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CAPITULO XV

Falta poco para llegar a donde se encuentra Logan y no he parado de hacerme ideas horrendas en la cabeza, pensando en todas las posibilidades de que le haya pasado algo malo. La zona donde entré hace menos de veinte minutos está muy abandonada y me pregunto si es así por la hora, o será así de solitaria durante todo el día.

«¿Por qué siempre escoges estos lugares tan complicados para perderte? ¿Eh, Logan?».

Conduzco unos minutos más y el GPS me indica que he llegado a mi destino. Observo qué es lo que hay fuera desde la ventana del auto —el lugar no me da tan buena espina como para bajar e inspeccionar— y busco a Logan por los alrededores.

No obtengo ninguna señal de él, así que decidí conducir un poco más cerca del lugar donde se supone que estaría él. ¿Le habrá pasado algo? No lo veo por ningún lado y tardé más de una hora en poder llegar aquí. ¿Estará en peligro de verdad?

«No seas negativo Thomas».

Tomo mi celular, le marco a Logan y espero que conteste al primer tono, y afortunadamente lo hace.

—¿Quién es?

—¡Logan soy Thomas! ¿Dónde estás?

—¿Thomaaas? Yo no conozco a ningún Thomaaas.

—Pero si llevamos casi tres meses de... —Bien, es hora de calmarme y recordar que él está borracho—. Soy capucha.

—¡Capushaaa! —grita él emocionado, logrando reventar mi tímpano—. ¿Dónde estáaas? Estoy esperando por ti pa' seguir bebiendo juntos.

—Llegué a la dirección que me diste, pero no te veo por ningún lado.

—Ahhh sí eso, se me acabó el alcohol y salí a buscar más, pero creo que me perdí.

Él comienza a reír como si hubiera dicho lo más gracioso del mundo y mi estrés sube a otro nivel más intenso que el de antes.

—Logan, dime dónde estás —le ordeno.

—Estoy... estoy... no lo sé, todo está oscuro... —Sonidos raros comienzan a escucharse de fondo y logran preocuparme más—. ¡Alejate de mí hijo de puta, ni siquiera te atrevas a tocarme!

—¿Logan?

—Capucha te llamo después, tengo que encargarme de unos asuntos ahora.

—¡No, antes dime dónde...!

La línea se corta y lanzo mi celular sobre el tablero con frustración, recuesto mi cabeza sobre el volante y el claxon comienza a sonar sin que me importe mucho. Me levanto y le doy algunos golpes para intentar calmar la furia dentro de mí. Tomo de nuevo mi teléfono y llamo a Logan, pero él no contesta.

«Genial, ahora estoy realmente preocupado».

Decido seguir conduciendo por la zona y esperando que con un poco de suerte pueda encontrarlo. Paso frente aun callejón y un fuerte estruendo logra captar mi atención. Pensé seguir avanzando, pero el grito que vino después del golpe fue el de Logan. No lo pienso mucho antes de entrar al oscuro callejón, y lo primero que logro ver es a tres personas siendo deslumbradas por los brillantes focos de mi auto.

—¡Eh tú! ¡Apaga esas malditas luces!

Ignoro al tipo y trato de visualizar mejor la situación que hay frente a mí —ya que las luces tampoco me dejan ver muy bien—. Tres hombres, uno de ellos cerca del auto intentando ver mi rostro —cosa que no le permito—, otro detrás de él sosteniendo a una persona herida, con la sangre goteando de sus manos. Me asusta mucho pensar que la persona que tiene sostenida por el cuello pueda ser el chico que busco, y por mucho que intento ver si rostro no lo consigo.

«Cálmate, lo más probable es que no sea él».

Estoy a punto de poner el auto en marcha, pero volteo una última vez para observar la escena frente a mí, y es ahí cuando mi sangre se hiela por completo. La tercera persona por fin gira en mi dirección y me muestra sus ojos, dejándome paralizado con ese par de esmeraldas y la sangre oscura que las rodea.

Me quedo en shock total al ver a Logan herido, y él parece reconocerme ya que me da una pequeña sonrisa que no llega hasta el borde de sus mejillas. Logan comienza a murmurar algo y de sus labios logro leer un silencioso «no llores».

—¡Oye niño! —El tipo de antes se acerca a la ventana con una navaja en la mano—. ¡Baja del auto y dame las malditas llaves!

Me quedo congelado, contemplando la situación. Escapar sería fácil, solo tengo que arrancar el auto y conducir lo más rápido que pueda, pero Logan está mal herido y no puedo abandonarlo aquí, así que hago lo que el tipo me pidió. Tomo las llaves del auto y bajo lentamente para no causar algún escándalo.

—Muy bien niño, ahora camina hacia allá y pon las manos sobre tu cabeza, no quiero que intentes nada.

Hago lo que me dice, camino hacia una de las paredes del callejón, quedando justo frente al otro sujeto que aún tiene a Logan por el cuello.

—Ahora lanza la llaves a un lado. —Saco las llaves de mi bolsillo y luego las lanzo lejos de mí—. Está bien, ahora dame tu billetera y tu teléfono. Si cooperas conmigo no saldrás lastimado.

Hago lo que me pide, dejo en el suelo mis cosas y el tipo no tarda nada en acercarse y tomarlas. De reojo veo hacia donde está Logan y noto que también le están quitando sus cosas de valor.

—Bueno, mi compañero y yo no iremos. —Escucho algunos pasos detrás de mí y luego siento la fría cuchilla de la navaja en mi cuello—. No te voltees en ningún momento y todo estará bien.

Volteo un poco y no puedo evitar reír con algo de burla, algo que parece molestarle.

—¿Qué es tan gracioso mocoso?

—Nada, solo que tu intento de robo es tan ridículo que no pude evitar reírme.

—¡No sabes con quién te estás metiendo! —grita amenazante.

—No —murmuro—. Ustedes son los que no sabían con quién se estaban metiendo desde el principio.

Bajo las manos de mi cabeza y doy media vuelta, y el hombre detrás de mí no tiene el valor suficiente como para utilizar su navaja, así que me aprovecho de eso. Los miro a los tres, meto mis manos en los bolsillos de mis pantalones y les doy una mirada de aburrimiento.

—¿Qué crees que...? —le doy una patada en el estómago a mi agresor y lo dejo sin aire, y por suerte logro que suelte la navaja.

Pateo el arma lo más lejos que puedo, y es ahí cuando el otro tipo aprovecha y me golpea, haciendo que mi labio sangre. Él se me acerca nuevamente e intenta golpearme de nuevo, pero esta vez logro esquivarlo, tomo su puño con mi mano, le doy algunos golpes en el estómago y en la cara hasta dejarlo en el suelo.

El otro se acerca por atrás tratando de golpearme, pero me agacho y con una de mis piernas empujo las suyas y lo hago caer, me subo sobre él y le doy un golpe directo en la nariz. Me levanto rápido del suelo, observo como todos están en el suelo retorciéndose del dolor y me acerco a Logan.

La sangre cubre la mayor parte de su rostro y tiene golpes en todo lados. Tengo que llevarlo pronto a un hospital.

—¡Logan! ¿Puedes escucharme?

—Sí... capucha.

—No te duermas por favor, iremos al hospital lo más rápido posible.

Voy hacia donde están los tipos y reviso rápido sus bolsillos —siempre con precaución por si se ateven a hacer algo— y tomo mis cosas y las de Logan. Tomo a Logan de la espalda con cuidado y logro sentarlo sin hacerle daño, espero por un rato y luego paso mi brazo por su espalda y aplico un poco de fuerza sobre sus costillas.

—Me duele.

—Lo siento, pero tienes que aguantar un poco para levantarte y poder llevarte al auto.

Aplico la fuerza necesaria y levanto a Logan, él deja salir un grito de dolor en todo el proceso. Como puedo lo llevo hasta el auto y abro la puerta, acomodo a Logan en el asiento y arranco. Aunque estoy alterado por como está Logan me obligo a mantener la calma y a usar la cabeza.

—Thomas...

—¿Qué pasa Logan?

—Tengo mucha sed y me siento mareado. Quiero dormir...

—No lo hagas, falta poco para llegar al hospital.

—Pero quiero dormir...

—Háblame de algo que te guste o de algo bueno que te haya pasado en estos días.

—¿Algo que me guste? Pues tu sonrisa me encanta, por eso odio que le sonrías a alguien más como al estúpido del albino... —suelta él sin ni siquiera dudarlo y revolviendo mis entrañas en el proceso.

—¿Sí? ¿Qué más?

—Me gustaría dejar de tener miedo...

—Logan... ¡Logan!

Me desespero aún más al ver que el color está abandonando su rostro, el camino hacia el hospital se me hace eterno, no importa cuantos semáforos o cuantas curvas pasemos, parece que esto nunca va a terminar.

Después de lo que se sintió como una eternidad, logro ver el gran edificio del hospital a unos cuantos metros. Llegamos y estaciono el auto encima de la acera, abro la puerta y voy rápido hasta el lado de Logan. Su sangre terminó manchando el sillón y sigue corriendo desde su cabeza.

Ya que Logan sigue inconsciente me esfuerzo por no lastimarlo y cargarlo hasta la entrada del hospital. Comienzo a gritar por ayuda y algunas enfermeras se me acercan junto con un médico. Ponen a Logan sobre una camilla y se lo llevan de mi vista, yo trato de ir con él, pero una de las enfermeras me lo impide.

Me quedo en la sala de espera, observo mis manos y la sangre cubre algunas partes de mis palmas, las personas a mi alrededor me ven con pena, algunos son más respetuosos dejándome en paz y poniendo en su lugar a aquellos que no me quitan los ojos de encima.

En estos momentos lo único que puedo hacer es quedarme temblando por el miedo y aguantar la impotencia que está a punto de volverme loco.

No sé cuanto tiempo ha pasado desde que llegamos, pero lo único que quiero es que esa maldita puerta frente a mí se abra y me digan que Logan está bien, que nada malo le pasará.

Solo puedo pedir eso...

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