8. La vida es una perra.
-¿Me trajiste al sótano?
Al llegar a destino Halley arrugó la cara. Definitivamente ese no era el lugar que estaba pensando. Hay patios con árboles rodeando el recinto, y puede estar enrejado, pero por lo menos se puede tomar aire.
El lugar era a donde guardaban camillas y sillas de ruedas rotas, había cajas que eran para donación, y varios trajes de enfermeros viejos.
Jeremy aspiró el aire, Halley hizo lo mismo y se sorprendió de que no oliera a gato muerto. Es más, había bastante luz, como si hubiera una gran lámpara alumbrando todo.
-Antes, este lugar era una especie de manicomio. Aquí estaban a los que se trataban con sillas eléctricas y esas cosas antihumanas. Hasta que bueno, ya no lo fue más, y se convirtió en un hospital de acuerdo a las reglas. Pero esto se convirtió en un lugar a donde puedes dejar cosas olvidadas y rotas. Algo como yo.
Jeremy pensó que había dicho eso para sí mismo, pero Halley se lo quedó mirando. Por lo poco que lo conocía, sabía que era una de esas personas que la gente no olvida fácilmente, pero se autodenominó una persona rota. Eso es un mucho más serio de lo que pensó.
Halley empezó a inspeccionar el lugar, pensando que podía decir.
-¿Por eso es que te gusta? ¿Por qué sientes que encajas con las cosas olvidadas y rotas?
Jeremy la miró y asintió. Nunca antes había venido con alguien a este lugar. Lo había encontrado unas semanas después de su ingreso. Estaba yendo a su terapia cuando el ascensor se detuvo de repente y empezó a bajar a toda velocidad, el miedo que experimentó ese día no se compara con nada, pensó que iba a morir. Después de todo, era lo que quería. Pero no fue así. Por alguna razón se detuvo antes de tocar el suelo. El ascensor se detuvo en el lugar más recóndito de todo el hospital. De alguna forma, que el comprendía, se sentía a gusto estando ahí. Solo, con sus pensamientos, sin que ninguna enfermera lo mirara con deseo o con tristeza, sin sentir la soledad que lo abarcaba.
Pero había una razón por la que había traído a Halley a ese lugar, y era porque ya no quería estar solo.
-Pero hay un error en tu afinación con este lugar.-Procedió Halley.
Jeremy rió sin ganas.
-¿Ah sí? ¿Cuál?
-Tú no eres una cosa. Eres una persona, y aunque no lo creas, ninguna es olvidada, no del todo.-Halley levantó su mano y la dejó caer dándole un golpe a su pierna.- Rota... tal vez, todos nos rompemos en algún punto. Digo, mírame, mi vida era la más normal de todas y ahora estoy aquí contigo, con un chico que ni siquiera conozco del todo, en un sótano de un hospital. Así que las cosas pueden cambiar drásticamente de la noche a la mañana. Pero eso no quiere decir que estemos rotos para siempre.
Halley suspiró y no apartó la vista de los ojos de su compañero. Jeremy, en cambio, estaba alucinando. Por primera vez, después de mucho tiempo, se había quedado sin palabras. Él sabía a lo que Halley se refería. Su vida había cambiado de la noche a la mañana. Había tenido su primera cicatriz hace algunos años. Esa pérdida, fue la primera de unas cuantas causas que provocaron el principio de su ruptura.
Halley suspiró, sabiendo que había dejado al chico sin palabras, se acercó más.
-Acá es dónde dices algo predecible.
Quedaron frente a frente. Jeremy la miró achicando los ojos y ladeando la cabeza; estirando su mano agarró la de ella y la guio por el recinto hasta llegar a una gran cortina azul. Se podía ver una luz muy brillante, como si el sol mismo estuviera ahí escondido.
Jeremy sin soltarle la mano se posesionó detrás de ella y le susurró al oído:
-Cierra los ojos.
Halley sin chistar los hizo, no sabía que era, pero confiaba en él. Y en ese momento determinó que, no importa por cuanto tiempo conoces a una persona, tal vez nunca llegas a confiar en ella, como podes llegar a confiar en una persona que recién conoces.
Jeremy corrió la gran cortina y volvió a susurrar:
-Abre los ojos.
Tomando aire Halley abrió los ojos.
Un cuadro, eso es lo que hacía que la habitación sea tan luminosa. O eso creía ella. Halley se quedó viendo el cuadro por varios minutos, no podía articular palabra. Era bellísimo. La pintura mostraba uno de los paisajes más bellos, de uno de los países más bellos. Reino Unido. Era una de las playas, donde una muy linda y grande casa se veía, con el mar ante ella. Pero además de eso ella sabía que atrás del cuadro había otra cosa.
