Extra 4. Miedo al primer encuentro
Logan
Solo unos minutos...
Solo faltaban unos minutos para llegar a San Francisco.
Y si tenía que ser sincero, estaba muy nervioso, la valentía que había reunido a salir de la casa de Elisabeth se había apagado poco a poco y no podía dejar temblar y al parecer la pobre señora sentada a mi lado lo había notado, porque no dejaba de echarme miradas extrañas cada cierto tiempo.
Pero no podía evitarlo, saber que vería a mi padre me ponía los nervios de punta. ¿Qué se supone que le diría? Mi mente estaba en blanco por completo.
Desde horas atrás, cuando tome el autobús que me llevaría a San Francisco—que por cierto no fue nada fácil por las fechas—me la pase planeando algún discurso para decirle a mi padre, pero...
—¡Hemos llegado! ¡Bienvenidos a San Francisco!—grito el chófer.
No sabía que mierda le diría.
Las personas comenzaron a levantarse y salir del autobús y la señora que estaba a mi lado suspiro de alivio, acto que me ofendió ¿Tan mal me veía? Yo salí después de unos segundos y el frio azotó por completo mi cuerpo, lleve ambos brazos a mis costados tratando de entrar en calor, había sido algo estúpido al no traer algo más que una camisa de manga larga encima al salir del pueblo. Pero tenía algo de prisa y tomar un abrigo fue lo último que pensé.
Ajuste más mi mochila y comencé a caminar, había pocas personas alrededor, solo unos cuantos que venían a recoger a sus seres queridos, y eso era algo lógico. Era la mañana de navidad, todo el mundo seguro estaba en sus hogares, disfrutando con su familia. Aún así salí de la estación y busque un taxi alrededor que pudiera llevarme al restaurante, tarde un poco en encontar alguno que estuviera en servicio, pero lo encontré. Y el hombre que conducía era muy simpático, de hecho trato de crear una charla conmigo varias veces, pero yo estaba muy nervioso como para poder contestarle, el pareció notarlo y ya no trato de crear una conversación, se limito a poner música en la radio y seguir el resto del camino en silencio.
Unos minutos después el taxi se detuvo y mi corazón comenzó a bombear tan rápido que pensé que en cualquier momento podría tener un ataque cardíaco.
—Ya llegamos jovencito—anuncio.
Levanté mi cabeza y voltee a ver hacia la ventana.
Era cierto habíamos llegado, el restaurante"Royal" estaba frente a mi, sabía que tenía que bajarme y enfrentar lo que me esperaba, pero justo ahora mi cuerpo no me respondía, me quedé sentado estrujando el asiento del taxi.
—Oye jovencito ¿Te sientes bien?
—No—dije sincero—Siento que en cualquier momento podría vomitar.
—¿Quieres algunos dulces? Las náuseas se irán si comes alguno.
—No gracias señor...solo deme unos momentos y bajaré, se que seguro tiene más trabajo.
—No te preocupes niño, no tengo nada mejor que hacer.
—¿Enserio? ¿No tiene que ir con su familia? Es Navidad, tendría que pasarla con ellos.
—No tengo familia niño, mi esposa falleció hace ya unos años y no tengo hijos.
—Lo siento yo...
—No te disculpes—me interrumpió—No me molesta hablar sobre el tema, mi esposa fue la mejor mujer que he conocí.
—Pero aún así me siento a apenado.
—Pues no lo hagas—me dijo con una sonrisa—¿Y que haces aquí niño? ¿Ni deberías estar con tus padres?
—Pues justo ahora me reuniré con mi padre, pero estoy muy nervioso.
—¿Y eso porque?—pregunto curioso.
—No lo he visto en once años—masculle.
—¡Wow! Mucho tiempo para un padre y su hijo ¿No?
—Nuestra historia es complicada.
Solté un suspiro.
Vi de nuevo el restaurante a mi lado y trate de abrir la puerta del taxi, pero mi mano ni siquiera se movió, frustrado lleve mis mano a mi cabello desordenadolo. ¿Que me pasaba? ¿Porque no era capaz de abrir esa puerta, salir y hablar con el?
«Porque tienes miedo»
—Niño, ¿Sabes algo? No deberías de tener miedo, si yo tuviera un hijo y si han pasado once años desde la última vez que lo ví...te aseguro que estará muy feliz por verlo.
—¿De verdad lo cree?—pregunte dudoso.
—No solo creo, se que así sería—me dijo con una sonrisa.
Y esa sonrisa de aquel simple conductor, fue lo que necesite para tomar la fuerza que necesitaba. Abri la puerta y baje del taxi, acercándome hacia la ventana del hombre pegándole.
—Gracias por todo señor...
—Jack, dime solo Jack.
—Gracias por todo Jack, espero poder volver a encontrarlo.
—Yo también niño.
