Capítulo 33
Shadow y los demás siguieron su camino en la mina, sus pasos resonando en las paredes de piedra. La oscuridad tan profunda que parecía tragarse la luz, solo iluminada por las débiles luces de las antorchas que llevaban consigo. El aire era pesado y húmedo, lleno del olor a tierra y mineral.
- ¿Cuánto más tenemos que caminar? - preguntó Silver.
- No mucho. - respondió Shadow, su mirada fija en el camino adelante.
De repente, se escuchó un ruido extraño, como un susurro. Los chicos se detuvieron, alertos.
- ¿Qué fue eso? - susurró Silver.
A medida que avanzaban, el ruido se hizo más fuerte y comenzó a sonar como un canto suave y melódico. Los chicos se miraron entre sí, confundidos.
- ¿Qué es eso? - preguntó Valtor.
De repente, la oscuridad se iluminó con una luz suave y azulada. Los chicos se encontraron en una gran cámara subterránea, llena de cristales brillantes y estalactitas que reflejaban la luz. En el centro de la cámara, había un pedestal de piedra, y sobre él, un polvo brillante y luminoso.
- Es el polvo de estrellas. - susurró Valtor.
Pero, justo cuando estaban a punto de alcanzarlo, una figura emergió de las sombras. Era una dragona antropomorfica imponente, con una estatura que superaba los dos metros de altura.
- Soy Astrid, la guardiana del polvo de estrellas. ¿Por qué han venido aquí?
Shadow se adelantó.
- Hemos venido a buscar el polvo de estrellas. - respondió. - Necesitamos su poder para salvar nuestro mundo.
Astrid los miró fijamente.
- El polvo de estrellas no es algo que se pueda tomar sin dar nada a cambio. Deben demostrar su valentía y determinación para obtenerlo.
- Aceptamos. - dijo Shadow.
Astrid asintió.
- Muy bien. La Prueba del Valor comenzará ahora. Entren en la niebla y enfrenten sus miedos.
La niebla se espesó aún más, y Shadow se miró nerviosamente. Luego, tomaron una profunda respiración y entraron en la niebla.
Al principio, no podían ver nada. La niebla era tan espesa que parecía una pared blanca. Pero luego, comenzaron a distinguir figuras en la distancia.
A medida que se acercaban, las figuras se volvían más claras. Eran sombras oscuras que parecían moverse por sí solas.
La sombra que se cernía frente a Shadow comenzó a tomar forma, adoptando la apariencia de un reflejo oscuro de sí mismo.
- ¿Qué se siente haber fallado a alguien que te importaba como una hermana? - preguntó con una sonrisa burlona.
La sombra oscura de Shadow habló con una voz que era una versión distorsionada de la suya.
- No... - Shadow comenzó a responder.
Pero la sombra lo interrumpió.
- ¿No qué? ¿No te sientes culpable?
La sombra se acercó un paso más, su aura de oscuridad envolviendo a Shadow como una nube tóxica.
- Tú siempre te creíste el héroe, Shadow. Pero en realidad, eres un fracasado. No pudiste salvar a Amy cuando más te necesitaba.
Las palabras de la sombra eran como una lluvia de golpes, haciendo que Shadow se sintiera cada vez más pequeño y débil.
- No... no lo sé. - respondió Shadow, intentando mantener su voz firme.
- ¡Claro que lo sabes! - replicó la sombra. - Sientes culpa, arrepentimiento, rabia... ¡Una mezcla de emociones que te corrompe por dentro!
La sombra se acercó a un paso más, su voz adquiriendo un tono acusador.
- Tu orgullo te cegó, Shadow. No viste el peligro que se acercaba. Ahora te queda la culpa y la vergüenza. ¿Te imaginas cómo se sintió ella, sola y asustada, mientras tú estabas... ausente?
Las palabras de la sombra eran como un látigo, golpeando a Shadow con fuerza.
- Sí, me siento culpable. - dijo Shadow. - Pero no voy a dejar que ese sentimiento me consuma. Voy a encontrar una manera de perdonarme a mí mismo y seguir adelante.
