♦♥Quiero amarte - Parte 1/?♥♦
Hay veces en que la vida te da lecciones duras, veces en las que reprenderte a ti mismo con crueles castigos, no es suficiente.
Buford... ¿Tenías que aprender de esa manera? Perdiendo el amor de quien te amaba...
Pobre desdichado.
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Una semana había pasado desde aquella vez en que Baljeet se había entregado a Buford en cuerpo y alma, su virginidad había sido arrebatada por aquel enorme chico que la tomó de la forma más "delicada" posible. Sí, claro, delicada, con 25 cm de Buford irrumpiendo dentro del fino cuerpo del hindú, por más que el chico de piel grisácea intentara ser amable, dolería.
Baljeet recordaba aquella noche como su humillación más grande luego de cierto incidente con Buford.
Aquella noche...
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Flashback.
— Mngh... Buford — Baljeet jadeaba debido a los besos de Buford que le impedían respirar adecuadamente, sus mejillas portaban un intenso color carmín, el cual lucía como una apetitosa cereza en aquella piel achocolatada.
El pelinegro más grande se separó del moreno sólo lo suficiente para verle a los ojos, sus labios seguían rozándose con cada suspiro.
— ¿Pasa algo? — Preguntó Buford con voz gruesa y ronca debido a la excitación que le provocaba besar a ese dulce chico.
— P-Por favor... apártate — el mayor le miró incrédulo.
— ¿No era que te gustaba? — entorno sus ojos mirando al menor acusadoramente — Baljeet, no te entiendo, dices que quieres parar pero... — llevó su mano a la entrepierna del hindú, notando la semierección que se había formado ahí abajo — Tu cuerpo me cuenta una historia distinta — sonrió, a lo que el menor reaccionó cubriéndose la cara con ambas manos, estaba completamente avergonzado.
— C-Cállate — Buford sonrió y dio un beso al menor, el cual correspondió sin poder contenerse.
— ¿Sabes? Justo así luces bastante apetitoso — el moreno maldijo en su interior la estúpida y sexy voz de ese sujeto, sólo le hacía desearlo, una y otra vez, rogando para que pronto cerrará la boca y dejara a su cabeza funcionar de forma racional.
— Ya basta... no digas nada... — murmuró el menor, jadeando ligeramente al sentir la mano de Buford pasearse por sus glúteos, piernas y genitales.
El mencionado sonrió, era consciente de todo lo que provocaba el menor, y vaya, le encantaba.
— Bien... en ese caso, ocuparé la boca para otra cosa — aquella pícara sonrisa en el rostro del mayor hizo estremecer a Baljeet. Nada bueno podía venir de una sonrisa así.
Buford bajó lentamente por el cuerpo de Baljeet, rompiendo toda prenda que encontrase en su camino, como una auténtica bestia. Una bestia que además, gozaba de hacer sufrir a su presa con succiones y mordiscos suaves que sin querer se marcaban en la piel morena.
Finalmente llegó al miembro de Baljeet y se apoderó de él, engullendolo por completo, así comenzó a sacarlo y meterlo a su boca, mientras Baljeet apretaba las sábanas con fuerza, su pecho subía y bajaba con agitación clara, su labio estaba a punto de sangrar, pues lo mordía, por temor a que algunos de sus gemidos llegará a oídos de las personas que ya dormían en su casa.
Una, dos, tres, fueron tres veces las que el moreno se corrió, una en la boca de Buford, quien gustoso lo tragó, otra al sentir la lengua del mismo chico penetrar en su estrecha entrada, y por último, la tercera, luego de que Buford hiciera de todo con su cuerpo.
Sexo, sexo glorioso para Buford quien había gozado del mejor orgasmo en la vida, y la primera maravillosa experiencia para Baljeet, quien terminó por demás agotado. No era para menos, Van Stomm era un maldito salvaje en la cama.
Concluyeron aquella entrega con un beso y un par de suspiros de satisfacción. Baljeet se sentía extrañamente bien y Buford estaba encantado, eso había sido mucho mejor de lo que en sus más pervertidos sueños hubiese imaginado.
Buford se hallaba acostado en la cama, abrazando a Baljeet, quien tenía la cabeza recargada en el pecho del antes mencionado, el moreno tenía marcas aún rojizas repartidas por todo su cuerpo, mientras que el grandullón de azules ojos, tenía rasguños casi sangrantes en su espalda.
— Eso... fue increíble... — musitó Van Stomm. Joder, al parecer se siente mucho mejor si lo haces con quien te gusta.
— ¿L... Lo disfrutaste? — preguntó Baljet con voz cansada y algo somnolienta. Buford le miró con una tierna sonrisa y besó su frente, acariciando su suave cabello.
— La palabra "disfrutar", se queda corta.
Baljeet rió levemente, cerrando los ojos de a poco.
— Buford... te quiero... — murmuró antes de caer rendido a brazos de Morfeo.
Una expresión de sorpresa se posó en las facciones de Buford. Baljeet no solía ser muy expresivo, así que el que dijera aquello le tomó desprevenido.
— No... Por favor Baljet, yo... Dios... yo no quería llegar a esto, no quiero dejar de ser tu amigo... Soy un idiota... — se llevó una mano a la frente en señal de frustración.
Se alejó cuidadosamente de Baljet, cuando logró salir de la cama se vistió con prisas, después tomó sus cosas y se marchó saliendo por la ventana.
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¡Hola personitas! No, no estoy muerta, y si, el capítulo está bastante corto a mi parecer, pero hey, quiero ir lento con esto.
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