Capítulo 35
Infinite se sentó en una mesa grande, rodeado de Luna, Sugar, Shadow, Blaze, Silver y Valtor.
- Tenemos que detener a Xandros. - dijo, mirando a los demás. - Necesitamos una estrategia sólida para derrotarlo.
Luna habló primero.
- Pero necesitamos saber su paradero.
Infinite expandió un mapa.
- Y para eso, debemos pensar con la cabeza. ¿Adónde la pudo haber llevado?
Shadow estudió el mapa, su mirada escaneando las posibles ubicaciones.
- Podría haberla llevado a algún lugar dónde no podamos encontrarla. Quizás en una ubicación desconocida.
Blaze frunció el ceño.
- Eso es lo que nos preocupa. Podría haberla escondido en cualquier lugar.
Silver sugirió.
- Necesitamos alguien que conozca sus movimientos, alguien que haya estado cerca de él.
Shadow pensó.
- Scourge ha estado con él, incluso Tails, Sally y Cream.
Silver frunció el ceño.
- Espera, no podemos confiar en Tails, Sally y Cream. Ellos también fueron corrompidos por Xandros. Podrían estar trabajando para él.
Shadow asintió.
- Tienes razón. No podemos descartar la posibilidad de que estén bajo su control.
Luna se puso de pie.
- Entonces, ¿a quién podemos confiar? Necesitamos encontrar a alguien que sepa dónde está Amy.
De repente, la pantalla de la computadora de Infinite se enciende sola, mostrando un mensaje que hace que todos se estremezcan.
"Pronto serás mío, Infinite... y tus amigos también. Amy es solo el comienzo. Vayan al lugar donde todo comenzó... si se atreven."
El grupo se miró entre sí, confundido y preocupado.
¿Qué significa el mensaje? ¿Dónde es el lugar donde todo comenzó?
Shadow habla primero.
- Creo que sé qué lugar es. Es el lugar donde Sonic se corrompió por primera vez...
Todos miraron a Shadow, Infinite abrió la boca.
- ¿Y dónde es ese lugar?
Todos se volvieron hacia Shadow, expectantes.
Shadow se tomó un momento para reflexionar, su mirada perdida en el vacío.
- Solo Eggman sabe. - respondió finalmente.
Blaze se levantó de su silla, sus manos apoyadas en la mesa.
- Entonces, no hay tiempo que perder. Debemos volver y buscar a Eggman.
El grupo se puso de pie, listo para emprender la búsqueda de Eggman.
Infinite se dirigió a la puerta, seguido de cerca por los demás.
- Tenemos que ser cuidadosos. - advirtió Silver. - Eggman no es alguien en quién se pueda confiar.
- Lo sé. - respondió Infinite. - Pero no tenemos otra opción. Debemos encontrarlo y hacer que nos revele el secreto.
Mientras salían de la habitación, Shadow se acercó a Infinite.
- Infinite, ¿qué pasa si Eggman no coopera? ¿Qué hacemos entonces?
Infinite se volvió hacia Shadow.
- No te preocupes, tengo un plan para ese caso.
****
En un lugar misterioso, Amy se encontraba encerrada en una celda. Escuchó unos pasos, era Sonic.exe, que traía una rosa negra.
- Ten, querida.
Él tiró la flor, que aterrizó adentro, pero ella la ignoró.
Sonic.exe se acercó a la celda, con una sonrisa malévola.
- ¿No te gusta la rosa, Amy? La elegí especialmente para ti. Es una rosa negra, simboliza la muerte de tus esperanzas.
Amy se mantuvo en silencio, su mirada fija en el suelo, ignorando la rosa que había caído a sus pies. Pero entonces, dudó. ¿Realmente no le gustaba la rosa? ¿O era solo que Sonic.exe le había dicho que no le gustaba?
Sonic.exe se rió, su voz resonando en la celda.
- Sabes, Amy, has estado actuando muy extraño últimamente. No recuerdas cosas, crees ver cosas que no están ahí... es como si estuvieras perdiendo la cabeza.
Amy sintió un escalofrío. ¿Estaba perdiendo la cabeza? ¿O era solo que Sonic.exe la estaba manipulando?
- ¿Quién es Sonic? - preguntó Amy, dudando.
- Ah, Amy. No hay ningún Sonic. Solo estoy yo.
Amy sintió un mareo, su mente era un torbellino de dudas y miedos. ¿Quién era Sonic? ¿Por qué no podía recordar?
Sonic.exe se rió de nuevo.
- No te preocupes, Amy. Pronto te darás cuenta de que yo soy el único que importa.
Amy dirigió la mirada hacia Sonic.exe, su expresión vacía y sin esperanza. No podía recordar nada, solo el dolor y el miedo que él le había infligido.
Sonic.exe disfrutaba del poder que tenía sobre ella.
- Sí, Amy. No puedes recordar nada, ¿verdad? No puedes recordar quién eres, ni qué te trajo aquí.
Amy tenía la mirada llena de lágrimas. No podía recordar nada, solo la sensación de estar atrapada y sin escapatoria.
