerado mucho antes de mi oferta.
—Yo estaría encantado de serlo, tal vez con esta oferta mi padre podrá dejarme en paz —exhaló con fuerza, a juzgar por el tono de impaciencia del final, me di cuenta que los problemas con su padre no terminaban.
Se quitó la chamarra de cuero que había usado en la sesión y la dobló por su cuenta, tenía la cabeza y los ojos hacia abajo, lo que me impedía leerle el semblante, aunque no era difícil adivinar que reflejaba.
—¿Sigue insistiendo para que regreses a Londres?
Levantó la cabeza y en sus ojos me di cuenta de que sus esperanzas se desmoronaban, sus facciones estaban tensas, nunca lo había visto con ese nivel de frustración en la cara, era un problema que le pesaba, pero trató varias veces de quitárselo de encima al regresarme la mirada, no le gustaba que lo viera así.
—Dice que se lo prometí, pero no quiero regresar, estoy feliz de ayudar a mi madre, así al menos no estoy todo el tiempo en esas reuniones y eventos en los que esta mi padre, sé que debo volver, pero...—sacudió la cabeza, apretándose los labios, subiendo el nivel de su frustración —No puedo, quiero quedarme y ayudarte a ti también.
Su preocupación de repente también se convirtió en la mía, fue extraño, me dolía verlo tan angustiado por quedarse y entonces caía en la cuenta de que mi preocupación se debía a la urgencia para que el se quedara conmigo, era una necesidad grande, casi vital para mí; estos días nos habíamos complementado muy bien en el trabajo, él me entendía, sabía lo que quería y lo importante que era este sueño para mí, no pude haber escogido un mejor compañero para esta aventura.
—Te diría que te fueras y no te preocuparas por mí, pero te mentiría —le expliqué con voz baja, me avergonzaba un poco tener que decírselo, pero perdí el miedo a ser honesta con él de un segundo a otro —Si quiero que te quedes, me harías mucha falta y quiero que lo sepas.
La tensión que estaba en su rostro, se fue desvaneciendo poco a poco, nos miramos mutuamente unos segundos, me gustaba cuando me sostenía la mirada, quedarme enganchada en sus ojos me resultaba tan placentero, aunque fuera por poco tiempo, pues desvió la mirada, un poco tímido.
—También te mentiría si te dijera que no quiero irme por el trabajo, lo hago por ti más que nada, no quiero dejarte y consideré una idea... —se comportó algo vacilante, supe que a continuación iba a decirme algo difícil.—Sí tal vez, querrías ir conmigo a Londres, sé que suena demasiado exagerado y loco porque aún debes resolver cosas aquí en París, con el asunto de Evan e Ivy. No te presiono a que aceptes, solo te ofrezco esta alternativa, por si quieres alejarte un poco de todo y puedas descansar.
Caminé hacia un pequeño sofá que estaba en el rincón, me dejé caer con los brazos puestos en mi estómago, empecé a sentir un pequeño nudo, pero nada que me molestara mucho, me quedé analizando lo que me dijo, con una mirada ausente, lo único que tenía en la cabeza era a mi misma en Londres, yendo de un lado a otro con Dave como mi acompañante, y la idea no me pareció descabellada, comenzó a gustarme.
—No es algo que debas responder ahora...
—Lo sé —lo interrumpí antes de que se siguiera lamentando —No es que la idea me desagrade, es todo lo contrario, me parece excelente, necesito pasar un tiempo lejos de aquí.
Se arrodilló y titubeó un poco al tocarme la rodilla, solo así pude responder a su mirada.
—Yo quiero que vayas conmigo, si crees que te hará bien entonces no tengo ningún problema con eso, pero no podré llevarte hasta que no arregles las cosas que vas a dejar aquí.
Suspiré, entonces me di cuenta que su compromiso no solo era conmigo, también con Evan, no quería que yo dejara todo a la deriva, sin haberle dado un cierre; se le podía notar porque me seguía viendo con bastante concentración y firmeza, no me lo decía de forma directa, pero daba entender aquello.
—Claro que no, sé que debo arreglarlo todo, aún no decidimos dónde ni cuando vamos a enterrar a Ivy, sospecho que será aquí pero no lo sé —hui un poco de su mirada, eso era lo que me tenía ansiosa, la falta de comunicación entre Evan y yo se estaba deteriorando —En cuanto lo arregle, quiero irme contigo.
Le devolví la mirada y él estaba ahí de nuevo, con esa firmeza y concentración, solo que ahora sus ojos eran mas sobrecogedores, suaves y llenos de compasión.
