Amy esperaba ansiosamente a Sally, estaba convencida de que ella le creería. Sin embargo, pasaron dos horas desde que Sally debía haber llegado. Amy había enviado mensajes, pero no obtenía respuesta.

Intento llamar a Sally, pero la llamada entraba directamente al buzón.

Su última esperanza era Sonic. Marcó su número y esperó con ansiedad.

La llamada se conectó, pero en lugar de la voz de Sonic, escuchó gruñidos. La línea se cortó abruptamente.

Amy se quedó con el celular en la mano, su mirada perdida en la nada.

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El fin de semana había llegado, y Sonic estaba ansioso por ver a Amy. Se había preparado para la ocasión, comprando un conjunto elegante que resaltaba su figura.

Mientras se ajustaba la corbata, su celular sonó, rápidamente contestó.

- ¡Eh, Tails! ¿Qué pasa?

Tails se rió al otro lado de la línea.

- ¡Nada, Sonic! Solo quería invitarte a comer pizza conmigo y Knuckles. ¡Vamos a probar esa nueva pizzería que abrió en la ciudad!

Sonic se rió también, intentando mantener la ilusión.

- ¡Genial, Tails! Me encantaría unirme a ustedes. ¿Qué hora es?

Después de una pequeña charla, Sonic colgó y se miró al espejo, su reflejo mostraba unos ojos negros con pupilas rojas y su pelaje pálido.

- Me siento... aliviado cuando pienso en ti, Amy. Como si finalmente pudiera dejar atrás el peso que he llevado durante tanto tiempo.

A pesar de lo que dijo, lo que en realidad quería era todo de ella. Besarla, tocarla y devorarla.

Se acercó a la cama, donde una cajita envuelta en papel rojo con un moño negro esperaba. La miró con una sonrisa.

- Todo está listo

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Amy se sumergió en el baño de burbujas, pensando en lo que escuchó en la llamada ¿Qué eran esos sonidos? Sonic no pudo haberlos hecho.

Mientras jugueteaba con la espuma, haciendo que las burbujas volaran y explotaran, su mente comenzó a vagar.

¿Qué o quién estaba controlando su mente? ¿Por qué ve a Sonic con ese aspecto?

La idea de buscar ayuda psiquiátrica la aterraba. No quería admitir que estaba perdiendo la cordura.

Con un suspiro, salió del baño y se dirigió a su armario. Eligió un vestido rojo intenso y ajustado, unos zapatos negros de tacón alto, con detalles de terciopelo. Caminó hacia el tocador, abrió una cajita que contenía pendientes y collares. Escogió unos pendientes dorados y simples. Comenzó a maquillarse, delineó sus ojos y usó un labial rojo intenso.

Pensó en Sally, que no supo nada de ella, se preguntó si estaba bien.

Quería hablar con Sonic sobre lo que le sucedía. Necesitaba ayuda.

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Mientras tanto, Sonic y sus amigos comían pizza. Aunque solo comió una porción, ya que era guardar espacio para la cena con Amy. Miró la hora en su celular.

- ¡Eh, chicos! Me encantó la pizza, pero tengo que irme. Tengo una cita especial esta noche.

- Claro, Sonic. Pero antes de que te vayas, tenemos una noticia. - dijo Tails con una sonrisa.

Sonic se sentó de nuevo, aunque no estaba interesado.

- ¡Vamos, Tails! ¡No me dejes en suspenso! ¿Qué pasa?

- ¡Mina va a estar en la ciudad! ¿Te acuerdas de ella? Siempre se ríe de tus bromas.

Sonic lo miró con confusión, pero decidió no hacerle preguntas y seguirle la corriente.

- ¡Ah, sí! Mina, claro. ¡Es una gran amiga! Me alegra saber que va a estar en la ciudad.

En su cabeza se preguntaba "¿Quién es Mina?"

Se despidió de sus amigos y salió de la pizzería , corriendo hacia el restaurante donde lo esperaba Amy.

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Amy llegó al restaurante, revisó la hora, había llegado justo a tiempo. Esperó. Entonces escuchó una voz.