- ¡Eso es fácil de decir! - replica la sombra con desdén. - Pero ¿cómo vas a perdonarte a ti mismo? ¿Cómo vas a seguir adelante cuando sabes que ella sufrió por tu negligencia?
La sombra se acerca aún más, su voz adquiriendo un tono más agresivo.
- Tu negligencia no solo mató a Amy, sino que también te condenó a una vida de arrepentimiento.
Shadow frunció el ceño.
- ¡Sí, me siento culpable! ¡Me siento débil por no haber podido proteger a Amy! Pero no voy a dejar que tú me definas. No voy a dejar que mi culpa me consuma. ¡Voy a encontrar una manera de hacer las cosas bien, y voy a empezar por destruirte!
La sombra se ríe con una risa siniestra, disfrutando del dolor y la rabia de Shadow.
- ¡Ah, Shadow, eres tan predecible! ¡Crees que puedes destruirme, pero yo soy una parte de ti mismo! ¡Soy tu sombra, tu lado oscuro! ¡No puedes destruirme sin destruirte a ti mismo!
Shadow se lanzó hacia adelante como un rayo, su puño cerrado y listo para golpear. Pero la sombra fue demasiado rápida, esquivando el ataque con facilidad. La oscuridad parecía danzar alrededor de Shadow, burlándose de sus intentos de golpear.
La sombra contraatacó con una ola de oscuridad que intentó envolver a Shadow, pero este saltó hacia atrás en el último momento, evitando el ataque por poco. Su respiración se aceleró, y su determinación creció con cada momento.
La batalla entre Shadow y su sombra continuó, con ambos intercambiando golpes y esquivando ataques. La oscuridad y la luz se enfrentaban en un espectáculo de fuerza y determinación.
La sombra parecía disfrutar de la lucha, pero Shadow estaba decidido a superarla y encontrar la redención.
De pronto, la sombra asestó un golpe demoledor en el estómago de Shadow, enviándolo volando hacia atrás. Shadow se levantó con dificultad, jadeando y sintiendo un dolor intenso.
- ¿No puedes admitir la verdad? - preguntó la sombra, burlándose de él. - ¿No puedes ver que eres débil y que siempre fallarás?
Shadow se levantó, su mirada fija en la sombra.
- No. - dijo, su voz firme. - No soy débil. Soy fuerte. Y no voy a dejar que tú me definas.
La sombra se rió.
- ¡Tú no eres fuerte! ¡Eres un fracasado! ¡Y siempre lo serás!
Shadow se lanzó hacia adelante, su puño cerrado y listo para golpear. Esta vez, no falló. Su puño conectó con la sombra, enviándola volando hacia atrás.
- ¡No! - gritó la sombra, su voz desesperada. - ¡No puedes vencerme!
Shadow se acercó a la sombra, su mirada fija en ella.
- Sí puedo. - dijo. - Y lo haré.
La sombra intentó levantarse, pero Shadow la detuvo, sujetándola con fuerza.
- No más. - dijo. - No más mentiras. No más culpa.
La sombra se desvaneció, y Shadow se sintió libre. Había vencido a su sombra, y había encontrado la redención.
- Lo hice. - dijo, sonriendo.
La niebla se dispersó lentamente, revelando la figura majestuosa de Astrid. La dragona miró a Shadow con una expresión serena, como si estuviera evaluando su valor.
- Shadow, has demostrado tu valentía y determinación al vencer a tu sombra. Ahora, debes enfrentar el próximo desafío. ¿Estás preparado?
Shadow asintió, sintiendo un escalofrío de emoción.
- Estoy listo. - dijo, su voz firme.
La dragona sonrió, mostrando sus dientes afilados.
- Entonces, comencemos.
Y con un movimiento de su cola, la niebla se cerró de nuevo, revelando un nuevo camino para Shadow seguir.
Shadow continuó su camino a través de la niebla. Astrid les indicó que la próxima puerta los llevaría directamente a donde estaba Amy, pero advirtió que la puerta estaba protegida por un poderoso hechizo que solo permitía pasar a aquellos que hubieran demostrado ser verdaderamente valientes y determinados.
La puerta estaba custodiada por un gigantesco guardián de piedra que solo permitía pasar a aquellos que pudieran responder a una pregunta: "¿Qué es lo que más temes perder?"