—Desde luego que no me iría sin ti, los dos somos un gran equipo y me lamentaría no poder llevarte.
Sin dejar de mirarlo a los ojos, me atreví a preguntarle algo que durante ya un tiempo me seguía.
—Sé que serás honesto si te pregunto esto, me daré cuenta si solo respondes para no hacerme sentir mal —cuando dije lo último, se quedó inmediatamente quieto, carraspeé, optando un tono de voz normal —¿Por qué siempre que me tocas, tienes que mantener un espacio? ¿Te incomoda todavía que las cosas con Evan no estén resueltas?
De repente, su mano que apenas tenía sobre mi rodilla, pesó una tonelada, tenía el presentimiento de que quería quitarla de ahí, pero no iba a hacerlo, no iba a lastimar mis sentimientos. Reprimió una sonrisa, pero no de alegría, era más bien como de nervio y su frente se pobló de pequeñas arrugas de preocupación cuando frunció ligeramente el ceño.
—Sí, perdón si te hice sentir incomoda, no era mi intención, solo quiero que las cosas terminen bien, Amber. No quisiera problemas entre tu y Evan, por mi culpa.
—No estoy casada con él o algo parecido —insistí con la voz un poco más elevada de lo normal, quizá hasta algo molesta. —No es mi dueño, aún sigo viviendo con él, pero no tienes por qué pensar que estás robándome como si yo fuera de su propiedad. Yo me las arreglaré para hablar con Evan y terminar en buenos términos.
—Ya bastante ha pasado —admitió casi con voz baja, casi para sí mismo, pero aun así lo escuche —No creo que se merezca esto.
Suspiró y después guardó silencio, bajando sus ojos hacia el suelo; no me gustó para nada la sensación de incomodidad en el ambiente, me hizo estremecer un poco, fue como si ese silencio hubiera puesto un muro entre los dos.
Lo tomé de la mano y lo invité a sentarse a mi lado, no logré que pudiera verme a los ojos, aunque intentaba que lo hiciera, llegué a la conclusión de que si deseaba que Dave pudiera entregarse a esta aventura conmigo, debía acabar con lo de Evan cuanto antes.
Traté de dejarle en claro otra vez la situación entre Evan y yo, eligiendo bien las palabras.
—Las cosas entre Evan y yo acabaron, si he de confesarte algo, supongo que la mayoría de eso fue por mí —al recordar eso, se me hizo un nudo en la garganta, ahora fui yo la que no pude verlo a los ojos y el de inmediato posó los suyos en mi rostro. —Ivy no estaba en mis planes, un bebé no era lo que necesitaba en ese entonces y lo sabes bien, pero Evan en algunos momentos me convencía de lo contrario, incluso creo que lo hizo, pero no al cien por ciento. Pensaras que soy una horrible persona por lo que te dije, pero a pesar de eso, al final de verdad llegué a amar a mi hija, decidí que si esto había pasado era por una razón y lo acepté, era un bebé mío y de Evan, fue algo hermoso, pero hubiera querido esperar mucho más para tenerlo.
Fue extraño, incluso de reojo vi como las facciones de Dave se crispaban en un gesto de confusión cuando yo sonreí ante varios recuerdos agradables, los que me habían llevado ahí y me trajeron a Dave.
—Gracias a él estoy aquí, le estoy muy agradecida por eso y si no hubiera venido, no te hubiera conocido —me volví para encararlo y me devolvió la pequeña sonrisa que le estaba mostrando, y aun a pesar de esa pequeña sonrisa, al verlo, la respuesta de mi corazón fue desembocar una serie de latidos estrepitosos que me era imposible frenar, aunque lo intentara. Me deslicé aun más a su lado y recargué mi cabeza sobre su hombro, sintiendo el dolor de mi pecho que tanto adoraba, eran los latidos que apenas me dejaban respirar. —¿No te parece extraño? A veces no tienes idea que de repente una persona te lleva directo hacia otra, Evan me llevó hacia ti sin querer, a veces siento que no encontraré la manera de agradecérselo.
Me tomó por sorpresa cuando puso su mano sobre mi rodilla, desee que no se hubiera dado cuenta que me había quedado quieta por unos segundos, guardando mi grito interno en ese silencio a causa de su toque. Su contacto sobre mí o cualquier acercamiento entre él y yo, producía una reacción que no podía parar, se abría una caja de pandora, dónde lo que saliera de ella, era simplemente desconocido.
