26.Ella no lo es. Pero tendrás lo que quieras.
Jeremy tocó la puerta del consultorio de su doctor. Esperó cinco segundos y la puerta se abrió dándole un suave brisa, despeinando un poco su cabello.
-Pasa, pasa.
Dijo este dejando la puerta abierta. Como si estuviera invitando a su casa a unos amigos a tomar unas copas.
-Qué modo tan informal...-dijo Jeremy cerrando la puerta despacio-tengo noticias.
Jeremy se acomodó en su silla habitual con una sonrisa de lado, sacudiendo son su dedo índice y gordo la carta de su padre.
Ninman miró primero la carta y luego a Jeremy. Carraspeó un poco y luego la tomó.
La leyó como si fuera una nota de supermercado de su esposa. Ninman al verlo tan "feliz", y por lo que había dicho Linda hace unos minutos atrás, no podía creer lo que sus ojos estaban leyendo. Primero la muerte de su único amigo en el hospital y ahora su padre quiere deshacerse de él como una bolsa de basura.
Ninman levantó la vista de la carta, y la dobló, dejándola a penas unos centímetros lejos de él.
-Entonces... -empezó-esto es algo bueno.
Jeremy se arrimó sobre la mesa.
-¿Bueno? Es malditamente fantástico. Si ya soy un adulto y mi padre me va a dejar de lado, quiere decir que voy a poder hacer con mi vida lo que se me plazca.
El doctor le entró un escalofrío, así que se puso tenso y cruzó sus manos arriba del escritorio, más derecho. Estaba dejando hace mucho tiempo que las cosas de Jeremy, en particular, lo preocuparan más de lo normal. Más que cualquier paciente.
-No creo...Jeremy, no creo que estés bien para salir de aquí. Yo creo que-
Jeremy soltó una risa que dejó al doctor perplejo.
-Miré, sé que todos se están preguntando, por qué mierda el chico que era mejor amigo del chico tanque de oxígeno, no está tan triste como para encerrarse o perderse como la chica pierna de palo-Jeremy se echó para atrás y dejó escapar un largo suspiro, mirando hacia la ventana-que esté parado frente a usted no significa que no esté triste. Lo estoy. Siento cosas que usted, ni nadie va a poder entender-excepto una, pensó-pero todo este cambio, todos estos cambios que hubo por aquí señor...me hicieron dar cuenta de algo muy importante.
Ninman se estiró hacia el frente, y achinó los ojos. Como si no pudiera creer que Jeremy estuviera delante de él.
-Estuve pensando mucho en mi madre. En cómo murió, y como se fue todo al drenaje después de eso. Esto que le voy a decir puede ser un poco tonto, e incluso no se lo crea, pero... Cuando conocí a Halley, vi algo de mi madre en ella. Su risa... su forma de actuar en ciertas cosas-Jeremy sonrió, y Ninman fue un reflejo-tengo que decir que sus gustos son peculiares... fue raro encontrarme con alguien así aquí, pero sé que si no lo hacía aquí no lo iba a hacer nunca. Somos de mundos diferentes, yo era un arrogante suicida, y ella era una chica de barrio con un buen padre, y personas que se preocupan por ella-empezó a jugar con una pulsera que le había hecho Halley unas semanas atrás-usted me dijo que encuentre mi razón, una razón para seguir adelante.
Ninman para esos momentos, tenía la boca seca, y estaba expectante, como si le estuvieran por contar el final de una historia inolvidable.
-Bueno, ella no lo es.
Halley se levantó ni bien Liberty entró al cuarto. Su cara estaba pálida, y parecía que no había comido en años.
La muerte afecta a todos de manera distinta. Halley nunca perdió a alguien cercano, siempre habían sido su padre y su madre. Ahora, su padre solo. Todos los otros familiares, no parecían estar interesados en conocerla, o tener contacto con su padre. Así que la muerte de Trent había sido la única y la más dolorosa.
Se levantó de un salto, y fue a abrazarla.
-Pensé que te habías ido...
Liberty le devolvió el abrazo.
-Necesitaba... aire.
Halley no dijo nada, solo se apartó y sonrió a medias.
Pero Liberty habló.
-Hay algo que no te dije Halley.
Liberty se sentó en su camilla y le indicó a Halley que se sentara. Ella espero a que Liberty dejara de jugar con sus dedos y de una vez hablara.
-¿Nunca te preguntaste por qué...por qué no veías a mi madre venir a verme?
Halley tragó y se acomodó, algo incómoda.
-Bueno... sí. Pero no me atrevería a preguntar. Mi madre se fue, así que no-
-Ella está aquí.
-¿Aquí?
Halley se dio la vuelta esperando a verla.
-No, no aquí en esta habitación. Sino...aquí en el hospital-antes de que Halley pudiera decir algo Liberty habló-nunca has ido a la parte de adultos. Tiene cáncer, leucemia-su voz se rompió-ella entró mucho antes que yo, es... tan fuerte. Vivió más de lo esperado.
Halley dejó de respirar por unos segundos, y trató de no pensar que esto era lo más feo y triste que alguien podría haberle dicho.
