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💞 Quiero amarte - parte 2/? 💕

A la mañana siguiente, Baljeet se incorporó lentamente en la cama, sus caderas dolían a horrores, su cabeza daba una y mil vueltas, además de ello, su cuerpo tenía marcas de todo lo vivido la noche anterior.

— Maldito... — Bufó el moreno, sabedor del nombre del responsable de todo aquello.

Miró alrededor, Van Stomm no estaba; lo mataría cuando lo viera.

Se levantó con pereza de entre las sabanas, conforme lo hacía, algo recorría la parte interna de sus piernas, un líquido viscoso y blanquecino; suspiró, intentando ignorar lo que aquello era y terminó de levantarse, miró al rededor, no estaba la típica nota de Buford diciendo aquello de "nos vemos en casa de Phineas y Ferb", siempre la dejaba cuando se quedaba a dormir en su habitación.

No quiso darle importancia; se puso la ropa de la noche anterior, para después correr al baño, agradecía que sus padres aún estuviesen durmiendo. Se dio una ducha con agua tibia, esta recorría su piel, casi de forma erótica, haciendo al moreno rememorar lo vivido, las sensuales caricias del de piel grisácea, sus labios frotándose contra los suyos apasionadamente, la sensación de tenerlo dentro...

Finalmente estaba limpio y vestido con un nuevo outfit, uno bastante casual por cierto, consistía en una camiseta celeste con estampado de nubes y rayos, unos vaqueros blancos y tenis del mismo color; bajó a desayunar, saludando a sus padres como siempre lo hacía. Se sorprendieron de lo reluciente que lucía su hijo, sin duda, había dormido bien. Apenas terminó, se puso en marcha, en verano Phineas y Ferb solían hacer planes casi a diario, era muy divertido, además, quería ver a Buford.

Sin embargo, al llegar a casa de los hermanos, encontró a todos salvo al susodicho. Saludó a Phineas y Ferb, ellos estaban radiantes, parecían más unidos que nunca, Isabella, en cambio, parecía enferma, no de forma literal, claro, pero quizá en poco lo estaría, la cólera nunca es buena. También saludó a Irving, él estaba muy concentrado en su nuevo proyecto, hacer una película de los hermanos para la clase de cine a la que se inscribió días atrás.

— Te necesito también para esto, he hablado con ellos, con sus padres, su hermana, con Isabella y demás personas, están dispuestos a colaborar, sólo me faltan Buford y tú para tener completo el staff— sonrió el chico con entusiasmo, Baljeet no pudo negarse. 

— Está bien — aceptó — Cuenta conmigo — Irving le dedicó una dulce sonrisa que de inmediato correspondió y siguieron conversando un rato acerca del proyecto.

Se pusieron manos a la obra, si bien Phineas y Ferb podían hacer todo en cuestión de horas, Irving insistió en hacerlo él, después de todo, era su proyecto. Por lo que, primero, decidió empezar a explicar el rollo de los vestuarios, darle su guión a cada uno y pedir opiniones para la música de fondo en las escenas. 

Ya que Buford no apareció en todo el día, Irving pidió a Baljeet que hablara con él, según dijo, no le gustaba hablar con el de piel grisácea a solas, siempre le dedicaba miradas asesinas, no sabía porqué, pero temía que estando solos fuese a golpearle, además, él y Buford eran muy amigos, por eso creyó que el gigantón accedería si era el moreno quien se lo pedía. Baljeet suspiró, resignado a hacerle ese favor; tendría que ir a casa de Buford.

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Eran ya las siete de la noche cuando el moreno caminaba a casa de Buford, había estado hasta tarde en casa de Phineas y Ferb, comiendo pastel casero hecho por la madre de los ya mencionados. Hoy parecían particularmente apegados, más de lo habitual, había notado algunas cosas un tanto extrañas...

Tenía la impresión de que algo más allá de lo fraternal pasaba entre esos dos, es decir, sabía que ellos sentían algo el uno por el otro, eso era más que evidente. Pero esas cosas nunca antes las había visto, en ellos no, al menos.