Pero luego, cruzó sus brazos entre las rejas, intentando alcanzar las manos de Sonic.exe.
Sonic.exe se sorprendió al ver lo que hacía Amy.
- ¿Qué crees que puedes hacer, Amy? ¿Crees que puedes tocarme?
Amy no respondió, solo siguió intentando alcanzar sus manos. Sonic.exe se acercó un poco más, intrigado.
- ¿Qué pasa, Amy? ¿Quieres sentir mi piel? ¿Quieres saber qué se siente al estar cerca de mí?
Amy siguió intentando alcanzarlo, su mirada fija en las manos de Sonic.exe. De repente, sus dedos tocaron los de él.
- Tú eres mi único amor.
Sonic.exe se inclinó y tomó las manos de Amy, pero en lugar de ser un gesto gentil, lo hizo con una fuerza que hizo que ella se estremeciera.
- No creas que soy tonto, Amy. - dijo con una voz baja y amenazante. - No te dejaré salir de aquí hasta que no recuerdes nada.
Amy sintió un escalofrío al escuchar sus palabras. Sabía que no podía confiar en él, que solo quería controlarla y manipularla. Pero también sabía que no podía resistirse a él, que estaba completamente bajo su control.
Sonic.exe sonrió con malicia.
- Recuerda, Amy, siempre has vivido aquí. Yo siempre he sido tu novio. No hay nada más, no hay nada fuera de este lugar. No hay pasado, no hay futuro. Solo estamos tú y yo, en este momento.
Amy sintió un mareo, su mente era un torbellino de dudas y miedos. Comenzó a creer en las palabras de Sonic.exe, a creer que realmente había vivido allí toda su vida.
- ¿Por qué no recuerdo? - preguntó Amy, su voz temblando.
Sonic.exe se acercó más.
- Porque no hay nada que recordar, mi amor. Solo estamos tú y yo. Solo nosotros, en este lugar.
Amy comenzó a cuestionar sus recuerdos, quizás Sonic.exe tenía razón. ¿Por qué recordaba cosas que no podían ser ciertas? ¿Por qué creía que había una vida fuera de ese lugar?
- ¿Qué pasó con mi familia? - preguntó Amy, su voz temblando.
Sonic.exe se rió.
- No tienes familia, Amy. Solo me tienes a mí.
Amy sentía su corazón latiendo con fuerza. ¿Qué era cierto? ¿Qué era real? Comenzó a dudar de todo, incluso de su propia identidad.
- ¿Quién soy yo? - preguntó Amy, su voz apenas un susurro.
- Eres mi novia, mi prisionera, mi todo.
Amy tomó su cabeza, tratando de recuperar sus recuerdos, pero era como intentar agarrar humo: imposible. Comenzó a llorar sangre, las lágrimas rojas cayendo sobre sus manos como una maldición. Bajó su mirada, y su mirada se encontró con sus dedos cubiertos de sangre. La visión se volvió borrosa.
- ¿Qué me has hecho? - susurró, su voz apenas audible, como un lamento desesperado.
Sonic.exe la miró con crueldad.
- Te he liberado, Amy. Te he liberado de tus recuerdos, de tu pasado. Ahora solo existes para mí.
Amy sentía su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Se dio cuenta de que estaba atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar, una pesadilla de la que Sonic.exe era el dueño y señor. La sangre que brotaba de sus ojos era la prueba de su dolor, de su pérdida, de su esclavitud.
Ella estaba paralizada, su cuerpo inmóvil como una estatua de terror. Sonic.exe la observaba, su mirada fija en ella como un halcón acechando a su presa.
- ¿Ves, Amy? - susurró. - ¿Ves cómo no puedes escapar?
Amy quería gritar, quería huir, pero su cuerpo no respondía. Estaba atrapada en una cárcel de terror, con Sonic.exe como su carcelero. Su mirada se encontró con la de él.
Sonic.exe soltó una risita, un sonido que helaba la sangre.
- Volveré más tarde. - dijo, su voz llena de promesa. - Te quiero.
Amy sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. ¿Qué significaban? ¿Qué planes tenía Sonic.exe para ella? Comenzó a sentirse completamente sola y vulnerable.
La risita de Sonic.exe se desvaneció en la distancia, dejando a Amy en un silencio sepulcral. La espera era agonizante, el miedo y la incertidumbre la consumían. ¿Qué le deparaba el futuro?
****
En la guarida de Eggman, el científico tomaba un sorbo de su café, saboreando el amargo sabor mientras reflexionaba sobre su último encuentro con Sonic.
- Bueno, yo solo batallé con Sonic y él simplemente se transformó. - dijo, sacudiendo la cabeza.
Rouge y Knuckles, que estaban sentados frente a él, lo miraban con la ceja levantada, incrédulos.
- ¿Transformó? - repitió Rouge. - ¿No será que simplemente se ha vuelto loco?
Knuckles asintió, su voz llena de escepticismo.
- Sí, o tal vez se ha pasado demasiado tiempo solo en la oscuridad.
En ese momento, Metal Sonic se acercó.