- Lamento la demora, Amy. - se disculpó y tomó su mano.

- ¡Sonic! - se sorprendió por el gesto y sonrió. - Me encanta tu nuevo traje. ¿Te lo compraste especialmente para nuestra cita?

- ¡Claro que sí, Amy! Quería impresionante. Me encanta verte sonreír. ¿Te gusta el restaurante? Reservé una mesa especial para nosotros.

- ¡Sonic, eres tan atento! Me siento como una princesa esta noche. ¿Qué te parece si pedimos algo de comer y luego hablamos?

Mientras hablaba con Amy, no podía evitar pensar en cómo hacer que ella fuera suya. Su obsesión crecía con cada paso, con cada palabra que intercambiaban. No importaba que tenía que hacer, que tenia que decir.

Amy, ajena a los pensamientos siniestros de Sonic, se sintió halagada por la atención que él le prestaba. No notó nada fuera de lo común en su comportamiento, y se sintió cada vez más cómoda en su presencia.

Mientras ordenaban la comida, Sonic se mantuvo atento a ella, preguntándole sobre su día y escuchándola con interés. Pero en el fondo, quería seguir con su juego.

Cuando Amy comenzó a contar una anécdota, los muros del restaurante en ojos enrojecidos que lloraban sangre.

Sonic no pareció darse cuenta de lo que estaba sucediendo y siguió escuchándola atentamente.

- ¿Qué pasó después?

Amy se detuvo en seco, su sonrisa se desvaneció y su mirada se desvió hacia los muros del restaurante. Sus ojos se abrieron en par en par y su respiración se volvió agitada.

- ¿Qué... qué es esto? - balbuceó.

Sonic, ajeno a la reacción de Amy, siguió preguntando.

Amy se volvió hacia él, su mirada llena de confusión y miedo.

- ¿No ves eso? - preguntó, señalando los muros del restaurante. - ¿No ves los ojos?

Sonic se encogió de hombros, manteniendo su sonrisa.

- ¿Qué ojos?

Amy sintió un escalofrío recorrer su espalda ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Sonic no veía lo que ella veía?

- No sé que me está pasando. Últimamente he estado viendo cosas, una voz me habla y-

Sonic se rió suavemente.

- Eh, Amy, no te preocupes por eso. Es solo tu imaginación. Estás trabajando demasiado y necesitas relajarte un poco.

Justo llegó el camarero con la comida y Sonic comenzó a comer, mientras Amy luchaba por mantener la calma.

Tomó un bocado de su comida, pero no podía saborear nada. Su mente estaba demasiado ocupada intentando entender qué estaba pasando. Miró a Sonic, que comía con gusto, sin parecer notar nada fuera de lo común. Ella, por otro lado, se sentía como si estuviera viviendo en una pesadilla.

Tomó otro bocado, pero su mano temblaba ligeramente al llevar la comida a su boca.

Mientras comía, no podía evitar lanzar miradas nerviosas a los muros del restaurante, esperando ver de nuevo los ojos enrojecidos que lloraban sangre. Pero, por ahora, no había nada. Solo la normalidad de una cena romántica.

Cuando terminaron de comer, Sonic sacó un regalo.

- Mira lo que tengo para ti.

Amy se tranquilizó, soltó un suspiro y trató de sonreír.

- ¡Oh, Sonic! No tenías que hacer eso.

Tomó el regalo y comenzó a abrirlo, dentro de la caja encontró un collar de plata con un pequeño cristal rojo en el centro.

- Es hermoso, Sonic.

Sonic se levantó y se acercó a colocarle el collar. Amy se sintió conmovida, miró al azulado a los ojos y vio la sinceridad y el cariño en su mirada.

Sonic comenzó a acariciar su cabello.

- ¿Te llevo a casa?

Amy asintió. Sonic pagó la cuenta y la llevó a un lugar, ella sintió curiosidad, hasta que aparecieron fuegos artificiales. Los erizos se quedaron viendo el cielo, siendo un momento mágico.