Shadow se detuvo frente a la puerta, mirando al gigantesco guardián de piedra. La niebla se arremolinaba a sus pies, y la atmósfera era tensa.
- ¿Qué es lo que más temes perder? - repitió el guardián, su voz como un trueno.
Shadow miró hacia adelante, buscando inspiración.
- Lo que más temo perder es a mis amigos. - dijo, mirando hacia adelante. - Y a Amy, por supuesto.
El guardián de piedra lo miró fijamente, y luego asintió lentamente.
- La respuesta es correcta. - dijo. - Puedes pasar.
Astrid se acercó y les entregó el polvo de estrellas, y Shadow sintió su poder.
- Aquí está. - dijo Astrid, extendiendo su mano y ofreciéndoles un frasco lleno de un polvo brillante y luminoso. - El polvo de estrellas. Con este poder, podrán salvar a Amy y restaurar la luz en su mundo.
Shadow tomó el frasco, sintiendo una energía poderosa que emanaba de él.
- Gracias, Astrid. - dijo, mirándola con gratitud. - No sabemos cómo podríamos haberlo hecho sin tu ayuda.
Astrid sonrió, su rostro iluminado por la luz del polvo.
- No hay de qué. - dijo. - Son los elegidos para salvar su mundo. Ahora, vayan y cumplan con su destino.
Shadow asintió. Sabía que la batalla final estaba cerca.
- Vamos. - dijo, mirando hacia adelante. - Es hora de salvar a Amy y restaurar la luz en nuestro mundo.
La puerta se abrió con un crujido, revelando un pasillo oscuro y sinuoso. Shadow avanzó hacia el pasillo, listo para enfrentar lo que les esperaba al final.
****
F
inalmente, la luz disminuyó un poco, permitiendo que Shadow y sus amigos vieran su entorno. Estaban en una gran sala llena de cristales y joyas relucientes, que reflejaban la luz y la hacían danzar en el aire.
El grupo observó detenidamente la sala, absorbiendo cada detalle, cuando de repente la puerta se abrió de golpe, revelando a Renard, que los miró con una expresión de sorpresa y confusión. Su mirada recorrió el grupo, como si no pudiera creer lo que estaba viendo.
- ¿Qui... quiénes son ustedes? - tartamudeó Renard, su voz llena de incredulidad.
Shadow y sus amigos se miraron entre sí, igualmente sorprendidos por la aparición de Renard.
Renard parecía estar en una especie de trance, como si hubiera sido controlado o manipulado de alguna manera. Pero de repente, su expresión cambió y sacó un comunicador de su bolsillo.
- ¡Hay intrusos en la sala! - gritó, su voz firme y autoritaria.
- ¡Usen el polvo de estrellas! - susurró Shadow, mientras sacaba un poco del polvo de su bolsillo.
Valtor, Blaze y Silver hicieron lo mismo, y juntos, esparcieron el polvo en el aire. El polvo brilló con una luz suave y etérea, y de repente, una barrera mágica se formó alrededor de ellos, protegiéndolos de cualquier ataque.
Renard se quedó con la boca abierta, sorprendido por la repentina aparición del polvo de estrellas.
- ¿Cómo... cómo lo obtuvieron? - tartamudeó, su mirada fija en el polvo. - Ese es el polvo de estrellas que hemos estado buscando durante tanto tiempo...
De la nada, Fiona apareció en la sala, seguida por un montón de soldados armados hasta los dientes.
- ¡Alto!
Shadow y sus amigos se sorprendieron por la repentina aparición de Fiona y los soldados. Pero sabían que tenían que aprovechar la oportunidad.
La sala estalló en caos cuando los soldados de Fiona se enfrentaron a Shadow, Valtor, Blaze y Silver.
Shadow y sus amigos se defendieron con todas sus fuerzas, utilizando sus habilidades y armas para mantener a raya a los soldados. Pero eran muchos, y pronto se encontraron rodeados.
Fiona se abrió paso a través de la batalla, su mirada fija en el polvo de estrellas.
- ¡Necesito ese polvo para mis propios fines! - gritó, mientras se lanzaba hacia Shadow.