El hombre encendió el auto y desapareció de mi vista, dejando en mi pecho una agradable sensación.
Voltee hacia el restaurante, y aún con mis dudas encima, camine hacia el y entre. Era un restaurante bastante elegante, eso se notaba tan solo al entrar, había muchas personas con trajes y vestidos caros, por un momento me sentí mal de pisar la alfombra de ahí con mis zapatos desgastados.
Fui directo hacia el hombre que estaba en la entrada, y el al darse cuenta de mi presencia hizo una mueca de desagrado que pase por alto.
—¡Buenos días!
—La basura está en la parte de atrás niño, ya está lista puedes llevártela.
—No vengo eso señor, hay una reservación al nombre de mi padre.
El puso los ojos en blanco.
—¿Nombre de tu padre?
—Calvin Anson.
Los ojos del hombre se abrieron de manera exagerada y me dió una sonrisa nerviosa.
—Lo siento joven Anson, sígame por aquí.
El no me dió tiempo de replicar nada, comenzó a caminar y yo lo seguí, pasamos algunas cuantas mesas, dónde recibí las misas miradas de asco y desconcierto, pero las ignore. Llegamos a una mesa y el hombre me dejó ahí solo, ofreciendome la carta pero la rechace, no creía que algo de comida fuera a pasar de mi garganta.
Me dedique a esperar.
Esperar.
Esperar.
Y esperar.
Cuando ya había pasado al menos un hora y media desde que había llegado, pero mi padre no aparecía. Y comencé a asustarme de verdad, ¿El no vendría? Si era así ¿Que haría yo? El dinero que el había enviado solo me ayudaría durante unos días, pero luego tendría que ver cómo saldría adelante.
«¿Que harás? No tienes dinero, no tienes donde quedarte»
Las palabras de mi madre retumban en mi cabeza, ella tenía razón, no tenía a dónde ir...y si mi padre no aparecía era solo por una cosa. Mi madre tenía razón y el de verdad nunca me había amado, venir aqui solo había Sido un desperdicio de tiempo. Y algo era seguro, no me quedaría aquí a seguir siendo la burla de el.
Me levanté y tome mi mochila y fue cuando lo escuché.
—Logan...
Me quedé de piedra al escuchar su voz, aquella que había escuchado por última vez hace tantos años y que pensé que casi había olvidado, tan solo voltee un poco para poder verlo y confirme que estaba ahí. Su cabello castaño bien peinado, con su habitual traje con el que siempre se vestía y sobre todo esos ojos esmeraldas que había heredado de el, estaban cristalinos.
—¿Papá?
—Mi niño—dijo acercándose a mi, hasta llevar sus manos a mi rostro—Has crecido mucho, ahora eres igual de alto que yo.
—¿De verdad eres tú?—susurre, aún si creerlo.
—Si soy yo y está vez no dejaré que te alejen de mi.
Mi padre no espero mucho y me abrazo, pude sentir como sus lágrimas mojaban mi hombro, y yo hice lo mismo. Dejé caer aún lado mi mochila y abrace a mi padre con todas mis fuerzas, ocultando mi rostro en hombro, para poder llorar como nunca lo había hecho. En sus brazos volví a hacer aquel niño pequeño que extrañaba tener a su padre al lado, para apoyarlo, para pedirle un consejo o que simplemente le diera un abrazo y ahora lo tenía conmigo.
Ya no era solo un deseo.
Ahora eso era real, estaba abrazando a mi padre.
(...)
Habíamos salido del restaurante y ahora estaba siguiendo a mi padre a un pequeño parque que estaba cerca. El me había dado su abrigo al ver que no tenía conmigo algo con que cubrirme del frío, ninguno de los dos había dicho nada más desde lo que había pasado en el restaurante. Era como que los dos aún no creíamos que estábamos frente al otro, y la verdad yo no sabía que más decir o hacer.
No sabía ni por dónde empezar.
Y como si estuviera leyendo mi mente, mi padre comenzó a hablar.
—¿Cómo te va en la escuela? ¿Ya decidiste en que universidad quieres entrar?
—Aun no, ni siquiera se que estudiar.
—¿No hay algo que te guste en particular?
—Me gusta hacer esculturas, pero hace años que no práctico, además no soy bueno en lo demás que tenga que ver con el arte.
—Pero para eso estudiarias ¿No? Para poder aprender lo que no sabes del arte y mejorar tus habilidades en la escultura.
—Lo pensaré—murmure—Oye papá tengo algo que quiero preguntarte.
—Creo que ya se que es lo que me preguntarás, pero primero vamos a sentarnos.
Fuimos hacia unas bancas y nos sentamos ahí, nos quedamos un rato en silencio, hasta que tuve la valentía para poder hablar.
— ¿Porque no ir a buscarme y llevarme contigo?