Llegó a casa de Buford y tocó el timbre, este dio tres sonoras campanadas antes de que el grandullón al que buscaba abriera la puerta. El mencionado abrió los ojos enormemente al verle ahí parado con ese montón de hojas entre sus brazos. 

— B-Baljeet — ¿Había oído bien? Acaso... ¿balbuceó?

— Vine a hablar contigo, Irving está haciendo una película y necesita de tu ayuda, los chicos dijeron que sí, todos participaremos, como no fuiste me pidió que te lo pidiera y te diera tu guión — Buford asintió varias veces con nerviosismo y tomó el guión con prisas.

— Bueno, ya está, he aceptado y prometo estudiar el guión, ¿algo más? — se arrepintió inmediatamente después de haberlo dicho, debió cerrarle la puerta en la cara, pero no podía, ese lindo rostro era su mayor debilidad y no podía solamente ignorarlo.

— Sí — Van Stomm se dio una bofetada mental — Te fuiste. 

— Tenía cosas que hacer — el moreno le miró con el ceño fruncido y se cruzó de brazos. 

— Buford, anda, ¿qué es tan importante que...? Baljeet — una sorprendida y ahora preocupada Isabella salió al encuentro de Buford, quién ahora lucía más pálido de lo usual.

Baljeet miró incrédulo a Isabella, hace un par de horas la vio salir de casa de Phineas, disgustada por las escenitas de este y su hermano, y... ¿ahora estaba en casa de Buford, usando solo una de sus camisas? El mismo Buford que anoche le había desvirgado y que en esos momento parecía en shock, usando solo unos vaqueros cortos.

Miró al de piel grisácea con decepción y evidente cólera, no quiso decir nada, era obvio lo que estaba pasando; una despechada Isabella fue en busca de su antiguo enamorado porque al que ella realmente amaba no la quería, enamorado que se había burlado de él, que sólo quería sexo. ¿Era eso? Sí, seguramente él solo buscaba experimentar qué era lo que se sentía tener sexo con un hombre... ¡Menudo idiota había sido creyendo que ese imbécil sentía algo por él! 

Suspiró y dio media vuelta sin decir nada, sin más, comenzó a caminar rápidamente lejos de aquella casa; por su rostro corrían lágrimas silenciosas que no podía controlar por mucho que lo intentara, deseaba que aquello no le doliera pero... ¡Joder, llevaba enamorado de ese imbécil mucho tiempo! 

— ¡Baljeet!— escuchó la voz de Buford tras él, miró de reojo hacia atrás, venía corriendo a toda velocidad hacia él mientras se colocaba una camiseta; no lo pensó dos veces, sin darse cuenta ya estaba corriendo a casa limpiándose esas lágrimas traicioneras que no dejaban de brotar.

— ¡Baljeet, espera! — el tono de tristeza junto al tinte de preocupación en voz de Buford le enfureció. 

Frenó en seco y limpió todo rastro de llanto de su rostro para esperar al objeto de su furia, el cual no tardó nada en llegar, con un par de grandes zancadas se colocó a espalda del moreno.

— ¿Y bien? Querías que esperara, estoy aquí — escupió con rabia.

— Sé que estás molesto, pero escucha, nunca fue mi intención herirte, yo solo... — Baljeet soltó una fuerte, sarcástica y lastimera carcajada.

— "Nunca fue mi intención herirte" dices, que estúpido, si no hubieses querido hacerlo esto no habría sucedido, o no hubieses dicho que te gustaba, no debiste haber correspondido aquel beso... 

— No me arrepiento de eso — cortó Buford.

— Yo sí, me arrepiento de todo... ¿Querías humillarme? ¡Felicidades! Has conseguido burlarte del tonto que lleva enamorado de ti tantos años, debes de estar muy feliz ahora — sus manos se convirtieron en apretados puños, sus uñas se hundían en su delicada piel reteniendo un poco su ira. 

— Oye, yo no quería esto, es verdad que me gustas pero... debes comprenderme, esto no es fácil, yo... no lo pensé bien anoche, no me arrepiento, pero debes de saber que esto no es normal, Baljeet, tú y yo no podemos tener nada porque somos... somos hombres— intentó tomar la mano del hindú, pero este la apartó bruscamente.

— Pudiste haberlo dicho antes, así quizá esto hubiese sido menos doloroso para mi, me humillaste, sabiendo eso no te importó lo que yo sintiera... ¡Eres sólo un maldito egoísta! — Van Stomm se limitó a suspirar y mirar al suelo. 

— Perdóname, siento... en verdad lamento todo esto — Baljeet decidió callar, respiró profundamente varias veces para recomponerse.

— Te perdono — se giro a ver a Buford, al mencionado se le iluminaron los ojos y sonrió, alzando su rostro para verle mejor.  

— ¿En verdad? — su mirada mostraba rebosante esperanza. 

— Claro, después de todo... sería triste llevarme mal contigo. ¿Nos vemos mañana para el primer rodaje? — musitó, seguía furioso, pero sus padres le habían enseñado el bello arte del autocontrol. 

— Por supuesto, ah y Baljeet... sobre Isabella — Baljeet volvió a cerrar sus manos en puños apretados. 

— Hacen una bonita pareja, Phineas hizo bien al elegir a alguien más después de todo, es decir, él merecía a alguien mejor e Isabella merecía estar con alguien como tú — sonrió con altanería y se giró nuevamente para volver a caminar, pero la gran mano de Van Stomm se aferraba a la suya con fuerza. 

— Baljeet... — se oía desesperado. 

— No esperes que vuelva a ceder ante eso, ya no, déjame en paz, no tengo el tiempo para perderlo en alguien que no es capaz de querer a una persona del modo correcto. Si no me sueltas, haré lo que tengo que hacer, odiarte y no volverte a ver jamás. No merezco el peso del odio, así que hazme el favor y no vuelvas a acercarte a mi de esa forma — quitó su mano de entre las de Buford y volvió a caminar, esta vez, Buford ya no se interpuso y le miró marchar.

Era imposible el definir lo que sentía, estaba tan confuso, tenía ganas de llorar, se sentía destrozado, había lastimado a quien menos quería dañar, tenía unas grandes ganas de golpearse a si mismo. Se odiaba, quizá Baljeet no lo haría, pero vaya que él si se odiaba, y mucho. Regresó a su casa en donde Isabella le esperaba enfadada, estaba tan cabreado que sólo se dignó a fulminarla con la mirada y pedirle que se largara, si antes pensaba en acostarse con ella ahora solo necesitaba al moreno, quería a Baljeet cerca, deseaba recorrer su cuerpo y hacerle el amor. Pero ahora no podía acercársele y era culpa suya por ceder ante su antiguo amor, por buscar saciar esos deseos tan inmensos que sentía por el hindú en una chica para sentirse más normal, porque quería ser normal. 

Baljeet pasó la noche intentando no llorar, quería ser fuerte, y lo hizo, no lloró, no pensó y finalmente durmió, con una opresión en el pecho que tuvo que soportar. Buford, por su parte, no pudo dormir, no pegó el ojo durante toda la noche, estaba arrepentido, decaído, jamás había visto de ese modo a su amigo, a su amor, y le dolía. 

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Y llegó el día, Baljeet se bañó, y se vistió, esta vez usaba un chandal completo, ajustado, de tonalidades que iban del gris claro hasta el negro. y tenis de suela alta de color blanco. Algo sencillo, no se sentía muy bien, era verdad que no había llorado, pero su cuerpo estaba pesado, parecía más un muerto viviente que una persona.

Buford, por otro lado, tenía ojeras enormes, ya que no podía dormir decidió repasar el guión de ese tal Irving, tenía la esperanza de ver a Baljeet. Pero... ¿esperanza de qué? Baljeet ya lo había perdonado, según dijo; Buford no era homosexual, toda su vida había tenido chicas, pero Baljeet, por Dios... estaba confundido. Quería a Baljeet consigo, necesitaba tenerle para él, pero temía lo que la gente a su alrededor pudiese decir.

