☆ Phineas y Ferb ☆
— Comienzo a pensar que hace esto solo para torturarnos — comentó Phineas una noche, mientras descansaban luego de haber hecho el amor.
Ferb besó el delgado cuello una última vez antes de suspirar y rodear la estrecha cintura con uno de sus brazos.
— Es nuestra hermana, Phineas. Sé que Candace a veces es un poco dura, pero dudo que ella en verdad pretenda hacernos sufrir con esto. Solo le está costando aceptar lo que pasa, es decir, yo también estaría confundido si me dijeran que mis hermanos están teniendo una relación, así, de la nada. Lo de ella fue incluso más fuerte, nos vio besándonos — el pelinaranja suspiró con pesadez.
Sabía que para Candace no estaba siendo sencillo, pero comenzaba a sentirse algo frustrado. Su hermana no hablaba del tema en absoluto, por más que intentaban conversar al respecto con la chica, ella no parecía tener interés alguno en hacerlo. Siempre excusándose con un "estoy ocupada".
Estaban a unos días de regresar a la escuela y ambos sabían que tenían que dar a conocer su relación con la familia. Sus padres debían de enterarse, y ya lo habían postergado demasiado.
— Que sea en la cena, Ferb — su novio, casi dormido, asintió, sin escuchar realmente lo que estaba diciendo.
Sabiendo que el peliverde no estaba prestando atención ya, se giró entre sus brazos y acarició suavemente el miembro de su pareja con la rodilla, llevando los brazos al cuello de un, ahora, atento Ferb, que le observaba con una ceja alzada y una divertida sonrisita.
— ¿Tengo tu atención? — Ferb rió.
— Mi corazón y mi próxima erección también — Phineas sonrió.
— En la cena, hay que hablar con ellos. Quiero que lo sepan antes de que el verano termine — el más alto asintió.
— Será como tu quieras — murmuró, acercándose a sus labios para robarle un beso. De esos lentos pero ardientes que hacían al menor enloquecer.
Phineas daba suaves caricias a los cabellos en la nuca de su novio, enredando sus dedos en ellos. Abrió sus piernas lentamente cuando el peliverde volvía a meterse entre ellas.
Entre beso y beso, la temperatura subía, y el pelinaranja estaba dispuesto a dejarse hacer de todo por Ferb. Mismo que paseaba sus manos por el cuerpo del menor, disfrutando de él por segunda vez en el día.
Quizá bajarían a cenar un poquito tarde.
— ¿Y entonces? — Inquirió Lawrence, algo confuso — Me gustaría saber porqué no puedo comer aún.
Phineas y Ferb se dedicaron una efímera mirada antes de volver sus ojos al frente.
— Papá, mamá... hay algo que les hemos estado ocultando últimamente, es importante y creemos que deben saberlo — habló el peliverde, a lo que Phineas continuó.
— Nuestra relación ha cambiado, y esto es algo que, como familia, también les concierne a ustedes... — observó a sus familiares con los nervios creciendo en su interior.
Se estaba acorbardando.
Candace notó la inseguridad en sus hermanos y suspiró. Lawrence y Linda se veían entre sí con preocupación, ¿qué es lo que le sucedía a los chicos?
— Son pareja — soltó la chica, mirando a sus hermanos de soslayo antes de girarse a ver fijamente a sus padres — Esta vez, mamá, no es parte de "mi imaginación" — los mayores en aquella mesa juraron que aquella declaración se sintió igual que la sensación de agua helada recorriendo su piel.
¿Qué había dicho?
— ¿P-Pareja? — Linda miraba a sus hijos con perplejidad, no terminaba de asimilar lo dicho.
Lawrence se encontraba serio, mirando fijamente aquel plato de lasaña que yacía sobre la mesa.
— Deberíamos empezar a comer... — sugirió, ganándose una confusa mirada de su esposa.
¿Es que no le había afectado la noticia?
Los chicos sentían miedo, miedo de cómo su familia lo tomaría, o mejor dicho, de cómo lo estaba tomando.
Hasta el momento, habían sido las reacciones esperadas, sorpresa, sí. Después, el comportamiento de su padre se había tornado algo... extraño.
La familia aceptó la idea de comer antes de decir cualquier otra cosa y a pesar de que los chicos estaban nerviosos y ansiosos por saber qué pensaban al respecto, decidieron ser pacientes y esperar.
Comieron en silencio, un silencio un tanto incómodo. Tres de los integrantes de la familia sumidos en sus pensamientos y dos de ellos sujetando sus manos con fuerza por debajo de la mesa, con temor de ser separados. Eran menores de edad por ahora, si ellos lo decidieran de ese modo, podrían forzarlos a separarse, Phineas y Ferb temían que eso pudiese suceder.
- Wolfblood064
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro