En la mañana, Sonic comenzó su rutina. Pensaba en comprar algo para Amy, tenía varias opciones. Quería que el momento fuera especial. Tal vez podría dar el paso, pero dependía de la respuesta de Amy. Aún así, no podía negar que son algo más.

- Tu cuerpo será mío.

Se sobresaltó por el tono de la voz, miró a todos lados, pero no había nadie. Supuso que fue su imaginación. Decidió salir a correr, como siempre.

- Ella será mía.

Se detuvo, supo que la voz provenía de alguna parte, pero no podía ver la figura. Frunció el ceño, dispuesto a enfrentarla.

- ¿Quién eres?

Instantáneamente, todo se puso oscuro. Sonic no comprendía qué estaba pasando, pero apareció la versión de él mismo con un aspecto siniestro. Se acercó y agarró su brazo con fuerza.

Parpadeó y se encontraba tirado en el suelo. Tocó su brazo temblorosamente. Quería creer que fue su imaginación, pero era tan real que era imposible.

- ¿Sonic? - escuchó una voz.

Volteó, a su lado se acercaba Sally, una ardilla antropomórfica, de cabello rojizo y ojos azules.

- Ha pasado el tiempo. - sonrió. - ¿Cómo has estado?

Sonic iba a hablar, pero la voz lo interrumpió.

- No quieres que piense que estás loco, ¿Verdad? No le digas nada.

Comenzó a sentir un miedo que no podía controlar.

- No te va a creer. No tiene caso que le digas. - continuó la voz.

Sonic se quedó mirando a la chica, comenzó a convencerse de qué la criatura tenía razón, ¿Cómo podría creerle que algo le estaba pasando?

- Estoy bien.

- ¿Qué pasa? Pareces preocupado. - observó Sally.

Sonic forzó una sonrisa, pero sus ojos seguían reflejando la preocupación que sentía.

- Solo estoy preocupado por qué Eggman no ha aparecido durante semanas.

Sally alzó una ceja, pero la excusa del azulado sonaba convincente.

- Cierto. Quizás está tramando algo.

- Si te acercas a ella, tomaré el control de tu cuerpo y la lastimaré.

Sonic tragó saliva. Sintió la urgencia de alejarse ahora. Retrocedió, sin quitar la mirada de Sally. Sabía que tenía que inventar otra excusa para alejarse.

- Me acordé de que debo ir a visitar a Knuckles, no he hablado con él en un tiempo.

- ¿Quieres que te acompañe? Podríamos ir juntos a visitar a Knuckles.

Sonic solo podía pensar que la criatura le iba a hacer algo si no se alejaba. Negó con la cabeza.

- Knuckles me dijo que quería hablar en privado.

- Oh, entiendo. Bueno, dile a Knuckles que lo saludé.

Sonic asintió, se despidió de Sally y corrió. Por un momento recordó su cita, se dirigió a una joyería, entró a ver las joyas. Había varias opciones, imaginó cómo se vería Amy con cada una.

Le llamó la atención un collar de plata con gemas rubíes, era perfecto y precioso. No dudó y lo compró.

Salió de la tienda, pero comenzó a caminar lentamente, cayó al suelo boca abajo, como si se hubiera desmayado.

❦❦❦

Sonic despertó en una cama, se levantó y analizó el lugar, se encontraba en una habitación. Se preguntó en dónde estaba y cómo había llegado ahí. Miró a todos lados, vió que a su lado estaba una gata con el cuello degollado. Saltó del susto, se alejó y se cayó de la cama. Se percató que estaba manchado de sangre, sus manos comenzaron a temblar.

Sonic se sentó en la cama, intentando recordar cómo había llegado ahí. Pero su mente estaba en blanco. La gata muerta a su lado parecía estar mirándolo, sus ojos vacíos y sin vida.

- Voy a unir mi espíritu al tuyo, y así te tendrás que rendir.

- ¿Por qué me estás haciendo esto? ¡No entiendo nada!

La entidad soltó una risa burlona.

- Todo lo que quiero es estar con ella. Con esa eriza.

Sonic se sintió como si su corazón se hubiera detenido. No podía creer que la entidad estuviera interesada en Amy. Sabía que tenía que actuar rápido, encontrar una forma de deshacerse de la criatura que amenazaba con consumirlo.

- Deberías encargarte del cuerpo y de las evidencias.

Sonic negó con la cabeza.

- No, yo no soy un asesino.

La entidad comenzó a reír de nuevo, y Sonic se sintió como si estuviera siendo consumido por la locura. Pero, algo que lo perturbaba, era que había dejado de ser un héroe... acababa de convertirse en un asesino.

La culpa y el remordimiento lo consumían, haciéndolo incapaz de escapar de ambas.

- Si no lo haces tú, lo haré yo.

De repente, los ojos de Sonic cambiaron a negros con pupilas rojas, se acercó a la cama y alzó las manos, con su poder hizo apareciera fuego en el colchón. Entonces el erizo volvió a sí mismo, al ver lo que había hecho, retrocedió. Buscó el collar, rápidamente lo agarró y huyó.

La voz comenzó a repetir su nombre muchas veces, causando que comience a llorar, no lágrimas, sino sangre. Sonic se tapó los oídos.

- ¡Cállate, cállate, cállate!

En medio de su desesperación, unas patrullas aparecen y comienzan a apuntarle con sus armas, con tal de atraparlo.

- ¡Señor, baje el collar y ponga las manos en alto! ¡Es una orden!

Sonic tembló, pero una sonrisa se dibujó en su rostro, comenzó a reír macabramente. Lentamente sus ojos se tornaban negros y sus pupilas esmeraldas se tornaron a rojas. Se elevó por los aires y les lanzó una energía que los mató en poco tiempo.

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Mientras tanto, Amy estaba en una sala, tenía ojeras y bebía una taza de té, a su lado estaba una conejita, Cream.

- Entonces, ¿Estás viendo cosas extrañas?

- Sí, te lo aseguro.

Cream la miró con incredulidad.

- Podría ser esquizofrenia.

Amy colocó la taza en la mesita y abrió más los ojos.

- No puede ser eso. Escuchaba una voz y veía a Sonic con una apariencia muy extraña.

Cream intentó convencerla que solo era su imaginación, pero Amy insistía que algo la acechaba. La pequeña comenzó a ponerse nerviosa, hasta que su madre, Vanilla, apareció.

- Ya fue suficiente. Creo que es mejor que regreses a casa.

Amy no podía creer que la tomaran por loca, se levantó sin decir una palabra. Caminó rápidamente a la puerta principal y salió, dejando a Cream y a Vanilla en la casa. La pequeña suspiró.

- Me preocupa que Amy está perdiendo la noción de la realidad. ¿Crees que deberíamos llevarla a ver a un especialista?

- Sí, creo que sería una buena idea llevarla a ver un especialista. No quiero que Amy se sienta sola en esto.

Cream y Vanilla se miraron entre sí, preocupadas por la salud de Amy.

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Amy caminó un rato, quería comprender qué le estaba pasando, entonces vio un hospital psiquiátrico, la posibilidad de que estuviera loca la hizo sentir vulnerable y asustada. Se sintió como si estuviera caminando en un laberinto sin salida, sin saber que era real y qué no. No sabía qué hacer. Soltó un suspiro. Se preguntó si Sonic le creería, o si la consideraría una loca también.