El chico de piel grisácea notó los rayos del sol que atravesaban las cortinas de su habitación y suspiró. Tenía que ir a casa de Phineas y Ferb, era hora del dichoso rodaje, lo peor de todo era que al llegar no podría abrazar a Baljeet como siempre. Se dio una ducha rápida y se vistió con lo primero que encontró, unos vaqueros cortos caqui, una camiseta ceñida negra sin mangas y tenis del mismo color que la camiseta.

En el tan conocido patio de casa de los hermanos ya estaba reunida toda le gente requerida para el rodaje de ese día, los hermanos lucían más afectuosos de lo usual, y es que, aunque nadie lo supiera, ellos habían decidido ser pareja, y era muy difícil aparentar ser "hermanos" ante los demás, habían decidido ocultarlo hasta estar listos para comunicarlo abiertamente. 

Baljeet llegó al patio y saludó a todos los que estaban en el sitio. Entre ellos a Irving, quien parecía especialmente alegre con su llegada. 

— Pensé que no vendrías — sonrió el muchacho.

— ¿Por qué? ¿Tan tarde estoy llegando? — inquirió con una leve sonrisa. 

— ¡Oh, no, no! Nada de eso, lo que pasa es que anoche... anoche mi hermano me dijo que te vio... hablando con Buford — Baljeet sintió sus ojos arder de inmediato e intentó calmarse, parpadeó varias veces hasta regresar a la normalidad.

— A-Ah si... Estoy bien, además, no pensaba fallarte — Irving amplió su sonrisa y abrazó al hindú.

— No te hagas el fuerte, Baljeet — susurró en su oído, sorprendiendo al mencionado — Sé que te está doliendo, si quieres hablar con alguien, yo estaré siempre disponible para ti — se separó del moreno sólo un poco, y este le sonrió lo más que su decaído animo le permitió.

— Gracias Irving — colocó su mano en el antebrazo del chico y dio un par de suaves palmadas, como agradecimiento, a esto Irving respondió acariciando la mano del moreno, quien se extrañó por aquel gesto, pero lo tomó como consuelo. 

Mientras ellos hacían esto, el muchacho que acompañaba a Baljeet era objetivo del más puro odio que podía otorgar Buford. Tuvo que apretar el guión en sus manos para reprimirse y no ir a romperle la cara al mocoso imbécil con el que Baljeet estaba (según él) coqueteando. Esos inocentes papeles volverían a ser materia prima de un momento a otro. 

El rodaje de la película comenzó, ver a Isabella tan pegada a Buford le dolía en el alma al moreno, pero intentó actuar con naturalidad, todo el tiempo se contuvo, además, Irving no le abandonó, estuvo a su lado e intentó distraerlo todo el tiempo, cosa que por supuesto agradeció infinitamente. Mientras tanto, Buford apenas despegaba ojo de Baljeet, estaba furioso; pero claro, se notaba lo mucho que Baljeet lo quería. ¡No tardó ni un día en sustituirlo por ese nerd! 

Todo esto fue observado por Phineas y Ferb, sabían que algo sucedía entre esos dos, ambos habían notado el repentino y evidente cambio de casi comerse con la mirada a una infinita tristeza, furia y celos. 

— ¿Deberíamos dejar que lo solucionen por si mismos? Es decir, es su vida — Ferb miraba atentamente como Buford a pesar de estar rodeado de chicas no apartaba la mirada del moreno, apretaba los dientes y su gesto fiero iba dirigido al cuello del pelinaranja Irving, quien intentaba hacer reír a Baljeet. 

— Sólo les daremos un leve empujoncito, de otro modo, te aseguro que los tendremos así por mucho tiempo, no sé que haya pasado, pero de algo estoy seguro, fue culpa de Buford —conjeturó Phineas — Asegúrate de hablar con él cuando se encuentre sólo y hacerlo entrar en razón, si no, lo perderá, Irving va por todo con Baljeet — concluyó con clara decepción en su expresión.

Ferb suspiró, Buford era un buen amigo, pero debía admitir que era uno de los idiotas más grandes que había conocido en toda su vida.

— Lo haré.


- Wolfblood064





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