-Cuando me ingresaron, mi padre se fue de viaje, y no lo veo desde entonces. Me escribe y dice que va a venir dentro de dos semanas...Mi madre sigue viva, pero ya no va a seguir así por mucho tiempo Halley. Trent... Trent era el único además de los doctores que lo sabía. Siempre hablaba con él, era mi mejor amigo.
Unas lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, y Halley se acercó secándolas y pasando un brazo por sus hombros.
-Pasé la noche con ella.
Dijo secándose la nariz.
-Es a donde voy a veces-le sonrió a Halley-deberías conocerla. Ahora está descansando, pero... más tarde, puedes venir conmigo.
Halley sonrió, y tragó el nudo en su garganta.
-Claro, me encantaría.
Liberty le sonrió y luego miró hacia afuera, dándole una sonrisa más grande a Robert.
Robert sentó sintiéndose fuera de lugar. Había notado, por la forma en que las chicas estaban sentadas, que algo no iba bien. Se había enterado de la muerte de Trent unas horas después, y no podía creer que para Halley su muerte la haya afectado tanto. Después de todo, solo habló unas cuantas veces, no lo conoció bien. Su madre se había ido, y ella había demostrado no tener ni un ápice de simpatía o tristeza. Solamente rencor y culpa.
-Hola niñas...-dijo acercándose-¿cómo están?
Halley miró a su padre y luego fue a abrazarlo.
-Bien... como podemos estarlo.
Robert apoyó su mentón en la corona de su hija y sonrió.
-Lo mismo para mí.
Robert había ocultado desde la primera llamada de Margaret, que ella todavía lo estaba tratando de conectar. Por lo visto, Margaret no se arrepentía de haberse ido, sino, de no decirle a su hija. Quería compensárselo, quería verla, saber cómo estaba, y mantener una relación. Él la había mandado de vuelta a la cueva a donde se había ido, pero la insistencia y la llamada de un abogado, irrumpieron su ensueño de olvidarse de todo. Esa misma mañana Robert le contaría a Halley todo. Si un abogado interfería, podía perderla. En la mayoría de los casos, las madres, por más que sean las peores, se quedaban con sus hijos.
Robert suspiró y se alejó, para saludar a Liberty, que miraba la escena con una sonrisa melocotona.
-Halley... cariño-empezó-tengo que hablarte de algo.
Halley dejó de sonreír al ver la expresión de su padre, podría leerla a miles de kilómetros.
-Está bien...-miró a Liberty-¿Te importa si nos vemos luego?
Liberty los miró a ambos, y dando una sonrisa más se despidió, y los dejó solos.
Robert se sentó en la cama de Halley, dándole la espalda a la ventana donde alguna vez Halley se sentó a mirar a Jeremy correr, mientras que ella, se sentó en la cama de su amiga.
-Bien.-dijo Halley-¿Apareció mamá?
Robert se inclinó hacia atrás, y aunque quiso ocultar su cara de sorpresa, no pudo. Era bastante claro que Halley lo conocía demasiado bien, más de lo que él quisiera.
-Sí. Me llamó hace... unas cuantas semanas atrás. Esperé a...esperé y recé para que sea solo una llamada de auxilio. Pero me está volviendo loco, me llama todos los días, y pide hablar contigo. Le expliqué la situación un millón de veces. No sabe en qué hospital estás, pero... estoy más que seguro que pronto lo sabrá.
Tragó y esperó a ver si Halley le comentaba algo. Cuando pasaron segundos de puro silencio, continuó.
-No te lo dije antes porque tuviste otro paro cardíaco, tu operación se atrasó, un marcapasos está contigo veinticuatro siete, y yo-sus ojos comenzaron a aguarse y su boca comenzó a secarse-no puedo perderte. No quiero que nada, ni nadie afecte tu estado. Debes entenderlo. Y... que tu madre esté llamando e insistiendo, me pone los pelos de punta, no soportaría ver cómo te culpas otra vez, por algo que no tienes-carraspeó, interrumpiéndose, buscando las palabras- ella es la que se fue y quiso dejarnos de lado cuando todo se complicó. Y ella es la única culpable de eso, no tú, ni yo.
Robert se estiró y tomó la mano de Halley.
-Lamento no habértelo dicho antes... estaba... no sé, esperando a que deje de llamar, deje de... tratar de excusarse por sus faltas.
Halley se levantó y se quedó mirando un punto fijo en la ventana.
-Está bien. Puede venir.
Robert la miró y frunció el ceño.
-¿Estás segura? Sé que no estuviste muy sorprendida, pero, no sé si será bueno para ti.
-No, está bien, en serio, quiero hacerlo.
Halley le sonrió. Suspiró y luego le dio un abrazo a Robert.
-No importa que venga, no va a cambiar nada en mí. Ella se fue, como tú dijiste, no fue mi culpa o la tuya. No puedo agradecer lo mucho que amo tenerte como padre.
Robert sonrió y apretó su abrazo.
-Puedo decir lo mismo de mi ti Halley-la separó y la miró a los ojos-si eso es lo que quieres, es lo que tendrás.
Holaaa a toodos, gracias por seguir del otro y leer esta novela. Les agradezco los votos! Me hacen muy feliz. Nos vemos <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro