♠ Nuestro amor ♠
Ya todo estaba listo, la película estaba a nada de comenzar, y casi todos los invitados ya estaban dentro del anfiteatro de la ciudad, sitio en donde los mejores proyectos de cine serían presentados.
Phineas y Ferb conversaban con Isabella, junto a ellos, estaba el chico con el que su vecina salía ahora.
Parecían realmente contentos.
Irving arreglaba los últimos detalles junto de sus compañeros del curso.
Todos hablaban mientras esperaban a que la función diese inicio.
Baljeet, por otro lado, regañaba a su muy irresponsable novio.
— ¡Te dije que llegaríamos tarde! No debí hacerte caso — el otro joven puso los ojos en blanco.
Creía que su chico estaba exagerando, la verdad, y es que no consideraba que la película fuera tan importante.
Pude que se debiera al pequeño resentimiento que aún guardaba por aquel nerd, pero no estaba tan preocupado.
— Estamos a tiempo, bebé. Le mandé un mensaje a Ferb preguntando por la película y dijo que aún no ha empezado — el de rizos Bufó, y se cruzó de brazos.
— Señor, ¿podría darse prisa, por favor? — Instó al hombre al volante a apurarse, otra vez.
El chófer del taxi estaba algo frustrado debido al tráfico y a las quejas del muchacho hindú, él, probablemente, estaba sintiendo la presión que cierto tipo de piel pálida debería sentir en su lugar.
— No te oía quejarte de esa forma hace un rato, Bal — se burló Buford, recibiendo un golpe en el brazo de parte de su pareja.
— ¿Quién fue el tonto que me tomó por sorpresa en la ducha? — recriminó el moreno.
El vehículo por fin se detuvo, para alivio del conductor. Temía que si esos dos seguían en su automóvil, pronto escucharía algo que no quería escuchar.
Una vez pagaron, se adentraron en el anfiteatro con prisas.
Al entrar, un joven rubio daba la bienvenida a los invitados. Buscaron sus asientos, saludando a sus amigos, recibiendo un par de curiosas preguntas del porqué llegaban hasta ese momento.
Por supuesto, no explicaron realmente el motivo.
Pasaron varios filmes, bastante buenos en realidad. Sin embargo, aún esperaban por el de su amigo. Todos estaban muy animados y transmitían a Irving mucha confianza para con su proyecto.
"Un amor de verano" fue anunciado, causando confusión a los espectadores cuando se dijo que era creación del amigo de cabello rojizo.
Los chicos habían actuado para recrear las escenas que hacían sus días de vacaciones, pero, al empezar a reproducirse aquello en lo que tanto trabajaron, no era lo que esperaban.
Las cámaras no enfocaban a los que, se suponía, actuaban. Era un recuento de fotos y momentos de los que ellos ni siquiera eran sabedores que habían sido grabados.
Los momentos fuera de grabaciones se adjuntaban a pequeñas líneas que Irving les había hecho aprenderse. Creando así la ilusión de que la cinta, en efecto, había sido grabada con esa idea desde un principio.
La película dio inicio con un Irving de pequeño, diciendo que había encontrado a un par de hermanos, cuyos trabajos eran fascinantes.
Mostraba algunos de ellos, la sorpresa que causaba en las personas saberlos tan jóvenes mientras creaban cruceros, montañas rusas, un estadio de fútbol y demás cosas que parecían imposibles a su edad.
También revelaba el cómo se miraban bajo aquel frondoso árbol en su jardín todas las mañanas y la forma en la que sonreían mutuamente. Los suaves toques y la forma tan suya en la que se comunicaban. Con algo más que solo amor de hermanos inmerso en su forma de actuar con el otro. Desde niños hasta la actualidad.
Fueron participes también ese dúo que se la pasaba discutiendo, pero el cariño se notaba en cada pequeña acción.
La mirada suave que Buford le dedicaba al niño moreno cuando sabía que se había excedido, o las veces en la que desde lejos le cuidaba; las ocasiones en las que Baljeet se preocupaba por apoyar al grandote en sus actividades extracurriculares o la muchas veces que corría a los puntos de borrachera del más alto, solo para cerciorarse de que llegase bien a casa. Cosas que nunca habían notado.
— El amor puede encontrarse de distintas maneras — habló Irving, una vez el filme concluyó. — Yo aún no he tenido el placer de encontrarlo, pero hoy, soy testigo de lo que sucedió. Cuando niño, estaba emocionado, pues creía que estos amigos eran geniales, y me encantaba la manera en la que se acoplaban para hacer de algo común, una experiencia maravillosa.
Phineas estaba conmovido, y se apoyaba en el pecho de su novio escuchando el lindo discurso, mismo que sonreía enternecido. Buford tomaba la mano de su chico y este, ruborizado por aquellos detalles que nunca notó, correspondió al agarre.
Isabella suspiró, mirando de soslayo a la pareja de "hermanos" con una mezcla extraña de sentimientos revoloteando en su interior. Ferb se percató de su mirada y frunció levemente el ceño, pero ella le sonrió con alivio, como diciéndole "cuídalo" y el peliverde le devolvió la sonrisa, asintiendo.