Jeremy se colocó al lado de ella y admiró el cuadro. No era la primera vez que lo veía, era su cuadro favorito en todo el mundo.
-Mi madre lo pintó para mí cuando cumplí diez años.-Halley lo miró sorprendida.- Es una casa que tenemos desde que tengo memoria, es uno de mis lugares favoritos. Pienso ir a vivir allí cuando salga, si es que mi padre no vendió el lugar.
-¿Tu madre es pintora?
-Lo era. Y una muy buena.
Halley se sorprendió aún más. No sabía que decir, decir lo siento era un cliché, y ella no quería serlo.
-¿Cuándo ocurrió?
-Murió cuando yo tenía trece años. Un día después de mi primer día de clases en la secundaria. Yo estaba... hum... estaba en la escuela copiando la tarea que el profesor estirado de matemática escribía sin parar en la pizarra, cuando me llaman de dirección. Al entrar, veo a mi hermano llorando. Pensé que era mi papá, deseaba que sea mi papá. Pero la vida es una perra, y siempre te saca lo mejor que tienes.
Halley miró otra vez el cuadro, y se atrevió a tocarlo.
-Eso no es verdad.
-Si la vida hubiera sido considerada, no hubiera explotado la galería de arte de mi madre por una fuga.- Volteó a ver a su compañera.- Créeme, la vida es una perra.
-Todo sucede por una razón. "Lo que no ocurre mañana, ocurre hoy."- Halley le dio una sonrisa melancólica. En realidad ella no sabía si había dicho algo malo, había dicho lo que le parecía que era adecuado para que él comprendiera que lo que pasó era algo que tenía que pasar por más feo que parezca; y se dio a ella misma una lección.
Jeremy no sabía a qué se refería. Y la verdad es que no sabía cómo había acabado contándole algo sobre su vida, a él nunca le gustó que sepan lo que le pasó a la mamá, pero fue algo que salió del fondo de su alma, porque quería contárselo, sabía que podía confiar en ella. Y en ese momento, estuvo más seguro que nada.
-¿Te dijeron que eres una chica rara para tu edad?
-¿Sabes cuantos años tengo?
-¿Ahora quien contesta con una pregunta?
Ambos rieron y pusieron sus miradas de vuelta a la pintura.
-Creo que... todavía hay algo que no me mostraste.
Jeremy sin decir nada y con una sonrisa cómplice agarró al cuadro y lo descolgó.
Lo que había detrás del cuadro dejó a Halley sin palabras. ¿Cómo es que lo encontró? O ¿Cómo es que nadie se dio cuenta de esto antes? Detrás había una ventana del mismo tamaño que la pintura, que dejaba entrar la luz del sol, y lo peor de todo es que no daba a los jardines del hospital si no que la vista daba al perímetro del hospital. Entraba una luz sofocante, y se podía ver el cielo azul.
-Co-como es que...
-¿Nadie se dio cuenta?-Terminó por ella la pregunta no formulada-Ni idea, creo que nadie baja aquí para limpiarlo, solamente dejan las cosas. Aunque trataban a los pacientes como cosas sin vida, había ventanas, con barrotes claro. Los que trabajan aquí fueron cambiando a medida del tiempo, se les habrá pasado esto... ya sabes, con toda la tecnología y los reparos del lugar...
Halley se acercó más a la ventana y miró hacia arriba.
-Lo raro es que tengo una ventana sin barrotes en mi cuarto, esto no te debería dar alguna especie de, libertad.
-Me gusta porque es... como si el cuadro cumpliera una función. Que es ocultar la luz. Aunque sigue alumbrando casi todo el lugar, y entra aire suficiente como para que no huela a pescado.
-Me gusta.
La respuesta de Halley, lo desconcertó. Era un lugar sucio y frío, ya que no llegaban las estufas hasta abajo y era invierno. Pero aun así los dos sonrieron y se quedaron unos minutos más, se sentaron en el suelo y comieron la barra de chocolate junto con las gomitas observando la pintura, charlando o simplemente estando callados compartiendo ese momento.
Jeremy se dio cuenta que mientras más hablaba con Halley se sentía más feliz, más vivo. Algo que en mucho tiempo no había sentido.
¡Hola a todos!, gracias a los que leen esta novela, es muy importante para mí como lo es OCF. Espero sus comentarios y estrellitas <3 Nos vemos lectores, sigan así.
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