Justo cuando la batalla parecía estar llegando a su climax, una figura apareció en la sala. Era Sonic.exe.
- Ese maldito... - murmuró Shadow.
Sonic.exe se dirigió hacía Shadow, su mirada fija en él.
- Tú... has estado en mi camino durante mucho tiempo. - gruñó.
Shadow se preparó para el ataque.
- No te permitiré que te salgas con la tuya.
Shadow y Sonic.exe se enfrentaron en una batalla feroz, sus movimientos rápidos y furiosos.
De repente, Amy apareció en la sala, su mirada confundida.
- ¿Qué... qué está pasando? - murmuró.
Shadow volteó sorprendido, Sonic.exe lo rasguñó en el pecho, luego el otro se acercó a ella, intentando hacer que recordara.
- Amy, soy Shadow. ¿No te acuerdas de mí?
Pero antes de que Amy pudiera responder, Sonic.exe se volvió hacia ella con una sonrisa maligna.
- Ah, Corvus. Has sido una pieza clave en mi plan.
Sonic.exe levantó su mano y golpeó a Corvus, haciéndola caer al suelo.
- Si no se rinden, le quitaré el alma y nunca volverán a verla. - gruñó, su mirada fija en Shadow.
Shadow se enfureció, su determinación de proteger a Amy y detener a Sonic.exe más fuerte que nunca.
- ¡Nunca nos rendiremos! - gruñó, mientras se lanzaba hacia Sonic.exe con un ataque furioso.
Sonic.exe formó una sonrisa macabra y con su poder hizo que Amy comenzara a convulsionar violentamente, su cuerpo sacudido por espasmos incontrolables. Shadow se horrorizó al verla sufrir de esa manera.
- ¡Detente, Sonic.exe! - gritó, su voz llena de desesperación. - ¡No le hagas daño!
Sonic.exe se rió, su sonrisa macabra creciendo.
- ¡Rindanse y la dejaré en paz!
En ese instante todos se detuvieron por Amy. Shadow se detuvo en seco, su mirada fija en Amy, que seguía convulsionando en el suelo. Fiona y los demás también se detuvieron, esperando a ver qué haría Shadow.
- ¡No te rindas, Shadow! - gritó Valtor, pero Shadow no respondió.
- ¡Shadow, no puedes confiar en él! - gritó Blaze, pero Shadow seguía sin responder.
Sonic.exe se rió de nuevo, su sonrisa macabra creciendo.
- ¡Ves, Shadow, no tienes elección! ¡Ríndete y la dejaré en paz!
Shadow cerró los ojos, su mente luchando contra la desesperación. Sabía que no podía confiar en Sonic.exe, pero no podía ver a Amy sufrir de esa manera.
- ¡Está bien...! - murmuró Shadow, abriendo los ojos. - ¡Me rindo!
La sala se quedó en silencio, esperando a ver qué sucedería después.
Sonic.exe sonrió satisfactoriamente.
- Muy bien. - dijo, y con un gesto de su mano, liberó a Amy de su control.
Amy se desplomó en el suelo, jadeando y temblando, pero ya no convulsionaba. Shadow se apresuró a su lado, ayudándola a levantarse con preocupación.
- ¿Estás bien? - le preguntó, mirándola con ansiedad.
Sin embargo, Amy lo miró con una expresión de repentina hostilidad y le propinó una patada furiosa, que Shadow no pudo esquivar.
Shadow se sorprendió al recibir el golpe y retrocedió un paso, confundido.
- ¿Amy, qué...? - comenzó a decir, pero ella lo interrumpió.
- ¡No me toques! - gritó, su mirada llena de ira y confusión. - ¡No sé quién eres ni qué quieres, pero déjame en paz!
Shadow se quedó helado, sin entender qué estaba pasando.
- Amy, soy Shadow, tu amigo... ¿No te acuerdas de mí?
Amy lo miró con desconfianza, su expresión endurecida.
- No sé de qué hablas. No te conozco.
Sonic.exe se rió, su sonrisa maligna creciendo.
- Ah, Shadow, parece que tu amiga no te recuerda. ¿Qué has hecho para merecerte esto?