— Pero ahora, estoy muy feliz. Porque he tenido la oportunidad de ser testigo de ese amor que crece día con día entre mis amigos. El objetivo de la película era el de mostrar sus hazañas al mundo, pero he aprovechado para rendir tributo a tan lindo sentimiento — recibió algunos aplausos, y animado, se dispuso a continuar — Chicos, sé que no será fácil. Tengan paciencia y atesoren su amor más que a cualquier otra cosa, sé que podrán salir adelante. ¡Los quiero!
Entre silbidos y fuertes aplausos el joven bajó del escenario frente a la gigantesca pantalla y los chicos corrieron a abrazarlo. Todos excepto Buford, quien solo le otorgó algunas palmaditas en la espalda en señal de "bien hecho".
— Nos vemos, chicos — Phineas y Ferb se despedían de sus amigos luego de pasar toda una tarde juntos.
Llevaron a Irving a comer, eso a modo de felicitación por haber quedado entre los primeros puestos con su filme. Pero la noche estaba por caer, y Perry les esperaba para que le bañen y alimenten.
Entrelazaron sus manos, sonriéndose, antes de comenzar a caminar en dirección a su jardín. Dejando en aquel restaurante a Irving, Isabella, su pareja y a unos acaramelados Burford y Baljeet. El matón tendría que agradecer al nerd cineasta, por su película Baljeet se había puesto dulce y dócil. E incluso estaba tan alegre que había bebido algunas copas; esa noche sería intensa para ambos.
— Me da curiosidad, yo... nunca lo noté. ¿Desde hace cuánto tiempo estás enamorado de mi? — luego de lo visto en la cinta de Irving, la duda carcomía al menor de la pareja. Pues si bien él no sabía desde hace cuánto estaba prendado de Ferb, sí sabía lo amaba incluso antes de darse cuenta, pero sus sentimientos habían sido descubiertos hacía un par de meses.
— Hum... — el peliverde apretó los labios, intentando recordar el día en que comprendió a qué se debía todo aquel alboroto en su pecho cada vez que Phineas estaba cerca — Después de que Vanessa se fue, me sentía mal, ya sabes, todo eso del desamor, a un niño de quince años le pega duro — rió — Cuando estás en esa edad, e incluso ahora, todo es drama e inseguridad. Estaba enojado y frustrado porque mi primer amor no resultó como esperaba. Las malas juntas comenzaron, y para ser honesto, me sentía perdido — entonces dio un piquito a los suaves belfos de Phineas que aunque se encontraba muy serio luego de que recordara aquel tiempo, en ese momento volvía a sonreír de oreja a oreja — Y aquí es donde entras tú con tu sonrisa hermosa y cuidados. El que me siguieras a todos lados, me consolaras en casa e hicieras de todo para hacerme feliz... ya sabes, quizá te quería desde mucho más antes, cuando procurabas incluirme en todo lo que hacías. Puede que desde que te conocí. Tal vez mi primer amor no fue ella, sino tú. Pero lo noté hasta entonces, cuando mi corazón volvía a latir aceleradamente por un toque o una sonrisa. Un gesto tan pequeño como el que tomaras mi mano, para mi fue y sigue siendo especial, porque se trata de ti.
Phineas le abrazó, un abrazo lleno de cariño y ternura que el peliverde correspondió de inmediato.
— Te amo... — murmuró quedito en su boca, para seguido de ello bersarle, lento y pausado entre suspiros.
— Y yo a ti, te amo como no tienes idea — se dedicaron a besarse, disfrutando de ello con los ojos cerrados para sentirse más conectados el uno con el otro.
Phineas sonrió entre el beso, pensando en lo afortunado que era en tener a ese chico consigo, recordando todo lo que juntos pasaron y... parecía tan irreal que temía perderle en algún momento.
"Mi querido hermano..." pensó erróneamente, sintiendo a Ferb separarse con suavidad de él, el más alto le sonrió y su corazón se aceleró, como siempre pasaba luego de que le sonriera de esa manera tan suya. "Mi amado novio".
— Venga amor, Perry nos espera para darle de cenar — retomaron su camino, más satisfechos que nunca al saberse enamorados y completamente correspondidos.
Sí, lo sé.
El final más horrible del mundo entero, pero ajá, era esto o que Phineas quedara embarazado (es broma, el m-preg no se los vengo manejando en este fic, sorry).
¡Se ha acabado, mis amores! La primera temporada llegó a su fin, y con ello, el último cambio de portada (la cambié hace siglos pero no había tenido tiempo de decirles) imagino que la habrán notado ya:
Esta bonita portada fue hecha por dianita4678.
¡Muchas gracias, nena!
Ahora bien, someteré este escrito a edición la próxima semana, por si acaso llegan notificaciones por ahí, no es nada.
La segunda temporada será anunciada por aquí una vez esté lista.
Agradezco a quienes estuvieron conmigo desde un principio leyendo cada extraña cosa que se me ocurría y soportando lo cliché e inmaduro de mi persona.
¡Hasta pronto!
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