—Lo hice, pero tu madre me amenazó con decirle al juez que llevaba nuestro caso que yo la maltrataba y eso haría que el decidirá que no tendría permitido verte—solto un suspiro—cuando se decido que tu madre tendría tu custodia y que solo te vería los fines de semana, acate la orden. Era mejor así que no poder verte nunca más, pero cuando fui a casa a buscarte, ustedes ya no estaban, ni tus cosas y tampoco las de tu madre, solo una carta donde decía que ella no permitirá que tú estuvieras con alguien como yo.
—Lo que ella me dijo...—masculle—Sobre que la habías engañado con otro hombre es ¿Cierto?
—No—contesto enseguida—Nunca engañe a tu madre, pero no negare que antes de conocerla a ella, tuve algunas relaciones tanto con chicos como chicas. Pero luego la conocí a ella y me enamore, pero en nuestro noviazgo me enteré sobre como ella sentía un odio extremo hacia las personas gay, lesbianas o bisexuales...así que le menti sobre mis pasadas relaciones. Le oculte la verdad para no perderla y fue lo peor que pude haber hecho.
—Pero ella me dijo que te había visto teniendo relaciones con ese chico.
—No fue así, en la empresa dónde trabajaba habia un chico que se "enamoro de mi" lo rechace muchas veces, pero ese día. El dijo que si no iba a corresponder sus sentimientos, que al menos pasará una noche con el, y para cuando me di cuenta el estaba encima de mi besándome y había roto mi camisa y luego tu madre llegó...y todo termino mal.
Asentí.
—¿Cómo fueron estos años con tu madre?—pregunto.
—Si te digo la verdad, todos fue un infierno. Luego de irnos del pueblo ella cambio mucho, se conseguía novios cada cierto tiempo, comenzó a beber y...—me quedó callado solo por unos segundos, tratando de quitar el nudo en mi garganta—ella se encargó de hacerme entender que yo nunca debía de amar a alguien más que no fuera una chica. Me lo inculcó de una manera que hizo que me lo creyera.
—¿Acaso ella te... golpeó?—pregunto incrédulo.
—No solo eso, me insultaba, golpeaba y maltrataba, si hacia algo que para ella no fuera lo correcto, sabía cuál sería mi castigo, ¿Pero que podía hacer? Era mi madre y era la única persona que tenía en el mundo. Además ella me hizo creer que nunca me amaste y que yo solo fue el resultado de un matrimonio forzado.
—No me lo puedo creer—masculló—Nuna pensé que ella fuera capaz de tantas cosas.
—Papá...¿Tu volviste a casarte?
El dudo un momento, pero termino asintiendo.
—Me case de nuevo hace cinco años, mi esposo se llama Robert.
—¿Te casaste con un hombre?
—Si, ¿Tu...te sientes incomodo con ello?
—No—conteste—No me incomoda para nada. ¿Y tienes más hijos?
—Dejame decirte que eres un hermano mayor de tres pequeños.
—Me alegra saber que pudiste rehacer tu vida—dije sincero.
—Pues a mi no, amo a Robert y a tus hermanos, pero todos estos años. Siempre faltaste tu mi pequeño, todos los años, te recordaba, y me preguntaba cómo estarías o si me necesitabas. Si al menos me recordabas.
—¿Cómo podría olvidarte? Cada año de mi vida deseaba que estuvieras a mi lado, que aparecieras en la puerta de mi casa y me llevarás a tu lado...—mis ojos picaban por la lágrimas que amenazaban con salir—A pesar de las palabras de mi madre, yo solo pensaba en como se sentiría poder abrazarte una vez más por ti.
—Ya no tienes que preguntarte eso Logan—dijo el abrazándome—Nunca más te faltará un abrazo mío.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo mi pequeño.
Ahora estaba seguro.
Lo presentía desde el fondo de mi corazón.
Ya no tendría más dolor en mi vida.
Esperaba que con mi padre las heridas hechas por mi madre sanarán, y que me cambiarán para ser una buena persona, digna del corazón que destroce.
Thomas...
Se que te hice daño, se que eso no cambiará, pero dame solo un poco de tiempo y prometo que cambiaré, porque cuando nos volvamos a ver, porque se que lo haremos, regresaré a reparar tu corazón el mismo que yo destruí y está vez podré sostener tu mano sin ningún miedo.
Solo espero que no se muy tarde para ello.
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Ahora sí! La historia oficialmente está terminada, muchas gracias de nuevo a todos lo que le dieron una oportunidad.
Además esperando que les haya gustado los extras y que haya aclarado algunas dudas ur habían quedado sobre la historia.
Y para que estén al pendiente, le di miércoles estaré subiendo el prólogo del segundo libro y solo espero que no quieran matarme.
¡Solo eso diré!
Les mando muchos abrazos y besos
Atte 🖤 FerLemuz 🖤
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