- No importa lo que haya pasado. - dijo. - Lo importante es que debemos detenerlo antes de que cause más daño.
Eggman asintió, poniendo su taza de café en la mesa.
- Sí, Metal Sonic. Tienes razón. ¡Vamos a preparar un plan para detener a Sonic.exe de una vez por todas!
Los cuatro se reunieron alrededor de una mesa, comenzando a discutir su estrategia para derrotar a Sonic.exe.
****
La base de Fiona yacía en ruinas, el humo y el polvo cubrían el paisaje desolado. Fiona, Scourge, Caspian y Lysander habían sobrevivido al ataque devastador de Infinite, pero su organización había sido diezmada. Lysander se acercó a Renard, que se levantaba con dificultad de entre los escombros, con una expresión de decepción y enfado.
- Renard, ¿cómo pudiste? - preguntó Lysander, su voz llena de dolor y traición.
Renard se sacudió el polvo y miró alrededor, evaluando la situación, con una sonrisa astuta.
- Infinite me ofreció una fortuna. - dijo Renard, su voz llena de codicia. - Riquezas y poder, más de lo que nunca podríamos haber imaginado.
Fiona se acercó, su rostro lleno de ira y decepción.
- ¿Riquezas y poder? - repitió Fiona. - ¿Vale la pena traicionarnos y entregarnos a Infinite?
Scourge se unió al grupo, su expresión furiosa y sedienta de venganza.
- Renard, eras uno de nosotros. - dijo Scourge. - ¿Cómo pudiste vendernos por oro y plata?
Sally, Tails y Cream se acercaron, observando la escena con interés.
- Renard, has hecho una elección peligrosa. - dijo Sally. - Infinite no es de confiar.
Renard se rió.
- No necesito confiar en él. - dijo. - Solo necesito su dinero.
Scourge, consumido por la ira y la sed de venganza, se abalanza sobre Renard.
- ¡Tú nos traicionaste! - grita Scourge, su voz furiosa y llena de rabia. - ¡Pagarás por esto!
Tails, también enfurecido, se une a Scourge.
- ¡Renard, eres un traidor! - dice Tails, su voz fría. - ¡No te permitiremos escapar!
Renard, sonriendo astutamente, se prepara para defenderse.
- ¡No podrán detenerme! - dice Renard. - ¡Infinite me protegerá!
Fiona y Lysander intentan intervenir, pero Scourge y Tails están demasiado enfurecidos para escuchar.
- ¡Déjanos! - grita Scourge. - ¡Este es nuestro asunto!
Tails se acerca a Renard.
- Renard, Infinite no está aquí para protegerte.
Scourge se acerca, su ira aún ardiente.
- Entonces, no tienes escapatoria. - dice Scourge. - Pagarás por tu traición.
Renard se sorprende, su sonrisa desapareciendo.
- ¿Qué... qué quieres decir? - tartamudea Renard.
- Infinite nos dejó una pista. - explica Tails. - Está ocupado en otro lugar. No puede ayudarte.
Scourge se acerca, su ira aún ardiente.
- Es hora de pagar por tu traición. - dice Scourge.
Renard retrocede, asustado.
- No... no puede ser. - dice Renard. - Infinite me prometió...
Fiona se acerca, su voz firme.
- Renard, tu elección fue traicionarnos. - dijo. - Ahora enfrentarás las consecuencias.
Renard, desesperado, intenta huir del grupo.
- ¡No pueden hacerme nada! - grita Renard, mientras corre.
Scourge y Tails lo persiguen, decididos a castigarlo por su traición.
- ¡No te escaparás! - grita Scourge.
Tails utiliza su velocidad y agilidad para alcanzar a Renard.
- ¡Alto! - dijo, bloqueando el camino de Renard.
Renard se detiene, rodeado por el grupo.
- No hay escapatoria. - dice Fiona.
Scourge se acerca, su ira aún ardiente.
- Es hora de pagar por tu traición.
Renard se encoge de miedo.
- Por favor... no me hagan daño
Tails lo mira con desprecio.
- Eres un traidor. - dice. - No mereces piedad.
Lysander se acercó con una pistola y apuntó a Renard.
- No tienes derecho a vivir después de lo que hiciste.
Renard tembló, sus ojos fijos en la pistola.
- Por favor... no me mates. - suplica.
Scourge se acerca, su ira aún ardiente.
- Deberíamos matarlo. - dice. - Es el único castigo adecuado para un traidor como él.
Tails asiente en acuerdo.
- Sí, no merece vivir.
Lysander aprieta el gatillo, y un disparo resuena en el aire. Renard cae al suelo, su cuerpo inmóvil.
Scourge se acerca, su ira satisfecha.
- Es el fin que merecía.
Tails asiente en acuerdo.
- Un traidor no merece piedad.
Fiona se acerca, su expresión seria.
- Ha terminado. - dice. - Ahora debemos informar a Sonic.exe sobre lo que ha ocurrido.
Lysander se guarda la pistola.
- Es hora de continuar. - dice Lysander.
El grupo se dispersa, listo para enfrentar los próximos desafíos.
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