Al amanecer, Tails y Sally llegaron a la casa de Sonic, tocando desesperadamente la puerta con una urgencia que bordeaba la desesperación. Sonic.exe abrió, su mirada intensa y siniestra escudriñando la oscuridad.

- ¿En dónde estabas? - preguntó Sonic.exe, su voz llena de una preocupación que sonaba más a amenaza que a interés.

Sally sonrió sarcásticamente, su mirada brillando con una luz oscura y maliciosa.

- Me aburrí y salí de la casa... pero me secuestraron. Y descubrí que la oscuridad es mucho más divertida que la luz. - dijo, su voz llena de ironía y un toque de sadismo.

Tails se rió, su sonrisa torcida y cruel.

- Sí, y yo la rescaté. Pero no sin divertirme un poco. - añadió, su mirada brillando con una luz roja y siniestra.

Sonic.exe se enfureció. Su energía oscura comenzó a palpitar con una intensidad que hacía temblar el aire.

- ¿Quién te secuestró? - rugió, su voz baja y amenazante, llena de una furia que parecía capaz de destruir todo a su paso.

Sally se encogió de hombros, manteniendo su sonrisa.

- No lo sé. Pero creo que fueron los de Nexus. Y creo que quieren jugar con nosotros. - dijo, su voz llena de anticipación y deseos de destrucción.

Tails se rió de nuevo, su sonrisa aún más torcida.

- ¡Genial! Un nuevo juego. Un nuevo desafío. ¡Vamos a destruir Nexus!

Sonic.exe gruñó, su ira creciendo.

- ¡Voy a destruir Nexus! - hizo una pausa. - Pero primero voy a liberar a Scourge.

****

Knuckles y Rouge estaban decorando la sala con una nueva pintura. De repente, Rouge recibió una llamada.

- ¿Qué quieres hacer en nuestro aniversario, guapo? - guiñó Rouge antes de responder.

- He estado buscando en internet, hay un hotel con spa en Soleanna. - dijo.

- Qué bueno que ahorramos. - comentó Rouge. - También pensaba en que hiciéramos un cóctel para brindar por nuestro amor.

Knuckles sonrió, dejando la pintura a un lado.

- Me encanta la idea. Un fin de semana de relax en Soleanna suena perfecto.

Rouge se rió.

- Sabía que te gustaría.

Luego, Rouge atendió la llamada

- ¿Hola? Oh, Amy. ¿Cómo estás?

- Nada bien. Ayer me peleé con Sonic. - respondió Amy.

- ¿Qué pasó? - preguntó Rouge.

- Pues... discutimos después de la cita. - explicó Amy.

Rouge se quedó atónita.

- ¿Qué hizo Sonic esta vez? - preguntó.

- Él... se enfadó porque llegué tarde. - dijo Amy, mintiendo con una sonrisa forzada.

Rouge se rió.

- Eso es típico de Sonic. - dijo. - Siempre tan impaciente.

Amy se sintió aliviada de que Rouge hubiera creído su mentira.

- Sí, ya sabes cómo es. - respondió, intentando cambiar de tema.

Rouge no sospechó nada.

- Bueno, espero que se resuelva pronto. - dijo. - ¿Quieres que hable con él?

Amy se apresuró a rechazar la oferta.

- No, no es necesario. Ya se le pasará

Knuckles, que había estado escuchando la conversación, se acercó a Rouge.

- ¿Qué pasa? - preguntó.

- Amy y Sonic tuvieron una discusión. - respondió Rouge.

Knuckles frunció el ceño.

- Espero que no sea nada grave. - dijo.

Amy se despidió rápidamente.

- Me tengo que ir. Hablamos luego. - dijo, y colgó la llamada.

Rouge se volvió hacia Knuckles.

- Parece que Amy está preocupada. - dijo.

Knuckles asintió.

- Sí, y yo también. - respondió.

Mientras tanto, Amy se quedó pensativa, sabiendo que había ocultado la verdad sobre Sonic.exe y la discusión real que había tenido con él. ¿Cuánto tiempo podría mantener el secreto?

Amy se dejó caer en la cama, su rostro descomponiéndose en un mar de lágrimas. El peso de la mentira y la preocupación por Sonic.exe la abrumaban.

Comenzó a sollozar, su cuerpo sacudido por convulsiones de dolor y ansiedad. La discusión con Sonic.exe había sido más intensa de lo que había admitido ante Rouge.

- ¿Por qué tiene que ser así? - se preguntó, su voz entrecortada por los sollozos.

La imagen de Sonic.exe, con su sonrisa siniestra, se grabó en su mente. La había asustado, y ahora se sentía atrapada en una red de secretos y mentiras.

Amy se cubrió el rostro con las manos, intentando contener su llanto. Pero las lágrimas seguían fluyendo, llevando consigo su dolor y su frustración.

- ¿Qué voy a hacer? - se preguntó, su voz apenas audible.

La oscuridad de la habitación parecía cerrarse sobre ella, y Amy se sintió sola y desamparada. La única persona que conocía la verdad era ella misma, y eso la estaba consumiendo.

****

El juicio de Sonic.exe y Scourge había reunido a todos los habitantes de la ciudad. El juez, un erizo sabio y experimentado, miró a los acusados con una expresión severa.

- Qué suerte tiene. - dijo, refiriéndose al abogado de Scourge. - No como otros criminales que han pasado por esta sala.

Mina, sentada en la audiencia, miró a Sonic con sorpresa y confusión. ¿Qué hacía él allí? ¿Por qué estaba del lado de Scourge? La mirada de Sonic se cruzó con la de Mina, pero la ignoró y se puso en posición.

El juez golpeó con el martillo en el estrado, llamando la atención de la audiencia.

- Muy bien. Empecemos. - dijo, su voz firme y autoritaria.

Scourge sonrió, su mirada brillando con confianza. Sonic.exe, por su parte, mantenía una expresión impasible.

- Este juicio será un momento crucial en la historia de nuestra ciudad. - continuó el juez. - Los cargos contra Scourge son graves. ¿Cómo se defenderán?

Sonic se puso de pie, una sonrisa astuta en su rostro.

- Estoy seguro de que podremos demostrar la inocencia de mi cliente. - dijo.

Mina se inclinó hacia adelante, ansiosa por escuchar la defensa de Scourge. ¿Qué argumentos presentaría el abogado? ¿Podrían convencer al juez?

****

Amy intentaba despejar su mente después de la emotiva conversación con Rouge. Decidió ver la televisión para distraerse, pero no tenía ganas de salir. Al poner las noticias, estaba a punto de cambiar de canal cuando la presentadora llamó su atención.

- ¡El juicio de Scourge da un giro que nadie se esperaba! Sonic The Hedgehog se presentó como su abogado. - anunció la presentadora.

Amy abrió los ojos de par en par, sorprendida y confundida. Sonic.exe estaba a punto de liberar a Scourge. ¿Qué pretendía hacer? Expresó enojo y frustración.

- ¡¿Qué está haciendo?! - se preguntó, su voz llena de incredulidad.

La eriza intentó llamar a Sonic.exe, pero sus llamadas nunca fueron contestadas. Al parecer, el azulado tenía el celular apagado.

- ¡No puede ser! - exclamó Amy, su corazón latiendo con ansiedad.

Estaba claro que la reputación de los héroes estaba a punto de arruinarse. Tenía que hacer algo, pero ¿qué? A menos que hablara con Sonic.exe al respecto.