Amy se levantó, su mirada aún nublada por la confusión y la desconfianza. Blaze la observó con tristeza y preocupación, intentando llegar a ella.
- Amy, por favor, recuerda. - le suplicó Blaze, su voz llena de emoción. - Somos tus amigos, tus aliados. Hemos luchado juntos en muchas batallas, hemos compartido momentos de victoria y derrota. No puedes haber olvidado todo eso.
Amy la miró, su expresión inmutable y fría.
- No sé de qué hablas. - dijo, su voz distante y sin emoción. - No conozco a ninguno de ustedes. No me acuerdo de nada.
Blaze se acercó a ella, su corazón destrozado.
- Amy, por favor, intenta recordar. - le rogó. - Intenta recordar nuestros momentos juntos, nuestras risas, nuestras lágrimas. No puedes haber olvidado todo eso.
Sonic.exe se rió de nuevo, su sonrisa maligna creciendo mientras se regodeaba en la confusión y la desesperación de Amy.
- Excelente. - dijo, su voz llena de sarcasmo. - Amy, eres más fuerte de lo que pensaba. No te dejarás manipular por sus mentiras.
Shadow frunció el ceño, su mirada fija en Sonic.exe con una mezcla de ira y desconfianza.
- Déjala en paz. - gruñó, su voz baja y amenazante.
Sonic.exe se rió, su sonrisa maligna creciendo mientras volvía a estrechar su mano hacia Amy.
- ¿No querrás que vuelva a hacerle daño o sí? - repitió, su voz llena de sarcasmo y desafío.
Amy, aún confundida y desorientada, miró a Sonic.exe, algo en las palabras de él resonó en su mente.
- No... no quiero que me hagan daño. - murmuró, su voz débil pero firme.
Sonic.exe se rió de nuevo, su sonrisa creciendo.
- Excelente. - dijo. - Entonces, Shadow, te recomiendo que te calmes y no hagas nada que pueda provocarme. De lo contrario...
Blaze se acercó a Shadow, su rostro reflejando una profunda preocupación.
- Shadow, esto va a empeorar. - advirtió, su voz baja y urgente.
Shadow se volvió hacia ella, su mirada aún clavada en Sonic.exe.
- Lo sé. - gruñó, su voz tensa y baja. - Pero no puedo dejar que le haga daño a Amy. Debo protegerla.
Blaze puso una mano en el hombro de Shadow, su expresión llena de empatía y preocupación.
- No es solo Amy. - insistió. - Sonic.exe tiene un poder que no entendemos.
Shadow frunció el ceño y sacó el polvo de estrellas, su mano temblando ligeramente al sostenerlo. Sabía que era su última esperanza para detener a Sonic.exe, pero también sabía que sería arriesgado para Amy.
- Shadow, no... - comenzó a decir Blaze, su voz llena de preocupación.
- Pero ¿qué otra opción tenemos? - replicó Shadow, su mirada fija en Sonic.exe.
Sonic.exe se rió, su sonrisa maligna creciendo.
- Adelante, Shadow. - dijo. - Usa tu polvo de estrellas. Pero no te sorprendas si no funciona como esperas.
Shadow suspiró, su mirada cayendo al suelo.
- No puedo hacerlo. - dijo, su voz llena de derrota.
Sonic.exe se rió de nuevo, su sonrisa triunfante.
- Sabía que eras débil. - dijo. - Sabía que no tenías el coraje de hacer lo que fuera necesario.
Blaze se acercó a Shadow, su expresión llena de comprensión.
- No es débil. - dijo. - Es humano.
Sonic.exe se encogió de hombros.
- Da igual.
****
Momentos después, los héroes fueron arrastrados a las celdas, separados y encerrados en confinamientos individuales. La sensación de desesperanza era abrumadora.
Fiona se detuvo frente a la celda de Shadow, que era pequeña y húmeda, su pistola apuntando directamente a su cabeza.
- Entrega el polvo de estrellas. - ordenó, su voz fría y despiadada. - Ahora.
El azabache suspiró profundamente, sabiendo que si se resistía, Amy estaría condenada a una perdición eterna. Con un gesto de resignación, entregó el polvo de estrellas, su mano temblando ligeramente al soltar el último vestigio de esperanza.