Justo ahora, me desconocía, abalanzarme sobre él era una exageración, pero lo deseaba tanto que en esa cuestión no iba a engañarme jamás, lo quería en serio.
—¿Puedo hacerte otra pregunta? —dije, tras un instante de silencio.
Recargó su cabeza sobre la mía, volvía a sentirme amenazada por esa necesidad que exigía un acercamiento hacia Dave que fuera más satisfactorio.
—Por supuesto.
—Sé que me pediste tiempo, aún no superas lo de...—hice una pausa, no quería tocar ese tema delicado, incluso quería ver su rostro, solo para saber si no había arruinado su humor —Y lo entiendo, todavía falta superarlo, tampoco será sencillo para mí con todo lo que he pasado aquí, pero, solo quería saber si, ¿Me darás la oportunidad de intentarlo? De querer intentarlo conmigo.
Agachó la cabeza para encontrarse conmigo, para ese momento el rojo de mis mejillas que sentía como un hormigueo, se extendió por toda mi cara y esbozó una sonrisa dulce.
—Me agradaste mucho desde la primera vez que te conocí, incluso te llegue a apreciar a un nivel más allá profesional, me he dado cuenta que no he forzado nada, las cosas pasaron por si solas y aunque al principio me negué a aceptarlo por ti y Evan, ahora, lo único que quiero es averiguar a dónde nos llevará esto, y tú conmigo a mi lado. Quiero vivir esta aventura contigo, Amber, sé que será maravillosa.
Me rodeó los hombros con un brazo y me apegó a su costado, dejé que mi cuerpo se aflojara para que no intentara alejarme de él, disfrutaba tanto de este contacto que imaginé las veces que esto podría repetirse en cuanto pudiéramos disfrutar de nuestra aventura, viviríamos este tipo de momentos cada vez más seguidos, y entendí que esto era lo que quería, pasar días y noches junto a Dave, porque aunque alguna vez viví lo que era amor desesperado gracias a Evan, ahora sabía lo que era necesitar de un amor paciente y honesto como el de Dave.
(...)
Llegué a casa alrededor de las once, traté de no hacer demasiado ruido, pero escuché el sonido de la televisión en la estancia, así que caminé con sigilo hacia la habitación, estaba segura de que Evan sabía que ya había llegado, por lo que cuando crucé la estancia, él se percató de eso. Nuestros ojos se encontraron unos segundos, no pude evitar quedarme paralizada ante sus ojos verdes bastante penetrantes.
Inhale aire, le había estado vueltas a esto durante todo el camino, era hora de hablar y decidir por el bien de los dos que iba a pasar ahora en adelante, ya no podíamos vivir de esta manera.
—¿Tienes un momento? —intenté que mi voz transmitiera seguridad, y así fue por suerte.
La tranquilidad que expresé, hizo que Evan se mostrara accesible, no quería empezar nuestra charla con una discusión con reclamos, por lo que solo diría lo que tenía que decirle para no seguir causando más incomodidad entre los dos.
—Claro—me aseguró con seriedad, a juzgar por su expresión, empezó a sentirse un poco nervioso, bajó el volumen de la televisión casi dejándolo en silencio.
Me senté en el otro extremo del sofá y él en el otro, por lo que una distancia de casi un metro y medio nos separaba, estaba segura de que él no iba a querer que yo siguiera dándole vueltas al asunto y empecé lo más pronto posible.
Lo contemplé un momento, en lo que él tomaba valor para escucharme y empecé a sentir una tremenda nostalgia, porque era como si estuviera despidiéndome no solo de Evan, también de esos años que vivimos juntos, de una parte de mí, de Ivy por supuesto y de los fragmentos de una Amber cegada por un amor que al principio la lastimó tanto, haciéndola implorar la muerte en esa ocasión. ¿Lo extrañaría? ¿Volvería a extrañar ver esos ojos verdes ardientes adueñarse de mi primera sonrisa por la mañana? ¿Sentir sus abrazos como un remedio infalible para el miedo o el dolor, su voz como un arrullo para mis noches de insomnio? ¿Y sus caricias suaves y cálidas por mi rostro y mi cuerpo como un consuelo ante mis tristezas? De repente, saber que perdería eso, me hizo retroceder un poco y considerar si había una opción...
Pero no lo había, porque nada de eso era mío ahora, Evan se había ido, yo lo había alejado y él tiempo haría lo suyo, lo haría desaparecer de eso estaba segura, no serviría de nada quedarse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro