Capítulo 11
Knuckles intentaba contactar a Tails, pero las llamadas quedaban sin respuesta. Preocupado, se dirigió a la casa de su amigo y tocó el timbre varias veces, sin obtener respuesta. La inquietud crecía en su pecho.
Decidido a encontrar a Tails, Knuckles rodeó la casa y descubrió huellas extrañas en el suelo. Su instinto le advirtió que algo estaba mal. Siguió las huellas hasta la cocina y se encontró con la ventana destrozada.
Regresó a la puerta principal y, con un golpe fuerte de sus puños, la hizo pedazos. La sala y la cocina estaban llenas de sangre y había señales de una lucha desesperada. Knuckles sintió un escalofrío.
- ¡Maldición! ¡Tails! - gritó, recorriendo la casa en busca de su amigo.
Finalmente, escuchó una débil voz.
- ¡Knuckles!
- ¡Tails! - respondió Knuckles, corriendo hacia la cocina. - ¿Dónde estás?
- ¡Aquí!
Knuckles se acercó al refrigerador y abrió la puerta. Lo que vio lo dejó sin aliento. Tails estaba dentro, cubierto de sangre, sin colas y con la cabeza decapitada. Knuckles se derrumbó de rodillas, sollozando.
- ¡Tails! - gritó.
****
Sonic.exe llegó a la plaza con Amy, quien sonreía radiante a su lado. La eriza había elegido un pastel de chocolate con cobertura roja, "Capas de Amor", y compartían cucharadas mientras reían.
Pero Amy se sentía mal, dividida entre su amor por Sonic y su creciente conexión con Sonic.exe. Quería encontrar un equilibrio, pero no sabía cómo.
- ¿Pasa algo? - preguntó Sonic.exe, notando su expresión.
Amy dudó antes de responder.
- Quiero estar contigo, pero también quisiera... - comenzó.
- ¿Estar con Sonic? - terminó Sonic.exe, su voz ligeramente decepcionada.
Amy asintió, sintiendo culpa.
Justo entonces, el teléfono de Sonic.exe sonó. Era Knuckles.
- Hola, Knuckles. ¿Pasa algo? - respondió Sonic.exe.
La voz de Knuckles al otro lado de la línea era apenas audible.
- Tails... está muerto.
Sonic.exe fingió sorpresa, pero una sonrisa maniática se escondía detrás de su expresión.
- ¿Quién era? - preguntó Amy.
- Mataron a Tails. - respondió Sonic.exe, su voz ahora seria.
Amy se quedó pálida, su mundo tambaleándose. Primero Sally, ahora Tails... ¿Qué estaba sucediendo?
Sonic.exe comenzó a caminar, dejando a Amy atrás. La eriza lo siguió, pero la llamada había roto el hechizo romántico.
****
Scourge bebía cerveza, cuando el hacker apareció, Scourge se animó.
- He rastreado a Amy. - dijo el hacker, entregándole un papel. - Aquí tienes su número.
Scourge sonrió, su corazón latiendo con anticipación.
- Excelente. - murmuró, guardando el papel en su bolsillo. Su deseo de venganza contra Sonic lo consumía.
- ¿Sabes dónde está? - preguntó, su voz baja y peligrosa.
- Parece que está en la plaza. - respondió el hacker.
Scourge asintió, su mente maquinando. Recordó la humillación frente a Fiona y la risa de Sonic.
- Ya veo. Ahora voy a buscarla. - dijo, su sonrisa creciendo. - Le haré pagar por lo que me hizo.
El erizo se levantó, listo para enfrentar cualquier obstáculo. Incluso a Sonic. Su ambición lo cegaba, y nada lo detendría.
****
La noche caía sobre la ciudad, y las luces de las calles comenzaban a encenderse. Shadow caminaba solo, sumido en sus pensamientos, cuando de repente sonó su teléfono.
Shadow respondió al teléfono, expectante.
- Shadow, tenemos un problema. - dijo Knuckles.
- ¿Qué pasa? - preguntó Shadow, su tono alerta y serio.
- Es Tails... - Knuckles hizo una pausa, como si buscara las palabras.
- ¿Qué le pasó? - insistió Shadow, su curiosidad creciendo.
- Lo encontré muerto. - Knuckles soltó la noticia como un golpe.
Shadow se quedó en silencio, procesando la información. Su mente estaba llena de preguntas y dudas.
- ¿Qué... qué ocurrió? - preguntó finalmente.
- No lo sé. - respondió Knuckles, su voz llena de dolor y rabia.
Shadow apretó los dientes.
- Estoy en camino. - dijo, colgando el teléfono.
Shadow comenzó a caminar con urgencia, su mente consumida por la noticia. De repente, escuchó una voz detrás de él.
- ¡Ey, Shadow! ¿Qué pasa, amigo? - dijo Silver, su sonrisa inocente y su voz llena de optimismo.
Shadow se detuvo y se giró hacia Silver, su expresión seria y reservada.
- Nada, Silver.
Silver notó la expresión sombría de Shadow y su sonrisa se desvaneció.
- ¿Qué pasa, Shadow? Estás preocupado - dijo Silver, su voz llena de empatía.
- Estoy buscando a Sonic. - dijo Shadow, sin revelar sus sospechas.
Silver alzó una ceja.
- ¿Necesitas ayuda?
Shadow dudó por un momento antes de responder.
- Sí, gracias.
Silver sonrió.
- ¡Genial! Estoy listo para ayudar.
Mientras caminan, Shadow piensa en la posible conexión entre Sonic y la muerte de Tails, pero no comparte sus sospechas con Silver.
- ¿Podría Sonic estar involucrado? - pensó Shadow. - No, eso es imposible. Pero... ¿y si sí?
Silver notó la expresión pensativa de Shadow.
- ¿Estás bien, Shadow? - preguntó.
Shadow se sacudió los pensamientos.
- Sí, estoy bien.
Continuaron caminando en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
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