Fiona sonrió triunfante.
- Debió ser un largo viaje para conseguir esto. - dijo, su voz llena de sarcasmo. - ¿No es así, Shadow?
Shadow no respondió, su mirada fija en el suelo, su expresión sombría. Fiona se rió, el sonido de su risa resonando en la celda como un eco de maldad.
- Supongo que no necesitas decir nada. - dijo, su voz aún llena de sarcasmo. - Tu silencio es más elocuente que cualquier palabra. Sabes que has perdido, Shadow. Y pronto, Sonic.exe será el dueño de este mundo.
La oscuridad de la celda parecía cerrarse sobre Shadow, como si la propia desesperanza se estuviera apoderando de él.
****
Fiona entró en su oficina, cerrando la puerta detrás de ella. Se dirigió a su escritorio, donde una pequeña caja de vidrio la esperaba. Con cuidado, abrió la caja y vertió el polvo de estrellas dentro. La caja se cerró con un clic, y Fiona sonrió satisfecha.
- Ahora es mío. - dijo, su voz llena de triunfo. - Con este polvo, nada podrá detenernos. Sonic.exe será el dueño de este mundo, y yo seré su mano derecha.
Fiona se sentó en su silla, mirando la caja con admiración. Sabía que este era solo el principio. Pronto, tendrían el poder para conquistar todo. Y nadie podría detenerlos.
Pero, de repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio la vuelta, y su mirada se encontró con la de Scourge. Una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro.
- Finalmente lo conseguiste. - dijo Scourge, su voz baja y llena de admiración.
Fiona soltó una risita, y su mirada brilló con malicia.
- Lo conseguimos. - corrigió, enfatizando la palabra "nosotros".
Scourge se acercó a Fiona, su mirada fija en la caja de vidrio.
- Eres increíble. - dijo, su voz llena de orgullo. - Siempre supiste cómo conseguir lo que queremos.
Fiona sonrió, acariciando la mano de Scourge.
- No lo habría logrado sin ti. - dijo. - Juntos somos invencibles.
Scourge se inclinó y besó a Fiona, su pasión y amor evidentes.
- Pronto, dominaremos este mundo. - dijo, su voz llena de ambición. - Y nadie podrá detenernos.
Fiona se rió, su mirada brillando con malicia.
- Ya hemos comenzado a tejer nuestra red. - dijo. - Sonic.exe está listo para hacer su movimiento.
Scourge sonrió, su expresión igualmente maligna.
- Y nosotros estaremos allí para guiarlo. - dijo. - Juntos, conquistaremos todo.
De repente, la puerta se abrió con un golpe seco. Sugar, un zorro ártico de pelaje blanco como la nieve, entró en la habitación. Su cuerpo esbelto y ágil estaba diseñado para la velocidad y la agilidad, y su cola larga era tan expresiva como su mirada.
- ¿Qué pasa, Sugar? - preguntó Fiona, su voz baja y urgente.
Sugar alzó la cabeza, y su dispositivo de comunicación en el cuello comenzó a emitir una voz sintética mientras una luz roja parpadeaba ritmicamente.
- La organización "Nebula" está atacando la base. - informó la voz.
Fiona se tensó, su rostro pálido.
- ¿Cuántos son? - preguntó, su voz baja y urgente.
Sugar consultó su dispositivo, y la voz sintética respondió:
- Se detecta actividad hostil en los sectores 3 y 5, pero no se ha confirmado el número de atacantes.
Scourge se adelantó.
- Debemos actuar rápido. - dijo. - No podemos permitir que Nebula tome el control.
Fiona asintió, su mirada decidida.
- Scourge, prepárate para la defensa. Sugar, manténme informada sobre la situación.
Infinite entró en la oficina, sorprendiendo a Fiona, Scourge y el zorro. Fiona se recuperó de la sorpresa y sonrió, aunque su mirada delataba curiosidad.
- Infinite, es un placer tenerlo aquí. - dijo. - ¿Qué lo trae a nuestra humilde oficina?
Infinite sonrió amablemente.
- Quería expresar mi admiración por la fiesta. - dijo. - Ha sido un evento memorable. Pero también tengo una pregunta... ¿Está todo bien aquí?
Scourge se puso tenso, su instinto protector hacia Fiona activado.
- ¿A qué se refiere, Infinite? - preguntó, su voz baja y cautelosa.
La sonrisa de Infinite se tornó siniestra.
- No necesito responder a sus preguntas. - dijo Infinite, su voz baja y peligrosa. - Porque pronto todo será mío.
Fiona y Scourge intercambiaron una mirada de alarma.
- ¿Qué estás diciendo? - preguntó Fiona, su voz firme.
Infinite se rió.
- Soy Infinite, líder de Nebula. - dijo. - Y pronto tomaré el control de esta base y de todo lo que hay en ella.
Fiona se mantuvo firme.
- No permitiremos que eso suceda. - dijo.
Infinite se rió nuevamente.
- Mi plan está en marcha. - dijo. - Ya es demasiado tarde.
Scourge se puso en guardia, su furia explotando.
- ¡No permitiré que tomes el control! - gritó, lanzándose hacia Infinite.
Infinite sonrió.
- ¡Vamos a ver quién es el más fuerte! - desafió.
La habitación estalló en un caos de movimientos rápidos y golpes. Scourge e Infinite se enfrentaron, sus habilidades igualadas.
Fiona se retiró, buscando una forma de alertar a los demás sobre la traición de Infinite.
- ¡Debo encontrar a los demás! - gritó, saliendo de la habitación.
Mientras tanto, Sugar observaba la pelea.
- ¿Debo intervenir? - se preguntó.
La batalla entre Scourge e Infinite continuó, nadie sabía qué pasaría a continuación.
****
Amy caminaba junto a Sonic.exe, su mano en la suya. De repente, escuchó una voz susurrante en su mente.
- Aléjate de él, Amy. No confíes en él. Tu amor por él es una ilusión, una trampa que te ha consumido. No ves cómo te trata, cómo te controla.
Amy se detuvo, confundida. ¿Quién era esa voz? ¿De dónde venía? Miró a Sonic.exe, pero él no parecía haber notado nada.
- ¿Amy, qué pasa? - preguntó Sonic.exe, notando su silencio.
Amy se encogió de hombros.
- Nada, solo estoy un poco cansada.
Pero la voz volvió a hablar.
- No te engañes, Amy. Ese amor no es saludable. Te ha matado, Amy. Ya no eres tú. Eres una sombra de lo que una vez fuiste. Una muerta viviente, atrapada en una relación tóxica.
Amy sintió un escalofrío. ¿Qué quería decir esa voz? De repente, recordó a Shadow. Algo en su mirada le había hecho sentir que la entendía.
- Shadow. - pensó Amy. - Necesito hablar con él.
Pero ¿dónde estaba Shadow? Amy no sabía dónde se encontraban las celdas secretas. Decidió buscar información. Se dirigió hacia la biblioteca de la base, esperando encontrar algún indicio.
Mientras buscaba, la voz volvió a hablar.
- Despierta, Amy. Reconoce la verdad. Sonic.exe no te ama, te posee. Y tú ya no tienes vida propia.
Amy sintió una creciente sensación de urgencia. ¿Qué estaba pasando? Amy buscó en la biblioteca durante horas, revisando documentos y mapas de la base. Finalmente, encontró un plano que parecía indicar la ubicación de las celdas secretas.
Estaban en el nivel más bajo de la base, en una zona restringida. Amy sabía que tendría que ser cuidadosa para no ser detectada. Tomó una copia del plano y se dirigió hacia la salida de la biblioteca.
La voz misteriosa no había vuelto a hablar, pero Amy sentía una creciente sensación de urgencia. Tenía que encontrar a Shadow y descubrir qué estaba pasando.
Al salir de la biblioteca, Amy se detuvo en el pasillo, mirando el plano. Sabía que tenía que moverse rápido.
- Este es el camino. - pensó Amy, y comenzó a correr.
La voz misteriosa susurró una última vez:
- ¡Despierta, Amy! ¡Salva lo que queda de ti!
Y todo quedó en silencio.
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